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Instituto Václav Havel

El legado de Milada Horáková: A 75 años de su ejecución
Uno de los legados es que tanto la defensa de los derechos humanos como la institucionalidad democrática se ejercen sin doble estándar, sea cual fuera el signo político del régimen autoritario que toque enfrentar. El otro gran legado de Milada Horáková es el extraordinario coraje de un tipo de persona excepcional que está dispuesta a arriesgarlo todo en la defensa pacífica de los derechos humanos.Por Gabriel C. Salvia
Por su participación cívica en la etapa republicana de Checoslovaquia, entre 1918 y 1938; su posterior resistencia a la ocupación del nazismo; y, finalmente, por su compromiso democrático ante la instauración de un régimen totalitario comunista, Milada Horáková (1901-1950) se ha convertido en una figura emblemática en la Memoria sobre el totalitarismo en su país y en una inspiración para quienes defienden honestamente los derechos humanos en distintos lugares del mundo.
Abogada graduada en la Universidad Carolina de Praga en 1926, Milada Horáková fue una defensora de derechos humanos, activista feminista y política socialdemócrata en la entonces Checoslovaquia. Durante la ocupación nazi formó parte de la resistencia clandestina, por lo cual fue detenida, trasladada al campo de concentración de Terezín y juzgada en la ciudad alemana de Dresde, donde ejerció su propia defensa que la salvó de la pena de muerte. Terminada la Segunda Guerra Mundial, Milada Horáková siguió involucrada en la política, llegando a ocupar un cargo de parlamentaria por un partido de ideas socialdemócratas. En desacuerdo con la erosión democrática por parte de los comunistas renunció como parlamentaria, pero se mantuvo firme en la oposición política, lo cual le produjo una nueva detención que terminó en una condena a la pena de muerte.
A pesar de los pedidos por su vida de figuras internacionales como Albert Einstein, Eleanor Roosvelt, Winston Churchill y Jean Paul Sartre, luego de pasar detenida y torturada durante nueve meses, Milada Horáková fue asesinada en la horca el 27 de junio de 1950 tras un típico proceso judicial stalinista con cargos penales inventados y una campaña soviética de propaganda con difamación.
Milada, de la revolución de Terciopelo a Netflix
Con el triunfo de Solidaridad en Polonia el 4 de junio de 1989 y la caída del Muro de Berlín el 9 de noviembre del mismo año, ocho días después el comunismo colapsó en la entonces Checoslovaquia frente a la pacífica revolución de Terciopelo que llevó al escritor disidente Václav Havel al poder y con ello al retorno de la democracia, cuyos antecedentes políticos se dieron entre 1918 y 1938 con los gobiernos de Tomáš Garrigue Masaryk y Edvard Beneš.
Con la apertura política en 1990 salieron a la luz las cartas que Milada Horáková le escribió a su hija Jana estando en prisión y que nunca le habían sido entregadas. Su hija tenía 16 años cuando asesinaron a Milada, luego ella vivió con su tía y recién se reencontró con su padre, Bohuslav Horák, 18 años después.
La historia de Milada Horáková trascendió más allá de la República Checa gracias a la película “Milada”, producida por Netflix, dirigida por David Mrnka, protagonizada por la actriz israelí Ayelet Zurer y estrenada en noviembre de 2017. El mensaje final de la película del cineasta checo David Mrnka es además una muestra de solidaridad democrática internacional, al señalar que la inspiradora historia de Milada Horáková sirva también para recordar la cantidad de personas que actualmente viven en países bajo regímenes dictatoriales, unas 3200 millones en todo el mundo de acuerdo al Democracy Index que publica The Economist.
La Memoria checa sobre Milada Horáková
La biblioteca de la Facultad de Derecho de la Universidad de Olomouc lleva su nombre. Un busto suyo se encuentra en el monumento frente a la Prisión de Pankrác donde fue ejecutada, en Praga 4; y otro espacio público la recuerda en la Plaza de las Cinco Iglesias en la ciudad vieja de la capital de la República Checa. Y si bien su cuerpo fue cremado luego de su asesinato, y las cenizas nunca encontradas, una tumba simbólica de Milada Horáková se encuentra en el Cementerio de Vyšehrad, también en Praga.
En vísperas al 75 aniversario de su ejecución, el propietario de la escuela de canto Praga Sirens, ubicado en el barrio de Holešovice en Praga, le encargó a la artista callejera Toy Box un mural sobre Milada Horáková, a metros de la calle que lleva el nombre de la heroína checa y del lugar donde vivió.
