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Observatorio de Relaciones Internacionales y Derechos Humanos
Chad: La libertad en cadenas
Sin lugar para la libertad, el presidente Déby se apoya en la opresión para acrecentar su poder y riqueza personal.Por CADAL
Hace 28 años que Chad es gobernada por Idriss Déby. Llegar a tantos años en el poder parece difícil, pero es fácil cuando uno tiene montado todo un mecanismo nefasto para que los comicios den siempre el mismo resultado. Elección tras elección, Déby no tiene problema en hacer fraude y violar los derechos de sus compatriotas con tal de ganar.
Como Déby está comprometido en que la libertad de expresión no exista, los periodistas que se atreven a criticar al régimen son sometidos a amenazas, vigilancia y arrestos temporales. Por eso es que no sorprende que, por solo escribir una columna contraria a los deseos del gobierno, Daniel Ngadjadoum fuera detenido y obligado a escribir unas disculpas.
Con la misma determinación con la que atacan a periodistas, el gobierno acomete contra activistas de todo tipo. Durante más de 18 meses, Tadjadine Mahamat Babouri fue encarcelado y torturado por exponer en Facebook la desconmensurada corrupción del gobierno.
Si la gente en Chad se quiere manifestar, el gobierno siempre les da la misma respuesta: represión. El gobierno sólo estaba siguiendo su modus operandi cuando estudiantes protestando en contra de recortes educativos fueron blanco de violencia estatal y varias de las organizaciones convocantes terminaron siendo proscritas.
Para colmo, los chadianos, como si no tuvieran suficiente con un gobierno que los oprime constantemente, también son victimas de las cotidianas atrocidades cometidas por Boko Haram. Este grupo terrorista, contra el cual un estado ineficiente como el de Chad poco y nada puede hacer, no tiene reparos en asesinar, secuestrar y destruir la propiedad de la población civil con tal de avanzar en su mítica cruzada.
Por todo esto, es que Freedom House califica a Chad con el peor número posible en materia de libertad. De todos modos, esos no son los tipos de números que atraen la atención de Déby. Ya que los únicos números que atraen la atención de Déby son los de su cuenta bancaria, que no paran de llenarse con el dinero de sus compatriotas.
Hace 28 años que Chad es gobernada por Idriss Déby. Llegar a tantos años en el poder parece difícil, pero es fácil cuando uno tiene montado todo un mecanismo nefasto para que los comicios den siempre el mismo resultado. Elección tras elección, Déby no tiene problema en hacer fraude y violar los derechos de sus compatriotas con tal de ganar.
Como Déby está comprometido en que la libertad de expresión no exista, los periodistas que se atreven a criticar al régimen son sometidos a amenazas, vigilancia y arrestos temporales. Por eso es que no sorprende que, por solo escribir una columna contraria a los deseos del gobierno, Daniel Ngadjadoum fuera detenido y obligado a escribir unas disculpas.
Con la misma determinación con la que atacan a periodistas, el gobierno acomete contra activistas de todo tipo. Durante más de 18 meses, Tadjadine Mahamat Babouri fue encarcelado y torturado por exponer en Facebook la desconmensurada corrupción del gobierno.
Si la gente en Chad se quiere manifestar, el gobierno siempre les da la misma respuesta: represión. El gobierno sólo estaba siguiendo su modus operandi cuando estudiantes protestando en contra de recortes educativos fueron blanco de violencia estatal y varias de las organizaciones convocantes terminaron siendo proscritas.
Para colmo, los chadianos, como si no tuvieran suficiente con un gobierno que los oprime constantemente, también son victimas de las cotidianas atrocidades cometidas por Boko Haram. Este grupo terrorista, contra el cual un estado ineficiente como el de Chad poco y nada puede hacer, no tiene reparos en asesinar, secuestrar y destruir la propiedad de la población civil con tal de avanzar en su mítica cruzada.
Por todo esto, es que Freedom House califica a Chad con el peor número posible en materia de libertad. De todos modos, esos no son los tipos de números que atraen la atención de Déby. Ya que los únicos números que atraen la atención de Déby son los de su cuenta bancaria, que no paran de llenarse con el dinero de sus compatriotas.