Comunicados
Promoción de la Apertura Política en Cuba
Un diplomático norteamericano de origen latino recibe el Premio a la Diplomacia Comprometida en Cuba 2011-2012
En esta tercera edición del Premio fueron nominados un total de 25 diplomáticos extranjeros que cumplieron funciones en Cuba Joaquín Monserrate, Jefe de la Sección Económica y Política de la Sección de Intereses de Estados Unidos de América en La Habana, entre septiembre de 2009 y julio de 2012, resultó ganador del Premio a la Diplomacia Comprometida correspondiente al período 2011-2012 luego de obtener 220 votos y haber sido nominado por 23 diferentes grupos dentro de Cuba.
Joaquín Monserrate, Jefe de la Sección Económica y Política de la Sección de Intereses de Estados Unidos de América en La Habana, entre septiembre de 2009 y julio de 2012, resultó ganador del Premio a la Diplomacia Comprometida correspondiente al período 2011-2012 luego de obtener 220 votos y haber sido nominado por 23 diferentes grupos dentro de Cuba.
Sobre su labor solidaria, brindando reconocimiento, apoyo y protección a los actores pacíficos del movimiento democrático cubano, entre quienes lo nominaron al Premio expresaron lo siguiente:
-“Trabajador infatigable supo tener interlocutores competentes de diversos estamentos sociales, criterios políticos y opciones religiosas y filosóficas”
-“Hombre de amplios conocimientos en política internacional, su origen puertorriqueño lo ayudó a establecer una rápida empatía con los cubanos. Realizó una incansable labor para reconocer el trabajo de los defensores de derechos humanos y demás activistas cívicos. La propaganda oficial intentó ‘satanizarlo’ en varias ocasiones, mostrando su foto y su nombre en sucesivos montajes televisivos. Sin embargo, eso no lo paralizó en lo más mínimo. Junto a su esposa desarrolló una intensa labor de relaciones públicas que abarcó no sólo al sector disidente sino también académico, artístico y empresarial”
-“Tuvo una actuación muy destacada en el apoyo a las distintas organizaciones de la Sociedad Civil Cubana. Bajo su iniciativa se incrementaron las actividades para apoyar la formación de periodistas Independientes, Escritores, liderazgo en Derechos Humanos, y otros”
-“Se ha mantenido en una posición amplia y receptiva, apoyando los proyectos encaminados a lograr la Democracia en nuestra Patria. Su carácter afable y su posición han logrado que podamos continuar nuestra ardua lucha por la libertad y la Democracia”
-“Apoyó a todos los presos políticos y de conciencia. En particular, a los presos de la Primavera Negra del 2003 y al movimiento por su libertad ‘Las Damas de Blanco’. También a los partidos políticos, periodistas independientes, Blogger y otras asociaciones de la emergente sociedad civil”
-“En su estancia en la Habana fue un Diplomático de punta. Siempre se hacía partícipe de cada iniciativa. En su estancia en Cuba fue un cubano más”
En esta tercera edición del Premio fueron nominados un total de 25 diplomáticos extranjeros que cumplieron funciones en Cuba para los siguientes países: Estados Unidos de América, Suecia, Hungría, Polonia, República Checa, Italia, España, Países Bajos, Canadá, Bélgica y Noruega. Ningún diplomático de un país de América Latina fue nominado a este Premio por parte de los 261 integrantes del movimiento cívico cubano que participaron de este ejercicio democrático.
Perfil del ganador
Joaquín Monserrate es actualmente Cónsul General en Surabaya, Indonesia. Antes de su destino en Cuba cumplió funciones en la Embajada de los Estados Unidos en Hanoi, Vietnam (2007-09); en el Departamento de Estado en Washington, en el Buró de las Américas (2004-06); en India, en el Consulado General en Chennai (2002-04); y en el mismo Consulado donde se encuentra actualmente en Indonesia (2000-02).
Monserrate es abogado, graduado en la Universidad de Puerto Rico. Obtuvo un bachillerato en artes (historia) en la Universidad de Georgetown, en Washington DC. También cursó estudios en la Universidad de Londres, Inglaterra. Trabajó en el Tribunal Supremo de Puerto Rico, donde fue "law clerk" del Juez Presidente. Además, colaboró como periodista en El Nuevo Día, el periódico de mayor circulación en el Caribe, entre 1988 y 1991.
