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19-03-2022

Invierno en llamas: las claves históricas del conflicto entre Rusia y Ucrania

Salvando las diferencias contextuales, el documental nos invita a comprender este terrible e impredecible presente. Por estos días las polémicas y reflexiones sobre este documental han retornado a las redes sociales pese a haber transcurrido siete años de haberse rodado, lo cual reafirma su total vigencia al ofrecer las claves necesarias para comprender lo que sucede en el contexto actual.
Por Jorge Luis Lanza Caride

El 24 de febrero del 2022 una terrible noticia estremeció al mundo y a Europa en particular: Rusia invadió a Ucrania, acto que no sorprendió a muchos que desde hace varios años venían observado con preocupación la agudización de las tensiones entre la Rusia de Putin y la nación ucraniana. Como ha sucedido en otros conflictos anteriores, siempre ha existido un pretexto para el agresor. En esta ocasión, el gobierno ruso que encabeza Vladimir Putin utilizó como justificación la desmilitarización en zonas fronterizas con Rusia como Dombás, Donetsk y Luhansk, con población ruso parlante.

Para comprender las claves históricas de este conflicto resulta necesario visualizar el excelente y estremecedor documental Invierno en llamas: la lucha de Ucrania por su libertad, del cineasta israelí estadounidense Evgeny Afineevsky, estrenado en el 2015 y producido por Ucrania, Estados Unidos y el Reino Unido, nominado al premio Oscar en la categoría de mejor documental en el 2016. Y aunque existen otros referentes fílmicos sobre este conflicto como los documentales del cineasta ruso Serguei Loznitsa Maidán (plaza de la independencia) y Dombás (2018), incluyendo Ucrania en llamas, producido por Oliver Stone, especie de réplica cinematográfica del documental de Afineevsky, pero ninguno ha podido superar en cuanto a rigor y profundidad Invierno en llamas.

El mérito principal de este documental estriba en tres aspectos cruciales: una narrativa sustentada en una estructura cronológica excelente que convence al aportar suficientes argumentos sin manipular ni imponer una visión sobre el tema y apelar a recursos imprescindibles del género documental como las entrevistas y el material de archivo.

En ese sentido el documental es exponente del periodismo de investigación desde una perspectiva sencilla y transparente que resulta comprensible para cualquier espectador, independientemente del nivel de información que posea al respecto,

El tercer factor radica en el realismo que posee este documental al exponer impactantes imágenes de archivo registradas por el lente de este atrevido y osado cineasta, quien al estilo del mejor reportero de guerra se adentra en el escenario real del conflicto para mostrarnos conmovedoras imágenes que resultan reveladoras para comprender no sólo sus orígenes sino las motivaciones que subyacen en la decisión de Rusia al invadir esa nación vecina. 

Invierno en llamas nos sitúa en un punto de inflexión de la historia, finales de noviembre del 2013, durante la Euromaidán (Revolución de la dignidad), término introducido por los politólogos para referirse a las masivas protestas que comenzaron en la Plaza de Maidán (Plaza de la independencia), ubicada en la ciudad capital de Kiev, debido a la decisión del gobierno de Yanukovich de cancelar la firma del Acuerdo de Asociación y el Acuerdo de libre Comercio con la Unión Europea.

La frustración generalizada por la sociedad ucraniana ante la política del gobierno de cancelar el acuerdo desencadenó una protesta pacífica que luego se tornó violenta debido a la brutal represión de las fuerzas del orden de Ucrania conocidas como Berkut hacia los manifestantes, en su mayoría jóvenes ucranianos inconformes con la decisión de Yanukovich y sus acólitos prorusos. Pero como la verdad siempre aflora de la oscuridad y las tinieblas se comprobó que Yanukovich ignoró la soberanía de Ucrania al pactar en secreto con Putin, elemento que desató la ira de una nación que tras alcanzar la independencia en 1991 tras la disolución soviética ha iniciado un largo camino para sumarse a las naciones democráticas de Europa y romper con la dominación rusa que representa Putin, no muy diferente a la era soviética.

El documental también devela imágenes reveladoras sobre la utilización por parte del régimen de Yanukovich para reprimir las protestas de fuerzas represivas irregulares conocidas como Titushki, instantes captados gracias al arriesgado oficio de la cámara en mano, recuso que convierten Invierno en llamas un exponente perfecto en cuanto a la combinación entre cine y periodismo.

Por esas razones resulta impactante ver las imágenes de los congregados en la plaza Maidán exigiendo sus derechos como ciudadanos y gritando la consigna de ¡Ucrania es parte de Europa! Pero la represión desatada hacia los manifestantes representa la más vil agresión a las soberanas aspiraciones de una nación que había sufrido en carne propia los horrores del estalinismo y los efectos catastróficos del nazismo durante la II Guerra Mundial con un saldo de millones de personas aniquiladas. 

La represión fue tal que las cifras oficiales indican que 125 ucranianos fallecieron durante los 92 días que duraron las protestas, conocidas como la Euromaidán, y 1825 lesionados por la violencia de las fuerzas del orden.

