Prensa
Monitoreo de la gobernabilidad democrática
Darryl Dunn:
«La reforma del Estado fue más fácil porque la hizo la centro-izquierda»
El nuevo embajador de Nueva Zelanda habló sobre las reformas de su país. Esos cambios los inició el Partido Laborista (centro-izquierda) y se mantienen con fuerte consenso del Partido Nacional (centro- derecha).
Fuente: El País (Uruguay)
El nuevo embajador de Nueva Zelanda para Argentina y Uruguay visitó Montevideo la pasada semana para exponer en un foro del Centro para la Apertura y el Desarrollo de América Latina sobre las reformas de su país, que es desde hace años una suerte de paradigma para casi todos los partidos políticos uruguayos. Esas reformas, especialmente la del Estado, que se iniciaron en los 80 cuando el país perdió los privilegios de su relación colonial con Gran Bretaña fueron dramáticas muchas veces. No querían perder lo que ya tenían. Esos cambios los inició el Partido Laborista (centro-izquierda) y se mantienen con fuerte consenso del Partido Nacional (centro- derecha).
Alejandro Nogueira
- ¿Cuáles son en Nueva Zelanda las políticas de Estado que ya nadie discute?
- Por ejemplo, el apoyo al sector agropecuario, que no cambia según el gobierno que esté.
- ¿Hay subsidios?
- No, no hay subsidios de ningún tipo desde hace mucho tiempo en Nueva Zelanda Lo que hay son apoyos a nuestra industria más fuerte que se expresan en los servicios al sector agropecuario, de investigación, de sanidad animal, de acceso a los mercados, de superar obstáculos políticos a los mercados mediante el trabajo diplomático.
- ¿Qué otras políticas de Estado existen?
- La educación, la salud, la defensa, las asociaciones extrajeras. Lo que cambió mucho en los años 80 son las actitudes hacia las instituciones del Estado en el sentido de darse cuenta de la necesidad de reformas.
- Los dos partidos principales en Nueva Zelanda son el Nacional y el Laborista. ¿Qué diferencias tiene el laborismo en el plano ideológico con la izquierda latinoamericana, de cuño marxista y antiimperialista, hoy con un toque "bolivariano"?
- Tenemos una tradición británica bastante fuerte, por lo que el Partido Laborista tiene una tradición británica bastante fuerte. El partido de izquierda es de centro-izquierda y el Nacional es conservador, pero no es tan conservador; es de centro-derecha.
No hay polarización entre los partidos de Nueva Zelanda, hay mucho acuerdo. Tenemos una tradición de cambio pacífico, de evolución, desde la colonia, y aún la Reina Isabel es nuestra jefa de Estado, es un lazo muy fuerte, ceremonial.
- ¿Los sindicatos son fuertes? ¿Hay una central única?
- Hay grupos, hay formaciones bastante importantes, una asamblea de los gremios, pero no se forman centrales monolíticas. No hay una dirección única. A veces colaboran, a veces no.
- ¿Están vinculados al Partido Laborista?
- Sí, lo estaban mucho en el pasado. Hay vínculos de simpatía con el laborismo, pero no son los lazos fuertes del pasado.
- Nueva Zelanda es puesta en Uruguay una y otra vez, por la izquierda y la derecha, como ejemplo, especialmente en temas como la reforma del Estado. ¿Cómo fue esa reforma en lo más distintivo?
- El pueblo producía los productos agropecuarios y el Estado ofrecía los servicios necesarios para los ciudadanos. Una coparticipación sencilla y exitosa en el pasado. Pero no podía resistir a las fuerzas globales de cambio que venían desde afuera. La entrada de Gran Bretaña en el Mercado Común Europeo fue un golpe muy grande. Nuestro comercio con Gran Bretaña llegaba al 65% y hoy es del 6%. Nuestro socio más importante hoy es Australia, con el 20%, y tenemos el comercio muy diversificado con la zona de Asia-Pacífico y con Europa. Tenemos además tratados de libre comercio con los países del Golfo Pérsico y con China.
