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Corea del Norte bajo la lupa
Derechos Humanos y grupos vulnerables en Corea del Norte
El próximo 13 de julio, Corea del Norte estará presentando su primer Informe Nacional Voluntario (VNR) en el Foro Político de Alto Nivel (HLPF) de la ONU. Dada la situación de total hermetismo por parte del régimen de Kim Jong Un, numerosas organizaciones de Derechos Humanos han estado entrevistando durante años a quienes han podido escapar por diversas vías del país. De esta forma, se puede cotejar lo que efectivamente va a presentar el país con la realidad que viven sus habitantesPor Agustín Menéndez
El Foro Político de Alto Nivel (HLPF) es una conferencia de las Naciones Unidas (ONU) que se reúne anualmente bajo el Consejo Económico y Social de la ONU (ECOSOC) y cada cuatro años en la Asamblea General de la ONU. Allí se pasa revista y da seguimiento a la Agenda 2030 sobre Desarrollo Sostenible. El HLPF tiene la tarea de rastrear la implementación internacional y el progreso hacia los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). El foro reúne a representantes de los Estados miembros de la ONU, organizaciones de la sociedad civil y entidades de la ONU para discutir el progreso y las mejores prácticas, y producir la Declaración Ministerial sobre el progreso en un tema elegido anualmente.
Esta agenda de desarrollo sostenible es un conjunto de 17 objetivos interconectados para los Estados miembros de la ONU que tienen como objetivo acabar con la pobreza, lograr la igualdad de género, proteger el planeta y garantizar que todas las personas disfruten de la paz y la prosperidad. La Agenda 2030 es el plan de acción de la ONU para implementar estos objetivos. Proporciona directrices y objetivos claros para que todos los países adopten de acuerdo con sus propias prioridades y los desafíos ambientales del mundo en general.
En este sentido, el próximo 13 de julio, Corea del Norte estará presentando su primer Informe Nacional Voluntario (VNR) en el HLPF. Dada la situación de total hermetismo por parte del régimen de Kim Jong Un, numerosas organizaciones de Derechos Humanos han estado entrevistando durante años a quienes han podido escapar por diversas vías del país. De esta forma, se puede cotejar lo que efectivamente va a presentar el país con la realidad que viven sus habitantes puesto que el flujo de información hacia, desde y dentro del país está fuertemente controlado y no habría, por lo tanto, posibilidad sin este método de hacer o intentar que rinda cuentas el país ante la sociedad civil.
Es por ello que auspiciado por el Comité de Derechos Humanos en Corea del Norte se presentó el estado de vulneración de los Derechos Humanos en sectores claves de la sociedad civil (personas con discapacidad, mujeres, niños y adolescentes) en el país.
Si bien cabe señalar que Corea del Norte ratificó la Convención sobre los derechos de las personas con discapacidad (CRPD) en 2016, es claro que se necesita más trabajo y voluntad por parte del gobierno para garantizar derechos básicos y fundamentales tales como el derecho a la vida familiar, el derecho a la libertad de movimiento, el derecho a la salud y el derecho a la vida, el derecho a la educación e igualdad de género para las personas con discapacidad. Aunque los derechos de las personas que viven con discapacidades están protegidos en el papel, en la práctica, estas personas se enfrentan a un considerable aislamiento social y restricciones a su autonomía.
En el caso de las mujeres norcoreanas, estas enfrentan oportunidades muy limitadas de acceso a la educación y al empleo formal. Acarrean la expectativa social adicional de que deben asumir la carga de ser cuidadoras por sus familias. Estos factores explican la sobrerrepresentación de las mujeres en el mercado privado informal (jangmadang, en coreano), que las dejan en un estado de vulnerabilidad tal que las expone a la agresión sexual y pésimas condiciones laborales. La salud de la mujer norcoreana a la par es nula en materia salud y derechos reproductivos.
