Comunicados
Corea del Norte bajo la lupa
Declaración sobre la situación en Corea del Norte
Destacamos nuestro convencimiento de que las violaciones a los derechos humanos perpetradas por el régimen norcoreano son moralmente inaceptables y, tarde o temprano, los responsables deberán rendir cuentas ante la comunidad internacional.
Cada 23 de agosto recordamos a las víctimas de todos los regímenes totalitarios. Los que —en el pasado— deportaron, torturaron y asesinaron. Y también los que al día de hoy, con crueldad y aplastando libertades individuales, violan sistemáticamente derechos fundamentales.
Las personas y organizaciones reunidas en Buenos Aires entre el 23 y el 25 de agosto de 2022, queremos poner foco en la gravísima situación que atraviesan actualmente los y las nacionales de la República Popular Democrática de Corea (DPRC).
El pueblo de Corea del Norte viene padeciendo un metódico cercenamiento de sus libertades y garantías individuales desde hace ya más de siete décadas. El brutal régimen de la familia Kim ha desarrollado y aceitado una perversa maquinaria de privación de las necesidades más elementales de la población, incluyendo alimentación, salud, condiciones sanitarias, derechos civiles, políticos, económicos, sociales y culturales.
Además, la situación de los derechos humanos en la RPDC ha empeorado desde marzo de 2020 debido a las severas medidas tomadas por el régimen para hacer frente a la emergencia pandémica del Covid-19.
El líder norcoreano, Kim Jong Un y el Partido de los Trabajadores de Corea son directamente responsables de esta terrible situación. El gobierno ha priorizado constantemente el mantenimiento del poder y el desarrollo de armamento nuclear a expensas de los derechos básicos de su pueblo. Mientras tanto, los norcoreanos padecen hambre y atrocidades indecibles, entre las que se cuentan asesinatos, torturas, esclavitud, violencia de género, tráfico sexual y violaciones, abortos forzados e infanticidios, encarcelamiento indebido, trabajo esclavo, torturas y desapariciones forzadas.
La difícil situación de la población de la RPDC empeora día tras día. Por ello, países, instituciones y ciudadanos que abrazamos los valores de la libertad y la democracia, debemos alzar nuestras voces para denunciar que los dirigentes de la RPDC, en tanto responsables de crímenes de lesa humanidad y otras graves violaciones a los derechos humanos, en algún momento deberán rendir cuentas ante el mundo y la historia.
En función de lo expuesto:
- Expresamos firmemente nuestra solidaridad con el pueblo norcoreano, sobre todo a partir de la empatía y el dolor que sentimos como latinoamericanos. Nuestra región fue golpeada por brutales dictaduras durante la segunda mitad del siglo XX y, al día de hoy, sigue sufriendo regímenes autoritarios como el de Cuba, Nicaragua y Venezuela.
- Destacamos nuestro convencimiento de que las violaciones a los derechos humanos perpetradas por el régimen norcoreano son moralmente inaceptables y, tarde o temprano, los responsables deberán rendir cuentas ante la comunidad internacional.
- Asumimos el compromiso de crear conciencia, en nuestra región, sobre la terrible situación en la RPDC. Para ello trabajaremos en la creación de espacios de intercambio de información; en la difusión de fuentes de información sobre los distintos aspectos de la situación de los derechos humanos en ese país; y en la organización de foros, encuentros y oportunidades de diálogo que pongan su atención en la situación política, económica y social de la RPDC.
Firmantes:
Mariana Aylwin, Fundación Patricio Aylwin (Chile)
Elaine Barbosa, Declaracao 1948 (Brasil)
Andrés Cañizález, Universidad Católica Andrés Bello (Venezuela)
Rubén Chababo, Universidad Nacional de Rosario (Argentina)
Armando Chaguaceda, Grupo de Análisis Político AC (Cuba/México)
Alain Espinosa, Cubalex (Cuba)
María de los Ángeles Lasa (Argentina)
Agustín Menéndez, CADAL (Argentina)
Inés Pousadela, CIVICUS (Argentina)
Rigoberto Lobo, PROMEDEHUM (Venezuela)
Juan Martín, Diputado Nacional (Argentina)
Lexys Rendón, Laboratorio de Paz (Venezuela)
Susana Saavedra, Fundación Construir (Bolivia)
Gabriel C. Salvia, CADAL (Argentina)
Brian Schapira, CADAL (Argentina)
Eduardo Ulibarri (Costa Rica)
Rafael Uzcategui, Programa Venezolano de Educación-Acción en Derechos Humanos (Venezuela)
Cada 23 de agosto recordamos a las víctimas de todos los regímenes totalitarios. Los que —en el pasado— deportaron, torturaron y asesinaron. Y también los que al día de hoy, con crueldad y aplastando libertades individuales, violan sistemáticamente derechos fundamentales.
