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Corea del Norte bajo la lupa
El ejército de los adoctrinados: cómo es el sistema de poder y mando entre el Ejército y el Partido de Corea del Norte
(HRNK) [ESPECIAL SOBRE EL EJÉRCITO DE COREA DEL NORTE] El Estado y el aparato del Partido de Corea del Norte funcionan mediante un mecanismo unitario de mando y control en manos del líder supremo. Kim Jong Un reforzó este sistema en 2021 a través de una triple campaña para bloquear el flujo de información exterior hacia Corea del Norte, tomar medidas contra los funcionarios corruptos y mantener herméticamente cerradas las fronteras. Este artículo explica por qué el Ejército Popular de Corea, la cuarta fuerza militar del mundo, es un elemento esencial en esta dinámica de poder del régimen.Por George Hutchinson
(HRNK) Corea del Norte muestra otra vez señales de crisis. El país está cada vez más sofocado por el mundo exterior mientras lucha con una economía en caída. El sistema de gobierno dinástico y totalitario de Corea del Norte ha atravesado tiempos difíciles durante décadas, demostrando una forma única y desafiante de resiliencia. Sin embargo, hay límites al estrés que puede soportar un sistema. Existen numerosos escenarios posibles de implosión, junto con innumerables factores que son capaces de desencadenarlos. Los contratiempos podrían azotar al régimen en serie, en dolorosa sucesión o en combinaciones. Podrían estallar múltiples crisis en simultáneo, exponiendo las limitaciones del aparato de gobierno del líder supremo.
Si el régimen de Kim no resistiese esos golpes, el Ejército Popular de Corea (KPA), ajeno a la relación verticalmente rígida de mando y control con el líder supremo, podría comportarse de una manera peligrosamente impredecible que tendría repercusiones catastróficas para el noreste de Asia.
En cualquier escenario de desestabilización del régimen, las unidades del Ejército Popular de Corea, que carecen de un nodo supremo de comando y control, pueden no tener otra opción que ejecutar tareas preasignadas sin tener en cuenta ni comprender los eventos del mundo real. Para hacer frente a apuestas tan altas, la primacía se debe poner no solo en mantener planes de contingencia actualizados y bien coordinados, sino también en desarrollar una comprensión de las vías de comunicación capaces de llegar a las fuerzas militares del KPA en caso de una ruptura del régimen.
En cualquier escenario de desestabilización del régimen, el Ejército norcoreano podría comportarse de manera peligrosa e impredecible, con repercusiones catastróficas para Asia.
Para proporcionar líneas de comunicación de emergencia fuera de los canales del régimen afectado, se debe difundir información entre las fuerzas del KPA, hasta el nivel de los soldados rasos. Un primer paso crucial en este esfuerzo es comprender el enfoque idiosincrásico de Kim Jong Un para ejercer el poder y el control hacia abajo y en todo el sistema monolítico de gobierno autocrático de Corea del Norte. Diseñado para proteger al régimen de Kim, suprimir la disidencia potencial y bloquear la información externa que fluya hacia Corea del Norte, es precisamente este sistema de control el que ha permitido al país salir del paso repetidas veces a través de las diferentes crisis.
El Suryong o "líder supremo" se encuentra en la cúspide de los sistemas político, económico, militar y social de Corea del Norte, con autoridad absoluta sobre todo lo que sucede en el país. Kim Jong Un, el actual Suryong, ejerce su poder a través de un sistema de gobierno dinástico y autocrático basado en una ideología de gobierno (Juche) e implementado a través de una facción política única, el Partido de los Trabajadores de Corea (KWP). Debido en gran parte a la predisposición de Kim hacia el KWP, el Congreso del Partido se ha reactivado. En cada Congreso, una reunión quinquenal de delegados y observadores de alto nivel del KWP, se evalúa el desempeño del país, se revisan los estatutos y se establecen objetivos estratégicos. Las decisiones políticas para los siguientes cinco años se dirigen luego, a través del Partido, hacia abajo y a lo largo de todo el aparato.
A pesar de la población relativamente pequeña de Corea del Norte (25 millones de habitantes), el Ejército norcoreano es la cuarta fuerza militar más grande del mundo.
