Comunicados
Monitoreo de la gobernabilidad democrática
Países en vías de desarrollo y transformación: Tiempos difíciles para el cambio democrático
Desde 2006, el Índice de transformación de la Fundación Bertelsmann (BTI) analiza y evalúa con periodicidad bianual la calidad de la democracia, la economía de mercado y la buena gobernanza en 129 países en vías de desarrollo y transformación. La evaluación se fundamenta en los detallados informes sobre cada uno de los países, elaborados por 250 especialistas provenientes de las principales universidades y think tanks de prestigio internacional. El BTI es el único índice que aborda una comparación a nivel internacional midiendo la calidad de la gobernanza con datos propios, y que ofrece un análisis detallado del rendimiento de la gestión política de los procesos de transformación. En mayo de 2016 CADAL publicará una edición en castellano de varias partes del BTI 2016. 		
		
		
Crecimiento de la desigualdad, aumento de los conflictos violentos y  una represión cada vez más apremiante: en nuestros días, la opinión  pública percibe las crisis internacionales de manera bastante inmediata.   Pero apenas se vislumbran soluciones a los conflictos. Por el  contrario; las tensiones políticas y sociales crecen en todo el mundo.

Gütersloh,  29 de febrero de 2016. La democracia y la economía social de mercado se  encuentran en retroceso en todo el planeta. A la vez, aumenta la  influencia de la religión sobre las instituciones políticas y los  ordenamientos jurídicos. Este es el resultado del actual Índice de  transformación de la Fundación Bertelsmann (BTI) que analiza desde 2006  con periodicidad bianual 129 países en vías de desarrollo y  transformación. Según sus conclusiones, muchos gobiernos restringen cada  vez más la libertad y los derechos civiles para asentar su propio  poder. Incluso en las democracias relativamente estables, los gobiernos  no siempre consiguen apaciguar los conflictos políticos y sociales.
Según  los 250 científicos que analizan para el BTI los 129 países en vías de  desarrollo y transformación mediante la evaluación de 17 criterios, sólo  se puede acreditar una muy buena calidad de la gobernanza en seis  países, un número menor que nunca. Por lo tanto, sólo Uruguay, Chile,  Taiwán, Estonia, Lituania y Polonia están gestionando la transformación  social de modo sensato y cauteloso. Por el contrario, en 46 países los  gobiernos, según los datos del BTI, se caracterizan por esfuerzos de  transformación débiles o fracasados.
Aumenta la influencia de la religión sobre la política
A  lo largo de los últimos diez años, la intensidad de los conflictos  sociales, étnicos y religiosos ha ido en aumento, con una media global  de medio punto sobre la escala de diez puntos que aplica el BTI. Los  conflictos sociales se expresan cada vez más a través de líneas de  conflicto religiosas. Fomentan estos conflictos organizaciones  extremistas como Boko Haram, Al Qaeda, el Estado Islámico o los  talibanes que en su mayoría son partidarios de una ideología militante y  yihadista.
Que la política se impregne en mayor medida  de contenidos religiosos no se limita exclusivamente ni a la región  árabe ni a las sociedades de mayoría musulmana, aunque es allí donde el  fenómeno se presenta con más fuerza. En total, el BTI identifica 42  Estados en todo el mundo en los que los dogmas religiosos influyen de  manera perceptible en los sistemas políticos. En 21 Estados —como, por  ejemplo, Irak, Libia, Turquía y Etiopía—, los ordenamientos jurídicos y  las instituciones políticas están expuestas a una mayor influencia de la  religión que en 2014. En los diez últimos años, el influjo de los  dogmas religiosos ha ido en aumento en 53 países, y sólo se ha reducido  en 12 países, lo que representa una de las tendencias negativas más  acusadas entre todos los criterios de evaluación del BTI.
Focos de crisis a las puertas de Europa
Aunque  entre los 129 países en vías de desarrollo y transformación el número  de los países con gobiernos democráticos ha aumentado de 72 a 74, y el  número de autocracias se ha reducido de 57 a 55, dentro de cada una de  las categorías la evolución es negativa. Desde la última evaluación  bianual del BTI, el porcentaje de autocracias calificadas en el BTI como  “duras” ha aumentado del 58% al 73%. Sólo en 15 autocracias se protegen  los derechos civiles, al menos en parte, y se conceden
