Derechos Humanos y
Solidaridad Democrática Internacional

Diálogo Latino Cubano

Promoción de la Apertura Política en Cuba

31-03-2014

Un doble desafío: a la dictadura cubana y a la complicidad regional e internacional

Estaba claro que si la dictadura cubana actuaba de la forma represiva a la cual los ciudadanos cubanos están acostumbrados todos los días, el Foro Alternativo no se iba a realizar, como finalmente sucedió. El desafío del Foro Alternativo no estuvo dirigido solamente a la dictadura cubana, sino también al resto de los países que integran la CELAC, a las democracias desarrolladas que cuentan con embajadas en La Habana y a los funcionarios de organismos regionales como la OEA y la UE e internacionales como la ONU.
Por Gabriel C. Salvia

Aunque resulte paradójico, el evento más exitoso en el cual el Centro para la Apertura y el Desarrollo de América Latina (CADAL) participó en su organización, fue uno que finalmente no se hizo. Es que nunca antes, durante sus once años de existencia, una actividad de CADAL había generado tantas expectativas y tenido tanta repercusión como la organización junto a nuestras contrapartes cubanas Arco Progresista, Comité Ciudadano por la Integración Racial y Nuevo País del II Foro Democrático en Relaciones Internacionales y Derechos Humanos en La Habana, previsto para el día martes 28 de enero de 2014.

Al igual que un año antes en Santiago de Chile, CADAL se propuso realizar un evento alternativo a la Cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC), pero esta vez en el único territorio de la región donde gobierna un régimen unipartidista que reprime el ejercicio de los derechos fundamentales, entre ellos la libertad de expresión, reunión y asociación.

Estaba claro que si la dictadura cubana actuaba de la forma represiva a la cual los ciudadanos cubanos están acostumbrados todos los días, el Foro Alternativo no se iba a realizar, como finalmente sucedió. Pero precisamente, la organización del Foro implicó un desafío al ilegítimo gobierno de Cuba, expuesto regional e internacionalmente ante la realización de la Cumbre de la CELAC, y un ejercicio concreto de solidaridad democrática por parte de una organización del exterior con los actores locales que de manera pacífica reclaman por la apertura política en su país.

Conociendo cómo se organizó este Foro Alternativo, para el cual se terminó invirtiendo una suma que no superó los dos mil quinientos dólares, resultó un éxito el haber sacado una vez más a la luz la naturaleza represiva de un régimen que no está dispuesto a ceder un mínimo espacio de apertura política. Y hacerlo público fue una acertada decisión, pues así lo hace CADAL en todos lados donde organiza un evento e implicó la desesperación de la dictadura al ver circular un programa con los nombres de los participantes confirmados para discutir en su territorio nada menos que “La Declaración especial de defensa de la democracia de la CELAC y su incompatibilidad con el sistema político de partido único en Cuba”.

Es cierto que la publicidad del Foro, incluyendo la nómina de los participantes confirmados, implicó que la policía política visitara sus domicilios para amenazar a cada uno de ellos y detener a algunos durante varios días. En las amenazas a los participantes, un tema que desveló a la Seguridad del Estado fue el lugar de realización del Foro, que por motivos de seguridad lo informaba de boca en boca Manuel Cuesta Morúa. Al ser detenido Cuesta Morúa días previos al Foro, muchos participantes no llegaron a ser informados sobre el lugar de su realización. Y si bien en CADAL se recibieron consultas por el lugar, las mismas fueron trasladadas a Cuesta Morúa antes de su detención, pues siempre se tuvo mucho cuidado de no exponer a la persona que ofreció su casa.

Por otra parte, prácticamente no quedó Canciller de país democrático y embajada en La Habana sin recibir desde Buenos Aires la comunicación sobre la organización de este Foro Alternativo, y en muchos casos respondieron formalmente e incluso cerca de diez diplomáticos extranjeros en Cuba habían confirmado su asistencia. Asimismo, tanto el Secretario General de la ONU, Ban Ki-moon, como el de la OEA, José Miguel Insulza, recibieron comunicaciones directas y en el primer caso enviaron la respuesta y posteriormente informaron sobre el reclamo realizado a las autoridades cubanas.