- ¿Y qué cambió en el sector público?
- La búsqueda de eficiencia y la transparencia, empezando con el presupuesto: que los legisladores sepan cuando aprueban un gasto que ese dinero cumplió el objetivo para el que se aprobó. En muchos países no hay transparencia, se gasta, pero no se sabe si se gasta bien o mal. En Nueva Zelanda se rinden cuentas durante el año de cómo se gastó, de sus resultados, exitosos o no.
- La reforma, ¿redujo puestos públicos?
- Sí. Hubo, por ejemplo, una reforma del Ministerio de Servicios Forestales que juntaba actividades comerciales con la conservación de selvas y bosques primitivos, con servicios al público: una mezcla de objetivos. Se separaron las actividades comerciales y se vendieron y se racionalizaron los servicios públicos. Mucha gente, miles, quedaron sin empleo, y debieron organizarse en empresas para ofrecer los servicios a la empresa estatal. En Nueva Zelanda el 20% de las tierras son fiscales, pero sólo quedaron los servicios públicos y se separaron todas las actividades comerciales y se vendieron a empresarios y a inversores locales o extranjeros.
- ¿Se privatizaron otras actividades que eran estatales?
- La energía, los combustibles; están todos en manos privadas. Hay competencia en esos mercados, aunque a veces hay quejas de que no hay suficiente competencia. En electricidad y telecomunicaciones hay una empresa -Telecom New Zeland- que tiene una posición eminente en el mercado y sus competidores se quejan de que no hay competencia suficiente. Lo único monopólico del Estado es la defensa o las relaciones exteriores.
- El funcionario público, ¿tiene algún estatuto especial de protección de su empleo?
- No, es igual que el del trabajador privado.
- ¿Se lo puede echar por bajo rendimiento o por disminución del trabajo?
- Sí, hay garantías jurídicas para los empleados, pero son iguales para todos.
- ¿Qué los protege si el gobierno cambia de partido?
- Los empleados públicos dependen del jefe permanente de cada ministerio y no del ministro. Un ministro no puede despedir gente directamente. Ese jefe es un profesional y es apolítico, no responde al partido de gobierno. Si el empleado no funciona bien hay trámites a seguir. Hay protecciones jurídicas del trabajador, y se aplican las leyes del sistema. Los contratos de trabajo varían según los ministerios, del mismo modo que en las empresas.
- ¿Cómo entra un empleado en el Estado? ¿Hay concursos transparentes?
- El sistema de ingresos esta reglamentado por la Comisión de Servicios del Estado y hay servicios de control y evaluación.
- ¿Cuál fue la actitud de los sindicatos ante estos cambios tan drásticos? ¿Los apoyaron o los combatieron?
- Hubo un consenso en los principios de que se necesitaban los cambios. No hubo las reacciones fuertes y violentas que se ven en otros países cuando hay reformas grandes que tocan derechos de los gremios. Apoyaron la reforma. Naturalmente los sindicatos trataban de proteger los derechos de sus afiliados, pero acompañaron los cambios, a veces muy radicales en los que, incluso, perdían afiliados. Esta reforma se hizo más fácilmente porque la hizo un gobierno de centro-izquierda. Además los sindicatos tenían dirigentes muy profesionales, con conocimiento de la economía y sabían que no podíamos continuar en el mismo rumbo.
Un policía gana unos US$ 56.000 por año
- ¿Cómo se ajustan los sueldos públicos?
- De acuerdo con el mercado y a la necesidad de empleados. Los servicios públicos no encabezan el mercado en términos de salarios. Cuando fijan las remuneraciones se tienen en cuenta las tendencias del mercado privado.
- O sea que si se contrata, por ejemplo, un técnico informático, ¿no hay un sueldo predeterminado sino que se paga a precios del mercado?
- Sí, se paga a precios del mercado, se compite con las empresas. Sólo que normalmente el Estado no lidera, sino que establece un nivel de sueldos en el promedio del mercado.
