Derechos Humanos y
Solidaridad Democrática Internacional

Artículos

Observatorio de Relaciones Internacionales y Derechos Humanos

03-05-2006

Argentina y su compromiso internacional con los derechos humanos

Por Gabriel C. Salvia

Teniendo en cuenta que la Asamblea General de la ONU celebrará hoy la primera elección de los cuarenta y siete miembros del recién creado Consejo de Derechos Humanos, la República Argentina debería votar en esa ocasión en contra de todas las dictaduras que se hayan postulado para integrar este flamante organismo. Al respecto, la información difundida oficialmente por la Organización de las Naciones Unidas señala que "Cuando se realicen la votación para elegir a los miembros del Consejo, los Estados Miembros tomarán en cuenta la contribución de los candidatos a la promoción y la protección de los derechos humanos".

La ONG Human Rights Watch alertó de que a las elecciones para designar los 47 miembros del nuevo CDH se habían presentado "28 países que pueden ser descritos como violadores de los derechos humanos y que no cumplen los requisitos para sentarse en el Consejo". "El voto de mañana es crucial", ha declarado el director ejecutivo del HRW, Hillel Neuer, que ha considerado que "la legitimidad del nuevo Consejo se basará en la credibilidad de sus estados miembros fundadores". Neuer, mediante un comunicado de prensa difundido en Ginebra, ha indicado que "algunos de los más conocidos y sistemáticos violadores de los derechos humanos, como China, Cuba, Rusia, Arabia Saudí y hasta Irán, que deniega el Holocausto, podrían ser electos".

De acuerdo a lo difundido por la agencia EFE "Hasta hoy un total de 68 estados han presentado sus candidaturas para ocupar un lugar en el nuevo Consejo, que tendrá 47 puestos y que estarán repartidos por regiones. Según Human Rights Watch, los candidatos que pasarían el listón establecido por Naciones Unidas para acceder a un puesto del Consejo serían 29, entre los que figuran los latinoamericanos Argentina, Costa Rica, Ecuador, Guatemala, Honduras, México, Perú y Uruguay". Los restantes en ese grupo serían Alemania, Albania, Canadá, República Checa, Finlandia, Francia, Georgia, Grecia, Hungría, Japón, Letonia, Lituania, Holanda, Polonia, Portugal, Rumanía, Eslovenia, Suiza, Ucrania y el Reino Unido. Para HRW, otros países podrían sentarse siempre que se comprometan a "no oponerse a las resoluciones a favor de las víctimas en Darfur y otras partes del mundo", y en ellos incluye a Brasil, Gana, India, Jordania, Mali, Mauricio, Senegal, Sudáfrica, Corea del Sur, Tanzania y Zambia.

Argentina pone a prueba su compromiso internacional con los derechos humanos

Por tal motivo, y en coherencia con la iniciativa de la ONU y el declamado compromiso del gobierno argentino en materia de derechos humanos, sería lógico que Argentina rechace las nominaciones de los siguientes países, todos ellos reincidentes violadores de los derechos fundamentales: Argelia, Angola, Armenia, Azerbaiyán, Bahrain, Bangladesh, Camerún, China, Cuba, Yibuti, Gabón, Indonesia, Irán, Irak, Kenya, Kirguizistán, Líbano, Malasia, Marruecos, Nigeria, Pakistán, Filipinas, Rusia, Arabia Saudi, Sri Lanka, Tailandia, Túnez y Venezuela, basándose para ello en los informes publicados por prestigiosas organizaciones internacionales como Human Rights Watch y Amnistía Internacional.

Y dado que los miembros del Consejo se someterán a un nuevo mecanismo de revisión universal del Consejo durante la duración de su membresía, cuyas modalidades y la frecuencia de este mecanismo universal de revisión periódico serán decididas por el Consejo durante el año siguiente a su primera sesión, es muy importante que en la primera integración del Consejo de Derechos Humanos de la ONU exista una presencia mayoritaria de países libres debido a que las dictaduras intentarán boicotear cualquier iniciativa tendiente a que se ponga en evidencia las denuncias de violaciones a derechos humanos en sus países.

En este nuevo intento de promover internacionalmente el respeto a los derechos humanos, los países democráticos, como la Argentina, tienen que estar muy alertas para no convertirse en cómplices del silencio que buscan las dictaduras y ayudar decididamente a quienes son perseguidos, hostigados y encarcelados bajo este tipo de regímenes. En ese sentido, cabe recordar que durante la última dictadura militar argentina la estrategia diplomática del "proceso" logró el apoyo del resto de las dictaduras, incluyendo a todo el bloque de los No-Alineados, y por tal motivo nunca fue condenada en Naciones Unidas. Al respecto, el embajador Gabriel Martínez, representante del gobierno militar en Ginebra, señaló en noviembre del año pasado que Cuba actuó como "interlocutor" entre la delegación argentina y las de Europa del Este y que cuando él necesitaba pasar un mensaje a un país del bloque del Este, generalmente le pediría al embajador cubano que fuera su mensajero. Martínez describió como "óptima" y "extremadamente cercana" la relación con Cuba, país que también ayudó a convenir reuniones de los delegados no alineados en nombre de Argentina.

Por eso mismo, países como la Argentina tienen una responsabilidad mayor en condenar a las dictaduras remanentes y mucho más si algunos de esos regímenes fueron cómplices activos en bloquear la condena a los militares en Ginebra, como es el caso de Cuba.

Gabriel C. Salvia es Director General del Centro para la Apertura y el Desarrollo de América Latina (CADAL).

Gabriel C. Salvia
Gabriel C. Salvia
Director General
Activista internacional de derechos humanos. Desde 1992 se desempeña como director en Organizaciones de la Sociedad Civil y es miembro fundador de CADAL. Como periodista trabajó en gráfica, radio y TV. Compiló varios libros, entre ellos "Diplomacia y Derechos Humanos en Cuba" (2011), "Los derechos humanos en las relaciones internacionales y la política exterior" (2021) y "75 años de la Declaración Universal de Derechos Humanos: Miradas desde Cuba" (2023), y es autor de "Bailando por un espejismo: apuntes sobre política, economía y diplomacia en los gobiernos de Cristina Fernández de Kirchner" (2017). También es autor de varios informes, entre los que se destacan "Las sillas del Consejo: autoritarismos y democracias en la evolución de la integración del órgano de DDHH de la ONU" y "Memoria cerrada: La complicidad de la revolución cubana con la dictadura militar argentina".
 
 
 

 
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