Comunicados
Promoción de la Apertura Política en Cuba
Repudio al silencio en la CELAC sobre la situación de derechos humanos en Cuba
Siendo Cuba un modelo inspiracional y un agente difusor del autoritarismo en el continente, es moral, intelectual y prácticamente insostenible seguir abandonando al pueblo cubano que ha protestado, escapado, padecido y soportado 64 años de régimen autoritario.
En el marco de la Cumbre de la CELAC en Buenos Aires, la ciudadanía cubana y sus amigos demócratas en la región, atestiguamos -con un dolor que no por esperado deja de desgarrar- que no se puede esperar casi nada de los políticos latinoamericanos. Salvo el presidente uruguayo Luis Lacalle Pou, quien llamó a superar la hemiplejía ideológica, a nadie le importa la suerte de los aproximadamente 1000 presos políticos cubanos (más que la suma de los de Nicaragua y Venezuela) y el éxodo que ha lanzado en un año y medio a casi 400000 cubanos al exilio.
Esto es especialmente molesto cuando se maquilla la dictadura con eufemismos. Por ejemplo, el presidente brasileño Luiz Inacio Lula da Silva llamando a respetar que los cubanos quieran elegir “su manera de gobernarse”; francas mentiras, como la del presidente argentino Alberto Fernández, diciendo que el cubano Miguel Díaz-Canel, el nicaragüense Daniel Ortega y el venezolano Nicolás Maduro, fueron electos por su pueblo. El presidente Boric enfatizó acertadamente en los mecanismos democráticos como elecciones libres y supervisadas, pero sin hacer explícita la necesidad de aquello que es en Cuba aún más urgente, detener el arrasamiento de los derechos humanos más esenciales. La dictadura cubana, que además de reprimir a su pueblo desestabiliza la democracia en la región apoyando a sus aliados sociales y gubernamentales autoritarios, sigue siendo poco nombrada.
Siendo Cuba un modelo inspiracional y un agente difusor del autoritarismo en el continente, es moral, intelectual y prácticamente insostenible seguir abandonando al pueblo cubano que ha protestado, escapado, padecido y soportado 64 años de régimen autoritario. Nuestro silencio, disimulo o defensa del status quo de la isla tiene implicaciones para los propios cubanos y para toda la región. El silencio cómplice frente a la criminalización de los derechos humanos en Cuba, sigue siendo el límite al compromiso democrático en América Latina y el Caribe.
Graciela Fernández Meijide (Argentina), Norma Morandini (Argentina), Ernesto Pfirter (Argentina), Vicente Palermo (Argentina), Mariana Aylwin (Chile), Mariclaire Acosta (México), Rafael Uzcátegui (Venezuela), María Teresa Blandón (Nicaragua), Rubén Chababo (Argentina), Juan Martin (Diputado Nacional, Argentina), Sebastián Salvador (Diputado Nacional, Argentina), Juan Martín Rodríguez (Representante Nacional, Uruguay), Elaine Barbosa (Brasil), Liliana De Riz (Argentina), Eduardo Viola (Brasil), Carlos Fara (Argentina), Raúl Ferro (Perú), Bernabé García Hamilton (Argentina), Carlos Gervasoni (Argentina), Rigoberto Lobo Puentes (Venezuela), Hugo Machín Fajardo (Uruguay), Jorge Sigal (Argentina), Jorge Masetti (Argentina/Francia) Elizabeth Burgos (Francia), Ileana Dieguez (México), Francisco Alfaro Pareja (Venezuela), Francisco Valdés Ugalde (México), Ricardo López Göttig (Argentina), Carlos Mira (Argentina), Agustín Antonetti (Argentina), Sybil Rhodes (Estados Unidos), Gabriel C. Salvia (Argentina), Brian Schapira (Argentina), Leandro Querido (Argentina), Carlos Verissimo (Uruguay), Gina Picco (Argentina).
Por Cuba: Armando Chaguaceda, Camila Acosta, Ileana de la Guardia, Manuel Cuesta Morúa, Hilda Landrove, Dunia Medina Moreno, Roxilene Sotolongo Cruz, María Cristina Labrada Varona, Manuel Vázquez Portal, Yolanda Huerga, Diana Reyes, Iris Ruiz, Ibis García Alonso, Pedro Acosta Peña, Frank Abel García, Michel Fernández, Tamara Pérez Díaz, Ivette García, Arelis Rodríguez Silva, Elena Larrinaga de Luis, Luis Gabriel Rodríguez Valdés, Afrika3Reina, Ciro Díaz Penedo, Anamely Ramos, Enrique Guzmán Karell y Lixandra Tassé.
