Comunicados
Promoción de la Apertura Política en Cuba
Nuevo reclamo de reconocimiento al movimiento cívico cubano
La petición a las Cancillerías de varios países de América Latina lleva la firma de los Representantes de las organizaciones de la sociedad civil ante la Red Puente Democrático Latino Cubano.
En diciembre de 2003, en respuesta a la ola represiva del régimen cubano contra opositores pacíficos y democráticos conocida como “La Primavera Negra de Cuba”, el Centro para la Apertura y el Desarrollo de América Latina (CADAL) promovió la “Declaración de Apoyo al Movimiento Cívico Cubano” suscripta por prestigiosos intelectuales de la Argentina. Seis años después, junto al resto de las instituciones que integran la Red Puente Democrático Latino Cubano, CADAL vuelve a promover ese reclamo en forma de solicitud a las Cancillerías de la Argentina, Brasil, Colombia, Costa Rica, Chile, El Salvador, España, Guatemala, México, Panamá, Perú, República Dominicana y Uruguay.
La carta pide un firme compromiso con la apertura democrática en Cuba y solicita que nuestros Gobiernos instruyan a sus embajadas en Cuba para que se abran a todo el pueblo cubano, tanto en sus actividades culturales como en sus recepciones oficiales. De esta manera, cada país de Latinoamérica estará en contacto con las diversas expresiones de la realidad cubana y contribuirá a fomentar el pluralismo social y político en ese país, lo cual representará un gran paso de apoyo en el camino a la democracia en Cuba estimulando el control social y fortaleciendo la integración política de la región.
En la misiva dirigida a los Cancilleres, CADAL destaca que durante estos años el clima de represión aumentó en Cuba, incluyendo muestras degradantes de intolerancia política como el “Mitin de repudio”, una práctica de origen fascista que grupos pro gubernamentales utilizan para intimidar a los opositores pacíficos, entre ellos muchas mujeres. Por tal motivo, CADAL se dirigió a los gobiernos democráticos de América Latina reclamándoles que no pueden permanecer neutrales o complacientes frente a la represión sistemática y los diarios atropellos a las libertades más elementales, como lo acaba de denunciar la prestigiosa organización internacional de Derechos Humanos, Human Rights Watch:
“los gobiernos latinoamericanos de todas las vertientes políticas no se han mostrado dispuestos a criticar a Cuba, y en algunos casos han apoyado abiertamente al gobierno de Castro, pese a sus nefastos antecedentes de derechos humanos... El silencio de los gobiernos latinoamericanos parece justificar la conducta abusiva de Cuba y perpetúa un clima de impunidad que permite que la represión continúe. Esto resulta particularmente inquietante en una región en la cual muchos países han conocido por experiencia propia el alto costo de la indiferencia internacional frente a la represión estatal”.
La petición a las Cancillerías de varios países de América Latina lleva la firma de los Representantes de las organizaciones de la sociedad civil ante la Red Puente Democrático Latino Cubano: Carlos Bascuñán, Corporación Justicia y Democracia – Chile; Héctor Leis, Instituto Millenium – Brasil; Lázaro Ramírez, Unión Colombiana de Jóvenes Demócratas (UCJD) – Colombia; César Ricaurte, Fundación Andina para la Observación y Estudio de Medios (Fundamedios) – Ecuador; Gabriel Salvia, Centro para la Apertura y el Desarrollo de América Latina (CADAL) - Argentina/Uruguay; Heinz Sonntag, Observatorio Hannah Arendt – Venezuela; Eduardo Ulibarri Bilbao, Instituto de Prensa y Libertad de Expresión (IPLEX) - Costa Rica; y Jorge Villena, Instituto Peruano de Economía Social de Mercado (IPESM) – Perú.
A continuación se reproduce el texto completo de la “Solicitud de Reconocimiento al Movimiento Cívico Cubano”:
En Cuba gobierna en la actualidad la única dictadura remanente de América Latina y donde en forma más visible se desprecian los valores de la libertad. En Cuba rige un sistema unipartidista con un férreo monopolio ideológico que ha llegado al extremo de incluirse en la Carta Fundamental como irrenunciable. Esto ha permitido que el gobierno se perpetúe en el poder por más de cinco décadas, impidiendo la expresión de una sociedad civil que a pesar de la represión, y frente a innumerables obstáculos, ha despertado para enarbolar la bandera de una transición pacífica hacia la libertad y la democracia plural para el pueblo cubano.
