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Análisis Sínico

19-12-2023

El nuevo presidente de Argentina y la narrativa de la amenaza china

La Argentina de Milei es un claro ejemplo de cómo una situación de interdependencia compleja como la que ha generado la RPC con los países de ALC, no permite que un determinado líder político que haya atacado durante una campaña electoral a China mantenga este mismo discurso una vez llegue al poder.
Por Carlos Eduardo Piña

La elección de Javier Milei como presidente de Argentina el pasado mes de noviembre con aproximadamente el 55.4% de los votos totales capturó la atención global acerca del futuro de las relaciones de su gobierno con la República Popular China (RPC). Hay muchas razones que sostienen este interés, pero muchas de ellas provienen de su impredecible actitud sobre sus planes económicos y políticos. Públicamente, Milei ha usado un fuerte lenguaje ideológico en sus discursos sobre su política exterior, tal y como lo refleja su discurso contra algunos “gobiernos comunistas” alrededor del mundo. Entre estos países, Milei mencionó, durante una entrevista televisiva, a la RPC, país sobre el que dijo que “nunca haría negocios con comunistas”.

La victoria de Milei tuvo como contexto una catastrófica situación económica y social en Argentina, país que ha tenido una tasa de inflación interanual de aproximadamente 140%, un notable crecimiento en su tasa de pobreza (42% del país según el Banco Mundial) y un control cambiario que ha generado a su vez un mercado negro de divisas. Durante su campaña, Milei acusó como al gobierno Alberto Fernández y a su programa “izquierdista” de estar detrás de esta situación. Este contexto explica por qué la campaña presidencial de Milei estuvo enfocada en atacar a los gobiernos de izquierda del mundo y sus aliados, incluyendo a la RPC.

Más allá de los discursos de campaña, habrá una clara diferencia entre el Milei candidato y el Milei presidente. Teniendo en cuenta la actual situación económica de Argentina, es improbable que Milei continue siguiendo sus valientes ideas de política exterior, debido a que la RPC representa una oportunidad realista de resolver (o manejar) algunos de los graves problemas que el país enfrenta. En otras palabras, a pesar de que Milei usó la “amenaza china” como un recurso retórico durante su campaña, la RPC probablemente siga siendo un socio estratégico para este país en los próximos años, tal y como ha sido en los años recientes.

La importancia estratégica de la RPC para Argentina: demasiado grande para ser ignorada

Las relaciones entre China y Argentina en el siglo XXI coincidieron con la política de exportación de capitales que este país asiático adoptó como parte de su estrategia de acercamiento con la región de América Latina y el Caribe (ALC). Esta estrategia estuvo centrada en el incremento de las relaciones comerciales, financiamiento (préstamos) y proyectos de infraestructura. En el caso de Argentina, este esquema se complementó con la firma de un nuevo marco político que elevó las relaciones bilaterales al rango de Asociación Estratégica Integral.

Los sustanciales vínculos económicos que tiene la RPC con Argentina son innegables, lo cual hace imposible que cualquier presidente argentino pueda ignorar a esta potencia asiática. En lo que va de siglo, según Diálogo Interamericano, el Banco de Desarrollo de China (y otros bancos como el Exim-Bank) han prestado a la Argentina un total de 17 mil millones de USD, mientras que otros bancos comerciales han desembolsado también 36 diferentes préstamos destinados al desarrollo de diversos proyectos de infraestructura. Muchos de estos préstamos han sido dirigidos a proyectos de infraestructura crítica, tales como puertos, ferrocarriles, plantas energéticas (solar, hidroeléctrica, nuclear y eólica) y a desarrollos de campos petroleros y gasíferos. Además, China ha estado operando una estación espacial en la provincia de Neuquén, ubicada en el sur de Argentina (esta estación es administrada por una división del Ejército Popular de Liberación).

En el ámbito comercial, China es ahora mismo el segundo socio comercial de Argentina, detrás de Brasil, pero por delante de los Estados Unidos. De acuerdo con los datos provenientes de UN-Comtrade, las principales importaciones de China desde Argentina incluyen la compra de haba de soja, las cuales equivalieron a un total de 2.800 millones de dólares, cifra que representó un 93% del total de las exportaciones argentinas de este producto. La RPC es también un importante comprador de carnes y cereales desde Argentina. Por su parte, Argentina compra una importante cantidad de productos manufacturados desde China. En general, a pesar de una balanza comercial favorable a la RPC, este mercado sigue siendo importante para Argentina.

Finalmente, es importante fijar nuestra atención en los apoyos financieros que ha realizado en el pasado la RPC con el propósito de mantener la estabilidad cambiaria del peso argentino. Estas intervenciones jugaron un rol importante en el mantenimiento de las cuentas públicas argentinas, durante los años 2009, 2014, 2015, 2017 y 2023, respectivamente, momentos en los que la aprobación de un swap de monedas a nivel bilateral logró estabilizar la tasa de cambio del peso argentino con respecto al dólar estadounidense. Estos mecanismos también fueron usados para tomar medidas importantes en el campo económico. Por ejemplo, en 2015 permitió al gobierno de Mauricio Macri lograr levantar el control cambiario, pero también sirvió para que el presidente Alberto Fernández evitara que su país cayera en default con el Fondo Monetario Internacional.