derechos  políticos limitados. En las restantes 40 autocracias, las detenciones  arbitrarias de defensores de derechos humanos y de periodistas son  moneda común, al igual que las presiones sobre las organizaciones de la  sociedad civil. En regímenes autoritarios como Egipto, China o Rusia,  las fuerzas disidentes son sometidas a una persecución y opresión cada  vez más severa.
El BTI califica una de cada dos  democracias como “defectuosa”, y clasifica entretanto hasta una de cada  cinco democracias incluso como “muy defectuosa”. Los recortes en  libertad de organización y de reunión son particularmente notorios. En  casi todos los países de Europa Centro-oriental y Sudoriental existen  ahora más restricciones a la libertad de prensa y de expresión que hace  diez años.
Los países en África del Norte, Oriente Medio  y Europa del Este presentan evidentes retrocesos políticos y  económicos, en grados diferentes, pero, en cualquier caso, alarmantes.  El presidente de la Fundación Bertelsmann, Aart De Geus, constata: “Los  países vecinos de Europa se han convertido en más conflictivos, menos  estables y más autoritarios. Lo que suscita preocupación, sobre todo, es  la creciente incapacidad para el debate social y político”. Esta  evolución favorece el populismo y las posturas radicales. “Europa tiene  que hacer un mayor esfuerzo explícito para abrir nuevas vías para un  diálogo constructivo”, dijo De Geus.
Las crisis de  transformación y conflictos se relacionan, según el BTI, de forma  inseparable con los problemas sociales. La pobreza, la desigualdad y la  falta de perspectivas económicas son elementos de conflicto social que  provocan protestas contra la mala gobernanza. En este contexto de  necesidad de actuación social, se hace más grave y notorio que no se  hayan aprovechado de forma más consecuente las anteriores condiciones de  bonanza económica mundial para invertir en educación, sanidad y lucha  contra la desigualdad social. En los últimos años, el margen de maniobra  se ha reducido, y el rendimiento de economías nacionales esenciales,  como Brasil, India, México, Rusia y Sudáfrica, ha menguado de modo tan  continuado como manifiesto.
[En muchos países, los  movimientos populistas ya se han beneficiado del desencanto de la  ciudadanía y han salido victoriosos en las elecciones, con grandes  mayorías. “Una vez que están en el poder, estos gobiernos conciben el  mandato de sus electores como un aval para la realización, sin  compromisos, de sus objetivos políticos, sin consultar a la oposición o a  la sociedad civil, y sin respetar los derechos de las minorías”, según  reza el informe del BTI. La democracia iliberal de Hungría sólo sería el  ejemplo más prominente entre los países que anulan la separación de  poderes y restringen de forma deliberada los mecanismos de control  institucional y la libertad de expresión. Procesos de polarización de  intensidad similar tienen lugar en otras democracias defectuosas, como  Ecuador, Macedonia o Turquía.]
Información adicional
Desde  2006, el Índice de transformación de la Fundación Bertelsmann (BTI)  analiza y evalúa con periodicidad bianual la calidad de la democracia,  la economía de mercado y la buena gobernanza en 129 países en vías de  desarrollo y transformación. La evaluación se fundamenta en los  detallados informes sobre cada uno de los países, elaborados por 250  especialistas provenientes de  las principales universidades y think  tanks de prestigio internacional. El BTI es el único índice que aborda  una comparación a nivel internacional midiendo la calidad de la  gobernanza con datos propios, y que ofrece un análisis detallado del  rendimiento de la gestión política de los procesos de transformación. En  mayo de 2016, el think tank argentino Centro para la Apertura y el  Desarrollo de América Latina (CADAL, http://www.cadal.org) publicará una  edición en castellano de varias partes del BTI 2016.
Nuestros especialistas:
Sabine Donner, Telefon: +49  52 41 81 81 501 - E-Mail: sabine.donner@bertelsmann-stiftung.de
Dr. Hauke Hartmann, Telefon: +49 52 41 81 81 389 - E-Mail: hauke.hartmann@bertelsmann-stiftung.de
Para más información, véase www.bertelsmann-stiftung.de y www.bti-project.org
 
