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Observatorio de Relaciones Internacionales y Derechos Humanos
Lopez Obrador, la gran desilusión
Los participantes del foro de denuncia sobre la situación de los periodistas mexicanos reclamaron que el gobierno mexicano de Andrés Manuel López Obrador «cumpla con las 104 recomendaciones de la Alta Comisionada de DDHH de la ONU hechas al gobierno en materia de protección a los periodistas» y que se ponga fin «a la estigmatización contra la prensa». Suman 19 periodistas asesinados en lo que va de la administración de AMLO, iniciada hace 24 meses, de acuerdo con el registro de la organización Artículo 19.Por Hugo Machín Fajardo
La estigmatización de la labor periodística encabezada por el presidente mexicano Andrés Manuel López Obrador (AMLO), quien aplica la consabida receta populista para con los medios de prensa; más la negligencia oficial acerca de los protocolos sanitarios exigidos por la Organización Mundial de la Salud (OMS) para el trabajo de la prensa, determinó que 17 organizaciones internacionales que trabajan en la defensa del derecho a la información ciudadana y por la libertad de prensa, emitan una preocupante advertencia.
El 12 de noviembre de 2020, a un año de la misión in situ realizada por una delegación de dichas organizaciones que efectuó un relevamiento sobre la libertad de expresión y situación de los periodistas, el balance aportado es desolador.
Representantes de esa delegación compuesta por la organización Artículo 19; Reporteros Sin Fronteras(RSF); Fundación para la Libertad de Prensa; IFEX —una red mundial de más de 100 ONG que promueven el derecho a la libertad de expresión; el Comité para la Protección de los Periodistas (CPJ, por sus siglas en inglés) y la Federación Internacional de Periodistas (FIP) a través de su filial latinoamericana Fepalc.
La combinación de «un discurso de odio en redes sociales propiciado desde los tres niveles de gobierno», explica la periodista mexicana Natividad Lambrosio desde el municipio de Iguala, estado de Guerrero, combinado con «el Covid-19, que mató a 32 periodistas, —complementa la peruana Zuliana Laínez, secretaria de la Fepalc— ubica a México como el segundo país con la más alta cifra de muertos en la region. La mayoría reporteros de los estados del país».
EL MÁS LETAL. «En 2020 México es el país más letal para los periodistas a nivel mundial», denuncia Jan Albert Hootsen, del CPJ. «Sin precedentes en la historia moderna de México. Los niveles de violencia han aumentado pese a la pandemia y medidas de confinamiento. Siete periodistas han sido asesinados en lo que va del año y en menos de dos semanas hubo tres periodistas asesinados». Días después de este informe virtual realizado a múltiples voces, el nueve de diciembre, caía bajos las balas homicidas el fotoperiodista Jaime Daniel Castaño Zacarías, en Zacatecas y llegan a ocho los periodistas ultimados en lo que va del año.
Los otros siete periodistas asesinados en el 2020 fueron: María Elena Ferral, Diario de Xalapa/Quinto Poder, el 3 de marzo, Veracruz; Jorge Miguel Armenta Ramos, Medios Obson,16 de mayo, en Sonora; Pablo Morrugares Parraguirre, PM Noticias, el 2 de agosto, en Guerrero; Julio Valdivia, El Mundo de Córdoba, el 9 de setiembre, en Veracruz; Arturo Alba Medina, Canal 6 Multimedios, el 29 de octubre, en Chihuahua; Jesús Alfonso Piñuelas, Shok de la Noticia, el 2 de noviembre, también en Chihuahua; e Israel Vázquez Rangel, el 2 de noviembre, en El Salmantino.
Suman 19 periodistas asesinados en lo que va de la administración de AMLO, iniciada hace 24 meses, de acuerdo con el registro de Artículo 19.
En otros casos hubo heridas de bala y lesiones de ocho reporteros que cubrían una protesta feminista por asesinato de mujeres en Quintana Roo y dos periodistas en Chipancingo, Guerrero, fueron agredidas por maestras de la CTE coordinadora de educación, una organización gremial, el miércoles 11 de noviembre del 2020.
IMPUNIDAD DEL 90% DE CASOS
México es el país con más periodistas desparecidos en el mundo, según la Comisión Nacional de DDHH y no hay mejoría en la impunidad. «Hubo alguna sentencia en dos casos», agrega Hootsen, pero la impunidad se mantiene «en más del 90%, de los casos».
