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Observatorio de Relaciones Internacionales y Derechos Humanos
El dictador Obiang obtiene 98% de los votos en cuestionadas elecciones de Guinea Ecuatorial
Obiang gobierna de manera autoritaria en Guinea Ecuatorial desde 1979, cuando llegó al poder luego de un golpe militar, y podría volver a presentarse en las elecciones previstas para el 2023, para gobernar así hasta el 2030. En esta ocasión reaparecieron las mismas denuncias de irregularidades que en el 2013 por parte de los líderes de la oposición, organismos internacionales y grupos de la sociedad civil. Por Trinidad Hunt
Teodoro Obiang Nguema Mbasogo, perteneciente al Partido Democrático de Guinea Ecuatorial (PDGE) obtuvo el 98% de los votos el pasado domingo 24 de abril y por lo tanto seguirá al mando del país durante 7 años más. Obiang gobierna de manera autoritaria en Guinea Ecuatorial desde 1979, cuando llegó al poder luego de un golpe militar, y podría volver a presentarse en las elecciones previstas para el 2023, para gobernar así hasta el 2030.
En esta ocasión reaparecieron las mismas denuncias que en el 2013 por parte de los líderes de la oposición, organismos internacionales y grupos de la sociedad civil: que en las elecciones hubo fraude electoral, comenzando desde la misma administración electoral, teniendo en cuenta que esta no fue independiente. Asimismo, se había destacado que, en cuanto al censo electoral, en muchas circunscripciones coincidieron con el censo de población, pero también pudieron ser encontrados en el padrón algunos muertos e inscripciones múltiples. Al mismo tiempo, en el proceso de votación en la mayor parte de las mesas electorales de la periferia el voto no había sido personal ni secreto; tampoco se respetó la ley electoral porque el escrutinio no fue público; y además la observación electoral, que debió abarcar todo el proceso, sólo se limitó al día de la votación.
Por tal motivo, resulta emblemática la obtención del 98% de los votos a nivel nacional por parte de Obiang y, además, el 100% en distritos como Mongomo, su aldea natal en la parte continental del país, Ebibeyin, Nsonk Nsomo, Akonibe, Añisok y Nsork.
Por otra parte, aunque, según la ley electoral ecuatoguineana, el presidente se elige a través de un sistema electoral basado en circunscripciones uninominales, a razón de una mayoría simple, es necesario aclarar que el territorio es protagonista de hechos que constituyen graves violaciones de la ley a diario, y los antecedentes electorales hacen a una clara falta de transparencia en el mismo.
Cabe destacar que en el acto de apertura de la campaña electoral de los diversos partidos políticos, solo el discurso de campaña del presidente saliente y candidato nuevamente por el PDGE, Obiang, fue transmitido por radio y televisión. Dejando en claro cómo la tcampaña electoral no fue equitativa, porque el partido gobernante acumula los medios estatales, en detrimento de los demás partidos y por lo tanto no existe igualdad en cuanto al acceso a los medios de comunicación de titularidad del Estado. En ese acto, además, el presidente ecuatoguineano presentó al pueblo de Guinea Ecuatorial ciertas recomendaciones. Lo que dijo en su discurso, a través de los medios de comunicación, fue que había que: “…desarrollar una campaña electoral pacífica, civilizada, sosegada y transparente sometiéndonos todos al imperio de la ley y al orden, exentos de intimidaciones, agresiones físicas, verbales y morales…”.
Sin embargo, estas palabras resultaron hipócritas e indignantes para todos los ciudadanos, teniendo en cuenta que, en primer lugar, las elecciones se anunciaron para una fecha que no era la prevista legalmente y, en segundo lugar, que por un comunicado de Obiang, se denigró de manera íntegra a Don Andrés Esono Ondo, Secretario General de la Convergencia para la Democracia Social (CPDS). Lo que hizo Obiang fue dirigirse a Esono Ondo con toda clase de insultos y descalificaciones. Inclusive, en la misma línea de acción, se refirió con agravios y ofensas hacia el honor y la dignidad del Presidente del Partido Ciudadanos por la Innovación (CI), durante el mismísimo acto de apertura de la campaña electoral, en el que pedía la no agresión.
A lo anterior se suma que dos días antes de las elecciones, el viernes último 22 de abril, el ejército ecuatoguineano atacó la sede del partido CI, dejando un gran número de personas heridas.
Según lo establecido en el Artículo 51 de su Constitución, las elecciones deberían tener lugar cuarenta y cinco días antes de la expiración de los poderes del Presidente en ejercicio o, a más tardar, dentro de los sesenta días siguientes a dicha fecha. En este caso, los poderes del Sr. Obiang Nguema Mbasogo expiran el 8 de diciembre de 2016, por lo cual las elecciones habría que realizarlas entre el día 30 de octubre del 2016 y el día 5 de febrero de 2017.
