Artículos
Observatorio de Relaciones Internacionales y Derechos Humanos
Haití es Haití
Murieron más de 30 personas, casi 180 heridos, olas de saqueos e incendios de algunas estaciones de policía e instituciones, carreteras bloqueadas, sin gobierno en vigor desde marzo de 2019, y con el presidente que continúa haciendo oídos sordos llamando a la clase política al diálogo y responsabilizando al sistema político de ponerle freno para que el país salga adelante. Un sistema que, sin embargo, lo ha acompañado para convertirse en el quincuagésimo octavo presidente de Haití.Por Yvenique Bathard
¿Cómo es Haití? "Haití es Haití", si repitiéramos al famoso escritor haitiano-canadiense, Dany Laferrière.
De hecho, los haitianos han estado en las calles durante más de un año para gritarle su harta a todos sobre la situación social, política y económica del país. Desde julio de 2018 hasta hoy, los movimientos de protesta continúan a un ritmo frenético, pero el futuro se está volviendo cada vez más incierto. Cada fecha histórica es una oportunidad para marcar su desacuerdo con el gobierno y pedir la partida del presidente Jovenel Moise: 17 de octubre (aniversario de la muerte de Jean Jacques Dessalines, padre de la nación), 18 de noviembre (aniversario última batalla de la independencia, Vertiéres), 1 de enero (Día de la Independencia) y 7 de febrero (fin de la dictadura de los Duvallier).
Las últimas oleadas de protestas comenzaron hace más de un mes en Haití, causando el cierre de clases que habían sido reanudadas oficialmente el 9 de septiembre de 2019. Clase política, parlamentarios, elite económica, líderes religiosos, artistas, todos están en la calle para reclamar la salida de Jovenel Moise, quien llegó al poder luego de la elección en 2017.
Con una tasa de inflación de más 19.5% según el Instituto Haitiano de Estadística e Informática (IHSI), 5. 4 millones de haitianos viven en situación de inseguridad alimentaria según la Coordinación Nacional de Seguridad Alimentaria (CNSA). El presidente Jovenel Moise había prometido a la población con el programa “caravana del cambio”, garantizarle la comida, pero pasó el tiempo y aún no puede satisfacer esta necesidad primaria y así lograr superar este problema. La “caravana del cambio” también se había fijado como objetivo promover acciones en sectores claves del país, como obras públicas, educación, salud, turismo y agricultura dirigidas a generar crecimiento.
Además de ser una crisis económica, la cuestión de la inseguridad se consolida, con la capital y otras ciudades provinciales en manos de los bandidos. Con los caminos que permanecen bloqueados permanentemente, las personas se esconden en sus hogares para evitar ser víctimas de crímenes.
Al mismo tiempo, el problema de PetroCaribe sigue avanzando. El presidente, mencionado en la información proporcionada por el Tribunal Superior de Cuentas y Litigios Administrativos (CCCSA), no ha dicho una palabra sobre el asunto, al igual que los ex dignatarios involucrados en la administración de estos fondos.
Murieron más de 30 personas, casi 180 heridos, olas de saqueos e incendios de algunas estaciones de policía e instituciones, carreteras bloqueadas, sin gobierno en vigor desde marzo de 2019, y con el presidente que continúa haciendo oídos sordos llamando a la clase política al diálogo y responsabilizando al sistema político de ponerle freno para que el país salga adelante. Un sistema que, sin embargo, lo ha acompañado para convertirse en el quincuagésimo octavo presidente de Haití.
Desde 1986 hasta la fecha, Haití es una sucesión de crisis interminable. Si todos los haitianos son conscientes del hecho de que la situación en el país es el resultado del sistema, la pregunta que debemos hacernos es: ¿cuál es este sistema y quiénes son los beneficiarios del mismo que tienen tanto poder para regenerarse?
Yvenique BathardYvenique Bathard es periodista e integrante de Jóvenes para la Participación Ciudadana en Haití.
¿Cómo es Haití? "Haití es Haití", si repitiéramos al famoso escritor haitiano-canadiense, Dany Laferrière.
De hecho, los haitianos han estado en las calles durante más de un año para gritarle su harta a todos sobre la situación social, política y económica del país. Desde julio de 2018 hasta hoy, los movimientos de protesta continúan a un ritmo frenético, pero el futuro se está volviendo cada vez más incierto. Cada fecha histórica es una oportunidad para marcar su desacuerdo con el gobierno y pedir la partida del presidente Jovenel Moise: 17 de octubre (aniversario de la muerte de Jean Jacques Dessalines, padre de la nación), 18 de noviembre (aniversario última batalla de la independencia, Vertiéres), 1 de enero (Día de la Independencia) y 7 de febrero (fin de la dictadura de los Duvallier).
Las últimas oleadas de protestas comenzaron hace más de un mes en Haití, causando el cierre de clases que habían sido reanudadas oficialmente el 9 de septiembre de 2019. Clase política, parlamentarios, elite económica, líderes religiosos, artistas, todos están en la calle para reclamar la salida de Jovenel Moise, quien llegó al poder luego de la elección en 2017.
Con una tasa de inflación de más 19.5% según el Instituto Haitiano de Estadística e Informática (IHSI), 5. 4 millones de haitianos viven en situación de inseguridad alimentaria según la Coordinación Nacional de Seguridad Alimentaria (CNSA). El presidente Jovenel Moise había prometido a la población con el programa “caravana del cambio”, garantizarle la comida, pero pasó el tiempo y aún no puede satisfacer esta necesidad primaria y así lograr superar este problema. La “caravana del cambio” también se había fijado como objetivo promover acciones en sectores claves del país, como obras públicas, educación, salud, turismo y agricultura dirigidas a generar crecimiento.
Además de ser una crisis económica, la cuestión de la inseguridad se consolida, con la capital y otras ciudades provinciales en manos de los bandidos. Con los caminos que permanecen bloqueados permanentemente, las personas se esconden en sus hogares para evitar ser víctimas de crímenes.
Al mismo tiempo, el problema de PetroCaribe sigue avanzando. El presidente, mencionado en la información proporcionada por el Tribunal Superior de Cuentas y Litigios Administrativos (CCCSA), no ha dicho una palabra sobre el asunto, al igual que los ex dignatarios involucrados en la administración de estos fondos.
Murieron más de 30 personas, casi 180 heridos, olas de saqueos e incendios de algunas estaciones de policía e instituciones, carreteras bloqueadas, sin gobierno en vigor desde marzo de 2019, y con el presidente que continúa haciendo oídos sordos llamando a la clase política al diálogo y responsabilizando al sistema político de ponerle freno para que el país salga adelante. Un sistema que, sin embargo, lo ha acompañado para convertirse en el quincuagésimo octavo presidente de Haití.
Desde 1986 hasta la fecha, Haití es una sucesión de crisis interminable. Si todos los haitianos son conscientes del hecho de que la situación en el país es el resultado del sistema, la pregunta que debemos hacernos es: ¿cuál es este sistema y quiénes son los beneficiarios del mismo que tienen tanto poder para regenerarse?