En su informe el representante del CPJ destacó que los ataques no letales contra periodistas se mantienen en casi total impunidad, y que se ven propiciados por «la estigmatización creciente y constante que se hace contra los periodistas desde el gobierno. Se utiliza un lenguaje ofensivo por el Presidente de la Republica y miembros de su gabinete federal». Es frecuente escuchar la calificación de «conservadores», «neoliberales» en labios de AMLO.
Los integrantes del Gobierno mexicano «Utilizan su poder para descalificar a la prensa (…) pese que la ONU y la Comisión Interamericana de DDDH han dejado en claro que ese lenguaje afecta a la libertad de expresión».
Otra manifestación de la hostilidad del gobierno de izquierda que encabeza López Obrador para con defensores de DDHH y periodistas es que el Congreso Federal abolió el fondo dedicado a la protección de los defensores de los DDHH y de los periodistas. La medida «podría poner en peligro a 1.400 personas, entre ellos 350 periodistas, en el país», advirtió Hootsen.
SE SUMA EL COVID-19
Laínez de la Federación de Periodistas de América Latina y el Caribe (Fepalc), informó que «la mayoría de reporteros de los estados y los periodistas de las instituciones públicas no se acogieron al teletrabajo y eso determinó que siguieran exponiéndose».
«También con el Covid-19 se agravaron los temas de seguridad. El periodista precarizado, independiente, cuando debe cubrir en un espacio de riesgo debe él mismo proveerse de seguridad. Hemos visto a periodista cubrir informaciones con mascarillas caseras, tal es el grado de precariedad».
El Coordinador General de Comunicación Social y Vocero del Gobierno de la República, Jesús Ramírez «asumió el compromiso de que habría un programa de seguridad para periodistas. ¿Se cumplió?» preguntó la dirigente sindical.
Balbina Flores, de RSF, lamentó que «a doce meses de la misión desarrollada en el país, no solo no cambiaron las condiciones, sino que empeoraron».
CESE DE LA ESPIRAL VIOLENTA
«El gobierno debe tomar decisiones valientes y prontas para terminar esta espiral de violencia que sigue lastimando a la prensa y a la ciudanía». Flores reiteró un llamado a «diseñar una política de justicia contundente que cese con la impunidad. Se debe informar sobre qué medidas y política instrumentará el Estado para detener esta espiral de violencia».
Los participantes del foro de denuncia sobre la situación de los periodistas mexicanos — en la voz de Flores— reclamaron que el gobierno de AMLO «cumpla con las 104 recomendaciones de la Alta Comisionada de DDHH de la ONU hechas al gobierno en materia de protección a los periodistas» y que se ponga fin «a la estigmatización contra la prensa».
La representante de Reporteros Sin Fronteras también reclamó a las empresas de medios de comunicación «que desarrollen estrictos protocolos sanitarios para prevenir contagios en sus salas de redacción», y a la administración pública «crear desde todas las instancias estatales las condiciones de seguridad durante las conferencias de prensa de conformidad con las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud».
Rachael Kay, en representación de IFEX, y moderadora del encuentro virtual, reclamó el fin de la «estigmatización de periodistas desde el gobierno que incrementa el riesgo para periodistas en un contexto ya de por sí peligroso. La crisis continúa y existen serios retrocesos en la libertad de expresión, así como se constata una falta de cumplimento de los compromisos asumidos por las autoridades mexicanas. La deuda de asegurar un periodismo libre sigue pendiente».
EL DESVIRTUAMIENTO
López Obrador inició en 1996 su carrera presidencial con base a un discurso libertario, de respeto por los derechos humanos históricamente violados en México, con promesas de participación ciudadana y «regeneración nacional». Antes de la pandemia había quedado en evidencia su desapego paulatino a tales promesas. En especial, al ubicar a los periodistas como sus enemigos. El 2020 lo mostró como una especie de chamán azteca que podría vencer al Covid-19 con su arbitrio y una estampita religiosa. La historia le recordará — al igual que a Trump y Bolsonaro— como homicida culposo al por mayor. Es la gran desilusión.
