Diálogo Latino Cubano
Promoción de la Apertura Política en Cuba
Cuba y Corea del Norte: amistades peligrosas
En la actualidad, las naciones «hermanas» continúan viviendo una realidad paralela ajena a los cambios que se producen en el mundo, blandiendo sus dirigentes discursos contra Estados Unidos mientras sus poblaciones sufren carestía, ausencia de libertad y persecución. Asimismo, las sanciones de los Estados Unidos a ambos países han llevado a que entre estos haya un interés compartido en eludir las sanciones financieras mediante el desarrollo de frentes para el financiamiento ilícito, el crimen organizado, el narcotráfico y la proliferación de armas.Por Agustín Menéndez
“Cuba jamás fallará en su permanente solidaridad a Corea”
Fidel Castro (1986)
Cuba tiene una relación única y particular con Corea del Norte, la cual formalizaron el 29 de agosto de 1960, y que al día de hoy permanece incólume. Desde la visita del 3 al 6 de diciembre de aquel año por parte de Ernesto Guevara a Pyogyang y su reunión con Kim Il-sung se ha ido desarrollando un vínculo de cooperación y amistad entre ambas naciones sobre la cual intentaremos señalar sus principales hitos.
Ya en su “Informe de un viaje a los países socialistas”, Guevara alababa el modelo norcoreano de rápida industrialización y al “dirigente extraordinario” Kim Il-sung. Allí había ido para forjar la relación con el flamante aliado y llevar adelante la transacción de azúcar crudo y henequén por maquinaria industrial, así como recorrer la Unión Soviética, China y los países europeos bajo la órbita comunista para recabar apoyo en lo que sería el giro al comunismo formalizado para el año 1961.
Hacia 1967, Corea del Norte estuvo por enviar setecientos voluntarios con armamento y equipamiento para asistir al régimen cubano ante la posibilidad de una invasión por parte de Estados Unidos, oferta que Cuba desistió para no escalar el posible conflicto. El país asiático era la segunda opción para adquirir armas luego de los envíos de la Unión Soviética desde Bulgaria o Checoslovaquia. Actualmente, es uno de los principales socios comerciales en materia de Defensa. Ante la restricción presupuestaria y al no tener una alianza estratégica permanente, Cuba se sigue valiendo de envíos de material bélico de Rusia, China y asistencia de su “hermano” asiático. Como ejemplo, podemos señalar el famoso incidente del barco Chong Chon Gang: en julio del 2013, un buque de bandera norcoreana fue interceptado en Panamá transportando armas cubanas, supuestamente enviadas para su puesta a punto. Anteriormente, este buque había sido detenido en el año 2010 en Ucrania transportando narcóticos.
Durante los años 70 y 80, Cuba y Corea del Norte financiaron y dieron soporte financiero y bélico a buena parte de las organizaciones guerrilleras de África, Medio Oriente y América Latina. Entre muchos ejemplos podemos destacar el apoyo armamentístico de Corea del Norte a Siria -aliado histórico- y Palestina. Por este apoyo, a Kim Il-sung le fue otorgada la distinción “Estrella de Palestina” en manos de Yasser Arafat. En el caso de Cuba, basta recordar la Operación Carlota (1975-1991) en Angola con envío de tropas y material bélico. Ambos estados adquirieron status de promotores de organizaciones guerrilleras, anticolonialistas o terroristas a pesar de las limitaciones económicas en sus propios países.
En 1986, Fidel Castro visitó Corea del Norte por única vez. En aquella ocasión, Castro en su último discurso pronunciado en el Palacio de los Deportes, observaba a Corea del Sur como un territorio donde “(…) millones de hombres y mujeres sufren no sólo del desempleo, de la explotación, del analfabetismo, sino también de una brutal tiranía que perdura únicamente por la fuerza de las armas de Estados Unidos” y a Seúl como “una ciudad de prostíbulos, de juego, de drogas, de soldados yankis corrompidos y transmisores del SIDA”. Corea del Sur, en realidad, crecía a un ritmo vertiginoso, sacando a su población de la pobreza extrema producto de la Guerra de Corea (1950-1953) a través de la industrialización; del analfabetismo con un sistema educativo modelo; y de un gobierno autoritario bregando por una Democracia plena que lograrían dos años más tarde.
