Derechos Humanos y
Solidaridad Democrática Internacional

Artículos

Monitoreo de la gobernabilidad democrática

03-06-2025

Ucrania bajo ataque: cómo se mantiene después de tres años de resistencia

El presidente estadounidense Donald Trump acusó a Zelensky de dictador ya que la Ley Marcial restringe procedimientos constitucionales, entre ellos las elecciones. Pese a que los liderazgos políticos se mantienen desde antes de la invasión de 2022, las últimas elecciones de primer orden fueron celebradas en 2019 de manera democrática y libre, por lo que el Bertelsmann Transformation Index (BTI) otorga un puntaje de 8 al criterio de “Elecciones libres y justas”.
Por Laura Patiño Alzate
Fuente: Evgeniy Maloletk (s.f.)

En febrero de 2022 las tropas rusas dieron inicio a la invasión a gran escala en Ucrania, atacando de manera aérea y terrestre regiones de todo el país. Las reacciones tanto del país atacado como de la Unión Europea fueron inmediatas, formando una alianza que se mantiene hasta el día de hoy y ha sido fundamental para hacerle frente a Rusia. Si bien este conflicto ha recibido una amplia atención mediática en los últimos años, la guerra ruso-ucraniana no es un conflicto reciente. Para entender el desarrollo de la guerra, es necesario empezar en 2014, durante Euromaidán, una serie de protestas contra el gobierno del entonces presidente Víktor Yanukovich tras suspender las negociaciones por el Acuerdo de Asociación con la Unión Europea debido a presiones del Kremlin.

Las manifestaciones surtieron efecto, ya que el presidente prorruso fue destituido. Durante ese proceso, Rusia anexó ilegalmente la península de Crimea después de la agitación de movimientos independentistas y un referéndum ilegítimo sobre la incorporación territorial a la Federación Rusa.

Posteriormente, dio inicio la guerra del Donbás (2014-2022), una región que comprende las provincias de Lugansk y Donetsk, histórica y culturalmente más cercanas a Rusia. Parte de la población local no estaba satisfecha con la nueva postura pro Europa del país, por lo que, con la ayuda de Moscú, las milicias separatistas y tropas rusas iniciaron un enfrentamiento con el ejército ucraniano. Entre septiembre de 2014 y febrero de 2015 se firmaron los Acuerdos de Minsk, que buscaban un alto al fuego y autonomía para estos territorios, aunque fueron violados sistemáticamente por las partes.

Ocho años después del inicio de la guerra, el presidente Vladimir Putin mantenía su posición respecto a la independencia del Donbás afirmando que “la nación ucraniana no tendrá legitimidad histórica ni cultural” porque la considera un producto artificial nacido del fin de la Rus de Kiev, el reino que une a ambos países desde la Edad Media. A los pocos días de emitir esta declaración, Rusia comenzó una ofensiva denominada “operación militar especial” para “desmilitarizar, desnazificar y proteger a la población de Lugansk y Donetsk”.

A la hora de examinar la evolución de Ucrania en el Índice de Transformación Bertelsmann (BTI), es necesario considerar este difícil escenario y el complejo trasfondo geográfico, cultural y político que implica la guerra en el país. El índice evalúa a 137 países asignando puntajes del 1 al 10 en más de 50 indicadores en función de tres dimensiones: Transformación Política, Transformación Económica y Gobernanza. El BTI 2024 evaluó desde febrero del 2021 hasta enero del 2023, por lo que los puntajes utilizados corresponden a esta edición; sin embargo, las cifras y la información restante está vigente.

Transformación Política (TP)

Esta dimensión evalúa cinco criterios para comprender qué tan factible es la democracia, cómo es el Estado de derecho y cuáles son las estructuras estatales de un país. Para 2024, el BTI otorgó un puntaje de 7.05, catalogando la democracia como defectuosa. Es relevante tener en cuenta que, desde la invasión, Ucrania se rige por la Ley Marcial, que restringe algunas libertades y derechos que en condiciones normales están garantizadas por la constitución.