- ¿Cuánto gana un policía?
- Bastante bien, unos 80 mil dólares neocelandeses anuales (unos US$ 56.000; US$ 4.600 mensuales). Es un servicios muy profesional y con muchos beneficios y es necesario atraer a personas de buena educación y espíritu de servicio al público.
- ¿Cuál es la carga impositiva de las personas?
- Hay dos formas: los impuestos sobre los sueldos personales -entre 25% y 35%, dependiendo del nivel de sueldo- donde se incluyen todos los conceptos (seguridad social, salud, servicios públicos) y un impuesto al valor agregado de 12%.
- ¿Cuánto paga la empresa?
- La empresa está en el orden del 35% sobre su renta.
- ¿Hay además impuestos regionales o provinciales?
- Sí, para el abastecimiento de agua, red de saneamiento y por otros servicios de las municipalidades o gobiernos regionales.
- ¿Son muy pesados para los ciudadanos?
-En mi caso, por mi casa pago unos 2.000 dólares neocelandeses al año (unos US$ 1.400). Se paga impuestos según el valor de la propiedad.
Perfil
Nombre: Darryl Dunn
Nació: en Nueva Zelanda
Estado civil: casado, 2 hijos
Otros datos: Diplomático de carrera
Embajador ciclista
Recientemente asumió la representación de Nueva Zelanda en Buenos Aires y es embajador concurrente en Uruguay, aunque aún debe presentar sus cartas credenciales ante el gobierno de José Mujica.
Habla árabe tras un pasaje por el Líbano y aprendió rápido y fluidamente el castellano luego de haber estudiado durante cinco meses en Argentina mientras se preparaba para su primer destino en América Latina.
Fue durante los últimos cinco años director de la División para Medio Oriente de la Cancillería de su país y tuvo cargos diplomáticos en las Islas Cook, en Los Ángeles, Estados Unidos, en París y en Bagdag.
Es un apasionado del ciclismo. Comenzó utilizando la bicicleta para ir y venir de su trabajo en París, recorrió Francia en seis días, también su país, varias veces, y atravesó Estados Unidos entre Los Ángeles y Boston en un viaje de seis semanas junto a dos amigos también apasionados del deporte.
El País (Uruguay)
El nuevo embajador de Nueva Zelanda para Argentina y Uruguay visitó Montevideo la pasada semana para exponer en un foro del Centro para la Apertura y el Desarrollo de América Latina sobre las reformas de su país, que es desde hace años una suerte de paradigma para casi todos los partidos políticos uruguayos. Esas reformas, especialmente la del Estado, que se iniciaron en los 80 cuando el país perdió los privilegios de su relación colonial con Gran Bretaña fueron dramáticas muchas veces. No querían perder lo que ya tenían. Esos cambios los inició el Partido Laborista (centro-izquierda) y se mantienen con fuerte consenso del Partido Nacional (centro- derecha).
Alejandro Nogueira
- ¿Cuáles son en Nueva Zelanda las políticas de Estado que ya nadie discute?
- Por ejemplo, el apoyo al sector agropecuario, que no cambia según el gobierno que esté.
- ¿Hay subsidios?
- No, no hay subsidios de ningún tipo desde hace mucho tiempo en Nueva Zelanda Lo que hay son apoyos a nuestra industria más fuerte que se expresan en los servicios al sector agropecuario, de investigación, de sanidad animal, de acceso a los mercados, de superar obstáculos políticos a los mercados mediante el trabajo diplomático.
- ¿Qué otras políticas de Estado existen?
- La educación, la salud, la defensa, las asociaciones extrajeras. Lo que cambió mucho en los años 80 son las actitudes hacia las instituciones del Estado en el sentido de darse cuenta de la necesidad de reformas.
- Los dos partidos principales en Nueva Zelanda son el Nacional y el Laborista. ¿Qué diferencias tiene el laborismo en el plano ideológico con la izquierda latinoamericana, de cuño marxista y antiimperialista, hoy con un toque "bolivariano"?