“Los derechos son universales: Los defiendo en mi tierra y en la tierra donde me encuentre”
Al ser notificado sobre la obtención del Premio a la Diplomacia Comprometida en Cuba 2011-2012, el diplomático norteamericano Joaquín Monserrate envió el siguiente texto:
“Es fácil. Mantener un compromiso con la defensa de los derechos fundamentales del ser humano es lo menos complicado que hay en la labor de un diplomático. No hay nada que pujar, ni que transar, ni punto medio que buscar, ni partes que reconciliar. Los derechos son universales. Exigibles por todos y ante todos. Resguardan al demócrata y al comunista, al comprometido y al indiferente, al débil y al poderoso, al hombre nuevo y al chapado a la antigua, al nativo y al extranjero. Trascienden países y nacionalidades. Los defiendo en mi tierra, y en la tierra donde me encuentre. Los derechos fundamentales hablan por sí solos. Res ipsa loquitur, y se acabó el asunto.
Es fácil también poner ese compromiso en práctica cuando tienes un país entero que te respalda. Los americanos diferimos entre nosotros sobre muchas cosas, pero, antes de llegar a Cuba, nunca conocí a nadie que disputara el derecho a la libre asociación, a la libre expresión, o a disentir de lo que nos dé la real gana, sin que el derecho dependa de si la opinión es atinada o totalmente descabellada. En Cuba, no sólo tenía el respaldo de un gran equipo de trabajo --Jimmy, Dale, Maureen, Daniel, Genoveva, Kat-- sino el de todos mis colegas en la Sección de Intereses, mis supervisores y mis compañeros en Washington. El mismo Presidente Obama comparte y vive ese compromiso, y su respaldo e instrucciones no pudieron haber sido más claras. Con un equipo como ése, promover la defensa y el respeto a los derechos fundamentales fue, como decimos en Puerto Rico, un ‘quitao’ (i.e. fácil).
Personalmente me fue fácil también porque así me criaron y así crecí. Me enseñaron de chiquito a no ceder ni un palmo al guapetón de la escuela, quien me robaba la bola de baloncesto y no me la quería devolver. A la larga, se pierde más cediendo, me dijeron mis padres. Por azar o por destino, acabé como defensor penal antes de ser diplomático, y mi trabajo me requería asegurar que en el ejercicio de la justicia, no se levaran a cabo atropellos ni abusos. Personalmente también, sentí una afinidad profunda con los cubanos que conocí durante mis tres años allá. Lo mejor que tiene Cuba es su gente, eso está claro. Ya fuera la gente que disentían en público, como los que lo hacían en privado, y hasta los que me decían: ‘muchacho, hablemos mejor de pelota, que en esos temas yo no me meto’ -- todos ellos nos hicieron el trabajo y nuestro tiempo allá mucho más fácil.
De más está decir, que quienes menos fácil lo tuvieron no fuimos los extranjeros con licencia e inmunidades diplomáticas. Fueron, y desafortunadamente siguen siendo, los cubanos. Para los cubanos que tienen que fajarse para tratar de hacerse escuchar, para reunirse y para poder opinar, para ellos sí que este asunto no es nada de fácil. Se juegan todo, el trabajo, las relaciones familiares, la libertad y, a veces, hasta la vida misma. Gente buena dedicada a exigir lo que les corresponde con ningún otro rédito inmediato que la satisfacción moral de saber que lo que exigen es universal e innegable; y que si bien ahora les es inalcanzable, tendrá que advenirles tarde o temprano. Que la distinción provenga de ellos, me llena de orgullo y de humildad”.
Sobre la diplomacia comprometida
Desde el año 2003, el Premio a la Diplomacia Comprometida en Cuba destaca la labor solidaria de los diplomáticos extranjeros que cumplieron funciones en la Isla, brindando reconocimiento, apoyo y protección a quienes actúan pacíficamente en la Isla en favor de la defensa de los valores democráticos bajo un régimen político que implementa una fuerte represión política.
En sus tres ediciones, el Premio a la Diplomacia Comprometida en Cuba que organiza el Programa Puente Democrático del Centro para la Apertura y el Desarrollo de América Latina (CADAL) fue otorgado a tres diplomáticos de Estados Unidos, dos de Alemania y uno de Países Bajos, Suecia, Polonia, Reino Unido y República Checa. Una de las diplomáticas premiadas, la holandesa Caecilia Wijgers, obtuvo también el Premio Palmer de la Comunidad de la Democracias luego de haber sido nominada por CADAL teniendo en cuenta su ejemplar labor en Cuba. Por su parte, el sueco Ingemar Cederberg colaboró con su testimonio para la publicación del libro “Diplomacia y Derechos Humanos en Cuba: de la Primavera Negra a la liberación de los presos políticos” coeditado por CADAL y la Fundación Konrad Adenauer.
