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Monitoreo de la gobernabilidad democrática
Colombia elige presidente
El cambio político-electoral en Colombia viene dándose desde 2018, cuando Petro obtuvo casi un 42% de los votos en el balotaje (más de 8 millones de votos en casi 20 millones), algo nunca registrado por la izquierda en la historia electoral colombiana. Si el domingo 29 se mantienen altos porcentajes de abstención electoral en las presidenciales, como un 46% registrado en 2018, los resultados electorales pueden encuadrarse dentro de lo previsto por las empresas encuestadoras.Por Hugo Machín Fajardo
El domingo 29 de mayo la ciudadanía colombiana elige presidente por 4 años, aunque desde el 13 de marzo hay resultados que permiten intuir— nunca asegurar— el derrotero a seguir por el gobierno que inicie su mandato el 7 de agosto.
Las encuestas ubican como aspirante con más apoyo al senador y ex candidato presidencial de izquierda Gustavo Petro y, en segundo lugar, a Federico Gutiérrez, la opción de la derecha y extrema derecha. Ambos fueron alcaldes: Petro en Bogotá, y Gutiérrez en Medellín.
Las distintas mediciones de preferencia de votos otorgan una diferencia que oscila entre 7 y 20 puntos, siempre favorables al líder de la alianza de izquierda (Pacto Histórico), lo que lleva a creer a los votantes de Petro de que es posible ganar en primera vuelta, para lo que debería obtener la mitad más uno de los votos válidos.
En disputa con el voto en blanco las encuestas muestran a otro ex alcalde, Rodolfo Hernández, del movimiento Lógica, Ética y Estética, quien queda en un tercer puesto no demasiado alejado de Gutiérrez.
Quien no llegó a posicionarse como aspirante con posibilidades de alcanzar la segunda vuelta, ha sido Sergio Fajardo. No pudo remontar en los últimos dos meses una permanente baja adhesión en las encuestas: nunca superó un 9% y en las últimas mediciones está en un 4%.
Aunque el Congreso electo en marzo ya pauta que sea quien sea electo presidente deberá gobernar por consenso y con negociaciones permanentes, la campaña electoral ha sido muy agresiva de parte y parte, lo que generó un clima de hostilidad en las redes sociales que no se justifica. Y menos aún análisis que infieren cambios geopolíticos latinoamericanos con base a el alineamiento que tendrá Colombia según gane uno u otro de los aspirantes.
Los nuevos 52 senadores de izquierda y centroizquierda y 56 senadores de derecha, y en varios casos de centroderecha, determinan que para que exista gobernanza el titular de la Casa de Nariño a asumir el 7 de agosto tendrá que hacer permanente demostración de flexibilidad.
Además, siguiendo la actual tendencia latinoamericana, es un Congreso fragmentado en once partidos, cinco de los cuales con similar número de bancas, por lo que más allá de entendibles diferencias en los énfasis en determinadas políticas públicas si ganara Petro o Gutiérrez, no debería esperarse un cambio drástico, ni inmediato, en las condiciones de vida de los 50 millones de colombianos.
De hecho, el cambio político-electoral en Colombia viene dándose desde 2018, cuando Petro obtuvo casi un 42% de los votos en el balotaje (más de 8 millones de votos en casi 20 millones), algo nunca registrado por la izquierda en la historia electoral colombiana.
Si el domingo 29 se mantienen altos porcentajes de abstención electoral en las presidenciales, como un 46% registrado en 2018, los resultados electorales pueden encuadrarse dentro de lo previsto por las empresas encuestadoras, pero también puede ocurrir que haya un cambio respecto a esa apatía electoral y los datos sean modificados por las urnas. La segunda vuelta está prevista para el 19 de junio.
Hugo Machín FajardoRedactor Especial del Portal Análisis LatinoPeriodista desde 1969, una forzada interrupción entre 1973 -1985, no le impidió ejercer el periodismo clandestino. Secuestrado en 1981 por la dictadura uruguaya, permaneció desaparecido y torturado hasta 1982, en que fue recluido en el Penal de Libertad hasta 1985. Ex -docente de periodismo en Universidad ORT, de Montevideo. Ex vicepresidente de la Asociación de la Prensa Uruguaya (APU). Jurado del Premio Periodismo para la Tolerancia, 2004, de la Federación Internacional de Periodistas (FIP) /Unión Europea. Coordinó "Periodismo e Infancia-2005". Integró diversas redacciones periodísticas de medios y agencias de noticias en Montevideo, Uruguay. Actualmente se desempeña como free -lance.
El domingo 29 de mayo la ciudadanía colombiana elige presidente por 4 años, aunque desde el 13 de marzo hay resultados que permiten intuir— nunca asegurar— el derrotero a seguir por el gobierno que inicie su mandato el 7 de agosto.
Las encuestas ubican como aspirante con más apoyo al senador y ex candidato presidencial de izquierda Gustavo Petro y, en segundo lugar, a Federico Gutiérrez, la opción de la derecha y extrema derecha. Ambos fueron alcaldes: Petro en Bogotá, y Gutiérrez en Medellín.
Las distintas mediciones de preferencia de votos otorgan una diferencia que oscila entre 7 y 20 puntos, siempre favorables al líder de la alianza de izquierda (Pacto Histórico), lo que lleva a creer a los votantes de Petro de que es posible ganar en primera vuelta, para lo que debería obtener la mitad más uno de los votos válidos.
En disputa con el voto en blanco las encuestas muestran a otro ex alcalde, Rodolfo Hernández, del movimiento Lógica, Ética y Estética, quien queda en un tercer puesto no demasiado alejado de Gutiérrez.
Quien no llegó a posicionarse como aspirante con posibilidades de alcanzar la segunda vuelta, ha sido Sergio Fajardo. No pudo remontar en los últimos dos meses una permanente baja adhesión en las encuestas: nunca superó un 9% y en las últimas mediciones está en un 4%.
Aunque el Congreso electo en marzo ya pauta que sea quien sea electo presidente deberá gobernar por consenso y con negociaciones permanentes, la campaña electoral ha sido muy agresiva de parte y parte, lo que generó un clima de hostilidad en las redes sociales que no se justifica. Y menos aún análisis que infieren cambios geopolíticos latinoamericanos con base a el alineamiento que tendrá Colombia según gane uno u otro de los aspirantes.
Los nuevos 52 senadores de izquierda y centroizquierda y 56 senadores de derecha, y en varios casos de centroderecha, determinan que para que exista gobernanza el titular de la Casa de Nariño a asumir el 7 de agosto tendrá que hacer permanente demostración de flexibilidad.
Además, siguiendo la actual tendencia latinoamericana, es un Congreso fragmentado en once partidos, cinco de los cuales con similar número de bancas, por lo que más allá de entendibles diferencias en los énfasis en determinadas políticas públicas si ganara Petro o Gutiérrez, no debería esperarse un cambio drástico, ni inmediato, en las condiciones de vida de los 50 millones de colombianos.
De hecho, el cambio político-electoral en Colombia viene dándose desde 2018, cuando Petro obtuvo casi un 42% de los votos en el balotaje (más de 8 millones de votos en casi 20 millones), algo nunca registrado por la izquierda en la historia electoral colombiana.
Si el domingo 29 se mantienen altos porcentajes de abstención electoral en las presidenciales, como un 46% registrado en 2018, los resultados electorales pueden encuadrarse dentro de lo previsto por las empresas encuestadoras, pero también puede ocurrir que haya un cambio respecto a esa apatía electoral y los datos sean modificados por las urnas. La segunda vuelta está prevista para el 19 de junio.