Diálogo Latino Cubano
Promoción de la Apertura Política en Cuba
¿Arrastrará la condena a Venezuela las demandas de apertura política en Cuba?
(The Global Americans ) La condena regional e internacional a la autocracia venezolana es una buena señal, pero para ser coherente tiene que extenderse a Cuba.Por Gabriel C. Salvia
(The Global Americans) Varios gobiernos anuncian que no reconocerán a las autoridades que surjan de las próximas elecciones en Venezuela, dado que Nicolás Maduro, sucesor de Hugo Chávez, está eliminando los derechos a la participación política de la oposición
La condena regional e internacional a la autocracia venezolana es una buena señal, pero para ser coherente tiene que extenderse a Cuba, donde el gobierno de partido único de Raúl Castro renovará a sus autoridades en abril, luego de un proceso electoral en abierta violación a lo que establecen la Declaración Universal de los Derechos Humanos y el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos.
Sin embargo, los países que en América Latina integran el Grupo de Lima—y que han adoptado posturas firmes frente al creciente autoritarismo y terrorismo de estado en Venezuela—parecen desconocer la responsabilidad que allí viene teniendo el gobierno cubano, primero con Chávez y luego con Maduro; y, al mismo tiempo, que el objetivo final del chavismo/madurismo es convertirse en una dictadura cerrada como la que establecieron los Castro hace 59 años en la más grande de las Antillas.
En el caso de Argentina, el presidente Mauricio Macri ha sido un gran protagonista en la condena a la dictadura de Nicolás Maduro, pero hasta ahora no se ha pronunciado sobre la falta de libertades en Cuba.
En declaraciones citadas por la Agencia France Press, Macri señaló que “Maduro ha tomado el pelo a toda la región y al mundo entero, ha generado optimismo con intermediaciones de líderes de todas partes del mundo, pero lo único que ha hecho es seguir avasallando los derechos humanos”. Y agregó sobre Maduro: “Ahora dice que va a haber una nueva elección, sin opositores, y luego dirá que es un presidente elegido democráticamente”. Sin embargo, estas afirmaciones del presidente argentino respecto a Venezuela son también aplicables a Cuba.
Por su parte, en el caso del Perú, aún antes del debilitamiento político del presidente Pedro Pablo Kuczynski, en principio su gobierno ha invitado a Raúl Castro a la próxima Cumbre de las Americas en Lima, quizás una de las razones por las cuales el viejo dictador militar cubano prorrogó su mandato al frente del Consejo de Estado, pues su sucesor iba a ser designado en febrero.
En el caso de Brasil, el gobierno cubano no reconoce al de Michel Temer, lo cual se ha expresado en que Itamaraty no cuenta con embajador en La Habana. Un buen momento para que el gigante sudamericano adopte una postura firme frente a la dictadura cubana.
Finalmente, habrá que ver cuál será el rol regional de Sebastián Piñera cuando a partir del 11 de marzo asuma por segunda vez la presidencia de Chile. El futuro titular de La Moneda ya ha dado una señal al designar al escritor Roberto Ampuero como su Canciller. Se trata nada menos que del autor del best seller “Nuestros años verde olivo”.
En definitiva, los reclamos de falta de legitimidad democrática al gobierno de Venezuela, en caso de concretar sus fraudulentos comicios, y los realineamientos políticos en buena parte de América del Sur, abren esperanzas para que América Latina se anime de una vez por todas a levantar la voz sobre la ausencia de democracia y represión a las libertades fundamentales en Cuba.