En una entrevista con Radio Praga Internacional, la artista señaló: “tomé una foto suya, la corté en piezas para reflejar la brutalidad de su destino y luego la redibujé o más bien repinté sobre la muralla. Asimismo, incluí un fragmento de una carta destinada a su hija desde la prisión”. Dicho fragmento dice: "Camina por el mundo con los ojos abiertos y escucha no sólo tu dolor y tus preocupaciones sino también los dolores, preocupaciones y deseos de los demás".
La importancia de la historia de Milada para América Latina
Desde América Latina puede resultar incomprensible que el 27 de junio se recuerde en la República Checa el Día de las Víctimas del comunismo, debido a que en esa fecha del año 1950 Milada Horáková y otros disidentes fueron ejecutados. Y más incomprensible al conocer que esta víctima del régimen comunista en la entonces Checoslovaquia, previamente fue perseguida y encarcelada por los nazis durante la Segunda Guerra Mundial.
Incomprensible porque al día de hoy, desde la política, organizaciones sociales y ámbitos culturales latinoamericanos, se mantiene mayormente una simpatía o complacencia frente a actuales dictaduras comunistas, siendo las más emblemáticas las de Cuba en América Latina y la de China a nivel global. Son rara avis las referencias latinoamericanas de la izquierda democrática que, por ejemplo, alcen la voz frente a mujeres presas por motivos políticos en Cuba, entre algunos de cuyos casos se encuentran Lizandra Góngora, Sayli Navarro, Sissi Abascal y Aniette González, encarceladas por ejercer el derecho humano a expresarse libremente; o que condenen la represión sistemática a tibetanos y uigures en China.
A su vez, para la derecha conservadora latinoamericana que avaló el autoritarismo en los años de plomo y ahora apoya, por ejemplo, las políticas de mano dura, como las de Nayib Bukele en El Salvador, o las anti-inmigración de Donald Trump en Estados Unidos, tampoco es una referencia una mujer que en la primera mitad del siglo XX abrazó en la entonces Checoslovaquia el activismo feminista y los derechos sociales, pues representa el típico perfil de defensora de los derechos humanos que tanto en dictaduras militares como en democracias fallidas de la región han sido víctimas de desaparición forzada y terrorismo de Estado.
Por ello es importante el legado de Milada Horáková para América Latina, pues representa a una persona que defendió honestamente los derechos humanos sin distinciones ideológicas. Probablemente en la historia de Milada puedan identificarse referentes democráticos de Cuba y Nicaragua. En Cuba, donde hubo quienes enfrentaron primero a la dictadura militar de Fulgencio Batista entre 1952 y 1958, y luego a la revolución comunista de Fidel Castro perpetuada en el poder sin realizar las prometidas elecciones libres, hasta la actualidad; y también en Nicaragua, que primero padeció al dictador Anastasio Somoza, entre 1974 y 1979, y desde 2007 a Daniel Ortega junto a su esposa Rosario Murillo, quienes han eliminado a la oposición política mediante la represión, la cárcel y el exilio forzado hasta el día de hoy.
En definitiva, la historia y el legado de Milada para Latinoamérica interpela a amplios sectores políticos, desde la derecha que reclama orden a costa de las libertades civiles y niega los derechos sociales, a la izquierda mayormente cómplice con todas las dictaduras de la región y del mundo. En contraste con Milada, las referencias políticas contemporáneas del “progresismo” latinoamericano evidencian lo sobrevaluadas que están en cuanto a su compromiso democrático y defensa de los derechos humanos, dadas sus trayectorias inconsistentes, más amigables con los dictadores que empáticos con sus víctimas.
Visibilizando su legado desde la Argentina
Tuvieron que pasar casi veinte años desde el retorno de la democracia en Argentina para que surgiera una organización de la sociedad civil que, inspirada en la memoria de la solidaridad democrática internacional recibida durante la última dictadura militar (1976-1983), asumiera la obligación moral de visibilizar y apoyar a actuales víctimas de dictaduras de distintos signos políticos.
Constituida como fundación privada y a-partidaria a fines de febrero de 2003, CADAL (Centro para la Apertura y el Desarrollo de América Latina) se dedica desde entonces a promover los derechos humanos y la solidaridad democrática internacional, inspirada principalmente por Václav Havel (1936-2011). Al respecto, CADAL encontró en el caso de Milada Horáková un ejemplo en la honesta defensa de los derechos humanos, teniendo en cuenta que muchas organizaciones de referencia en la Argentina simpatizan con las ideas de regímenes como el que asesinó a la activista checa y al día de hoy se mantienen en silencio frente a dictaduras como las de Cuba, Nicaragua y Venezuela en América Latina e ignoran el sufrimiento de personas en distintos lugares del mundo que viven en condiciones de esclavitud política.