Índice de Transformación Política según el BTI (2006-2024)

Ilustración 1: Puntajes recibidos por Ucrania en el Índice de Transformación Política entre 2006 y 2024. Elaboración propia a partir del BTI.

Una consecuencia directa de esta ley, que fue prorrogada en abril de 2025, son los límites más porosos en la separación de poderes. Si bien ya existía una tendencia en este aspecto en el gobierno de Volodimir Zelensky por la importante mayoría que posee en el Parlamento y conflictos con la Corte Constitucional, los tiempos de guerra incrementaron y aceleraron el proceso.

Asimismo, también se ve comprometida la persecución del abuso de poder, ya que no hay un funcionamiento normal de los organismos estatales. Aun así, la Corte Anti-Corrupción y la regulación del poder judicial se han mantenido funcionales, incluso aumentando su efectividad para el 2024, pues subieron dos puntos. Los criterios de “Persecución del abuso de poder” e “Independencia del poder judicial” tienen un puntaje de 6 y 7, respectivamente.

Por otro lado, los líderes políticos mantienen la capacidad de gobernar con un poder efectivo tanto a nivel nacional como local. Incluso considerando la masiva destrucción del país, que para noviembre de 2024 estaba valorada en 170 mil millones de dólares, las instituciones continúan funcionando con relativa eficiencia. En cuanto a la máxima autoridad del país, el Parlamento ratificó la legitimidad del presidente Zelensky y su aprobación ha fluctuado constantemente, empezando en un 91% al inicio de la guerra según el BTI, pero ha descendido hasta el 65% de confianza en el mandatario.

El presidente estadounidense Donald Trump acusó a Zelensky de dictador ya que, como se explicó anteriormente, la Ley Marcial restringe procedimientos constitucionales, entre ellos las elecciones. Pese a que los liderazgos políticos se mantienen desde antes de la invasión de 2022, las últimas elecciones de primer orden fueron celebradas en 2019 de manera democrática y libre, por lo que el BTI otorga un puntaje de 8 al criterio de “Elecciones libres y justas”.

Al estallar la guerra del Donbás, el monopolio del uso de la fuerza cayó de 9 a 5 puntos (BTI 2014 a 2016) porque la ocupación de diferentes óblast (provincias) provocó que la autoridad recayera en un agente distinto, es decir Rusia. Según Le Grand Continent, a principios de este año los avances militares rusos permitieron que Moscú controlase el 18% de territorio ucraniano. Sin embargo, las regiones que aún están bajo mando de Ucrania tienen una administración pública funcional, lo que permite que la población tenga acceso a servicios básicos como energía, salud y agua, aunque con limitaciones significativas que han incrementado con el conflicto.

Pese a que la corrupción no es un problema ajeno para Ucrania y suele haber fuertes actores antidemocráticos, en años recientes el apoyo a la democracia y a las instituciones que la representan han ido al alza, acercando más al país a la Unión Europea. La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, afirma que Ucrania podría unirse al bloque  antes de 2030 con diferentes reformas en proceso, ya que “la adhesión se basa en los méritos”.

El apoyo al sistema democrático se ha incrementado desde la Revolución Naranja de 2004, cuando las elecciones presidenciales fraudulentas pusieron en riesgo el proceso de creciente apertura democrática. Más de dos décadas después, la necesidad de la democracia es más visible que nunca: un 95% de la población considera que Ucrania debe mantenerse en este sistema de gobierno. Además, la confianza en instituciones estatales, como las fuerzas armadas y la policía, ha crecido.

El lado más humano de la guerra se encuentra en el capital social, que responde ante la crisis humanitaria para ayudar a los más vulnerables. Según el BTI 2022, un 86% de ucranianos eran partícipes de actividades filantrópicas, sobre todo en las que están relacionadas a donaciones de comida, de ropa y de higiene. El fortalecimiento de este tipo de activismo es vital para la población, pues las cifras son desoladoras: hay casi 13 millones de personas dependientes de ayuda humanitaria, 4 millones de desplazados internos y 7 millones de refugiados alrededor del mundo, según ACNUR.

