Solicitud a embajadas en La Habana

CADAL observa con especial preocupación que la mayoría de las embajadas de los países democráticos en La Habana le extiendan a los actores democráticos cubanos la ilegalidad que el régimen de partido único les impone. Esto, además de ser humanitariamente inaceptable, contraría la política exterior en derechos humanos que muchos países democráticos expresan haber asumido en los sitios web de sus respectivas Cancillerías.

Junto al envío de los últimos dos números del Diálogo Latino Cubano y el reporte del Premio a la Diplomacia Comprometida en Cuba 2013-2014, el Programa de Solidaridad Democrática Internacional de CADAL hizo llegar una petición a un grupo de embajadas en La Habana solicitándoles que brinden reconocimiento y apoyo al movimiento cívico cubano.

El pedido incluyó los siguientes fundamentos:

-CADAL apoya la normalización de relaciones entre Cuba y los Estados Unidos por considerar que contribuye a un mejor clima de opinión pública en América Latina en favor de la apertura política en Cuba y porque el gobierno de Barack Obama ha expresado la continuidad de su compromiso con los actores democráticos cubanos.

-Sin embargo, CADAL observa con preocupación que hasta el momento Cuba no ha dado ningún paso en materia política y prácticamente nadie se lo reclama. La represión contra los opositores continúa y el gobierno de Raúl Castro no ha expresado la iniciativa de realizar cambio alguno en su sistema político cerrado. Ni siquiera han anunciado la derogación de la Ley 88/99, dirigida a encarcelar arbitrariamente por largos años a los opositores que difunden noticias al exterior y que reciben apoyo económico del extranjero.

-CADAL también ve con especial preocupación que la mayoría de las embajadas de los países democráticos en La Habana le extiendan a los actores democráticos cubanos la ilegalidad que el régimen de partido único les impone. Esto, además de ser humanitariamente inaceptable, contraría la política exterior en derechos humanos que muchos países democráticos expresan haber asumido en los sitios web de sus respectivas Cancillerías. En algunos casos, como el de los países que formularon observaciones y recomendaciones a Cuba durante su segundo examen periódico universal en Ginebra - y que fueron categóricamente rechazadas por el régimen cubano - caen en una grave contradicción al pedirle al gobierno de Cuba algo que no están dispuestos a hacer por sí mismos.

-Por ejemplo, si un país reclama la libertad de expresión en Cuba y el gobierno continúa reprimiéndola, puede ofrecer su embajada - donde rige la institucionalidad del país democrático - para que los actores democráticos cubanos accedan a internet. Es decir, lo que hace la embajada de Suecia en Cuba debería ser la regla entre los países democráticos con embajada en La Habana y no una de las pocas excepciones.

-CADAL tiene en claro que las embajadas reciben instrucciones de sus Cancillerías y estas de sus gobiernos, pero en los casos que hemos otorgado premios a la diplomacia comprometida en Cuba se evidencia la sensibilidad especial de los funcionarios en ponerse en los zapatos de los otros. Es decir, las personas, más que los gobiernos, son las que hacen la diferencia.

Por los motivos expuestos, CADAL le solicitó lo siguiente a un grupo de embajadores en La Habana:

• Que la embajada habilite un espacio para que actores democráticos cubanos puedan acceder a internet semanalmente.
• Que reciban en la embajada a referentes opositores cubanos para escuchar sus puntos de vista sobre la situación en su país y consideren invitar a un grupo representativo de ellos a su Fiesta Nacional.
• Que observen en lugares públicos de La Habana y el interior de Cuba por el respeto a la libertad de reunión y expresión, formulando protestas cuando el gobierno cubano viole estos derechos, como cada domingo lo hace ante la marcha de las Damas de Blanco.

El pedido de CADAL concluyó con la solicitud de una respuesta formal y hasta el momento ninguna embajada lo ha hecho.