	
		
		
		
	
Crecimiento de la desigualdad, aumento de los conflictos violentos y una represión cada vez más apremiante: en nuestros días, la opinión pública percibe las crisis internacionales de manera bastante inmediata. Pero apenas se vislumbran soluciones a los conflictos. Por el contrario; las tensiones políticas y sociales crecen en todo el mundo.

Gütersloh, 29 de febrero de 2016. La democracia y la economía social de mercado se encuentran en retroceso en todo el planeta. A la vez, aumenta la influencia de la religión sobre las instituciones políticas y los ordenamientos jurídicos. Este es el resultado del actual Índice de transformación de la Fundación Bertelsmann (BTI) que analiza desde 2006 con periodicidad bianual 129 países en vías de desarrollo y transformación. Según sus conclusiones, muchos gobiernos restringen cada vez más la libertad y los derechos civiles para asentar su propio poder. Incluso en las democracias relativamente estables, los gobiernos no siempre consiguen apaciguar los conflictos políticos y sociales.
Según los 250 científicos que analizan para el BTI los 129 países en vías de desarrollo y transformación mediante la evaluación de 17 criterios, sólo se puede acreditar una muy buena calidad de la gobernanza en seis países, un número menor que nunca. Por lo tanto, sólo Uruguay, Chile, Taiwán, Estonia, Lituania y Polonia están gestionando la transformación social de modo sensato y cauteloso. Por el contrario, en 46 países los gobiernos, según los datos del BTI, se caracterizan por esfuerzos de transformación débiles o fracasados.
Aumenta la influencia de la religión sobre la política
A lo largo de los últimos diez años, la intensidad de los conflictos sociales, étnicos y religiosos ha ido en aumento, con una media global de medio punto sobre la escala de diez puntos que aplica el BTI. Los conflictos sociales se expresan cada vez más a través de líneas de conflicto religiosas. Fomentan estos conflictos organizaciones extremistas como Boko Haram, Al Qaeda, el Estado Islámico o los talibanes que en su mayoría son partidarios de una ideología militante y yihadista.
Que la política se impregne en mayor medida de contenidos religiosos no se limita exclusivamente ni a la región árabe ni a las sociedades de mayoría musulmana, aunque es allí donde el fenómeno se presenta con más fuerza. En total, el BTI identifica 42 Estados en todo el mundo en los que los dogmas religiosos influyen de manera perceptible en los sistemas políticos. En 21 Estados —como, por ejemplo, Irak, Libia, Turquía y Etiopía—, los ordenamientos jurídicos y las instituciones políticas están expuestas a una mayor influencia de la religión que en 2014. En los diez últimos años, el influjo de los dogmas religiosos ha ido en aumento en 53 países, y sólo se ha reducido en 12 países, lo que representa una de las tendencias negativas más acusadas entre todos los criterios de evaluación del BTI.
Focos de crisis a las puertas de Europa
Aunque entre los 129 países en vías de desarrollo y transformación el número de los países con gobiernos democráticos ha aumentado de 72 a 74, y el número de autocracias se ha reducido de 57 a 55, dentro de cada una de las categorías la evolución es negativa. Desde la última evaluación bianual del BTI, el porcentaje de autocracias calificadas en el BTI como “duras” ha aumentado del 58% al 73%. Sólo en 15 autocracias se protegen los derechos civiles, al menos en parte, y se conceden
derechos políticos limitados. En las restantes 40 autocracias, las detenciones arbitrarias de defensores de derechos humanos y de periodistas son moneda común, al igual que las presiones sobre las organizaciones de la sociedad civil. En regímenes autoritarios como Egipto, China o Rusia, las fuerzas disidentes son sometidas a una persecución y opresión cada vez más severa.
