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Observatorio de Relaciones Internacionales y Derechos Humanos
Tres días de revuelta contra un sistema bicentenario en Haití
¿Cómo entender que, con este aumento de gasolina, el precio del galón de querosene es más alto que el salario mínimo diario?¿Cómo entender que un haitiano todavía vive con menos de un dólar estadounidense por día en el bolsillo? ¿Cómo explicar hasta ahora que no se ha dado ninguna respuesta sobre los fondos de Petro Caribe que se desperdiciaron cuando debían usarse para el desarrollo del país?Por Yvenique Bathard
Haití ha vivido tres días de revuelta popular tras el aumento en el precio del gas en el surtidor. En la televisión y en las redes sociales, las imágenes de incendios, de saqueadores se sucedieron: tiendas saqueadas o quemadas, grandes hoteles cubiertos de piedras, barricadas quemadas - incluso en distritos reconocidos de alto nivel- añadido a tiros escuchados en varios barrios. Esta pintura es solo la punta del Iceberg.
Le faltan todavía los 214 años de desesperación, de deambule, de agonía, de miseria y desprecio de este pueblo, una vez glorioso, traicionado hoy. El pueblo haitiano aspira a ocupar este pedazo de tierra con dignidad, pero solo tiene viajeros eternos en busca de un mejor pasar económico.
¿Qué sucede con este pueblo sediento de libertad, que ha terminado con casi tres décadas de los Duvalieristas en el poder y luego obligara al presidente Jean-Bertrand Aristide a partir al exilio en 2004, y que ha puesto en el poder a un músico en lugar de un político para gobernar el país en 2011 y a un servidor de la burguesía en 2017?
¿Cómo entender que, con este aumento de gasolina, el precio del galón (3.75 L.) de querosene es más alto que el salario mínimo diario, respectivamente 309 HTG y 300 HTG? ¿Cómo entender que en dos años de gobierno, un sello de pasaporte aumentó de 1.600 gourdes (1.600 HTG) a seis mil gourdes (6000 HTG)? ¿Cómo entender que un haitiano todavía vive con menos de un dólar estadounidense (1 USD) por día en el bolsillo? ¿Cómo explicar hasta ahora que no se ha dado ninguna respuesta sobre los fondos de Petro Caribe que se desperdiciaron cuando debían usarse para el desarrollo del país? ¿Cómo entender que el hospital más grande de Haití es casi disfuncional? ¿Cómo entender que el sueño de cualquier joven haitiano entre 18 y 35 años es irse del país?
Los eventos del último fin de semana pueden considerarse como la expresión del hartazgo del pueblo. Este grito para denunciar el hecho de que casi el 5% de la población posee el 90% de la riqueza del país, con las barreras socioeconómicas entre "nèg anwo"(1) y "nèg anba"(2) y la marginación de ciertas personas debido a sus barrios bautizados barrios calientes.
La ira del pueblo golpeará aún más fuerte si, por un lado, las autoridades no toman en cuenta las necesidades de la masa, no crean las condiciones para que la población realmente tenga acceso a la educación e inviertan para crear empleo sostenible.
Por otro lado, los empresarios haitianos deben trabajar para proyectar una mejor percepción de ellos a los ojos de la mayoría. En este momento, la sociedad haitiana está más que desgarrada, ya que los empobrecidos y marginados hacen de los ricos la causa de su infortunio; mientras que los ricos ven en los pobres a enemigos o ayudantes de cámara. Un cambio en esta forma de pensar es esencial para mejorar las condiciones de vida en el país más desigual de América Latina y del Caribe.
(1) Para indicar los ricos del país.
(2) Para indicar los pobres del país
Yvenique Bathard es periodista e integrante de Jóvenes para la Participación Ciudadana en Haití.
Yvenique BathardYvenique Bathard es periodista e integrante de Jóvenes para la Participación Ciudadana en Haití.
Haití ha vivido tres días de revuelta popular tras el aumento en el precio del gas en el surtidor. En la televisión y en las redes sociales, las imágenes de incendios, de saqueadores se sucedieron: tiendas saqueadas o quemadas, grandes hoteles cubiertos de piedras, barricadas quemadas - incluso en distritos reconocidos de alto nivel- añadido a tiros escuchados en varios barrios. Esta pintura es solo la punta del Iceberg.
Le faltan todavía los 214 años de desesperación, de deambule, de agonía, de miseria y desprecio de este pueblo, una vez glorioso, traicionado hoy. El pueblo haitiano aspira a ocupar este pedazo de tierra con dignidad, pero solo tiene viajeros eternos en busca de un mejor pasar económico.
¿Qué sucede con este pueblo sediento de libertad, que ha terminado con casi tres décadas de los Duvalieristas en el poder y luego obligara al presidente Jean-Bertrand Aristide a partir al exilio en 2004, y que ha puesto en el poder a un músico en lugar de un político para gobernar el país en 2011 y a un servidor de la burguesía en 2017?
¿Cómo entender que, con este aumento de gasolina, el precio del galón (3.75 L.) de querosene es más alto que el salario mínimo diario, respectivamente 309 HTG y 300 HTG? ¿Cómo entender que en dos años de gobierno, un sello de pasaporte aumentó de 1.600 gourdes (1.600 HTG) a seis mil gourdes (6000 HTG)? ¿Cómo entender que un haitiano todavía vive con menos de un dólar estadounidense (1 USD) por día en el bolsillo? ¿Cómo explicar hasta ahora que no se ha dado ninguna respuesta sobre los fondos de Petro Caribe que se desperdiciaron cuando debían usarse para el desarrollo del país? ¿Cómo entender que el hospital más grande de Haití es casi disfuncional? ¿Cómo entender que el sueño de cualquier joven haitiano entre 18 y 35 años es irse del país?
Los eventos del último fin de semana pueden considerarse como la expresión del hartazgo del pueblo. Este grito para denunciar el hecho de que casi el 5% de la población posee el 90% de la riqueza del país, con las barreras socioeconómicas entre "nèg anwo"(1) y "nèg anba"(2) y la marginación de ciertas personas debido a sus barrios bautizados barrios calientes.
La ira del pueblo golpeará aún más fuerte si, por un lado, las autoridades no toman en cuenta las necesidades de la masa, no crean las condiciones para que la población realmente tenga acceso a la educación e inviertan para crear empleo sostenible.
Por otro lado, los empresarios haitianos deben trabajar para proyectar una mejor percepción de ellos a los ojos de la mayoría. En este momento, la sociedad haitiana está más que desgarrada, ya que los empobrecidos y marginados hacen de los ricos la causa de su infortunio; mientras que los ricos ven en los pobres a enemigos o ayudantes de cámara. Un cambio en esta forma de pensar es esencial para mejorar las condiciones de vida en el país más desigual de América Latina y del Caribe.
(1) Para indicar los ricos del país.
(2) Para indicar los pobres del país
Yvenique Bathard es periodista e integrante de Jóvenes para la Participación Ciudadana en Haití.