El reconocimiento a los integrantes del movimiento cívico en Cuba, por parte de los diplomáticos extranjeros, consiste en no limitar las relaciones oficiales de un país democrático a los contactos con los funcionarios del régimen cubano de partido único. En un país democrático, los diplomáticos extranjeros -además de los contactos oficiales con las autoridades locales- también se relacionan y establecen intercambios con una muestra representativa de la sociedad en la que se encuentran. La diplomacia comprometida en Cuba implica no extenderle a los referentes del movimiento cívico cubano el carácter “ilegal” que les aplica la dictadura.
El apoyo y protección de diplomáticos extranjeros a los ciudadanos del país en que se encuentran y que son víctimas de la persecución, represión u hostigamiento político, es lo que caracteriza a una política exterior humanitaria basada en el compromiso internacional con los Derechos Humanos. Al respecto, países como Suecia, Holanda, Polonia, República Checa, Alemania y Estados Unidos de América, tienen políticas consistentes de diplomacia comprometida en Cuba.
Aunque los principales antecedentes de la diplomacia comprometida se remontan a la Segunda Guerra Mundial, América Latina registra casos muy destacados especialmente durante las dictaduras militares del Cono Sur. Uno de ellos es el del diplomático norteamericano Allen “Tex” Harris, quien fue condecorado por la Cancillería argentina durante el gobierno de Néstor Kirchner. Harris elaboró fichas de desaparecidos e informó sobre la situación real de terror que se vivía durante la dictadura militar e incluso participó de las marchas de las Madres de Plaza de Mayo frente a la casa de gobierno.
Una de las acciones que promueve CADAL para la adopción de una “Agenda Democrática Común en Política Exterior y Derechos Humanos” es la implementación de prácticas de diplomacia comprometida en aquellos países donde se registran severas restricciones y amenazas a las libertades civiles y políticas. Además de Cuba, entre los países en los cuales CADAL considera que hay que aplicar la diplomacia comprometida se encuentran: Arabia Saudita, Uzbekistán, Guinea Ecuatorial, Eritrea, Turkmenistán, Corea del Norte, Somalia, Siria, China, Bielorrusia, Laos, Chad, Vietnam, Irán, Zimbabwe, Kazajstán, Azerbaiyán, Angola, Myanmar, Emiratos Árabes Unidos, Bahrein y Mali.
Joaquín Monserrate, Jefe de la Sección Económica y Política de la Sección de Intereses de Estados Unidos de América en La Habana, entre septiembre de 2009 y julio de 2012, resultó ganador del Premio a la Diplomacia Comprometida correspondiente al período 2011-2012 luego de obtener 220 votos y haber sido nominado por 23 diferentes grupos dentro de Cuba.
Sobre su labor solidaria, brindando reconocimiento, apoyo y protección a los actores pacíficos del movimiento democrático cubano, entre quienes lo nominaron al Premio expresaron lo siguiente:
-“Trabajador infatigable supo tener interlocutores competentes de diversos estamentos sociales, criterios políticos y opciones religiosas y filosóficas”
-“Hombre de amplios conocimientos en política internacional, su origen puertorriqueño lo ayudó a establecer una rápida empatía con los cubanos. Realizó una incansable labor para reconocer el trabajo de los defensores de derechos humanos y demás activistas cívicos. La propaganda oficial intentó ‘satanizarlo’ en varias ocasiones, mostrando su foto y su nombre en sucesivos montajes televisivos. Sin embargo, eso no lo paralizó en lo más mínimo. Junto a su esposa desarrolló una intensa labor de relaciones públicas que abarcó no sólo al sector disidente sino también académico, artístico y empresarial”
-“Tuvo una actuación muy destacada en el apoyo a las distintas organizaciones de la Sociedad Civil Cubana. Bajo su iniciativa se incrementaron las actividades para apoyar la formación de periodistas Independientes, Escritores, liderazgo en Derechos Humanos, y otros”
-“Se ha mantenido en una posición amplia y receptiva, apoyando los proyectos encaminados a lograr la Democracia en nuestra Patria. Su carácter afable y su posición han logrado que podamos continuar nuestra ardua lucha por la libertad y la Democracia”
-“Apoyó a todos los presos políticos y de conciencia. En particular, a los presos de la Primavera Negra del 2003 y al movimiento por su libertad ‘Las Damas de Blanco’. También a los partidos políticos, periodistas independientes, Blogger y otras asociaciones de la emergente sociedad civil”
-“En su estancia en la Habana fue un Diplomático de punta. Siempre se hacía partícipe de cada iniciativa. En su estancia en Cuba fue un cubano más”
En esta tercera edición del Premio fueron nominados un total de 25 diplomáticos extranjeros que cumplieron funciones en Cuba para los siguientes países: Estados Unidos de América, Suecia, Hungría, Polonia, República Checa, Italia, España, Países Bajos, Canadá, Bélgica y Noruega. Ningún diplomático de un país de América Latina fue nominado a este Premio por parte de los 261 integrantes del movimiento cívico cubano que participaron de este ejercicio democrático.