Entre otras irregularidades durante este mes electivo, uno de ellos estuvo relacionado con los miembros activos de las Fuerzas Armadas y de la Seguridad del Estado, a quienes se les prohíbe difundir propaganda electoral o llevar a cabo cualquier actividad relacionada con la misma (Artículo 69 de la ley electoral). Sin embargo, se llevó a cabo una participación activa en el Estadio de Malabo por parte de oficiales generales, oficiales jefes, miembros de las fuerzas de seguridad, todos ellos vistiendo la indumentaria del PDGE.
El otro hecho representativo de la violación de la ley en Guinea Ecuatorial es que en los carteles de propaganda del PDGE aparece inmersa la enseña nacional, cuando el Artículo 78 de la Ley Electoral deja por sentado que está prohibido el uso de los símbolos nacionales con fines electorales.
Por otra parte, mientras Obiang en su discurso agregaba de manera descarada: “…La permanencia de la paz que se vive en el país y el progreso económico actual de Guinea Ecuatorial son ejemplo de una democracia ejemplar…”; la agencia Lusa publicaba los datos fundamentales del último informe World Economic Outlook (WEO) del Fondo Monetario Internacional (FMI): “…Guinea Ecuatorial, que lleva a cabo en este mes elecciones presidenciales (muy criticadas por la oposición por la ausencia de libertades), tendrá la mayor recesión del espacio lusófono (7,4%), a la que se suma una nueva caída del Producto Interior Bruto (PIB) de casi un 2% en 2017…” Igualmente el dato de mayor importancia es que Guinea ocupa el puesto 136 de 187 países en el Índice de Desarrollo Humano.
A todo esto, la organización EG Justice denunció la falta de transparencia electoral de las instituciones de este gobierno y varias agresiones, como el arresto de Mabale Eyang y Mosuy Eseng (hijo y sobrino de Filiberto Mabale, secretario general del partido político en el exilio Coalición de Oposición para la Restauración de un Estado Democrático), quienes fueron detenidos ilegalmente. La detención se realizó en base a un documento presuntamente firmado por el Ministro de Seguridad Nacional, en el cual se ordena el arresto de opositores políticos exiliados. Asimismo, EG Justice ha encontrado 20 sitios que son rutinariamente bloqueados por parte de las autoridades ecuatoguineanas.
Guinea Ecuatorial es un país en crisis que, a pesar de haber sido escenario de elecciones presidenciales, no presenta secuelas de cambio, sino que todo lo contrario. Obiang ganó con el 98% y por lo tanto continuará habiendo un estado dominado por una dictadura, en la que seguramente se seguirán desencadenando persecuciones y arrestos contra dirigentes y simpatizantes de la oposición, fraudes electorales, en un contexto de pobreza de la mayoría de la población frente a la abundancia de riqueza de la minoría gobernante.
Frente a esta situación es importante el papel que tiene que asumir la comunidad internacional, denunciando las violaciones a los derechos humanos por parte del gobierno de Obiang y su falta de legitimidad democrática.
Trinidad Hunt
Teodoro Obiang Nguema Mbasogo, perteneciente al Partido Democrático de Guinea Ecuatorial (PDGE) obtuvo el 98% de los votos el pasado domingo 24 de abril y por lo tanto seguirá al mando del país durante 7 años más. Obiang gobierna de manera autoritaria en Guinea Ecuatorial desde 1979, cuando llegó al poder luego de un golpe militar, y podría volver a presentarse en las elecciones previstas para el 2023, para gobernar así hasta el 2030.
En esta ocasión reaparecieron las mismas denuncias que en el 2013 por parte de los líderes de la oposición, organismos internacionales y grupos de la sociedad civil: que en las elecciones hubo fraude electoral, comenzando desde la misma administración electoral, teniendo en cuenta que esta no fue independiente. Asimismo, se había destacado que, en cuanto al censo electoral, en muchas circunscripciones coincidieron con el censo de población, pero también pudieron ser encontrados en el padrón algunos muertos e inscripciones múltiples. Al mismo tiempo, en el proceso de votación en la mayor parte de las mesas electorales de la periferia el voto no había sido personal ni secreto; tampoco se respetó la ley electoral porque el escrutinio no fue público; y además la observación electoral, que debió abarcar todo el proceso, sólo se limitó al día de la votación.
Por tal motivo, resulta emblemática la obtención del 98% de los votos a nivel nacional por parte de Obiang y, además, el 100% en distritos como Mongomo, su aldea natal en la parte continental del país, Ebibeyin, Nsonk Nsomo, Akonibe, Añisok y Nsork.
Por otra parte, aunque, según la ley electoral ecuatoguineana, el presidente se elige a través de un sistema electoral basado en circunscripciones uninominales, a razón de una mayoría simple, es necesario aclarar que el territorio es protagonista de hechos que constituyen graves violaciones de la ley a diario, y los antecedentes electorales hacen a una clara falta de transparencia en el mismo.
