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10-11-2025

Prisionera de dos mundos: Margarete Buber-Neumann frente a los totalitarismos del siglo XX

La doble condición de Margarete como sobreviviente del gulag soviético y del campo de concentración nazi de Ravensbrück le otorgó una voz singular en la denuncia de los totalitarismos. Mediante sus testimonios, no sólo documentó las experiencias de violencia y represión, sino que también reafirmó el valor de la memoria como resistencia frente al olvido histórico.
Por María Candela Costa Taralli
Margarete Buber-Neumann | Foto: Wikipedia
"No es valiente quien no tiene miedo,
sino quien sabe conquistarlo."
Nelson Mandela

Pocas figuras encarnan con tanta fuerza el conflicto entre ideologías totalitarias y valores democráticos como Margarete Buber-Neumann. Su trayectoria de vida es un caso excepcional para el análisis y reflexión entorno a estos regímenes, al tiempo que ofrece una valiosa perspectiva para el estudio de la democracia, la resistencia política y la dimensión ética de la oposición frente a la opresión.

Buber-Neumann nació en Potsdam en 1901, en el seno de una familia de clase media ilustrada, y se vinculó tempranamente al movimiento socialista. Fue maestra de jardín de infantes, militante en el Partido Comunista (1926) y activa colaboradora de la Internacional Comunista, tanto en Alemania como en España y Francia.

Su nombre compuesto remitía a una figura central en la memoria del siglo XX, signado por el totalitarismo y la violencia ideológica. Aunque su nombre de nacimiento era Margarete Thüring, tras casarse en 1921 con Rafael Buber, adoptó el apellido de su esposo. El apellido Buber provenía de su primer marido, hijo de Martin Buber, el reconocido filósofo judío de Viena que aportó fundamentos teóricos y una orientación política al sionismo progresista. Sin embargo, sería su segundo esposo, Heinz Neumann, destacado dirigente comunista, quien determinaría de forma más profunda su destino. A través de él, Buber-Neumann accedió a los círculos dirigentes del comunismo alemán, para luego verse arrastrada por la caída de este mismo entorno hacia el ostracismo, la persecución política y, finalmente, el cautiverio.

Huellas que no se borran ni se olvidan

Durante mucho tiempo, Margarete Buber-Neumann permaneció a la sombra de sus esposos, figuras destacadas en uno de los contextos políticos más turbulentos del siglo XX. No obstante, su presencia como protagonista de aquel tiempo comenzó a adquirir relevancia a lo largo de su estancia en el campo de concentración alemán de Ravensbrück. Allí fue donde Margarete emergió no solo como testigo privilegiada de los horrores del totalitarismo, sino también como una extraordinaria escritora.  En ese lugar de encierro y sufrimiento entabló una profunda amistad con la periodista checa Milena Jesenská quien quería saber absolutamente todo sobre su vida, los soviets, gulag y la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS).  De hecho, la pasión periodística de ahondar en el destino de un desconocido y su capacidad creativa al momento de hacer preguntas fueron los motores que llevaron a la autora a darle por primera vez una forma narrativa a sus escritos. Milena era su modelo a seguir; era una persona que a pesar de las adversidades nunca se dejó caer, siempre con la cabeza en alto y con el orgullo sin quebrantar. En palabras de Margarete, ella fue hasta el último de sus días “un ser humano libre en medio de todos los humillados”.

El vínculo que se forjó entre Buber-Neumann y la periodista checa fue singular; construido a partir de experiencias compartidas y un afecto genuino. Dicha amistad se convirtió en su refugio emocional frente a la brutalidad cotidiana del campo y luego de años sin saber de Heinz, su esposo, quien había desaparecido en Moscú en manos del Comisariado del Pueblo para Asuntos Internos de la Unión Soviética (NKVD): “Sólo habían transcurrido tres años, pero en ese tiempo no paraban de asaltarme las más torturantes ideas sobre su final y había perdido la esperanza de volver a verlo. La desesperación que intentaba ocultar me dominaba”.

Buber-Neumann conoció dos caras de la misma moneda, descubrió que la violencia y la represión no eran distorsiones accidentales, sino rasgos estructurales. A su juicio, ambos regímenes compartían una lógica de poder autoritaria, implacable y profundamente inhumana.

En sus pensamientos, la autora proyectaba escribir sobre su amiga Milena, una vez recuperada la libertad. Esta obra hipotética se titularía ‘La época de los campos de concentración’ y tenía como objetivo documentar desde una perspectiva testimonial, las experiencias vividas en contextos opresivos bajo dos regímenes dictatoriales de signo opuesto. Se planteaba relatar el sufrimiento de las víctimas, las formaciones militares marchando de manera uniforme y la sistemática humillación y esclavización de millones de personas. También se había acordado que la primera parte estaría basada en los relatos que Margarete compartió con Milena, mientras que la segunda parte sería elaborada en conjunto, reflejando las vivencias durante el periodo de cautiverio en el campo de concentración alemán: “Tú te ocupas de la primera parte, con todo lo que me has contado, y la segunda parte, lo que ahora estamos viviendo, la escribiremos juntas”.