El BTI califica una de cada dos democracias como “defectuosa”, y clasifica entretanto hasta una de cada cinco democracias incluso como “muy defectuosa”. Los recortes en libertad de organización y de reunión son particularmente notorios. En casi todos los países de Europa Centro-oriental y Sudoriental existen ahora más restricciones a la libertad de prensa y de expresión que hace diez años.
Los países en África del Norte, Oriente Medio y Europa del Este presentan evidentes retrocesos políticos y económicos, en grados diferentes, pero, en cualquier caso, alarmantes. El presidente de la Fundación Bertelsmann, Aart De Geus, constata: “Los países vecinos de Europa se han convertido en más conflictivos, menos estables y más autoritarios. Lo que suscita preocupación, sobre todo, es la creciente incapacidad para el debate social y político”. Esta evolución favorece el populismo y las posturas radicales. “Europa tiene que hacer un mayor esfuerzo explícito para abrir nuevas vías para un diálogo constructivo”, dijo De Geus.
Las crisis de transformación y conflictos se relacionan, según el BTI, de forma inseparable con los problemas sociales. La pobreza, la desigualdad y la falta de perspectivas económicas son elementos de conflicto social que provocan protestas contra la mala gobernanza. En este contexto de necesidad de actuación social, se hace más grave y notorio que no se hayan aprovechado de forma más consecuente las anteriores condiciones de bonanza económica mundial para invertir en educación, sanidad y lucha contra la desigualdad social. En los últimos años, el margen de maniobra se ha reducido, y el rendimiento de economías nacionales esenciales, como Brasil, India, México, Rusia y Sudáfrica, ha menguado de modo tan continuado como manifiesto.
[En muchos países, los movimientos populistas ya se han beneficiado del desencanto de la ciudadanía y han salido victoriosos en las elecciones, con grandes mayorías. “Una vez que están en el poder, estos gobiernos conciben el mandato de sus electores como un aval para la realización, sin compromisos, de sus objetivos políticos, sin consultar a la oposición o a la sociedad civil, y sin respetar los derechos de las minorías”, según reza el informe del BTI. La democracia iliberal de Hungría sólo sería el ejemplo más prominente entre los países que anulan la separación de poderes y restringen de forma deliberada los mecanismos de control institucional y la libertad de expresión. Procesos de polarización de intensidad similar tienen lugar en otras democracias defectuosas, como Ecuador, Macedonia o Turquía.]
Información adicional
Desde 2006, el Índice de transformación de la Fundación Bertelsmann (BTI) analiza y evalúa con periodicidad bianual la calidad de la democracia, la economía de mercado y la buena gobernanza en 129 países en vías de desarrollo y transformación. La evaluación se fundamenta en los detallados informes sobre cada uno de los países, elaborados por 250 especialistas provenientes de las principales universidades y think tanks de prestigio internacional. El BTI es el único índice que aborda una comparación a nivel internacional midiendo la calidad de la gobernanza con datos propios, y que ofrece un análisis detallado del rendimiento de la gestión política de los procesos de transformación. En mayo de 2016, el think tank argentino Centro para la Apertura y el Desarrollo de América Latina (CADAL, http://www.cadal.org) publicará una edición en castellano de varias partes del BTI 2016.
Nuestros especialistas:
Sabine Donner, Telefon: +49 52 41 81 81 501 - E-Mail: sabine.donner@bertelsmann-stiftung.de
Dr. Hauke Hartmann, Telefon: +49 52 41 81 81 389 - E-Mail: hauke.hartmann@bertelsmann-stiftung.de
Para más información, véase www.bertelsmann-stiftung.de y www.bti-project.org

	



























































