Artículos
Observatorio de Relaciones Internacionales y Derechos Humanos
¿De qué socialismo nos habla Hugo Chávez?
Por Ricardo López Göttig
En el reciente encuentro de la autodenominada cumbre de los pueblos, el presidente venezolano Hugo Chávez habló del socialismo para el nuevo siglo, como la alternativa frente al modelo capitalista de las democracias occidentales. Es muy probable, sin embargo, que Hugo Chávez desconozca la honrosa tradición librecambista que apoyó el Partido Socialista en Argentina hasta mediados del siglo XX, representado por Juan B. Justo, Alfredo Palacios y Nicolás Repetto, entre otros. Este socialismo era reformista y creía en la actuación electoral y parlamentaria -a diferencia de los extremistas que se separaron y formaron el Partido Comunista tras la revolución bolchevique de 1917- así como se oponía a la violencia del anarquismo. Su preocupación era que los nacientes segmentos de obreros tuvieran un salario con alto poder adquisitivo -de allí que defendieran la convertibilidad del peso papel al patrón oro- y que pudiesen adquirir productos buenos a precios accesibles, y por eso propugnaron el libre comercio internacional.
Alfredo Palacios, desde su solitaria banca de diputado, afirmó el 28 de agosto de 1905 que: "Nuestra legislación aduanera constituye, a mi juicio, una verdadera traba para el desenvolvimiento de la república; y de ahí que sea necesario orientarse en el sentido de una política económica liberal, que esté de acuerdo con las necesidades y con las condiciones de un pueblo que carece de gran población, y en donde por lo tanto, los consumos no son intensos".
El doctor Nicolás Repetto, un ilustre parlamentario socialista, destacó en sus memorias que en la discusión en el Congreso sobre el pacto Roca-Runciman de 1933 sostuvo que: "Yo me había pronunciado en contra de los tratados bilaterales, que no convienen para un país como el nuestro, que debe dar puertas ampliamente abiertas y exigir al mismo tiempo puertas abiertas al resto del mundo; denuncié como perjudicial la generalizada tendencia de los gobiernos que se entrometen y hasta monopolizan funciones comerciales, dificultando y hasta impidiendo las transacciones libres entre los pueblos (...)" (en su libro Mi paso por la política, Tomo II, p. 51). La bancada socialista se opuso sistemáticamente a la creación de las juntas reguladoras y proteccionistas de la economía durante el decenio de los treinta, por considerarlas perjudiciales para el consumidor.
Este socialismo, en vísperas de la segunda guerra mundial, no vaciló en reconocer el liderazgo de los Estados Unidos como república democrática frente al avance de los totalitarismos en Europa, criticando con dureza la política supuestamente neutral que mantenía el entonces presidente Ramón Castillo, claramente influido por el nacionalismo pro Eje.
¿Es éste socialismo en el que piensa el presidente Hugo Chávez? ¿O se refiere al socialismo real que se aplicó en la URSS, Europa oriental, China comunista, Camboya y Vietnam? Por su socio Fidel Castro en la aventura del ALBA y en contra del ALCA, parece ser éste el camino que nos está indicando: el experimento totalitario que costó varias decenas de millones de muertes, campos de concentración, la militarización del trabajo, la miseria, la carrera armamentista, las hambrunas masivas, la delación, la tortura y la asfixia a todos los derechos individuales. Lejos, muy lejos de lo que los ciudadanos argentinos anhelamos para el porvenir.
Ricardo López Göttig es Profesor de ESEADE e investigador CADAL.