La esperanza de la recuperación de la verdadera soberanía del pueblo cubano y del respeto de los Derechos Humanos, se fortalece con las iniciativas ciudadanas emprendidas por este movimiento cívico, en la construcción de instituciones independientes y en la promoción de normas de conducta que rompan con la sumisión, el miedo, la mentira y la falta de la libre expresión del ser humano.
La solidaridad democrática ha sido un factor clave en el desarrollo del movimiento cívico cubano. Ante el despertar de esta esperanza dentro de Cuba, la comunidad internacional ha reaccionado con respeto y respaldo. Figuras políticas reconocidas internacionalmente se han reunido con los referentes cívicos cubanos; y las puertas de las embajadas de los principales países democráticos del mundo se han abierto no sólo al gobierno, sino también a la oposición cívica en la isla.
Sin embargo, en términos colectivos y generales, nuestra región aún no se ha manifestado de forma definida ante esta apertura al incipiente movimiento cívico cubano. Frente a la esperanza de un cambio pacífico que proviene de lo más profundo de la realidad cubana, los organismos regionales latinoamericanos, las embajadas de nuestros países en La Habana, tienen la obligación moral de responder positivamente. No debemos ser nosotros quienes callemos ante un régimen que reprime y ataca a los luchadores cívicos cubanos mientras rechaza la apertura de espacios de diálogo y construcción democrática.
Es hora que nuestros Gobiernos instruyan a sus embajadas en Cuba para que se abran a todo el pueblo cubano, tanto en sus actividades culturales como en sus recepciones oficiales. De esta manera, cada país de Latinoamérica estará en contacto con las diversas expresiones de la realidad cubana y contribuirá a fomentar el pluralismo social y político en ese país, lo cual representará un gran paso de apoyo en el camino a la democracia en Cuba estimulando el control social y fortaleciendo la integración política de la región.
Los firmantes, expresamos nuestro más vivo interés en que las Cancillerías de los países de Latinoamérica, dispongan que sus embajadas en La Habana, Cuba, hagan partícipes a representantes de la sociedad civil independiente de aquellas actividades en las que habitualmente en todo el mundo se hace a autoridades y funcionarios gubernamentales y representantes de la sociedad.
Este acto, aparentemente simple, de consideración formal a ciudadanos que no ocupan posiciones oficiales y representan la pluralidad de la sociedad civil, puede constituir un reconocimiento a su importante rol y un estímulo decisivo a la apertura de espacios de libertad.
En diciembre de 2003, en respuesta a la ola represiva del régimen cubano contra opositores pacíficos y democráticos conocida como “La Primavera Negra de Cuba”, el Centro para la Apertura y el Desarrollo de América Latina (CADAL) promovió la “Declaración de Apoyo al Movimiento Cívico Cubano” suscripta por prestigiosos intelectuales de la Argentina. Seis años después, junto al resto de las instituciones que integran la Red Puente Democrático Latino Cubano, CADAL vuelve a promover ese reclamo en forma de solicitud a las Cancillerías de la Argentina, Brasil, Colombia, Costa Rica, Chile, El Salvador, España, Guatemala, México, Panamá, Perú, República Dominicana y Uruguay.
La carta pide un firme compromiso con la apertura democrática en Cuba y solicita que nuestros Gobiernos instruyan a sus embajadas en Cuba para que se abran a todo el pueblo cubano, tanto en sus actividades culturales como en sus recepciones oficiales. De esta manera, cada país de Latinoamérica estará en contacto con las diversas expresiones de la realidad cubana y contribuirá a fomentar el pluralismo social y político en ese país, lo cual representará un gran paso de apoyo en el camino a la democracia en Cuba estimulando el control social y fortaleciendo la integración política de la región.
En la misiva dirigida a los Cancilleres, CADAL destaca que durante estos años el clima de represión aumentó en Cuba, incluyendo muestras degradantes de intolerancia política como el “Mitin de repudio”, una práctica de origen fascista que grupos pro gubernamentales utilizan para intimidar a los opositores pacíficos, entre ellos muchas mujeres. Por tal motivo, CADAL se dirigió a los gobiernos democráticos de América Latina reclamándoles que no pueden permanecer neutrales o complacientes frente a la represión sistemática y los diarios atropellos a las libertades más elementales, como lo acaba de denunciar la prestigiosa organización internacional de Derechos Humanos, Human Rights Watch:
“los gobiernos latinoamericanos de todas las vertientes políticas no se han mostrado dispuestos a criticar a Cuba, y en algunos casos han apoyado abiertamente al gobierno de Castro, pese a sus nefastos antecedentes de derechos humanos... El silencio de los gobiernos latinoamericanos parece justificar la conducta abusiva de Cuba y perpetúa un clima de impunidad que permite que la represión continúe. Esto resulta particularmente inquietante en una región en la cual muchos países han conocido por experiencia propia el alto costo de la indiferencia internacional frente a la represión estatal”.