Perfil del ganador
Joaquín Monserrate es actualmente Cónsul General en Surabaya, Indonesia. Antes de su destino en Cuba cumplió funciones en la Embajada de los Estados Unidos en Hanoi, Vietnam (2007-09); en el Departamento de Estado en Washington, en el Buró de las Américas (2004-06); en India, en el Consulado General en Chennai (2002-04); y en el mismo Consulado donde se encuentra actualmente en Indonesia (2000-02).
Monserrate es abogado, graduado en la Universidad de Puerto Rico. Obtuvo un bachillerato en artes (historia) en la Universidad de Georgetown, en Washington DC. También cursó estudios en la Universidad de Londres, Inglaterra. Trabajó en el Tribunal Supremo de Puerto Rico, donde fue "law clerk" del Juez Presidente. Además, colaboró como periodista en El Nuevo Día, el periódico de mayor circulación en el Caribe, entre 1988 y 1991.
“Los derechos son universales: Los defiendo en mi tierra y en la tierra donde me encuentre”
Al ser notificado sobre la obtención del Premio a la Diplomacia Comprometida en Cuba 2011-2012, el diplomático norteamericano Joaquín Monserrate envió el siguiente texto:
“Es fácil. Mantener un compromiso con la defensa de los derechos fundamentales del ser humano es lo menos complicado que hay en la labor de un diplomático. No hay nada que pujar, ni que transar, ni punto medio que buscar, ni partes que reconciliar. Los derechos son universales. Exigibles por todos y ante todos. Resguardan al demócrata y al comunista, al comprometido y al indiferente, al débil y al poderoso, al hombre nuevo y al chapado a la antigua, al nativo y al extranjero. Trascienden países y nacionalidades. Los defiendo en mi tierra, y en la tierra donde me encuentre. Los derechos fundamentales hablan por sí solos. Res ipsa loquitur, y se acabó el asunto.
Es fácil también poner ese compromiso en práctica cuando tienes un país entero que te respalda. Los americanos diferimos entre nosotros sobre muchas cosas, pero, antes de llegar a Cuba, nunca conocí a nadie que disputara el derecho a la libre asociación, a la libre expresión, o a disentir de lo que nos dé la real gana, sin que el derecho dependa de si la opinión es atinada o totalmente descabellada. En Cuba, no sólo tenía el respaldo de un gran equipo de trabajo --Jimmy, Dale, Maureen, Daniel, Genoveva, Kat-- sino el de todos mis colegas en la Sección de Intereses, mis supervisores y mis compañeros en Washington. El mismo Presidente Obama comparte y vive ese compromiso, y su respaldo e instrucciones no pudieron haber sido más claras. Con un equipo como ése, promover la defensa y el respeto a los derechos fundamentales fue, como decimos en Puerto Rico, un ‘quitao’ (i.e. fácil).
Personalmente me fue fácil también porque así me criaron y así crecí. Me enseñaron de chiquito a no ceder ni un palmo al guapetón de la escuela, quien me robaba la bola de baloncesto y no me la quería devolver. A la larga, se pierde más cediendo, me dijeron mis padres. Por azar o por destino, acabé como defensor penal antes de ser diplomático, y mi trabajo me requería asegurar que en el ejercicio de la justicia, no se levaran a cabo atropellos ni abusos. Personalmente también, sentí una afinidad profunda con los cubanos que conocí durante mis tres años allá. Lo mejor que tiene Cuba es su gente, eso está claro. Ya fuera la gente que disentían en público, como los que lo hacían en privado, y hasta los que me decían: ‘muchacho, hablemos mejor de pelota, que en esos temas yo no me meto’ -- todos ellos nos hicieron el trabajo y nuestro tiempo allá mucho más fácil.