Lamentablemente ese anhelado sueño no llegó a su fin tras la muerte de Milena en Ravensbrück. Por ello, Margarete asumió el compromiso moral de dar testimonio de lo vivido y cumplir la última voluntad de su amiga. Poco antes de morir, Milena le dijo a Margarete: “Sé que al menos tú no me olvidarás y que podré seguir viviendo en ti. Tú les dices a los demás quién fui, serás mi juez clemente.”

La memoria frente al olvido

El acto de rememorar presupone tener una experiencia pasada que se activa en el presente, por un deseo o un sufrimiento, unidos a veces a la intención de comunicarla. Involucra recuerdos y olvidos, narrativas y actos, silencios y gestos. Hay en juego saberes, pero también hay emociones, huecos y fracturas.

Para Margarete Buber-Neumann, el pacto de No Agresión entre nazis y soviéticos tuvo un significado profundamente concreto en su vida: fue el cruce de una frontera invisible entre dos infiernos. Desde el Gulag soviético, fue trasladada a los campos de concentración nazis, donde el horror cambiaba de idioma, pero no de rostro.

Tras su liberación en 1945, Buber-Neumann se estableció en Alemania Occidental, donde se dedicó a escribir, dar conferencias y participar en debates políticos. Ella se integró al Comité Internacional de Auschwitz, una organización formada por sobrevivientes de los campos de concentración nazis y que tenía como objetivo principal la preservación de la memoria histórica y la denuncia de los crímenes cometidos. Asimismo, su participación en este comité le permitió colaborar con otros sobrevivientes en la recopilación de testimonios y en la promoción de justicia y educación sobre el Holocausto.

Buber-Neumann no tomó las armas ni organizó movimientos de insurrección; se dedicó a contar lo vivido, desde la convicción de que relatar la verdad sobre los crímenes totalitarios era una forma de justicia y que también evidenciaba la importancia de la memoria individual y colectiva como herramienta para preservar la verdad.

Si bien, el paso del tiempo muestra una y otra vez la dificultad de “cerrar las cuentas con el pasado”, lo escrito por Buber-Neumann en sus principales obras: ‘Prisionera de Stalin y Hitler’ y ‘Milena’, señala que recordar no es únicamente volver al pasado, sino darle voz a quienes fueron anulados por sistemas que buscaron borrar su existencia. Es un verdadero ejercicio de memoria activa que desafía la negación y el olvido.

El acto de rememorar se convierte en una forma de recuperar la dignidad robada, de resistir a la desmemoria y de desarticular el poder que intenta imponer el olvido como una segunda forma de violencia. En la experiencia de Margarete, se vuelve inquietante constatar cómo dos regímenes de signo ideológico opuesto: uno en nombre del socialismo y otro bajo el nacionalismo autoritario hitleriano convergieron en las mismas prácticas de represión, violencia y deshumanización.

Transformar el dolor en relato

Muchas veces se piensa que a medida que pasa el tiempo, el pasado está más alejado, y que la gente tiende a olvidar. Pero a veces, el pasado puede ser renuente al olvido y puede volver y actualizarse de maneras diversas como ser a través de la literatura testimonial. Tal es el caso de los escritos de Buber-Neumann que una vez en libertad, se erigió no solo en una destacada escritora, sino también en una referente ineludible para la comprensión de las tragedias del siglo XX.

La doble condición de Margarete como sobreviviente del gulag soviético y del campo de concentración nazi de Ravensbrück le otorgó una voz singular en la denuncia de los totalitarismos. Mediante sus testimonios, no solo documentó las experiencias de violencia y represión, sino que también reafirmó el valor de la memoria como resistencia frente al olvido histórico. En este sentido, sus relatos permanecen como un aporte esencial a la construcción de una conciencia sobre el pasado y no se limitan a registrar vivencias personales, sino que funcionan como un puente entre la historia y la literatura. Esta dimensión explica por qué su legado se transformó en fuente de inspiración y referencia para otros escritores europeos, entre ellos Antonio Muñoz Molina. Este escritor español recuperó en sus obras literarias a Buber-Neumann no solo como una superviviente, sino a una voz imprescindible para la comprensión de los vínculos entre memoria, olvido y escritura.

En cuanto a otros espacios asociados al conflicto bélico en los relatos de Muñoz Molina, se visibiliza un mosaico, fracturado y recompuesto de historias y de las luces y sombras de la condición humana ante situaciones límite. Desde las páginas de su novela Sefarad, el escritor propone otra narrativa de la historia, puesto que la literatura y el arte en su exposición de las pérdidas, sufrimientos y dolores de multitud de seres anónimos, pueden constituirse también en una vía alternativa para comprender la realidad, y contribuir a modificarla. El autor recoge en la novela mencionada referencias de algunos textos de mujeres que sobrevivieron al horror y pudieron elaborarlo a través de la escritura; tales como los testimonios de Margarete Buber-Neumann. Recoge, así también, relatos orales de mujeres anónimas, entendiendo que su aporte desde la memoria individual suma a la construcción de una memoria colectiva de la comunidad.