Transformación Económica (TE)

Esta dimensión examina la economía desde siete criterios que incluyen aspectos sociales, estructurales y monetarios, como el nivel de desarrollo socioeconómico, la organización de mercado y el desempeño económico, respectivamente. Según el BTI 2024, la TE recibió un puntaje de 5.9, considerando la limitada economía ucraniana, algo que también ocurre en otros países de Europa del este.

Índice de Transformación Económica según el BTI (2006-2024)

Ilustración 2: Puntajes recibidos por Ucrania en el Índice de Transformación Económica entre 2006 y 2024. Elaboración propia a partir del BTI.

La guerra implica una crisis del rendimiento económico, pues ahora la prioridad es hacerle frente a la invasión. Para 2024, un 26,3% del PBI estaba destinado al gasto militar y para este año, se presupuestaron más de 51 mil millones de euros en materia de defensa. Sumado a estos gastos, gran parte del financiamiento internacional se ha brindado como un crédito a largo plazo y se ha solicitado ayuda de emergencia al Fondo Monetario Internacional; esto produjo que la deuda pública se incrementara en un 60% desde 2022 y se proyecta que en 2025 represente un 97% del PBI.  La deuda fiscal no se queda atrás, pues representa el 17.6% del Producto Interno Bruto y equivale a más de 16 millones de euros.

La fuerza laboral también se ha visto golpeada: un cuarto de la población se ha desplazado tanto interna como externamente. Por otro lado, uno de cada siete ucranianos que aún viven en el país están sin empleo. Debido a todos estos factores el criterio de “Desarrollo económico” ha evidenciado una baja de 4 puntos respecto al último informe, pasando de 6 puntos a 2.

Relacionado al estado económico, el desarrollo socioeconómico se ha estancado y las barreras han subido. Según cifras de la asociación de voluntarios “Con Ucrania”, un 29% de la población se encuentra en niveles de pobreza, una cifra exorbitante comparada al 2% previo a la guerra; en perspectiva, 9 millones de personas viven con menos de 100 euros mensuales.

Es relevante mencionar que, según el BTI, este elevado nivel de pobreza no es un problema estructural, sino que es una consecuencia de la invasión. Asimismo, el rol que han cumplido las ayudas sociales gubernamentales y las pensiones han evitado que esta condición no escale a cifras mayores, ya que se han pagado en un 85% y 97%, respectivamente. En cuanto al sistema de salud, se encuentra colapsado no solo por la cantidad de personas que necesitan atención médica, sino también por la destrucción de más de 1.500 centros de salud, ocasionando que un quinto de la población no tenga acceso a este servicio básico.

El sector económico que más beneficia a Ucrania son los servicios, pero la industria y la agricultura también son fundamentales, siendo algunos de los productos más comercializados los cereales, aceites y materiales férreos. A partir de 2008, el país es miembro de la Organización Mundial de Comercio y sus principales socios comerciales son la Unión Europea, Turquía y, antes, Rusia. Teniendo en cuenta la imposición de sanciones a Rusia, el aumento de precios en comida y energía, y la ruptura de relaciones comerciales entre los dos países, se evidencian algunas causales de una posible reducción del PBI global en un 1,2% y del crecimiento del comercio en un 2,2%.

Gobernanza (G)

Esta dimensión determina la calidad y eficiencia de liderazgo de los dirigentes de un país para guiar el desarrollo y las reformas. Una gobernanza ideal es la que es coherente con sus objetivos y reformas, además de gestionar bien el uso de los recursos disponibles. Para 2024, Ucrania tenía un buen puntaje de 6.0.

Índice de Transformación Económica según el BTI (2006-2024)

Ilustración 3: Puntajes recibidos por Ucrania en el Índice de Gobernanza entre 2006 y 2024. Elaboración propia a partir del BTI.