Las personas y organizaciones reunidas en Buenos Aires entre el 23 y el 25 de agosto de 2022, queremos poner foco en la gravísima situación que atraviesan actualmente los y las nacionales de la República Popular Democrática de Corea (DPRC).
El pueblo de Corea del Norte viene padeciendo un metódico cercenamiento de sus libertades y garantías individuales desde hace ya más de siete décadas. El brutal régimen de la familia Kim ha desarrollado y aceitado una perversa maquinaria de privación de las necesidades más elementales de la población, incluyendo alimentación, salud, condiciones sanitarias, derechos civiles, políticos, económicos, sociales y culturales.
Además, la situación de los derechos humanos en la RPDC ha empeorado desde marzo de 2020 debido a las severas medidas tomadas por el régimen para hacer frente a la emergencia pandémica del Covid-19.
El líder norcoreano, Kim Jong Un y el Partido de los Trabajadores de Corea son directamente responsables de esta terrible situación. El gobierno ha priorizado constantemente el mantenimiento del poder y el desarrollo de armamento nuclear a expensas de los derechos básicos de su pueblo. Mientras tanto, los norcoreanos padecen hambre y atrocidades indecibles, entre las que se cuentan asesinatos, torturas, esclavitud, violencia de género, tráfico sexual y violaciones, abortos forzados e infanticidios, encarcelamiento indebido, trabajo esclavo, torturas y desapariciones forzadas.
La difícil situación de la población de la RPDC empeora día tras día. Por ello, países, instituciones y ciudadanos que abrazamos los valores de la libertad y la democracia, debemos alzar nuestras voces para denunciar que los dirigentes de la RPDC, en tanto responsables de crímenes de lesa humanidad y otras graves violaciones a los derechos humanos, en algún momento deberán rendir cuentas ante el mundo y la historia.
En función de lo expuesto:
- Expresamos firmemente nuestra solidaridad con el pueblo norcoreano, sobre todo a partir de la empatía y el dolor que sentimos como latinoamericanos. Nuestra región fue golpeada por brutales dictaduras durante la segunda mitad del siglo XX y, al día de hoy, sigue sufriendo regímenes autoritarios como el de Cuba, Nicaragua y Venezuela.
- Destacamos nuestro convencimiento de que las violaciones a los derechos humanos perpetradas por el régimen norcoreano son moralmente inaceptables y, tarde o temprano, los responsables deberán rendir cuentas ante la comunidad internacional.
- Asumimos el compromiso de crear conciencia, en nuestra región, sobre la terrible situación en la RPDC. Para ello trabajaremos en la creación de espacios de intercambio de información; en la difusión de fuentes de información sobre los distintos aspectos de la situación de los derechos humanos en ese país; y en la organización de foros, encuentros y oportunidades de diálogo que pongan su atención en la situación política, económica y social de la RPDC.
Firmantes:
Mariana Aylwin, Fundación Patricio Aylwin (Chile)
Elaine Barbosa, Declaracao 1948 (Brasil)
Andrés Cañizález, Universidad Católica Andrés Bello (Venezuela)
Rubén Chababo, Universidad Nacional de Rosario (Argentina)
Armando Chaguaceda, Grupo de Análisis Político AC (Cuba/México)
Alain Espinosa, Cubalex (Cuba)
María de los Ángeles Lasa (Argentina)
Agustín Menéndez, CADAL (Argentina)
Inés Pousadela, CIVICUS (Argentina)
Rigoberto Lobo, PROMEDEHUM (Venezuela)
Juan Martín, Diputado Nacional (Argentina)
Lexys Rendón, Laboratorio de Paz (Venezuela)
Susana Saavedra, Fundación Construir (Bolivia)
Gabriel C. Salvia, CADAL (Argentina)
Brian Schapira, CADAL (Argentina)
Eduardo Ulibarri (Costa Rica)
Rafael Uzcategui, Programa Venezolano de Educación-Acción en Derechos Humanos (Venezuela)