Por otra parte, Norman Manea y Antonio Muñoz Molina dialogan en torno a una tradición literaria común marcada por el exilio, la persecución y el testimonio frente a los totalitarismos. En el marco de esa reflexión, Muñoz Molina alude de manera explícita a Buber-Neumann como parte de ese grupo de escritores que, al igual que Primo Levi, lograron convertir en relato lo indescriptible. Según el autor, las memorias de estos testigos, atravesadas por el dolor y la pérdida, constituyen un esfuerzo por dar forma a experiencias que resisten ser contadas y salir a la luz. Dicha conversación se la puede encontrar en la revista cultural y literaria ‘Letras Libres’, la cual tiene ediciones en México y España, dedicada a la crítica, ensayos, poesía, cuentos, entrevistas y crónicas.

En esta línea, el Museo del Holocausto de Buenos Aires ha dedicado atención a la figura de Margarete Buber-Neumann, destacando su testimonio como una de las pocas voces que han narrado sus vivencias en los campos de concentración tanto soviético como nazi. En su publicación Nuestra Memoria (n.º 24), se menciona que, al igual que Franz Kafka conoció a Milena Jesenská en las calles libres de Praga, Margarete Buber-Neumann tuvo el destino de conocerla en cautiverio, específicamente en Ravensbrück.

Además, gracias al legado que dejo Bubber-Neumann, logró ser reconocida y visibilizada a través de diferentes figuras destacadas del ámbito literario. La poeta Adeline Baldacchino escribió que Margarete Buber-Neumann tuvo el singular destino de ser una de las pocas personas que logró sobrevivir y dejar testimonio escrito de su paso tanto por los campos soviético como nazi y contar acerca de los efectos devastadores del poder sobre víctimas y victimarios.

Asimismo, el historiador Tony Judt la distinguió como una de las escritoras políticas más interesantes de la época en una lista que incluye a  Václav HavelKarl KrausAlva Myrdal y Sidney Hook. Y la escritora Camila Loew eligió a Buber-Neumann como una de las testigos principales para reflexionar sobre la relación entre historia y literatura, o entre la materialidad del dolor y su representación en el texto.

En fin, es notoria la dedicación de Margarete Buber-Neumann a la preservación de la memoria histórica, lo que evidencia su firme compromiso con la verdad, la justicia y la educación frente a los horrores del totalitarismo. En 1980, la autora fue galardonada con la Gran Cruz del Mérito de la República Federal de Alemania, otorgándole un reconocimiento oficial por su lucha contra regímenes totalitarios y la promoción de la libertad y la democracia.  Su testimonio trasciende el tiempo en el que vivió y nos interpela en la actualidad, en un mundo donde las amenazas a la democracia y los derechos humanos persisten bajo nuevas formas.

Recuperar y reflexionar sobre su legado no solo honra su valentía, sino que reafirma la importancia del activismo y del compromiso ético como pilares fundamentales para la construcción de sociedades más justas y libres.

El verdadero desafío radica en superar las repeticiones del pasado, combatir el olvido y resistir los abusos del poder político. Se trata de mantener una distancia crítica sin renunciar al compromiso con los derechos humanos universales. Asimismo, exige fortalecer las instituciones democráticas, promoviendo el debate y la reflexión activa sobre el pasado, comprendiendo su sentido en el presente y su proyección hacia el futuro que deseamos construir de forma colectiva.

BIBLIOGRAFÍA

Buber‑Neumann, M. (2017). Milena (M. A. Grau, Trad.). Tusquets Editores. (Colección Andanzas).

Buber-Neumann, M. (2018). Prisionera de Stalin y Hitler (L. García Reyes & M. J. Viejo Pérez, Trads.; A. Muñoz Molina, Pról.). Epublibre.

Diaz Navarro, E. Las escrituras de la Historia: En torno a Sefarad, de Antonio Muñoz Molina. Universidad Complutense de Madrid. Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes.

Jelin, E. (2012). Los trabajos de la memoria (2ª ed.). Instituto de Estudios Peruanos. (Estudios sobre Memoria y Violencia, 1)

Margarete Buber-Neumann. WIKIPEDIA. Disponible en: https://en.wikipedia.org/wiki/Margarete_Buber-Neumann

Norman, Manea. (2011). El texto nómada Conversación entre Antonio Muñoz Molina y Norman Manea. Letras Libres. 

Nuestra Memoria. (2005).  60 años de la liberación de Auschwitz. (n.º 24). Disponible haciendo click aquí

Rigoni, Mirtha L. (2013).  La lucidez de la memoria en Sefarad, de Antonio Muñoz Molina.

Toca, María. Margarete Buber-Neumann: bibliografía. La Pajarera Magazine.

 

María Candela Costa Taralli
María Candela Costa Taralli
 
 
 

 
 
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