En 2020, con el apoyo de la Fundación Konrad Adenauer, CADAL publicó el libro "Milada Horáková: Defensora de los Derechos Humanos y víctima de los totalitarismos", escrito por el historiador Ricardo López Göttig, quien obtuvo su doctorado en la Universidad Karlova de Praga. El libro se puede descargar en forma gratuita en el sitio web de CADAL. Asimismo, en 2024 y 2025, con la autorización de su director, David Mrnka, CADAL junto a la embajada de la República Checa en la Argentina organizaron la proyección gratuita de la película “Milada” en el aniversario de su ejecución; y un Premio dirigido a jóvenes asistentes al seminario virtual “Goodbye Lenin” lleva el nombre de la heroína checa. Por su parte, una entrevista realizada por el periodista Jorge Elías a David Mrnka, director de la película “Milada”, está disponible en CADALTV en YouTube.
Una inspiración democrática frente a las dictaduras
Uno de los legados de Milada Horáková es que tanto la defensa de los derechos humanos como la institucionalidad democrática se ejercen sin doble estándar, sea cual fuera el signo político del régimen autoritario que toque enfrentar. El otro gran legado de Milada Horáková es el extraordinario coraje de un tipo de persona excepcional que está dispuesta a arriesgarlo todo en la defensa pacífica de los derechos humanos, pensando no sólo en la propia libertad sino también en la de sus compatriotas y en las futuras generaciones.
El futuro de la democracia y los derechos humanos requiere que las nuevas generaciones encuentren en personalidades como Milada Horáková un ejemplo a seguir, tanto para enfrentar el autoritarismo como para solidarizarse de manera activa con sus víctimas.
Gabriel C. SalviaDirector GeneralActivista de derechos humanos enfocado en la solidaridad democrática internacional. En 2024 recibió el Premio Gratias Agit del Ministerio de Relaciones Exteriores de la República Checa. Es autor de los libros "Memoria, derechos humanos y solidaridad democrática internacional" (2024) y "Bailando por un espejismo: apuntes sobre política, economía y diplomacia en los gobiernos de Cristina Fernández de Kirchner" (2017). Además, compiló varios libros, entre ellos "75 años de la Declaración Universal de Derechos Humanos: Miradas desde Cuba" (2023), "Los derechos humanos en las relaciones internacionales y la política exterior" (2021), "Desafíos para el fortalecimiento democrático en la Argentina" (2015), "Un balance político a 30 años del retorno a la democracia en Argentina" (2013) y "Diplomacia y Derechos Humanos en Cuba" (2011), Sus columnas de opinión han sido publicadas en varios medios en español. Actualmente publica en Clarín, Perfil, Infobae y La Nación, de Argentina. Ha participado en eventos internacionales en América Latina, África, Asia, Europa, los Balcanes y en Estados Unidos. Desde 1992 se desempeña como director en Organizaciones de la Sociedad Civil y es miembro fundador de CADAL. Como periodista, trabajó entre 1992 y 1997 en gráfica, radio y TV especializado en temas parlamentarios, políticos y económicos, y posteriormente contribuyó con entrevistas en La Nación y Perfil.
Por su participación cívica en la etapa republicana de Checoslovaquia, entre 1918 y 1938; su posterior resistencia a la ocupación del nazismo; y, finalmente, por su compromiso democrático ante la instauración de un régimen totalitario comunista, Milada Horáková (1901-1950) se ha convertido en una figura emblemática en la Memoria sobre el totalitarismo en su país y en una inspiración para quienes defienden honestamente los derechos humanos en distintos lugares del mundo.
Abogada graduada en la Universidad Carolina de Praga en 1926, Milada Horáková fue una defensora de derechos humanos, activista feminista y política socialdemócrata en la entonces Checoslovaquia. Durante la ocupación nazi formó parte de la resistencia clandestina, por lo cual fue detenida, trasladada al campo de concentración de Terezín y juzgada en la ciudad alemana de Dresde, donde ejerció su propia defensa que la salvó de la pena de muerte. Terminada la Segunda Guerra Mundial, Milada Horáková siguió involucrada en la política, llegando a ocupar un cargo de parlamentaria por un partido de ideas socialdemócratas. En desacuerdo con la erosión democrática por parte de los comunistas renunció como parlamentaria, pero se mantuvo firme en la oposición política, lo cual le produjo una nueva detención que terminó en una condena a la pena de muerte.