¿Qué podemos esperar del futuro de la relación Sino Argentina?

Inmediatamente después de la victoria de Milei, el presidente chino Xi Jinping envió una carta pública al presidente electo en la que deseaba que ambos países continuasen trabajando sobre la base de los acuerdos de cooperación firmados por ambos países en el pasado reciente. Sorpresivamente, Milei le envió una respuesta positiva a su contraparte china, agradeciendo el gesto de la felicitación y extendiendo sus mejores deseos para el pueblo chino.

Sin embargo, un poco después de una semana de este intercambio diplomático, la nueva ministra de Relaciones Exteriores de Argentina, Diana Mondino, declaró públicamente que Argentina “no será parte de los BRICS” organización integrada por Brasil, Rusia, Suráfrica y la RPC. El pasado agosto, Argentina como nuevo miembro de esta organización intergubernamental, en la cual China es uno de los más importantes e influyentes patrocinadores. En su lugar, Mondino dijo que Argentina estaba planeando presentar formalmente su propuesta para integrar la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), un club de países liderado por las mayores economías capitalistas globales.

Estos acontecimientos nos dan una idea de cómo puede operar la relación bilateral entre Argentina y China. La decisión de formar parte de los BRICS refleja una clara intención del nuevo gobierno argentino de tomar cierta distancia- al menos ideológicamente- de la RPC. Esto no quiere decir que ambos países no trabajarán juntos en otras áreas, tales como la financiera o la esfera comercial, pero muestra que el gobierno de Milei mantendrá un enfoque equilibrado hacia China.

La retórica de la “amenaza china” de Milei no ha sido la primera de este tipo en la región. Por ejemplo, otros políticos relacionados con la derecha como Jair Bolsonaro en Brasil no pudieron continuar con sus ataques contra China una vez en el gobierno, aun cuando durante su campaña mantuvo una actitud diferente. En el caso de Brasil, el anterior presidente debió comprender que su país mantenía unos fuertes vínculos económicos con la RPC. Al final, la relación bilateral fue manejada directamente por el vicepresidente Hamilton Mourão.

El gobierno de Mauricio Macri es otro ejemplo de esta situación. Durante su campaña presidencial de 2015, Macri puntualizó que algunos proyectos firmados entre China y la Administración de Cristina Fernández debían ser revisados. No obstante, una vez alcanzó el poder, China se convirtió en uno de los más importantes aliados durante su gobierno, al punto que lo ayudó a manejar diferentes desafíos financieros que enfrentó a lo largo de su período presidencial. De igual forma, ambos países terminaron acordando la realización de nuevos proyectos de infraestructura financiados por la RPC.

En el caso puntual del gobierno de Milei, es probable que China continuará sirviendo como una importante fuente de financiamiento para sostener proyectos públicos que, por su parte, el gobierno argentino no podrá seguir manteniendo. También, el programa económico anunciado por Milei ha remarcado su interés por privatizar algunas compañías como Aerolíneas Argentinas o la firma petrolera YPF. Consideramos probable que China estará interesado en adquirir algunas de estas empresas y con ello buscará incrementar su influencia en la economía argentina.

Otras dos variables podrían afectar la relación Sino Argentina en los próximos cuatro años. La primera es la proximidad/afinidad que existe entre Milei y el expresidente estadounidense Donald Trump, quien probablemente participe en las elecciones presidenciales de su país en 2024. Si Trump mantiene sus críticas en contra de la RPC, es probable que pueda influenciar a Milei, quien podría emular al líder estadounidense. La segunda razón está relacionada con el desarrollo económico en Argentina, el cual determinará el tipo de apoyo foráneo que Milei necesitará, en especial si este proviene o no de la RPC.

Desde la perspectiva china, Pekín siempre buscará trabajar con las autoridades argentinas sin importar quien esté en el poder. Su interés por Argentina incluye mantener su principio de “Una sola China” (no confundir con su política de “Una sola China”) respecto a Taiwán y mantener su estratégica presencia en la estación espacial que maneja en el sur del país.

Para concluir, la Argentina de Milei es un claro ejemplo de cómo una situación de interdependencia compleja como la que ha generado la RPC con los países de ALC, no permite que un determinado líder político que haya atacado durante una campaña electoral a China mantenga este mismo discurso una vez llegue al poder.

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Fundación Andrés Bello

Carlos Eduardo Piña
Carlos Eduardo Piña
Investigador Senior de la Fundación Andrés Bello- Centro de Investigación Chino Latinoamericano.
 
 
 

 
 
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