De más está decir, que quienes menos fácil lo tuvieron no fuimos los extranjeros con licencia e inmunidades diplomáticas. Fueron, y desafortunadamente siguen siendo, los cubanos. Para los cubanos que tienen que fajarse para tratar de hacerse escuchar, para reunirse y para poder opinar, para ellos sí que este asunto no es nada de fácil. Se juegan todo, el trabajo, las relaciones familiares, la libertad y, a veces, hasta la vida misma. Gente buena dedicada a exigir lo que les corresponde con ningún otro rédito inmediato que la satisfacción moral de saber que lo que exigen es universal e innegable; y que si bien ahora les es inalcanzable, tendrá que advenirles tarde o temprano. Que la distinción provenga de ellos, me llena de orgullo y de humildad”.
Sobre la diplomacia comprometida
Desde el año 2003, el Premio a la Diplomacia Comprometida en Cuba destaca la labor solidaria de los diplomáticos extranjeros que cumplieron funciones en la Isla, brindando reconocimiento, apoyo y protección a quienes actúan pacíficamente en la Isla en favor de la defensa de los valores democráticos bajo un régimen político que implementa una fuerte represión política.
En sus tres ediciones, el Premio a la Diplomacia Comprometida en Cuba que organiza el Programa Puente Democrático del Centro para la Apertura y el Desarrollo de América Latina (CADAL) fue otorgado a tres diplomáticos de Estados Unidos, dos de Alemania y uno de Países Bajos, Suecia, Polonia, Reino Unido y República Checa. Una de las diplomáticas premiadas, la holandesa Caecilia Wijgers, obtuvo también el Premio Palmer de la Comunidad de la Democracias luego de haber sido nominada por CADAL teniendo en cuenta su ejemplar labor en Cuba. Por su parte, el sueco Ingemar Cederberg colaboró con su testimonio para la publicación del libro “Diplomacia y Derechos Humanos en Cuba: de la Primavera Negra a la liberación de los presos políticos” coeditado por CADAL y la Fundación Konrad Adenauer.
El reconocimiento a los integrantes del movimiento cívico en Cuba, por parte de los diplomáticos extranjeros, consiste en no limitar las relaciones oficiales de un país democrático a los contactos con los funcionarios del régimen cubano de partido único. En un país democrático, los diplomáticos extranjeros -además de los contactos oficiales con las autoridades locales- también se relacionan y establecen intercambios con una muestra representativa de la sociedad en la que se encuentran. La diplomacia comprometida en Cuba implica no extenderle a los referentes del movimiento cívico cubano el carácter “ilegal” que les aplica la dictadura.
El apoyo y protección de diplomáticos extranjeros a los ciudadanos del país en que se encuentran y que son víctimas de la persecución, represión u hostigamiento político, es lo que caracteriza a una política exterior humanitaria basada en el compromiso internacional con los Derechos Humanos. Al respecto, países como Suecia, Holanda, Polonia, República Checa, Alemania y Estados Unidos de América, tienen políticas consistentes de diplomacia comprometida en Cuba.
Aunque los principales antecedentes de la diplomacia comprometida se remontan a la Segunda Guerra Mundial, América Latina registra casos muy destacados especialmente durante las dictaduras militares del Cono Sur. Uno de ellos es el del diplomático norteamericano Allen “Tex” Harris, quien fue condecorado por la Cancillería argentina durante el gobierno de Néstor Kirchner. Harris elaboró fichas de desaparecidos e informó sobre la situación real de terror que se vivía durante la dictadura militar e incluso participó de las marchas de las Madres de Plaza de Mayo frente a la casa de gobierno.
Una de las acciones que promueve CADAL para la adopción de una “Agenda Democrática Común en Política Exterior y Derechos Humanos” es la implementación de prácticas de diplomacia comprometida en aquellos países donde se registran severas restricciones y amenazas a las libertades civiles y políticas. Además de Cuba, entre los países en los cuales CADAL considera que hay que aplicar la diplomacia comprometida se encuentran: Arabia Saudita, Uzbekistán, Guinea Ecuatorial, Eritrea, Turkmenistán, Corea del Norte, Somalia, Siria, China, Bielorrusia, Laos, Chad, Vietnam, Irán, Zimbabwe, Kazajstán, Azerbaiyán, Angola, Myanmar, Emiratos Árabes Unidos, Bahrein y Mali.