En cuanto a la memoria histórica, para la mayoría de los funcionarios extranjeros que estuvieron esos días en Cuba y no mostraron solidaridad con quienes fuimos impedidos de ejercer el derecho humano a la libertad de reunión y expresión, esta actitud quedará eternamente como una mancha negra en sus carreras públicas.

Como puede apreciarse, el desafío del Foro Alternativo no estuvo dirigido solamente a la dictadura cubana, sino también al resto de los países que integran la CELAC, a las democracias desarrolladas que cuentan con embajadas en La Habana y a los funcionarios de organismos regionales como la OEA y la UE e internacionales como la ONU. Es que un régimen políticamente cerrado y tan obscenamente violador de los derechos humanos como el cubano, solamente puede mantenerse en el poder combinando su implacable represión interna con la complacencia regional e internacional.

De esta manera, el impedimento de la realización del Foro Alternativo no tuvo como único responsable a la dictadura cubana, sino también al resto de los mandatarios y funcionarios de organismos que asistieron a la Cumbre de la CELAC en La Habana y convalidaron con su silencio la violación al derecho a la libertad de reunión y expresión.

En lo personal, quiero concluir expresando lo siguiente:

  1. Mi agradecimiento al compromiso y valentía de Manuel Cuesta Morúa por haber participado en esta iniciativa, con el costo que ello le está implicando, y al resto de los demócratas cubanos que mostraron interés genuino en participar en esta actividad casi sin precedentes.
  2. Mi gratitud hacia Javier Zúñiga, asesor especial para programas regionales de Amnistía Internacional, quien en un contundente comunicado señaló que “La actitud de las autoridades cubanas es un ultrajante ataque contra las libertades de expresión y de reunión que no debería pasar inadvertida a los numerosos líderes que estos días se dan cita en La Habana”. Agregando que “Resulta indignante que quienes no están de acuerdo con el gobierno cubano no puedan expresarlo de manera pública y colectiva. Los jefes de estado de los  países miembros de la CELAC y los altos cargos de organizaciones regionales e internacionales como el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, no deberían ignorar el hecho de que, mientras que ellos siguen llegando a La Habana para participar en la cumbre, activistas cubanos y cubanas se encuentran reprimidos por su gobierno”.
  3. Mi esperanza de poder usar muy pronto la visa de turista a Cuba que el Teniente Coronel Ángel Rodríguez Blanco me devolvió luego de “recibirme” apenas salí de la manga del avión, declararme inadmisible e impedirme el ingreso al país el lunes 27 de enero en el aeropuerto José Martí.      

Finalmente, esta experiencia nos deja muy en claro la importancia de seguir desafiando a la dictadura cubana en su propio territorio, ayudó a conocer mejor el compromiso y la vocación de los actores democráticos en la Isla y fortaleció la importancia de nuestro reclamo por una política exterior activa en Derechos Humanos de parte de los países democráticos que cuentan con embajada en La Habana.

Gabriel C. Salvia
Gabriel C. Salvia
Director General
Activista internacional de derechos humanos. Desde 1992 se desempeña como director en Organizaciones de la Sociedad Civil y es miembro fundador de CADAL. Como periodista trabajó en gráfica, radio y TV. Compiló varios libros, entre ellos "Diplomacia y Derechos Humanos en Cuba" (2011), "Los derechos humanos en las relaciones internacionales y la política exterior" (2021) y "75 años de la Declaración Universal de Derechos Humanos: Miradas desde Cuba" (2023), y es autor de "Bailando por un espejismo: apuntes sobre política, economía y diplomacia en los gobiernos de Cristina Fernández de Kirchner" (2017). También es autor de varios informes, entre los que se destacan "Las sillas del Consejo: autoritarismos y democracias en la evolución de la integración del órgano de DDHH de la ONU" y "Memoria cerrada: La complicidad de la revolución cubana con la dictadura militar argentina".
 
 
 

 
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