- Tenemos una tradición británica bastante fuerte, por lo que el Partido Laborista tiene una tradición británica bastante fuerte. El partido de izquierda es de centro-izquierda y el Nacional es conservador, pero no es tan conservador; es de centro-derecha.
No hay polarización entre los partidos de Nueva Zelanda, hay mucho acuerdo. Tenemos una tradición de cambio pacífico, de evolución, desde la colonia, y aún la Reina Isabel es nuestra jefa de Estado, es un lazo muy fuerte, ceremonial.
- ¿Los sindicatos son fuertes? ¿Hay una central única?
- Hay grupos, hay formaciones bastante importantes, una asamblea de los gremios, pero no se forman centrales monolíticas. No hay una dirección única. A veces colaboran, a veces no.
- ¿Están vinculados al Partido Laborista?
- Sí, lo estaban mucho en el pasado. Hay vínculos de simpatía con el laborismo, pero no son los lazos fuertes del pasado.
- Nueva Zelanda es puesta en Uruguay una y otra vez, por la izquierda y la derecha, como ejemplo, especialmente en temas como la reforma del Estado. ¿Cómo fue esa reforma en lo más distintivo?
- El pueblo producía los productos agropecuarios y el Estado ofrecía los servicios necesarios para los ciudadanos. Una coparticipación sencilla y exitosa en el pasado. Pero no podía resistir a las fuerzas globales de cambio que venían desde afuera. La entrada de Gran Bretaña en el Mercado Común Europeo fue un golpe muy grande. Nuestro comercio con Gran Bretaña llegaba al 65% y hoy es del 6%. Nuestro socio más importante hoy es Australia, con el 20%, y tenemos el comercio muy diversificado con la zona de Asia-Pacífico y con Europa. Tenemos además tratados de libre comercio con los países del Golfo Pérsico y con China.
- ¿Y qué cambió en el sector público?
- La búsqueda de eficiencia y la transparencia, empezando con el presupuesto: que los legisladores sepan cuando aprueban un gasto que ese dinero cumplió el objetivo para el que se aprobó. En muchos países no hay transparencia, se gasta, pero no se sabe si se gasta bien o mal. En Nueva Zelanda se rinden cuentas durante el año de cómo se gastó, de sus resultados, exitosos o no.
- La reforma, ¿redujo puestos públicos?
- Sí. Hubo, por ejemplo, una reforma del Ministerio de Servicios Forestales que juntaba actividades comerciales con la conservación de selvas y bosques primitivos, con servicios al público: una mezcla de objetivos. Se separaron las actividades comerciales y se vendieron y se racionalizaron los servicios públicos. Mucha gente, miles, quedaron sin empleo, y debieron organizarse en empresas para ofrecer los servicios a la empresa estatal. En Nueva Zelanda el 20% de las tierras son fiscales, pero sólo quedaron los servicios públicos y se separaron todas las actividades comerciales y se vendieron a empresarios y a inversores locales o extranjeros.
- ¿Se privatizaron otras actividades que eran estatales?
- La energía, los combustibles; están todos en manos privadas. Hay competencia en esos mercados, aunque a veces hay quejas de que no hay suficiente competencia. En electricidad y telecomunicaciones hay una empresa -Telecom New Zeland- que tiene una posición eminente en el mercado y sus competidores se quejan de que no hay competencia suficiente. Lo único monopólico del Estado es la defensa o las relaciones exteriores.
- El funcionario público, ¿tiene algún estatuto especial de protección de su empleo?
- No, es igual que el del trabajador privado.
- ¿Se lo puede echar por bajo rendimiento o por disminución del trabajo?
- Sí, hay garantías jurídicas para los empleados, pero son iguales para todos.
- ¿Qué los protege si el gobierno cambia de partido?
- Los empleados públicos dependen del jefe permanente de cada ministerio y no del ministro. Un ministro no puede despedir gente directamente. Ese jefe es un profesional y es apolítico, no responde al partido de gobierno. Si el empleado no funciona bien hay trámites a seguir. Hay protecciones jurídicas del trabajador, y se aplican las leyes del sistema. Los contratos de trabajo varían según los ministerios, del mismo modo que en las empresas.