Los niños y adolescentes de Corea del Norte experimentan regularmente violencia en el hogar y en la escuela, en el caso de aquellos “afortunados” en poder asistir a una, así como trabajo forzoso e interrupciones constantes de su educación derivadas de su participación en movilizaciones agrícolas. Como resultado, los derechos del niño a la alimentación y la salud están gravemente amenazados por el impacto de las políticas gubernamentales así como también por la pobreza e inseguridad alimentaria generalizada en el país.
También se debe remarcar que la currícula de los niños y jóvenes norcoreanos está fuertemente orientada al adoctrinamiento político basado en la figura de la dinastía Kim, el odio hacia Japón, Estados Unidos y Corea del Sur.
Mientras el gobierno sigue afirmando que el sistema público de suministro y distribución proporciona raciones de alimentos para toda la población, la realidad es que el 40% de la población padece escasez de alimentos de forma notoria. Quienes reciben raciones de alimentos son generalmente funcionarios militares y/o estatales o afiliados al Partido de los Trabajadores de Corea. Los hogares también reciben algunos kilogramos de maíz durante días festivos nacionales, tales como el cumpleaños de Kim Il Sung. Este sistema profundiza de manera concreta todas las diferencias dentro de la sociedad norcoreana más allá de su situación de vulnerabilidad.
De igual manera ocurre con toda forma de acceso a la salud, donde la poca medicina que ingresa al país es resguardada para aquellos adictos al régimen. Además, si bien las clínicas pueden ser físicamente accesibles, la calidad del servicio médico es muy deficiente debido a la falta de equipos médicos para el diagnóstico y de medicamentos para el tratamiento de enfermedades. Corea del Norte sigue siendo vulnerable a enfermedades contagiosas, incluida la tuberculosis y la malaria. La OMS incluyó a Corea del Norte como uno de los estados con los más severos estados de tuberculosis mundialmente.
Es necesario, por ello, que los Estados miembros de la ONU tomen una posición más activa y decidida respecto a la constante violación de Derechos Humanos que lleva adelante Corea del Norte e intente hacer rendir cuentas al país de esta situación en todos los foros posibles para presionar al régimen a abrir sus fronteras y conocer el verdadero estado de situación de su población.
Agustín MenéndezInvestigador AsociadoLicenciado en Ciencia Política y Abogado (UBA). Cursó estudios de Maestría en Historia (UTDT). Becario KGIP (Korean Government Invitation Program). Especializado en temas de la Península Coreana y la violación de Derechos Humanos en Corea del Norte. Actualmente trabaja en la Unidad de Información Financiera en el área de Coordinación Internacional en materia de lavado de activos. financiamiento del terrorismo y proliferación de armas de destrucción masiva. Colabora en distintos medios gráficos y radiales.
El Foro Político de Alto Nivel (HLPF) es una conferencia de las Naciones Unidas (ONU) que se reúne anualmente bajo el Consejo Económico y Social de la ONU (ECOSOC) y cada cuatro años en la Asamblea General de la ONU. Allí se pasa revista y da seguimiento a la Agenda 2030 sobre Desarrollo Sostenible. El HLPF tiene la tarea de rastrear la implementación internacional y el progreso hacia los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). El foro reúne a representantes de los Estados miembros de la ONU, organizaciones de la sociedad civil y entidades de la ONU para discutir el progreso y las mejores prácticas, y producir la Declaración Ministerial sobre el progreso en un tema elegido anualmente.
Esta agenda de desarrollo sostenible es un conjunto de 17 objetivos interconectados para los Estados miembros de la ONU que tienen como objetivo acabar con la pobreza, lograr la igualdad de género, proteger el planeta y garantizar que todas las personas disfruten de la paz y la prosperidad. La Agenda 2030 es el plan de acción de la ONU para implementar estos objetivos. Proporciona directrices y objetivos claros para que todos los países adopten de acuerdo con sus propias prioridades y los desafíos ambientales del mundo en general.