La petición a las Cancillerías de varios países de América Latina lleva la firma de los Representantes de las organizaciones de la sociedad civil ante la Red Puente Democrático Latino Cubano: Carlos Bascuñán, Corporación Justicia y Democracia – Chile; Héctor Leis, Instituto Millenium – Brasil; Lázaro Ramírez, Unión Colombiana de Jóvenes Demócratas (UCJD) – Colombia; César Ricaurte, Fundación Andina para la Observación y Estudio de Medios (Fundamedios) – Ecuador; Gabriel Salvia, Centro para la Apertura y el Desarrollo de América Latina (CADAL) - Argentina/Uruguay; Heinz Sonntag, Observatorio Hannah Arendt – Venezuela; Eduardo Ulibarri Bilbao, Instituto de Prensa y Libertad de Expresión (IPLEX) - Costa Rica; y Jorge Villena, Instituto Peruano de Economía Social de Mercado (IPESM) – Perú.
A continuación se reproduce el texto completo de la “Solicitud de Reconocimiento al Movimiento Cívico Cubano”:
En Cuba gobierna en la actualidad la única dictadura remanente de América Latina y donde en forma más visible se desprecian los valores de la libertad. En Cuba rige un sistema unipartidista con un férreo monopolio ideológico que ha llegado al extremo de incluirse en la Carta Fundamental como irrenunciable. Esto ha permitido que el gobierno se perpetúe en el poder por más de cinco décadas, impidiendo la expresión de una sociedad civil que a pesar de la represión, y frente a innumerables obstáculos, ha despertado para enarbolar la bandera de una transición pacífica hacia la libertad y la democracia plural para el pueblo cubano.
La esperanza de la recuperación de la verdadera soberanía del pueblo cubano y del respeto de los Derechos Humanos, se fortalece con las iniciativas ciudadanas emprendidas por este movimiento cívico, en la construcción de instituciones independientes y en la promoción de normas de conducta que rompan con la sumisión, el miedo, la mentira y la falta de la libre expresión del ser humano.
La solidaridad democrática ha sido un factor clave en el desarrollo del movimiento cívico cubano. Ante el despertar de esta esperanza dentro de Cuba, la comunidad internacional ha reaccionado con respeto y respaldo. Figuras políticas reconocidas internacionalmente se han reunido con los referentes cívicos cubanos; y las puertas de las embajadas de los principales países democráticos del mundo se han abierto no sólo al gobierno, sino también a la oposición cívica en la isla.
Sin embargo, en términos colectivos y generales, nuestra región aún no se ha manifestado de forma definida ante esta apertura al incipiente movimiento cívico cubano. Frente a la esperanza de un cambio pacífico que proviene de lo más profundo de la realidad cubana, los organismos regionales latinoamericanos, las embajadas de nuestros países en La Habana, tienen la obligación moral de responder positivamente. No debemos ser nosotros quienes callemos ante un régimen que reprime y ataca a los luchadores cívicos cubanos mientras rechaza la apertura de espacios de diálogo y construcción democrática.
Es hora que nuestros Gobiernos instruyan a sus embajadas en Cuba para que se abran a todo el pueblo cubano, tanto en sus actividades culturales como en sus recepciones oficiales. De esta manera, cada país de Latinoamérica estará en contacto con las diversas expresiones de la realidad cubana y contribuirá a fomentar el pluralismo social y político en ese país, lo cual representará un gran paso de apoyo en el camino a la democracia en Cuba estimulando el control social y fortaleciendo la integración política de la región.
Los firmantes, expresamos nuestro más vivo interés en que las Cancillerías de los países de Latinoamérica, dispongan que sus embajadas en La Habana, Cuba, hagan partícipes a representantes de la sociedad civil independiente de aquellas actividades en las que habitualmente en todo el mundo se hace a autoridades y funcionarios gubernamentales y representantes de la sociedad.
Este acto, aparentemente simple, de consideración formal a ciudadanos que no ocupan posiciones oficiales y representan la pluralidad de la sociedad civil, puede constituir un reconocimiento a su importante rol y un estímulo decisivo a la apertura de espacios de libertad.