Asimismo, la visita de Castro fue para agradecer “el otorgamiento de 100000 fusiles y decenas de millones de balas como contribución, junto a la URSS y otros países socialistas” a Cuba a un costo ínfimo. La generosidad norcoreana tenía como contracara el sometimiento de toda la población norcoreana a la ausencia absoluta de libertades civiles, políticas y sociales.
Kim, por su parte, expresó en su discurso titulado “Amistad indestructible y Solidaridad fraternal entre los pueblos cubano y coreano” que: "Los grandes cambios socioeconómicos que operan en Corea y Cuba demuestran que si estos países, aunque pequeños, luchan valientemente sin temor a la muerte, pueden vencer al imperialismo y sus opresores y construir con éxito el socialismo, y que ninguna fuerza es capaz de interponerse en el camino de los pueblos marchando hacia el socialismo".
Al ser electa Seúl como sede de los Juegos Olímpicos para el año 1988 y desecharse el proyecto de conformar una doble sede con Pyongyang, Cuba en solidaridad con Corea del Norte, boicoteó los Juegos y no envió a su delegación de deportistas. Cabe destacar que Corea del Norte por no ser sede de los Juegos Olímpicos realizó, con dos agentes de inteligencia, un atentado terrorista contra el Vuelo 858 de Korean Air, que explotó el 29 de noviembre de 1987 asesinando a las 115 personas que se encontraban a bordo. La idea, pergeñada por Kim Jong-il, era realizar una serie de atentados en Corea del Sur u objetivos relacionados con el país para demostrar las debilidades en seguridad y por ello que se desestimara la organización de los Juegos en el vecino país.
Con la disolución de la Unión Soviética, Corea del Norte se mantuvo inconmovible en su sistema basado en la colectivización forzosa. Debido a las inundaciones producto de las lluvias constantes para 1994 todo el sistema alimentario y de producción agraria entró en crisis generando una hambruna que se cobró las vidas de entre uno y dos millones de personas. En Cuba se sufrió también la escasez y el racionamiento, llevando a la economía a una retracción total con caída del PBI y obligando a diversificar la economía anteriormente monopolizada por la relación comercial con la Unión Soviética. Mientras que Corea sufrió el hambre, Cuba logró eludirla hasta cierto punto, todo ello a un costo altísimo en la calidad de vida para la población.
Ambas naciones constituyeron su régimen político de idéntica manera: a partir de un foco guerrillero y liderados por una figura con conexiones con la Unión Soviética; discursivamente alegan sentirse hostigados y amenazados por Estados Unidos y este punto les permite socavar toda libertad en pos de una razón de Estado superior; y el estar llevando adelante una “lucha anticolonialista” y el haber conformado durante décadas una vertiente de socialismo distinta a la marxista leninista.
En contrapartida a su aliado, Cuba no posee armas de destrucción masiva ni realiza tests nucleares, tampoco sufrió hambrunas de la magnitud de las que asolaron a Corea del Norte entre 1994 y 1998, ni se encuentra mayormente aislada de los foros de discusión en los organismos internacionales. La diplomacia cubana ha sido sumamente efectiva a diferencia de la norcoreana en este punto.
Raúl Castro ya había explicado con claridad que ambos países eran dos caras de una misma moneda. En 1968 dijo a la prensa: “Si alguien está interesado en cuál es la opinión de los cubanos sobre determinadas cuestiones, deberían preguntarle a los coreanos. Y si alguien pregunta a Corea sobre determinados puntos de vista, con seguridad puede preguntarle a los cubanos. Nuestros puntos de vista son idénticos en todo.”
En marzo de 2015, el canciller cubano, Bruno Rodríguez Padilla, declaró que Cuba mantenía la solidaridad con el régimen norcoreano a pesar del creciente aislamiento internacional de Pyongyang producto de la violación sistemática de Derechos Humanos y las pruebas nucleares llevadas a cabo. Rodríguez justificó su postura con el argumento de que la política exterior cubana se basa en resistir la interferencia occidental en los asuntos internos de los países.
A comienzos de 2016, Cuba y Corea del Norte desarrollaron un sistema de comercio de trueque, que implicaba oficialmente transacciones de azúcar y equipos ferroviarios. El comercio de trueque es una forma efectiva para que Cuba y Corea del Norte evadan las sanciones internacionales sin agotar sus reservas de divisas. El uso de azúcar por parte de Cuba como medio de comercio bilateral tiene un paralelismo con el uso del arroz por parte de Myanmar como moneda de cambio por asistencia tecnológica militar de Corea del Norte. Esta forma de comercio ha sido vital para la supervivencia del régimen de Corea del Norte desde el colapso soviético y el patrocinio más intermitente de China. El envío de médicos cubanos a otros países del continente es otro ejemplo de cómo lograr morigerar deudas o acordar el ingreso de divisas por parte de Cuba.