En este sentido, el próximo 13 de julio, Corea del Norte estará presentando su primer Informe Nacional Voluntario (VNR) en el HLPF. Dada la situación de total hermetismo por parte del régimen de Kim Jong Un, numerosas organizaciones de Derechos Humanos han estado entrevistando durante años a quienes han podido escapar por diversas vías del país. De esta forma, se puede cotejar lo que efectivamente va a presentar el país con la realidad que viven sus habitantes puesto que el flujo de información hacia, desde y dentro del país está fuertemente controlado y no habría, por lo tanto, posibilidad sin este método de hacer o intentar que rinda cuentas el país ante la sociedad civil.
Es por ello que auspiciado por el Comité de Derechos Humanos en Corea del Norte se presentó el estado de vulneración de los Derechos Humanos en sectores claves de la sociedad civil (personas con discapacidad, mujeres, niños y adolescentes) en el país.
Si bien cabe señalar que Corea del Norte ratificó la Convención sobre los derechos de las personas con discapacidad (CRPD) en 2016, es claro que se necesita más trabajo y voluntad por parte del gobierno para garantizar derechos básicos y fundamentales tales como el derecho a la vida familiar, el derecho a la libertad de movimiento, el derecho a la salud y el derecho a la vida, el derecho a la educación e igualdad de género para las personas con discapacidad. Aunque los derechos de las personas que viven con discapacidades están protegidos en el papel, en la práctica, estas personas se enfrentan a un considerable aislamiento social y restricciones a su autonomía.
En el caso de las mujeres norcoreanas, estas enfrentan oportunidades muy limitadas de acceso a la educación y al empleo formal. Acarrean la expectativa social adicional de que deben asumir la carga de ser cuidadoras por sus familias. Estos factores explican la sobrerrepresentación de las mujeres en el mercado privado informal (jangmadang, en coreano), que las dejan en un estado de vulnerabilidad tal que las expone a la agresión sexual y pésimas condiciones laborales. La salud de la mujer norcoreana a la par es nula en materia salud y derechos reproductivos.
Los niños y adolescentes de Corea del Norte experimentan regularmente violencia en el hogar y en la escuela, en el caso de aquellos “afortunados” en poder asistir a una, así como trabajo forzoso e interrupciones constantes de su educación derivadas de su participación en movilizaciones agrícolas. Como resultado, los derechos del niño a la alimentación y la salud están gravemente amenazados por el impacto de las políticas gubernamentales así como también por la pobreza e inseguridad alimentaria generalizada en el país.
También se debe remarcar que la currícula de los niños y jóvenes norcoreanos está fuertemente orientada al adoctrinamiento político basado en la figura de la dinastía Kim, el odio hacia Japón, Estados Unidos y Corea del Sur.
Mientras el gobierno sigue afirmando que el sistema público de suministro y distribución proporciona raciones de alimentos para toda la población, la realidad es que el 40% de la población padece escasez de alimentos de forma notoria. Quienes reciben raciones de alimentos son generalmente funcionarios militares y/o estatales o afiliados al Partido de los Trabajadores de Corea. Los hogares también reciben algunos kilogramos de maíz durante días festivos nacionales, tales como el cumpleaños de Kim Il Sung. Este sistema profundiza de manera concreta todas las diferencias dentro de la sociedad norcoreana más allá de su situación de vulnerabilidad.
De igual manera ocurre con toda forma de acceso a la salud, donde la poca medicina que ingresa al país es resguardada para aquellos adictos al régimen. Además, si bien las clínicas pueden ser físicamente accesibles, la calidad del servicio médico es muy deficiente debido a la falta de equipos médicos para el diagnóstico y de medicamentos para el tratamiento de enfermedades. Corea del Norte sigue siendo vulnerable a enfermedades contagiosas, incluida la tuberculosis y la malaria. La OMS incluyó a Corea del Norte como uno de los estados con los más severos estados de tuberculosis mundialmente.
Es necesario, por ello, que los Estados miembros de la ONU tomen una posición más activa y decidida respecto a la constante violación de Derechos Humanos que lleva adelante Corea del Norte e intente hacer rendir cuentas al país de esta situación en todos los foros posibles para presionar al régimen a abrir sus fronteras y conocer el verdadero estado de situación de su población.