En el marco de la Cumbre de la CELAC en Buenos Aires, la ciudadanía cubana y sus amigos demócratas en la región, atestiguamos -con un dolor que no por esperado deja de desgarrar- que no se puede esperar casi nada de los políticos latinoamericanos. Salvo el presidente uruguayo Luis Lacalle Pou, quien llamó a superar la hemiplejía ideológica, a nadie le importa la suerte de los aproximadamente 1000 presos políticos cubanos (más que la suma de los de Nicaragua y Venezuela) y el éxodo que ha lanzado en un año y medio a casi 400000 cubanos al exilio.
Esto es especialmente molesto cuando se maquilla la dictadura con eufemismos. Por ejemplo, el presidente brasileño Luiz Inacio Lula da Silva llamando a respetar que los cubanos quieran elegir “su manera de gobernarse”; francas mentiras, como la del presidente argentino Alberto Fernández, diciendo que el cubano Miguel Díaz-Canel, el nicaragüense Daniel Ortega y el venezolano Nicolás Maduro, fueron electos por su pueblo. El presidente Boric enfatizó acertadamente en los mecanismos democráticos como elecciones libres y supervisadas, pero sin hacer explícita la necesidad de aquello que es en Cuba aún más urgente, detener el arrasamiento de los derechos humanos más esenciales. La dictadura cubana, que además de reprimir a su pueblo desestabiliza la democracia en la región apoyando a sus aliados sociales y gubernamentales autoritarios, sigue siendo poco nombrada.
Siendo Cuba un modelo inspiracional y un agente difusor del autoritarismo en el continente, es moral, intelectual y prácticamente insostenible seguir abandonando al pueblo cubano que ha protestado, escapado, padecido y soportado 64 años de régimen autoritario. Nuestro silencio, disimulo o defensa del status quo de la isla tiene implicaciones para los propios cubanos y para toda la región. El silencio cómplice frente a la criminalización de los derechos humanos en Cuba, sigue siendo el límite al compromiso democrático en América Latina y el Caribe.
Graciela Fernández Meijide (Argentina), Norma Morandini (Argentina), Ernesto Pfirter (Argentina), Vicente Palermo (Argentina), Mariana Aylwin (Chile), Mariclaire Acosta (México), Rafael Uzcátegui (Venezuela), María Teresa Blandón (Nicaragua), Rubén Chababo (Argentina), Juan Martin (Diputado Nacional, Argentina), Sebastián Salvador (Diputado Nacional, Argentina), Juan Martín Rodríguez (Representante Nacional, Uruguay), Elaine Barbosa (Brasil), Liliana De Riz (Argentina), Eduardo Viola (Brasil), Carlos Fara (Argentina), Raúl Ferro (Perú), Bernabé García Hamilton (Argentina), Carlos Gervasoni (Argentina), Rigoberto Lobo Puentes (Venezuela), Hugo Machín Fajardo (Uruguay), Jorge Sigal (Argentina), Jorge Masetti (Argentina/Francia) Elizabeth Burgos (Francia), Ileana Dieguez (México), Francisco Alfaro Pareja (Venezuela), Francisco Valdés Ugalde (México), Ricardo López Göttig (Argentina), Carlos Mira (Argentina), Agustín Antonetti (Argentina), Sybil Rhodes (Estados Unidos), Gabriel C. Salvia (Argentina), Brian Schapira (Argentina), Leandro Querido (Argentina), Carlos Verissimo (Uruguay), Gina Picco (Argentina).
Por Cuba: Armando Chaguaceda, Camila Acosta, Ileana de la Guardia, Manuel Cuesta Morúa, Hilda Landrove, Dunia Medina Moreno, Roxilene Sotolongo Cruz, María Cristina Labrada Varona, Manuel Vázquez Portal, Yolanda Huerga, Diana Reyes, Iris Ruiz, Ibis García Alonso, Pedro Acosta Peña, Frank Abel García, Michel Fernández, Tamara Pérez Díaz, Ivette García, Arelis Rodríguez Silva, Elena Larrinaga de Luis, Luis Gabriel Rodríguez Valdés, Afrika3Reina, Ciro Díaz Penedo, Anamely Ramos, Enrique Guzmán Karell y Lixandra Tassé.