Cabe destacar que en el acto de apertura de la campaña electoral de los diversos partidos políticos, solo el discurso de campaña del presidente saliente y candidato nuevamente por el PDGE, Obiang, fue transmitido por radio y televisión. Dejando en claro cómo la tcampaña electoral no fue equitativa, porque el partido gobernante acumula los medios estatales, en detrimento de los demás partidos y por lo tanto no existe igualdad en cuanto al acceso a los medios de comunicación de titularidad del Estado. En ese acto, además, el presidente ecuatoguineano presentó al pueblo de Guinea Ecuatorial ciertas recomendaciones. Lo que dijo en su discurso, a través de los medios de comunicación, fue que había que: “…desarrollar una campaña electoral pacífica, civilizada, sosegada y transparente sometiéndonos todos al imperio de la ley y al orden, exentos de intimidaciones, agresiones físicas, verbales y morales…”.
Sin embargo, estas palabras resultaron hipócritas e indignantes para todos los ciudadanos, teniendo en cuenta que, en primer lugar, las elecciones se anunciaron para una fecha que no era la prevista legalmente y, en segundo lugar, que por un comunicado de Obiang, se denigró de manera íntegra a Don Andrés Esono Ondo, Secretario General de la Convergencia para la Democracia Social (CPDS). Lo que hizo Obiang fue dirigirse a Esono Ondo con toda clase de insultos y descalificaciones. Inclusive, en la misma línea de acción, se refirió con agravios y ofensas hacia el honor y la dignidad del Presidente del Partido Ciudadanos por la Innovación (CI), durante el mismísimo acto de apertura de la campaña electoral, en el que pedía la no agresión.
A lo anterior se suma que dos días antes de las elecciones, el viernes último 22 de abril, el ejército ecuatoguineano atacó la sede del partido CI, dejando un gran número de personas heridas.
Según lo establecido en el Artículo 51 de su Constitución, las elecciones deberían tener lugar cuarenta y cinco días antes de la expiración de los poderes del Presidente en ejercicio o, a más tardar, dentro de los sesenta días siguientes a dicha fecha. En este caso, los poderes del Sr. Obiang Nguema Mbasogo expiran el 8 de diciembre de 2016, por lo cual las elecciones habría que realizarlas entre el día 30 de octubre del 2016 y el día 5 de febrero de 2017.
Entre otras irregularidades durante este mes electivo, uno de ellos estuvo relacionado con los miembros activos de las Fuerzas Armadas y de la Seguridad del Estado, a quienes se les prohíbe difundir propaganda electoral o llevar a cabo cualquier actividad relacionada con la misma (Artículo 69 de la ley electoral). Sin embargo, se llevó a cabo una participación activa en el Estadio de Malabo por parte de oficiales generales, oficiales jefes, miembros de las fuerzas de seguridad, todos ellos vistiendo la indumentaria del PDGE.
El otro hecho representativo de la violación de la ley en Guinea Ecuatorial es que en los carteles de propaganda del PDGE aparece inmersa la enseña nacional, cuando el Artículo 78 de la Ley Electoral deja por sentado que está prohibido el uso de los símbolos nacionales con fines electorales.
Por otra parte, mientras Obiang en su discurso agregaba de manera descarada: “…La permanencia de la paz que se vive en el país y el progreso económico actual de Guinea Ecuatorial son ejemplo de una democracia ejemplar…”; la agencia Lusa publicaba los datos fundamentales del último informe World Economic Outlook (WEO) del Fondo Monetario Internacional (FMI): “…Guinea Ecuatorial, que lleva a cabo en este mes elecciones presidenciales (muy criticadas por la oposición por la ausencia de libertades), tendrá la mayor recesión del espacio lusófono (7,4%), a la que se suma una nueva caída del Producto Interior Bruto (PIB) de casi un 2% en 2017…” Igualmente el dato de mayor importancia es que Guinea ocupa el puesto 136 de 187 países en el Índice de Desarrollo Humano.
A todo esto, la organización EG Justice denunció la falta de transparencia electoral de las instituciones de este gobierno y varias agresiones, como el arresto de Mabale Eyang y Mosuy Eseng (hijo y sobrino de Filiberto Mabale, secretario general del partido político en el exilio Coalición de Oposición para la Restauración de un Estado Democrático), quienes fueron detenidos ilegalmente. La detención se realizó en base a un documento presuntamente firmado por el Ministro de Seguridad Nacional, en el cual se ordena el arresto de opositores políticos exiliados. Asimismo, EG Justice ha encontrado 20 sitios que son rutinariamente bloqueados por parte de las autoridades ecuatoguineanas.
Guinea Ecuatorial es un país en crisis que, a pesar de haber sido escenario de elecciones presidenciales, no presenta secuelas de cambio, sino que todo lo contrario. Obiang ganó con el 98% y por lo tanto continuará habiendo un estado dominado por una dictadura, en la que seguramente se seguirán desencadenando persecuciones y arrestos contra dirigentes y simpatizantes de la oposición, fraudes electorales, en un contexto de pobreza de la mayoría de la población frente a la abundancia de riqueza de la minoría gobernante.
Frente a esta situación es importante el papel que tiene que asumir la comunidad internacional, denunciando las violaciones a los derechos humanos por parte del gobierno de Obiang y su falta de legitimidad democrática.