Hugo Machín FajardoRedactor Especial del Portal Análisis LatinoPeriodista desde 1969, una forzada interrupción entre 1973 -1985, no le impidió ejercer el periodismo clandestino. Secuestrado en 1981 por la dictadura uruguaya, permaneció desaparecido y torturado hasta 1982, en que fue recluido en el Penal de Libertad hasta 1985. Ex -docente de periodismo en Universidad ORT, de Montevideo. Ex vicepresidente de la Asociación de la Prensa Uruguaya (APU). Jurado del Premio Periodismo para la Tolerancia, 2004, de la Federación Internacional de Periodistas (FIP) /Unión Europea. Coordinó "Periodismo e Infancia-2005". Integró diversas redacciones periodísticas de medios y agencias de noticias en Montevideo, Uruguay. Actualmente se desempeña como free -lance.
La estigmatización de la labor periodística encabezada por el presidente mexicano Andrés Manuel López Obrador (AMLO), quien aplica la consabida receta populista para con los medios de prensa; más la negligencia oficial acerca de los protocolos sanitarios exigidos por la Organización Mundial de la Salud (OMS) para el trabajo de la prensa, determinó que 17 organizaciones internacionales que trabajan en la defensa del derecho a la información ciudadana y por la libertad de prensa, emitan una preocupante advertencia.
El 12 de noviembre de 2020, a un año de la misión in situ realizada por una delegación de dichas organizaciones que efectuó un relevamiento sobre la libertad de expresión y situación de los periodistas, el balance aportado es desolador.
Representantes de esa delegación compuesta por la organización Artículo 19; Reporteros Sin Fronteras(RSF); Fundación para la Libertad de Prensa; IFEX —una red mundial de más de 100 ONG que promueven el derecho a la libertad de expresión; el Comité para la Protección de los Periodistas (CPJ, por sus siglas en inglés) y la Federación Internacional de Periodistas (FIP) a través de su filial latinoamericana Fepalc.
La combinación de «un discurso de odio en redes sociales propiciado desde los tres niveles de gobierno», explica la periodista mexicana Natividad Lambrosio desde el municipio de Iguala, estado de Guerrero, combinado con «el Covid-19, que mató a 32 periodistas, —complementa la peruana Zuliana Laínez, secretaria de la Fepalc— ubica a México como el segundo país con la más alta cifra de muertos en la region. La mayoría reporteros de los estados del país».
EL MÁS LETAL. «En 2020 México es el país más letal para los periodistas a nivel mundial», denuncia Jan Albert Hootsen, del CPJ. «Sin precedentes en la historia moderna de México. Los niveles de violencia han aumentado pese a la pandemia y medidas de confinamiento. Siete periodistas han sido asesinados en lo que va del año y en menos de dos semanas hubo tres periodistas asesinados». Días después de este informe virtual realizado a múltiples voces, el nueve de diciembre, caía bajos las balas homicidas el fotoperiodista Jaime Daniel Castaño Zacarías, en Zacatecas y llegan a ocho los periodistas ultimados en lo que va del año.
Los otros siete periodistas asesinados en el 2020 fueron: María Elena Ferral, Diario de Xalapa/Quinto Poder, el 3 de marzo, Veracruz; Jorge Miguel Armenta Ramos, Medios Obson,16 de mayo, en Sonora; Pablo Morrugares Parraguirre, PM Noticias, el 2 de agosto, en Guerrero; Julio Valdivia, El Mundo de Córdoba, el 9 de setiembre, en Veracruz; Arturo Alba Medina, Canal 6 Multimedios, el 29 de octubre, en Chihuahua; Jesús Alfonso Piñuelas, Shok de la Noticia, el 2 de noviembre, también en Chihuahua; e Israel Vázquez Rangel, el 2 de noviembre, en El Salmantino.
Suman 19 periodistas asesinados en lo que va de la administración de AMLO, iniciada hace 24 meses, de acuerdo con el registro de Artículo 19.
En otros casos hubo heridas de bala y lesiones de ocho reporteros que cubrían una protesta feminista por asesinato de mujeres en Quintana Roo y dos periodistas en Chipancingo, Guerrero, fueron agredidas por maestras de la CTE coordinadora de educación, una organización gremial, el miércoles 11 de noviembre del 2020.