Kim Jong Un utilizó el Octavo Congreso del Partido en enero de 2021 como una sesión de "autocrítica" (saenghwal chonghwa) y un vehículo de lanzamiento para una campaña nacional de control político. Kim abrió el Congreso admitiendo abiertamente los fracasos del plan quinquenal anterior para mejorar la economía. La solución propuesta por Kim para arreglar la economía fue un enfoque "más partidista" que enfatiza la autoarquía y la autosuficiencia. Después del Congreso, Kim ejerció el mando del aparato del Partido más profundamente y a través de los niveles locales en una campaña de tres frentes para bloquear el flujo de información exterior hacia Corea del Norte, tomar medidas enérgicas contra los llamados funcionarios corruptos y cerrar herméticamente las fronteras. Como elemento esencial del aparato de poder del régimen, el KPA se ve afectado por cada vertiente de esta campaña de intensificación del control, una campaña que añade una constricción aún mayor a una estructura de mando ya rígida, por lo que es vital que los observadores externos entiendan esta dinámica de mando vertical y la relación de control entre el KPA y el líder supremo.
A pesar de la población relativamente pequeña de Corea del Norte (25 millones de habitantes), el KPA cuenta con la cuarta fuerza militar más grande del mundo. Consiste en más de un millón de soldados, alrededor del 6% de la población del país, que sirven en los rangos de servicio activo de la extensa organización militar terrestre del país y que también incluye unidades de operaciones especiales, aéreas, navales, estratégicas y de reserva. Un 25 a 30% adicional de la población pertenece a las reservas. Como Suryong, Kim Jong Un tiene control absoluto sobre el KPA. Su autoridad se extiende desde dos órganos de poder: el KWP y la Comisión de Asuntos Estatales, de los cuales fue nombrado presidente en el Congreso anterior de 2016. A través de estos órganos, el KPA se controla utilizando un sistema triple compuesto por una cadena política, una cadena de seguridad antigolpista y una cadena de mando militar estándar.
En cada nivel de unidad del KPA, el comandante está flanqueado por dos personas. A un lado está el oficial político y al otro lado está el oficial de seguridad. En este sistema de control altamente restringido, el Estado y el aparato del Partido se fusionan en un mecanismo unitario de mando y control. Si bien la naturaleza vertical del flujo de información en el Ejército Popular de Corea es clara (las órdenes fluyen hacia abajo, la información fluye hacia arriba), las prácticas, los procesos y los procedimientos en el día a día de los soldados en cada unidad son menos nítidos. La campaña de tres frentes de Kim Jong Un para aumentar el control a través del aparato del Partido solo sofocará aún más un sistema de comando y control que ya está muy estrangulado. Es difícil medir y responder adecuadamente a este impacto debido a las lagunas en la comprensión de cómo se procesa la información dentro del Ejército, no solo cómo la información oficial fluye desde la cúspide del Ejército norcoreano hasta el soldado individual, sino también cómo los soldados procesan la información relacionada con el deber cotidiano y cómo se accede y consume la información extranjera.
Esto es relevante porque si los factores desestabilizadores abruman la capacidad del régimen de Kim para hacerles frente, podría producirse un escenario de implosión, dejando a las unidades del Ejército sin más opción que ejecutar tareas preasignadas con una comprensión limitada de los eventos reales que suceden a su alrededor.
Seguir leyendo:
Esta es una selección del libro Army of the Indoctrinated. The Suryong, the Soldier, and Information in the KPA de George Hutchinson (HRNK). El libro completo puede descargarse aquí.
Traducción: Agustín Menéndez
Edición: Florencia Grieco
Las opiniones expresadas en este artículo son de exclusiva responsabilidad de sus autores y no representan necesariamente la opinión de CADAL.
George HutchinsonEditor general de la Revista Internacional de Estudios Coreanos y miembro del Consejo Internacional de Estudios Coreanos. Es miembro sénior de SecuriFense Inc., que asesora a la Fuerza Aérea de Estados Unidos en asuntos relativos a sus bases militares en la República de Corea. Fue durante más de veinticinco años oficial y suboficial en la Fuerza Aérea de Estados Unidos, incluyendo varias asignaciones en la República de Corea. Ha publicado en el International Journal of Korean Studies, U.S. Naval Institute Proceedings y Air Force Journal of Logistics y ha escrito informes para Korea Economic Institute of America y Marine Corps University Press. Tiene una maestría en gestión logística del Instituto de Tecnología de la Fuerza Aérea de Estados Unidos y es candidato a Ph.D. en la Escuela de Política y Gobierno de la Universidad George Mason.