Es interesante remarcar que la visión más benévola de Obama respecto a ambos países resultó un fracaso. Mientras Estados Unidos retiraba a Cuba como país promotor del terrorismo de su lista y abría camino al levantamiento del embargo, Cuba por su parte continuaba su relación con Corea del Norte en cuanto al tráfico de armas de forma ilegal y sosteniendo un apoyo irrestricto al país que seguía poniendo en jaque con sus misiles nucleares al noreste de Asia, desestabilizando a toda la región.
Ante el fallecimiento del dictador Fidel Castro, Kim Jong-un dio sus condolencias al pueblo cubano y alabó la trayectoria del “verdadero líder del pueblo” y estableció tres días de luto en el país. Luego, fiel a su propia historia familiar, saludó el liderazgo de Raúl Castro como sucesor de la Revolución cubana. De hermano a hermano en Cuba, así como de hijo en hijo en Corea, el poder revestía un matiz hereditario.
En noviembre de 2018, a pocos meses de asumir el cargo de Presidente de los Consejos de Estado y de ministros, Miguel Díaz-Canel Bermúdez visitó, por el término de tres días, Corea del Norte luego de más de treinta años de que no hubiera un representante de primer rango. Se afianzaron convenios de cooperación en diversos sectores, entre ellos educación, petróleo, agricultura y comercio, además de intercambios diplomáticos y culturales. El motivo de tal acontecimiento fueron las celebraciones por el 55° aniversario de relaciones entre ambos países.
En la actualidad, las naciones “hermanas” continúan viviendo una realidad paralela ajena a los cambios que se producen en el mundo, blandiendo sus dirigentes discursos contra Estados Unidos mientras sus poblaciones sufren carestía, ausencia de libertad y persecución. Asimismo, las sanciones de los Estados Unidos a ambos países han llevado a que entre estos haya un interés compartido en eludir las sanciones financieras mediante el desarrollo de frentes para el financiamiento ilícito, el crimen organizado, el narcotráfico y la proliferación de armas.
Agustín MenéndezInvestigador AsociadoLicenciado en Ciencia Política y Abogado (UBA). Cursó estudios de Maestría en Historia (UTDT). Becario KGIP (Korean Government Invitation Program). Especializado en temas de la Península Coreana y la violación de Derechos Humanos en Corea del Norte. Actualmente trabaja en la Unidad de Información Financiera en el área de Coordinación Internacional en materia de lavado de activos. financiamiento del terrorismo y proliferación de armas de destrucción masiva. Colabora en distintos medios gráficos y radiales.
“Cuba jamás fallará en su permanente solidaridad a Corea”
Fidel Castro (1986)
Cuba tiene una relación única y particular con Corea del Norte, la cual formalizaron el 29 de agosto de 1960, y que al día de hoy permanece incólume. Desde la visita del 3 al 6 de diciembre de aquel año por parte de Ernesto Guevara a Pyogyang y su reunión con Kim Il-sung se ha ido desarrollando un vínculo de cooperación y amistad entre ambas naciones sobre la cual intentaremos señalar sus principales hitos.
Ya en su “Informe de un viaje a los países socialistas”, Guevara alababa el modelo norcoreano de rápida industrialización y al “dirigente extraordinario” Kim Il-sung. Allí había ido para forjar la relación con el flamante aliado y llevar adelante la transacción de azúcar crudo y henequén por maquinaria industrial, así como recorrer la Unión Soviética, China y los países europeos bajo la órbita comunista para recabar apoyo en lo que sería el giro al comunismo formalizado para el año 1961.
Hacia 1967, Corea del Norte estuvo por enviar setecientos voluntarios con armamento y equipamiento para asistir al régimen cubano ante la posibilidad de una invasión por parte de Estados Unidos, oferta que Cuba desistió para no escalar el posible conflicto. El país asiático era la segunda opción para adquirir armas luego de los envíos de la Unión Soviética desde Bulgaria o Checoslovaquia. Actualmente, es uno de los principales socios comerciales en materia de Defensa. Ante la restricción presupuestaria y al no tener una alianza estratégica permanente, Cuba se sigue valiendo de envíos de material bélico de Rusia, China y asistencia de su “hermano” asiático. Como ejemplo, podemos señalar el famoso incidente del barco Chong Chon Gang: en julio del 2013, un buque de bandera norcoreana fue interceptado en Panamá transportando armas cubanas, supuestamente enviadas para su puesta a punto. Anteriormente, este buque había sido detenido en el año 2010 en Ucrania transportando narcóticos.