IMPUNIDAD DEL 90% DE CASOS
México es el país con más periodistas desparecidos en el mundo, según la Comisión Nacional de DDHH y no hay mejoría en la impunidad. «Hubo alguna sentencia en dos casos», agrega Hootsen, pero la impunidad se mantiene «en más del 90%, de los casos».
En su informe el representante del CPJ destacó que los ataques no letales contra periodistas se mantienen en casi total impunidad, y que se ven propiciados por «la estigmatización creciente y constante que se hace contra los periodistas desde el gobierno. Se utiliza un lenguaje ofensivo por el Presidente de la Republica y miembros de su gabinete federal». Es frecuente escuchar la calificación de «conservadores», «neoliberales» en labios de AMLO.
Los integrantes del Gobierno mexicano «Utilizan su poder para descalificar a la prensa (…) pese que la ONU y la Comisión Interamericana de DDDH han dejado en claro que ese lenguaje afecta a la libertad de expresión».
Otra manifestación de la hostilidad del gobierno de izquierda que encabeza López Obrador para con defensores de DDHH y periodistas es que el Congreso Federal abolió el fondo dedicado a la protección de los defensores de los DDHH y de los periodistas. La medida «podría poner en peligro a 1.400 personas, entre ellos 350 periodistas, en el país», advirtió Hootsen.
SE SUMA EL COVID-19
Laínez de la Federación de Periodistas de América Latina y el Caribe (Fepalc), informó que «la mayoría de reporteros de los estados y los periodistas de las instituciones públicas no se acogieron al teletrabajo y eso determinó que siguieran exponiéndose».
«También con el Covid-19 se agravaron los temas de seguridad. El periodista precarizado, independiente, cuando debe cubrir en un espacio de riesgo debe él mismo proveerse de seguridad. Hemos visto a periodista cubrir informaciones con mascarillas caseras, tal es el grado de precariedad».
El Coordinador General de Comunicación Social y Vocero del Gobierno de la República, Jesús Ramírez «asumió el compromiso de que habría un programa de seguridad para periodistas. ¿Se cumplió?» preguntó la dirigente sindical.
Balbina Flores, de RSF, lamentó que «a doce meses de la misión desarrollada en el país, no solo no cambiaron las condiciones, sino que empeoraron».
CESE DE LA ESPIRAL VIOLENTA
«El gobierno debe tomar decisiones valientes y prontas para terminar esta espiral de violencia que sigue lastimando a la prensa y a la ciudanía». Flores reiteró un llamado a «diseñar una política de justicia contundente que cese con la impunidad. Se debe informar sobre qué medidas y política instrumentará el Estado para detener esta espiral de violencia».
Los participantes del foro de denuncia sobre la situación de los periodistas mexicanos — en la voz de Flores— reclamaron que el gobierno de AMLO «cumpla con las 104 recomendaciones de la Alta Comisionada de DDHH de la ONU hechas al gobierno en materia de protección a los periodistas» y que se ponga fin «a la estigmatización contra la prensa».
La representante de Reporteros Sin Fronteras también reclamó a las empresas de medios de comunicación «que desarrollen estrictos protocolos sanitarios para prevenir contagios en sus salas de redacción», y a la administración pública «crear desde todas las instancias estatales las condiciones de seguridad durante las conferencias de prensa de conformidad con las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud».
Rachael Kay, en representación de IFEX, y moderadora del encuentro virtual, reclamó el fin de la «estigmatización de periodistas desde el gobierno que incrementa el riesgo para periodistas en un contexto ya de por sí peligroso. La crisis continúa y existen serios retrocesos en la libertad de expresión, así como se constata una falta de cumplimento de los compromisos asumidos por las autoridades mexicanas. La deuda de asegurar un periodismo libre sigue pendiente».
EL DESVIRTUAMIENTO
López Obrador inició en 1996 su carrera presidencial con base a un discurso libertario, de respeto por los derechos humanos históricamente violados en México, con promesas de participación ciudadana y «regeneración nacional». Antes de la pandemia había quedado en evidencia su desapego paulatino a tales promesas. En especial, al ubicar a los periodistas como sus enemigos. El 2020 lo mostró como una especie de chamán azteca que podría vencer al Covid-19 con su arbitrio y una estampita religiosa. La historia le recordará — al igual que a Trump y Bolsonaro— como homicida culposo al por mayor. Es la gran desilusión.