A pesar de los pedidos por su vida de figuras internacionales como Albert Einstein, Eleanor Roosvelt, Winston Churchill y Jean Paul Sartre, luego de pasar detenida y torturada durante nueve meses, Milada Horáková fue asesinada en la horca el 27 de junio de 1950 tras un típico proceso judicial stalinista con cargos penales inventados y una campaña soviética de propaganda con difamación.
Milada, de la revolución de Terciopelo a Netflix
Con el triunfo de Solidaridad en Polonia el 4 de junio de 1989 y la caída del Muro de Berlín el 9 de noviembre del mismo año, ocho días después el comunismo colapsó en la entonces Checoslovaquia frente a la pacífica revolución de Terciopelo que llevó al escritor disidente Václav Havel al poder y con ello al retorno de la democracia, cuyos antecedentes políticos se dieron entre 1918 y 1938 con los gobiernos de Tomáš Garrigue Masaryk y Edvard Beneš.
Con la apertura política en 1990 salieron a la luz las cartas que Milada Horáková le escribió a su hija Jana estando en prisión y que nunca le habían sido entregadas. Su hija tenía 16 años cuando asesinaron a Milada, luego ella vivió con su tía y recién se reencontró con su padre, Bohuslav Horák, 18 años después.
La historia de Milada Horáková trascendió más allá de la República Checa gracias a la película “Milada”, producida por Netflix, dirigida por David Mrnka, protagonizada por la actriz israelí Ayelet Zurer y estrenada en noviembre de 2017. El mensaje final de la película del cineasta checo David Mrnka es además una muestra de solidaridad democrática internacional, al señalar que la inspiradora historia de Milada Horáková sirva también para recordar la cantidad de personas que actualmente viven en países bajo regímenes dictatoriales, unas 3200 millones en todo el mundo de acuerdo al Democracy Index que publica The Economist.
La Memoria checa sobre Milada Horáková
La biblioteca de la Facultad de Derecho de la Universidad de Olomouc lleva su nombre. Un busto suyo se encuentra en el monumento frente a la Prisión de Pankrác donde fue ejecutada, en Praga 4; y otro espacio público la recuerda en la Plaza de las Cinco Iglesias en la ciudad vieja de la capital de la República Checa. Y si bien su cuerpo fue cremado luego de su asesinato, y las cenizas nunca encontradas, una tumba simbólica de Milada Horáková se encuentra en el Cementerio de Vyšehrad, también en Praga.
En vísperas al 75 aniversario de su ejecución, el propietario de la escuela de canto Praga Sirens, ubicado en el barrio de Holešovice en Praga, le encargó a la artista callejera Toy Box un mural sobre Milada Horáková, a metros de la calle que lleva el nombre de la heroína checa y del lugar donde vivió.
En una entrevista con Radio Praga Internacional, la artista señaló: “tomé una foto suya, la corté en piezas para reflejar la brutalidad de su destino y luego la redibujé o más bien repinté sobre la muralla. Asimismo, incluí un fragmento de una carta destinada a su hija desde la prisión”. Dicho fragmento dice: "Camina por el mundo con los ojos abiertos y escucha no sólo tu dolor y tus preocupaciones sino también los dolores, preocupaciones y deseos de los demás".
La importancia de la historia de Milada para América Latina
Desde América Latina puede resultar incomprensible que el 27 de junio se recuerde en la República Checa el Día de las Víctimas del comunismo, debido a que en esa fecha del año 1950 Milada Horáková y otros disidentes fueron ejecutados. Y más incomprensible al conocer que esta víctima del régimen comunista en la entonces Checoslovaquia, previamente fue perseguida y encarcelada por los nazis durante la Segunda Guerra Mundial.
Incomprensible porque al día de hoy, desde la política, organizaciones sociales y ámbitos culturales latinoamericanos, se mantiene mayormente una simpatía o complacencia frente a actuales dictaduras comunistas, siendo las más emblemáticas las de Cuba en América Latina y la de China a nivel global. Son rara avis las referencias latinoamericanas de la izquierda democrática que, por ejemplo, alcen la voz frente a mujeres presas por motivos políticos en Cuba, entre algunos de cuyos casos se encuentran Lizandra Góngora, Sayli Navarro, Sissi Abascal y Aniette González, encarceladas por ejercer el derecho humano a expresarse libremente; o que condenen la represión sistemática a tibetanos y uigures en China.