(HRNK) Corea del Norte muestra otra vez señales de crisis. El país está cada vez más sofocado por el mundo exterior mientras lucha con una economía en caída. El sistema de gobierno dinástico y totalitario de Corea del Norte ha atravesado tiempos difíciles durante décadas, demostrando una forma única y desafiante de resiliencia. Sin embargo, hay límites al estrés que puede soportar un sistema. Existen numerosos escenarios posibles de implosión, junto con innumerables factores que son capaces de desencadenarlos. Los contratiempos podrían azotar al régimen en serie, en dolorosa sucesión o en combinaciones. Podrían estallar múltiples crisis en simultáneo, exponiendo las limitaciones del aparato de gobierno del líder supremo.
Si el régimen de Kim no resistiese esos golpes, el Ejército Popular de Corea (KPA), ajeno a la relación verticalmente rígida de mando y control con el líder supremo, podría comportarse de una manera peligrosamente impredecible que tendría repercusiones catastróficas para el noreste de Asia.
En cualquier escenario de desestabilización del régimen, las unidades del Ejército Popular de Corea, que carecen de un nodo supremo de comando y control, pueden no tener otra opción que ejecutar tareas preasignadas sin tener en cuenta ni comprender los eventos del mundo real. Para hacer frente a apuestas tan altas, la primacía se debe poner no solo en mantener planes de contingencia actualizados y bien coordinados, sino también en desarrollar una comprensión de las vías de comunicación capaces de llegar a las fuerzas militares del KPA en caso de una ruptura del régimen.
En cualquier escenario de desestabilización del régimen, el Ejército norcoreano podría comportarse de manera peligrosa e impredecible, con repercusiones catastróficas para Asia.
Para proporcionar líneas de comunicación de emergencia fuera de los canales del régimen afectado, se debe difundir información entre las fuerzas del KPA, hasta el nivel de los soldados rasos. Un primer paso crucial en este esfuerzo es comprender el enfoque idiosincrásico de Kim Jong Un para ejercer el poder y el control hacia abajo y en todo el sistema monolítico de gobierno autocrático de Corea del Norte. Diseñado para proteger al régimen de Kim, suprimir la disidencia potencial y bloquear la información externa que fluya hacia Corea del Norte, es precisamente este sistema de control el que ha permitido al país salir del paso repetidas veces a través de las diferentes crisis.
El Suryong o "líder supremo" se encuentra en la cúspide de los sistemas político, económico, militar y social de Corea del Norte, con autoridad absoluta sobre todo lo que sucede en el país. Kim Jong Un, el actual Suryong, ejerce su poder a través de un sistema de gobierno dinástico y autocrático basado en una ideología de gobierno (Juche) e implementado a través de una facción política única, el Partido de los Trabajadores de Corea (KWP). Debido en gran parte a la predisposición de Kim hacia el KWP, el Congreso del Partido se ha reactivado. En cada Congreso, una reunión quinquenal de delegados y observadores de alto nivel del KWP, se evalúa el desempeño del país, se revisan los estatutos y se establecen objetivos estratégicos. Las decisiones políticas para los siguientes cinco años se dirigen luego, a través del Partido, hacia abajo y a lo largo de todo el aparato.
A pesar de la población relativamente pequeña de Corea del Norte (25 millones de habitantes), el Ejército norcoreano es la cuarta fuerza militar más grande del mundo.