Ricardo López GöttigDirector del Instituto Václav Havel
Profesor y Doctor en Historia, egresado de la Universidad de Belgrano y de la Universidad Karlova de Praga (República Checa), respectivamente. Doctorando en Ciencia Política. Es profesor titular de Historia Contemporánea en la Universidad de Belgrano, y profesor en las maestrías en Relaciones Internacionales de la UB y de la Universidad del Salvador. Fue profesor visitante en la Universidad Torcuato Di Tella, en la Universidad ORT Uruguay y en la Universidad de Pavía (Italia). Autor de los libros “Origen, mitos e influencias del antisemitismo en el mundo” (2019) y “Milada Horáková. Defensora de los derechos humanos y víctima de los totalitarismos” (2020), ambos publicados por CADAL y la Fundación Konrad Adenauer, entre otros. Fue Director de Museos y Preservación Patrimonial de la Provincia de Buenos Aires (2015-2019).
En el reciente encuentro de la autodenominada cumbre de los pueblos, el presidente venezolano Hugo Chávez habló del socialismo para el nuevo siglo, como la alternativa frente al modelo capitalista de las democracias occidentales. Es muy probable, sin embargo, que Hugo Chávez desconozca la honrosa tradición librecambista que apoyó el Partido Socialista en Argentina hasta mediados del siglo XX, representado por Juan B. Justo, Alfredo Palacios y Nicolás Repetto, entre otros. Este socialismo era reformista y creía en la actuación electoral y parlamentaria -a diferencia de los extremistas que se separaron y formaron el Partido Comunista tras la revolución bolchevique de 1917- así como se oponía a la violencia del anarquismo. Su preocupación era que los nacientes segmentos de obreros tuvieran un salario con alto poder adquisitivo -de allí que defendieran la convertibilidad del peso papel al patrón oro- y que pudiesen adquirir productos buenos a precios accesibles, y por eso propugnaron el libre comercio internacional.
Alfredo Palacios, desde su solitaria banca de diputado, afirmó el 28 de agosto de 1905 que: "Nuestra legislación aduanera constituye, a mi juicio, una verdadera traba para el desenvolvimiento de la república; y de ahí que sea necesario orientarse en el sentido de una política económica liberal, que esté de acuerdo con las necesidades y con las condiciones de un pueblo que carece de gran población, y en donde por lo tanto, los consumos no son intensos".
El doctor Nicolás Repetto, un ilustre parlamentario socialista, destacó en sus memorias que en la discusión en el Congreso sobre el pacto Roca-Runciman de 1933 sostuvo que: "Yo me había pronunciado en contra de los tratados bilaterales, que no convienen para un país como el nuestro, que debe dar puertas ampliamente abiertas y exigir al mismo tiempo puertas abiertas al resto del mundo; denuncié como perjudicial la generalizada tendencia de los gobiernos que se entrometen y hasta monopolizan funciones comerciales, dificultando y hasta impidiendo las transacciones libres entre los pueblos (...)" (en su libro Mi paso por la política, Tomo II, p. 51). La bancada socialista se opuso sistemáticamente a la creación de las juntas reguladoras y proteccionistas de la economía durante el decenio de los treinta, por considerarlas perjudiciales para el consumidor.
Este socialismo, en vísperas de la segunda guerra mundial, no vaciló en reconocer el liderazgo de los Estados Unidos como república democrática frente al avance de los totalitarismos en Europa, criticando con dureza la política supuestamente neutral que mantenía el entonces presidente Ramón Castillo, claramente influido por el nacionalismo pro Eje.
¿Es éste socialismo en el que piensa el presidente Hugo Chávez? ¿O se refiere al socialismo real que se aplicó en la URSS, Europa oriental, China comunista, Camboya y Vietnam? Por su socio Fidel Castro en la aventura del ALBA y en contra del ALCA, parece ser éste el camino que nos está indicando: el experimento totalitario que costó varias decenas de millones de muertes, campos de concentración, la militarización del trabajo, la miseria, la carrera armamentista, las hambrunas masivas, la delación, la tortura y la asfixia a todos los derechos individuales. Lejos, muy lejos de lo que los ciudadanos argentinos anhelamos para el porvenir.
Ricardo López Göttig es Profesor de ESEADE e investigador CADAL.