A su vez, para la derecha conservadora latinoamericana que avaló el autoritarismo en los años de plomo y ahora apoya, por ejemplo, las políticas de mano dura, como las de Nayib Bukele en El Salvador, o las anti-inmigración de Donald Trump en Estados Unidos, tampoco es una referencia una mujer que en la primera mitad del siglo XX abrazó en la entonces Checoslovaquia el activismo feminista y los derechos sociales, pues representa el típico perfil de defensora de los derechos humanos que tanto en dictaduras militares como en democracias fallidas de la región han sido víctimas de desaparición forzada y terrorismo de Estado.
Por ello es importante el legado de Milada Horáková para América Latina, pues representa a una persona que defendió honestamente los derechos humanos sin distinciones ideológicas. Probablemente en la historia de Milada puedan identificarse referentes democráticos de Cuba y Nicaragua. En Cuba, donde hubo quienes enfrentaron primero a la dictadura militar de Fulgencio Batista entre 1952 y 1958, y luego a la revolución comunista de Fidel Castro perpetuada en el poder sin realizar las prometidas elecciones libres, hasta la actualidad; y también en Nicaragua, que primero padeció al dictador Anastasio Somoza, entre 1974 y 1979, y desde 2007 a Daniel Ortega junto a su esposa Rosario Murillo, quienes han eliminado a la oposición política mediante la represión, la cárcel y el exilio forzado hasta el día de hoy.
En definitiva, la historia y el legado de Milada para Latinoamérica interpela a amplios sectores políticos, desde la derecha que reclama orden a costa de las libertades civiles y niega los derechos sociales, a la izquierda mayormente cómplice con todas las dictaduras de la región y del mundo. En contraste con Milada, las referencias políticas contemporáneas del “progresismo” latinoamericano evidencian lo sobrevaluadas que están en cuanto a su compromiso democrático y defensa de los derechos humanos, dadas sus trayectorias inconsistentes, más amigables con los dictadores que empáticos con sus víctimas.
Visibilizando su legado desde la Argentina
Tuvieron que pasar casi veinte años desde el retorno de la democracia en Argentina para que surgiera una organización de la sociedad civil que, inspirada en la memoria de la solidaridad democrática internacional recibida durante la última dictadura militar (1976-1983), asumiera la obligación moral de visibilizar y apoyar a actuales víctimas de dictaduras de distintos signos políticos.
Constituida como fundación privada y a-partidaria a fines de febrero de 2003, CADAL (Centro para la Apertura y el Desarrollo de América Latina) se dedica desde entonces a promover los derechos humanos y la solidaridad democrática internacional, inspirada principalmente por Václav Havel (1936-2011). Al respecto, CADAL encontró en el caso de Milada Horáková un ejemplo en la honesta defensa de los derechos humanos, teniendo en cuenta que muchas organizaciones de referencia en la Argentina simpatizan con las ideas de regímenes como el que asesinó a la activista checa y al día de hoy se mantienen en silencio frente a dictaduras como las de Cuba, Nicaragua y Venezuela en América Latina e ignoran el sufrimiento de personas en distintos lugares del mundo que viven en condiciones de esclavitud política.
En 2020, con el apoyo de la Fundación Konrad Adenauer, CADAL publicó el libro "Milada Horáková: Defensora de los Derechos Humanos y víctima de los totalitarismos", escrito por el historiador Ricardo López Göttig, quien obtuvo su doctorado en la Universidad Karlova de Praga. El libro se puede descargar en forma gratuita en el sitio web de CADAL. Asimismo, en 2024 y 2025, con la autorización de su director, David Mrnka, CADAL junto a la embajada de la República Checa en la Argentina organizaron la proyección gratuita de la película “Milada” en el aniversario de su ejecución; y un Premio dirigido a jóvenes asistentes al seminario virtual “Goodbye Lenin” lleva el nombre de la heroína checa. Por su parte, una entrevista realizada por el periodista Jorge Elías a David Mrnka, director de la película “Milada”, está disponible en CADALTV en YouTube.
Una inspiración democrática frente a las dictaduras
Uno de los legados de Milada Horáková es que tanto la defensa de los derechos humanos como la institucionalidad democrática se ejercen sin doble estándar, sea cual fuera el signo político del régimen autoritario que toque enfrentar. El otro gran legado de Milada Horáková es el extraordinario coraje de un tipo de persona excepcional que está dispuesta a arriesgarlo todo en la defensa pacífica de los derechos humanos, pensando no sólo en la propia libertad sino también en la de sus compatriotas y en las futuras generaciones.
El futuro de la democracia y los derechos humanos requiere que las nuevas generaciones encuentren en personalidades como Milada Horáková un ejemplo a seguir, tanto para enfrentar el autoritarismo como para solidarizarse de manera activa con sus víctimas.
