Eso sí, el “comandante-presidente” fue un reconocido amigo de los peores dictadores que quedan en el planeta, lo cual es una clara evidencia del desprecio que tenía por los derechos humanos. Asimismo, además de establecer alianzas políticas y económicas con los regímenes más antidemocráticos, la Venezuela de Chávez fue la voz de su defensa en el Consejo de Derechos Humanos de la ONU. En este ámbito en el cual deberían ser denunciadas las dictaduras que atentan contra la dignidad humana, como alumno destacado de la dictadura cubana, Venezuela defendió a cada uno de los indefendibles amigos de Chávez y los hermanos Castro, incluyendo a Corea del Norte, cuyo gobierno totalitario es una monstruosidad política.
Al respecto, resulta inconcebible que quienes dicen defender los derechos humanos hayan simpatizado con este autócrata del siglo XXI, un amigo de regímenes como el iraní, que niega el Holocausto y amenaza con borrar del mapa a Israel. Y es una contradicción que quienes defienden los derechos de la mujer y la diversidad sexual se sientan identificados con un personaje amigo de dictadores en cuyos países se aplica la lapidación a las mujeres y la homofobia de estado.
Pero por otro lado no es ninguna novedad que quienes simpatizan con Hugo Chávez y lloran su muerte, nunca se han pronunciado condenando las violaciones a los derechos humanos en lugares como China, Siria, Libia, Bielorrusia, Burma, Vietnam, Cuba, Zimbabwe, Guinea Ecuatorial, Turkmenistán, Eritrea, etcétera.
Contrariamente, tanto los atropellos a la libertad de prensa y el estado de derecho en Venezuela, como las violaciones a los derechos humanos en los países gobernados por los amigos de Hugo Chávez, vienen siendo denunciados por las más prestigiosas organizaciones internacionales, entre ellas Human Rights Watch, Amnistía Internacional, el Comité para la Protección de Periodistas, Reporteros Sin Fronteras y Freedom House. Inclusive, la situación interna en Venezuela fue muy criticada por democracias ejemplares como las de Noruega, Canadá y Suiza, al ser sometido el régimen de Chávez al Examen Periódico Universal en el Consejo de DDHH de la ONU.
En definitiva, Chávez fue un representante más de los enemigos de los derechos humanos y un aliado clave de quienes se oponen a la globalización de los valores democráticos.