Durante los años 70 y 80, Cuba y Corea del Norte financiaron y dieron soporte financiero y bélico a buena parte de las organizaciones guerrilleras de África, Medio Oriente y América Latina. Entre muchos ejemplos podemos destacar el apoyo armamentístico de Corea del Norte a Siria -aliado histórico- y Palestina. Por este apoyo, a Kim Il-sung le fue otorgada la distinción “Estrella de Palestina” en manos de Yasser Arafat. En el caso de Cuba, basta recordar la Operación Carlota (1975-1991) en Angola con envío de tropas y material bélico. Ambos estados adquirieron status de promotores de organizaciones guerrilleras, anticolonialistas o terroristas a pesar de las limitaciones económicas en sus propios países.
En 1986, Fidel Castro visitó Corea del Norte por única vez. En aquella ocasión, Castro en su último discurso pronunciado en el Palacio de los Deportes, observaba a Corea del Sur como un territorio donde “(…) millones de hombres y mujeres sufren no sólo del desempleo, de la explotación, del analfabetismo, sino también de una brutal tiranía que perdura únicamente por la fuerza de las armas de Estados Unidos” y a Seúl como “una ciudad de prostíbulos, de juego, de drogas, de soldados yankis corrompidos y transmisores del SIDA”. Corea del Sur, en realidad, crecía a un ritmo vertiginoso, sacando a su población de la pobreza extrema producto de la Guerra de Corea (1950-1953) a través de la industrialización; del analfabetismo con un sistema educativo modelo; y de un gobierno autoritario bregando por una Democracia plena que lograrían dos años más tarde.
Asimismo, la visita de Castro fue para agradecer “el otorgamiento de 100000 fusiles y decenas de millones de balas como contribución, junto a la URSS y otros países socialistas” a Cuba a un costo ínfimo. La generosidad norcoreana tenía como contracara el sometimiento de toda la población norcoreana a la ausencia absoluta de libertades civiles, políticas y sociales.
Kim, por su parte, expresó en su discurso titulado “Amistad indestructible y Solidaridad fraternal entre los pueblos cubano y coreano” que: "Los grandes cambios socioeconómicos que operan en Corea y Cuba demuestran que si estos países, aunque pequeños, luchan valientemente sin temor a la muerte, pueden vencer al imperialismo y sus opresores y construir con éxito el socialismo, y que ninguna fuerza es capaz de interponerse en el camino de los pueblos marchando hacia el socialismo".
Al ser electa Seúl como sede de los Juegos Olímpicos para el año 1988 y desecharse el proyecto de conformar una doble sede con Pyongyang, Cuba en solidaridad con Corea del Norte, boicoteó los Juegos y no envió a su delegación de deportistas. Cabe destacar que Corea del Norte por no ser sede de los Juegos Olímpicos realizó, con dos agentes de inteligencia, un atentado terrorista contra el Vuelo 858 de Korean Air, que explotó el 29 de noviembre de 1987 asesinando a las 115 personas que se encontraban a bordo. La idea, pergeñada por Kim Jong-il, era realizar una serie de atentados en Corea del Sur u objetivos relacionados con el país para demostrar las debilidades en seguridad y por ello que se desestimara la organización de los Juegos en el vecino país.
Con la disolución de la Unión Soviética, Corea del Norte se mantuvo inconmovible en su sistema basado en la colectivización forzosa. Debido a las inundaciones producto de las lluvias constantes para 1994 todo el sistema alimentario y de producción agraria entró en crisis generando una hambruna que se cobró las vidas de entre uno y dos millones de personas. En Cuba se sufrió también la escasez y el racionamiento, llevando a la economía a una retracción total con caída del PBI y obligando a diversificar la economía anteriormente monopolizada por la relación comercial con la Unión Soviética. Mientras que Corea sufrió el hambre, Cuba logró eludirla hasta cierto punto, todo ello a un costo altísimo en la calidad de vida para la población.