Kim Jong Un utilizó el Octavo Congreso del Partido en enero de 2021 como una sesión de "autocrítica" (saenghwal chonghwa) y un vehículo de lanzamiento para una campaña nacional de control político. Kim abrió el Congreso admitiendo abiertamente los fracasos del plan quinquenal anterior para mejorar la economía. La solución propuesta por Kim para arreglar la economía fue un enfoque "más partidista" que enfatiza la autoarquía y la autosuficiencia. Después del Congreso, Kim ejerció el mando del aparato del Partido más profundamente y a través de los niveles locales en una campaña de tres frentes para bloquear el flujo de información exterior hacia Corea del Norte, tomar medidas enérgicas contra los llamados funcionarios corruptos y cerrar herméticamente las fronteras. Como elemento esencial del aparato de poder del régimen, el KPA se ve afectado por cada vertiente de esta campaña de intensificación del control, una campaña que añade una constricción aún mayor a una estructura de mando ya rígida, por lo que es vital que los observadores externos entiendan esta dinámica de mando vertical y la relación de control entre el KPA y el líder supremo.
A pesar de la población relativamente pequeña de Corea del Norte (25 millones de habitantes), el KPA cuenta con la cuarta fuerza militar más grande del mundo. Consiste en más de un millón de soldados, alrededor del 6% de la población del país, que sirven en los rangos de servicio activo de la extensa organización militar terrestre del país y que también incluye unidades de operaciones especiales, aéreas, navales, estratégicas y de reserva. Un 25 a 30% adicional de la población pertenece a las reservas. Como Suryong, Kim Jong Un tiene control absoluto sobre el KPA. Su autoridad se extiende desde dos órganos de poder: el KWP y la Comisión de Asuntos Estatales, de los cuales fue nombrado presidente en el Congreso anterior de 2016. A través de estos órganos, el KPA se controla utilizando un sistema triple compuesto por una cadena política, una cadena de seguridad antigolpista y una cadena de mando militar estándar.
En cada nivel de unidad del KPA, el comandante está flanqueado por dos personas. A un lado está el oficial político y al otro lado está el oficial de seguridad. En este sistema de control altamente restringido, el Estado y el aparato del Partido se fusionan en un mecanismo unitario de mando y control. Si bien la naturaleza vertical del flujo de información en el Ejército Popular de Corea es clara (las órdenes fluyen hacia abajo, la información fluye hacia arriba), las prácticas, los procesos y los procedimientos en el día a día de los soldados en cada unidad son menos nítidos. La campaña de tres frentes de Kim Jong Un para aumentar el control a través del aparato del Partido solo sofocará aún más un sistema de comando y control que ya está muy estrangulado. Es difícil medir y responder adecuadamente a este impacto debido a las lagunas en la comprensión de cómo se procesa la información dentro del Ejército, no solo cómo la información oficial fluye desde la cúspide del Ejército norcoreano hasta el soldado individual, sino también cómo los soldados procesan la información relacionada con el deber cotidiano y cómo se accede y consume la información extranjera.
Esto es relevante porque si los factores desestabilizadores abruman la capacidad del régimen de Kim para hacerles frente, podría producirse un escenario de implosión, dejando a las unidades del Ejército sin más opción que ejecutar tareas preasignadas con una comprensión limitada de los eventos reales que suceden a su alrededor.
Seguir leyendo:
Esta es una selección del libro Army of the Indoctrinated. The Suryong, the Soldier, and Information in the KPA de George Hutchinson (HRNK). El libro completo puede descargarse aquí.
Traducción: Agustín Menéndez
Edición: Florencia Grieco
Las opiniones expresadas en este artículo son de exclusiva responsabilidad de sus autores y no representan necesariamente la opinión de CADAL.
Editor general de la Revista Internacional de Estudios Coreanos y miembro del Consejo Internacional de Estudios Coreanos. Es miembro sénior de SecuriFense Inc., que asesora a la Fuerza Aérea de Estados Unidos en asuntos relativos a sus bases militares en la República de Corea. Fue durante más de veinticinco años oficial y suboficial en la Fuerza Aérea de Estados Unidos, incluyendo varias asignaciones en la República de Corea. Ha publicado en el International Journal of Korean Studies, U.S. Naval Institute Proceedings y Air Force Journal of Logistics y ha escrito informes para Korea Economic Institute of America y Marine Corps University Press. Tiene una maestría en gestión logística del Instituto de Tecnología de la Fuerza Aérea de Estados Unidos y es candidato a Ph.D. en la Escuela de Política y Gobierno de la Universidad George Mason.