- ¿Cómo entra un empleado en el Estado? ¿Hay concursos transparentes?
- El sistema de ingresos esta reglamentado por la Comisión de Servicios del Estado y hay servicios de control y evaluación.
- ¿Cuál fue la actitud de los sindicatos ante estos cambios tan drásticos? ¿Los apoyaron o los combatieron?
- Hubo un consenso en los principios de que se necesitaban los cambios. No hubo las reacciones fuertes y violentas que se ven en otros países cuando hay reformas grandes que tocan derechos de los gremios. Apoyaron la reforma. Naturalmente los sindicatos trataban de proteger los derechos de sus afiliados, pero acompañaron los cambios, a veces muy radicales en los que, incluso, perdían afiliados. Esta reforma se hizo más fácilmente porque la hizo un gobierno de centro-izquierda. Además los sindicatos tenían dirigentes muy profesionales, con conocimiento de la economía y sabían que no podíamos continuar en el mismo rumbo.
Un policía gana unos US$ 56.000 por año
- ¿Cómo se ajustan los sueldos públicos?
- De acuerdo con el mercado y a la necesidad de empleados. Los servicios públicos no encabezan el mercado en términos de salarios. Cuando fijan las remuneraciones se tienen en cuenta las tendencias del mercado privado.
- O sea que si se contrata, por ejemplo, un técnico informático, ¿no hay un sueldo predeterminado sino que se paga a precios del mercado?
- Sí, se paga a precios del mercado, se compite con las empresas. Sólo que normalmente el Estado no lidera, sino que establece un nivel de sueldos en el promedio del mercado.
- ¿Cuánto gana un policía?
- Bastante bien, unos 80 mil dólares neocelandeses anuales (unos US$ 56.000; US$ 4.600 mensuales). Es un servicios muy profesional y con muchos beneficios y es necesario atraer a personas de buena educación y espíritu de servicio al público.
- ¿Cuál es la carga impositiva de las personas?
- Hay dos formas: los impuestos sobre los sueldos personales -entre 25% y 35%, dependiendo del nivel de sueldo- donde se incluyen todos los conceptos (seguridad social, salud, servicios públicos) y un impuesto al valor agregado de 12%.
- ¿Cuánto paga la empresa?
- La empresa está en el orden del 35% sobre su renta.
- ¿Hay además impuestos regionales o provinciales?
- Sí, para el abastecimiento de agua, red de saneamiento y por otros servicios de las municipalidades o gobiernos regionales.
- ¿Son muy pesados para los ciudadanos?
-En mi caso, por mi casa pago unos 2.000 dólares neocelandeses al año (unos US$ 1.400). Se paga impuestos según el valor de la propiedad.
Perfil
Nombre: Darryl Dunn
Nació: en Nueva Zelanda
Estado civil: casado, 2 hijos
Otros datos: Diplomático de carrera
Embajador ciclista
Recientemente asumió la representación de Nueva Zelanda en Buenos Aires y es embajador concurrente en Uruguay, aunque aún debe presentar sus cartas credenciales ante el gobierno de José Mujica.
Habla árabe tras un pasaje por el Líbano y aprendió rápido y fluidamente el castellano luego de haber estudiado durante cinco meses en Argentina mientras se preparaba para su primer destino en América Latina.
Fue durante los últimos cinco años director de la División para Medio Oriente de la Cancillería de su país y tuvo cargos diplomáticos en las Islas Cook, en Los Ángeles, Estados Unidos, en París y en Bagdag.
Es un apasionado del ciclismo. Comenzó utilizando la bicicleta para ir y venir de su trabajo en París, recorrió Francia en seis días, también su país, varias veces, y atravesó Estados Unidos entre Los Ángeles y Boston en un viaje de seis semanas junto a dos amigos también apasionados del deporte.