Ambas naciones constituyeron su régimen político de idéntica manera: a partir de un foco guerrillero y liderados por una figura con conexiones con la Unión Soviética; discursivamente alegan sentirse hostigados y amenazados por Estados Unidos y este punto les permite socavar toda libertad en pos de una razón de Estado superior; y el estar llevando adelante una “lucha anticolonialista” y el haber conformado durante décadas una vertiente de socialismo distinta a la marxista leninista.
En contrapartida a su aliado, Cuba no posee armas de destrucción masiva ni realiza tests nucleares, tampoco sufrió hambrunas de la magnitud de las que asolaron a Corea del Norte entre 1994 y 1998, ni se encuentra mayormente aislada de los foros de discusión en los organismos internacionales. La diplomacia cubana ha sido sumamente efectiva a diferencia de la norcoreana en este punto.
Raúl Castro ya había explicado con claridad que ambos países eran dos caras de una misma moneda. En 1968 dijo a la prensa: “Si alguien está interesado en cuál es la opinión de los cubanos sobre determinadas cuestiones, deberían preguntarle a los coreanos. Y si alguien pregunta a Corea sobre determinados puntos de vista, con seguridad puede preguntarle a los cubanos. Nuestros puntos de vista son idénticos en todo.”
En marzo de 2015, el canciller cubano, Bruno Rodríguez Padilla, declaró que Cuba mantenía la solidaridad con el régimen norcoreano a pesar del creciente aislamiento internacional de Pyongyang producto de la violación sistemática de Derechos Humanos y las pruebas nucleares llevadas a cabo. Rodríguez justificó su postura con el argumento de que la política exterior cubana se basa en resistir la interferencia occidental en los asuntos internos de los países.
A comienzos de 2016, Cuba y Corea del Norte desarrollaron un sistema de comercio de trueque, que implicaba oficialmente transacciones de azúcar y equipos ferroviarios. El comercio de trueque es una forma efectiva para que Cuba y Corea del Norte evadan las sanciones internacionales sin agotar sus reservas de divisas. El uso de azúcar por parte de Cuba como medio de comercio bilateral tiene un paralelismo con el uso del arroz por parte de Myanmar como moneda de cambio por asistencia tecnológica militar de Corea del Norte. Esta forma de comercio ha sido vital para la supervivencia del régimen de Corea del Norte desde el colapso soviético y el patrocinio más intermitente de China. El envío de médicos cubanos a otros países del continente es otro ejemplo de cómo lograr morigerar deudas o acordar el ingreso de divisas por parte de Cuba.
Es interesante remarcar que la visión más benévola de Obama respecto a ambos países resultó un fracaso. Mientras Estados Unidos retiraba a Cuba como país promotor del terrorismo de su lista y abría camino al levantamiento del embargo, Cuba por su parte continuaba su relación con Corea del Norte en cuanto al tráfico de armas de forma ilegal y sosteniendo un apoyo irrestricto al país que seguía poniendo en jaque con sus misiles nucleares al noreste de Asia, desestabilizando a toda la región.
Ante el fallecimiento del dictador Fidel Castro, Kim Jong-un dio sus condolencias al pueblo cubano y alabó la trayectoria del “verdadero líder del pueblo” y estableció tres días de luto en el país. Luego, fiel a su propia historia familiar, saludó el liderazgo de Raúl Castro como sucesor de la Revolución cubana. De hermano a hermano en Cuba, así como de hijo en hijo en Corea, el poder revestía un matiz hereditario.
En noviembre de 2018, a pocos meses de asumir el cargo de Presidente de los Consejos de Estado y de ministros, Miguel Díaz-Canel Bermúdez visitó, por el término de tres días, Corea del Norte luego de más de treinta años de que no hubiera un representante de primer rango. Se afianzaron convenios de cooperación en diversos sectores, entre ellos educación, petróleo, agricultura y comercio, además de intercambios diplomáticos y culturales. El motivo de tal acontecimiento fueron las celebraciones por el 55° aniversario de relaciones entre ambos países.
En la actualidad, las naciones “hermanas” continúan viviendo una realidad paralela ajena a los cambios que se producen en el mundo, blandiendo sus dirigentes discursos contra Estados Unidos mientras sus poblaciones sufren carestía, ausencia de libertad y persecución. Asimismo, las sanciones de los Estados Unidos a ambos países han llevado a que entre estos haya un interés compartido en eludir las sanciones financieras mediante el desarrollo de frentes para el financiamiento ilícito, el crimen organizado, el narcotráfico y la proliferación de armas.