Las fronteras terrestres hacen a Ucrania extremadamente vulnerable a ataques, ya que es limítrofe con Rusia y Bielorrusia. Asimismo, la guerra ha desencadenado una crisis demográfica que se evidencia en una disminución de 10 millones de personas en 8 años. Adicional, 7 millones de personas se refugiaron en otros países a partir de la invasión. No obstante, el mayor desafío que enfrenta Ucrania no es siquiera el fin del conflicto, sino la reconstrucción posterior del país y sus costos.

La cooperación internacional será primordial en este aspecto, pues hasta la fecha el Banco Mundial estima un presupuesto de 524.000 millones de euros. Con el estallido del conflicto, Ucrania ha buscado apoyo en la Unión Europea y la OTAN, organismos a los que no pertenece, pero con los que colabora en función de la seguridad internacional y posee convenios como el Tránsito Común Europeo.

Por otra parte, Estados Unidos ha sido el mayor donante individual en los últimos 3 años, durante la administración presidencial de Joe Biden. Sin embargo, desde marzo de 2025 el presidente Trump ha congelado la ayuda militar hasta que Zelensky “demuestre un compromiso con la paz”. Gracias a la rápida acción del presidente ucraniano en buscar diferentes alianzas estratégicas, el criterio de “Cooperación internacional” recibe un puntaje de 8.

El gobierno y las instituciones que lo componen se han encargado de mejorar y fortalecer la coordinación de políticas, sobre todo en materia externa. Para esto se agregó un organismo responsable de la Integración Europea y Euro-Atlántica al Ministerio de Relaciones Exteriores, que facilita el proceso de alineación con la Unión Europea a nivel gubernamental y parlamentario.

El Acuerdo de Asociación que existe entre ambos se ha construido a partir de valores comunes, como lo son la democracia, los derechos humanos y las libertades individuales. Además, pretende que haya un desarrollo sustentable de la economía, políticas públicas con objetivos similares y una evolución a leyes europeas. Estos planes son una prioridad desde el Euromaidán y se han vuelto una necesidad a lo largo de la guerra, pero al tener que cambiar el sistema a nivel estructural, son parte de una agenda a largo plazo.

Previo al conflicto bélico, la división entre proeuropeos y prorrusos era evidente, al igual que había grupos como los oligarcas que respondían a sus propios intereses y no estaban de acuerdo con las reformas europeístas llevadas a cabo. En 2022 el panorama cambió, pues el país está absolutamente comprometido con la democracia y el rumbo europeo: tres cuartos de la población está de acuerdo con el rumbo político y económico que Ucrania está tomando.

Esto está relacionado al cambio de imagen de la población respecto a Rusia, ya que, según el BTI, un 97% de los ucranianos ve al país euroasiático como un enemigo. Esta nueva visión se da no solo por la destrucción e inestabilidad que ha producido, sino también por los importantes números de bajas civiles y militares, que oscila entre 174.000 y 420.000 entre ambos bandos.

Si bien el rechazo a Rusia ha aumentado desde 2022, la búsqueda de justicia proviene desde la Unión Soviética por los crímenes del Holodomor y la Gran Purga Estalinista. Es debido a esto que las campañas de descomunización y europeización anuncian que la reconciliación entre Rusia y Ucrania es aún lejana.

Tras años de batalla, en junio de 2025 se han reunido delegados rusos y ucranianos en Estambul para negociar el fin de la guerra, y aunque Rusia parece dispuesta a aceptar solo bajo sus propias condiciones, Ucrania se ve en desventaja por la pérdida de regiones, imposibilidad de ingresar a la OTAN y el potencial reconocimiento de Estados Unidos a Crimea como territorio ruso. En medio de tensas relaciones diplomáticas e incertidumbre sobre el futuro, es seguro que Ucrania luchará hasta el final por una paz que reconozca su soberanía, su territorio y su pueblo.

 

Laura Patiño Alzate
Laura Patiño Alzate
Voluntaria
Estudiante de Relaciones Internacionales de la Universidad de Belgrano (Buenos Aires, Argentina).
 
 
 

 
Más de Laura Patiño Alzate
 
Más sobre el proyecto Monitoreo de la gobernabilidad democrática
 
Ultimos videos