Gabriel C. SalviaDirector GeneralActivista de derechos humanos enfocado en la solidaridad democrática internacional. En 2024 recibió el Premio Gratias Agit del Ministerio de Relaciones Exteriores de la República Checa. Es autor de los libros "Memoria, derechos humanos y solidaridad democrática internacional" (2024) y "Bailando por un espejismo: apuntes sobre política, economía y diplomacia en los gobiernos de Cristina Fernández de Kirchner" (2017). Además, compiló varios libros, entre ellos "75 años de la Declaración Universal de Derechos Humanos: Miradas desde Cuba" (2023), "Los derechos humanos en las relaciones internacionales y la política exterior" (2021), "Desafíos para el fortalecimiento democrático en la Argentina" (2015), "Un balance político a 30 años del retorno a la democracia en Argentina" (2013) y "Diplomacia y Derechos Humanos en Cuba" (2011), Sus columnas de opinión han sido publicadas en varios medios en español. Actualmente publica en Clarín, Perfil, Infobae y La Nación, de Argentina. Ha participado en eventos internacionales en América Latina, África, Asia, Europa, los Balcanes y en Estados Unidos. Desde 1992 se desempeña como director en Organizaciones de la Sociedad Civil y es miembro fundador de CADAL. Como periodista, trabajó entre 1992 y 1997 en gráfica, radio y TV especializado en temas parlamentarios, políticos y económicos, y posteriormente contribuyó con entrevistas en La Nación y Perfil.
(The Global Americans) Varios gobiernos anuncian que no reconocerán a las autoridades que surjan de las próximas elecciones en Venezuela, dado que Nicolás Maduro, sucesor de Hugo Chávez, está eliminando los derechos a la participación política de la oposición
La condena regional e internacional a la autocracia venezolana es una buena señal, pero para ser coherente tiene que extenderse a Cuba, donde el gobierno de partido único de Raúl Castro renovará a sus autoridades en abril, luego de un proceso electoral en abierta violación a lo que establecen la Declaración Universal de los Derechos Humanos y el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos.
Sin embargo, los países que en América Latina integran el Grupo de Lima—y que han adoptado posturas firmes frente al creciente autoritarismo y terrorismo de estado en Venezuela—parecen desconocer la responsabilidad que allí viene teniendo el gobierno cubano, primero con Chávez y luego con Maduro; y, al mismo tiempo, que el objetivo final del chavismo/madurismo es convertirse en una dictadura cerrada como la que establecieron los Castro hace 59 años en la más grande de las Antillas.
En el caso de Argentina, el presidente Mauricio Macri ha sido un gran protagonista en la condena a la dictadura de Nicolás Maduro, pero hasta ahora no se ha pronunciado sobre la falta de libertades en Cuba.
En declaraciones citadas por la Agencia France Press, Macri señaló que “Maduro ha tomado el pelo a toda la región y al mundo entero, ha generado optimismo con intermediaciones de líderes de todas partes del mundo, pero lo único que ha hecho es seguir avasallando los derechos humanos”. Y agregó sobre Maduro: “Ahora dice que va a haber una nueva elección, sin opositores, y luego dirá que es un presidente elegido democráticamente”. Sin embargo, estas afirmaciones del presidente argentino respecto a Venezuela son también aplicables a Cuba.
Por su parte, en el caso del Perú, aún antes del debilitamiento político del presidente Pedro Pablo Kuczynski, en principio su gobierno ha invitado a Raúl Castro a la próxima Cumbre de las Americas en Lima, quizás una de las razones por las cuales el viejo dictador militar cubano prorrogó su mandato al frente del Consejo de Estado, pues su sucesor iba a ser designado en febrero.
En el caso de Brasil, el gobierno cubano no reconoce al de Michel Temer, lo cual se ha expresado en que Itamaraty no cuenta con embajador en La Habana. Un buen momento para que el gigante sudamericano adopte una postura firme frente a la dictadura cubana.
Finalmente, habrá que ver cuál será el rol regional de Sebastián Piñera cuando a partir del 11 de marzo asuma por segunda vez la presidencia de Chile. El futuro titular de La Moneda ya ha dado una señal al designar al escritor Roberto Ampuero como su Canciller. Se trata nada menos que del autor del best seller “Nuestros años verde olivo”.
En definitiva, los reclamos de falta de legitimidad democrática al gobierno de Venezuela, en caso de concretar sus fraudulentos comicios, y los realineamientos políticos en buena parte de América del Sur, abren esperanzas para que América Latina se anime de una vez por todas a levantar la voz sobre la ausencia de democracia y represión a las libertades fundamentales en Cuba.