Invierno en llamas devela una verdad que sacudió al mundo y que hoy en día molesta a las naciones regidas por regímenes totalitarios o autoritarios como Rusia, donde la democracia es amenazada y la libertad de expresión agredida: las aspiraciones libertarias de una nación oprimida son indetenibles. Las ideas del teórico Gene Sharp, autor del libro De la dictadura a la democracia han sido proféticas y se cumplieron durante las protestas de la plaza Maidán. Ninguna dictadura es invencible y existen formas para demoler los pilares del totalitarismo, tan bien analizado sus esencias por Hannah Arendt en su libro Los orígenes del totalitarismo.

Invierno en llamas. Foto: Captura de pantalla.

Como han documentado politólogos poseedores de las más variadas posiciones frente al conflicto ruso ucraniano, las verdaderas intenciones de Rusia hacia Ucrania son la expresión de la frustración de una superpotencia como Rusia que tras el colapso de la URSS perdió el control estratégico de sus zonas de influencias, me refiero a las ex repúblicas soviéticas y lo que representaban para el Orden Mundial durante la Guerra Fría.

En diferentes momentos Putin ha expresado que Ucrania como “estado no puede existir al margen de Rusia”, lo que constituye una amenaza a su soberanía como nación. Incluso, en una ocasión el mandatario ruso expresó que “la disolución de la URSS había sido el desastre geopolítico más grande del siglo XX”, lo cual reafirma su identificación con la ideología soviética y su rol geopolítico a nivel mundial, sus afanes hegemónicos de dominación.

La invasión cruel de Rusia a Ucrania también tiene antecedentes en las intervenciones de Rusia al inicio del mandato de Putin en la Guerra de Chechenia en 1999, Georgia en el 2008 y la anexión de la península de Crimea en el 2014, son hechos diferentes pero que develan la ruta que ha seguido Putin desde el fin de la Guerra Fría hasta la actualidad, su lógica expansionista y su nostalgia y anhelo de recuperar su influencia a nivel internacional es evidente y esta agresión lo reafirman, aunque muchos pro rusos pretendan ignorarlo.

Estos elementos no son expuestos en el documental de manera a explicita, pero el espectador debe documentarse para comprender las claves históricas de una agresión que representa la amenaza más grande para la paz mundial y Europa tras la II Guerra Mundial y el fin de la Guerra Fría.

Después de las protestas, el Parlamento ucraniano destituyó a Yanukovich teniendo que aceptar la solicitud de Ucrania para ingresar a la Unión Europea; pero Rusia en represalia decisión anexar la región de Crimea en el 2014, hecho que constituyó una violación del Memorándum de Budapest de 1994, cuando se comprometió con Estados Unidos y Reino Unido de respetar las fronteras de Ucrania con tal que esta nación centro europea desmantelara su arsenal nuclear y lo devolviera a Moscú.

Desde ese instante el conflicto entre Rusia y Ucrania se agudizó dando paso a una guerra irregular que ha cobrado alrededor de 14000 vidas tras los intensos combates entre ucranianos y separatistas rusos en las regiones del Dombás, Donetsk y Luhansk, a las cuales días previos a la invasión Rusia le otorgó la independencia.

Con el pretexto de Rusia de proteger las poblaciones rusas que vive en esas regiones de crímenes perpetrados por grupos nacionalistas, algo que según el presidente de Ucrania Volodomir Zellenski no existen evidencias, y defender la seguridad de Rusia ante la supuesta amenaza de la OTAN, Rusia decidió invadir Ucrania.

Luego del inicio de la guerra aún Kiev muestra una resistencia impresionante, incluyendo otras ciudades de Ucrania donde sus habitantes combaten heroicamente, lo cual no fue previsto por el circulo de poder en torno a Putin. La comunidad internacional ha condenado la invasión y los medios de prensa en Rusia y sus países acólitos insisten en sostener la versión que se trata de una Operación Militar Especial dirigida a objetivos militares y han muerto en la contienda más de 2000 civiles y se ha dañado gran parte de la infraestructura del país.

Una muestra del repudio internacional a la invasión de Rusia a Ucrania son las mismas protestas que en los últimos días se han visto en Moscú con miles de ciudadanos encarcelados en una nación donde las protestas masivas son condenadas con penas de cárcel, represión que también se ha extendido a los periodistas que han tratado de brindar información veraz sobre la guerra que sea una alternativa a lo que suelen informar los medios oficiales rusos.

Si la guerra continúa las consecuencias para Europa pueden ser impredecibles y si Ucrania cae bajo la dominación rusa el peligro es evidente. Nadie puede vislumbrar la culminación de este conflicto.

Invierno en llamas, salvando las diferencias contextuales, nos invita a comprender este terrible e impredecible presente. Por eso el documental no ha envejecido. Por estos días las polémicas y reflexiones sobre este documental han retornado a las redes sociales pese a haber transcurrido siete años de haberse rodado, lo cual reafirma su total vigencia al ofrecer las claves necesarias para comprender lo que sucede en el contexto actual.  

Una muestra de lo expresado anteriormente es que pocos días después de haberse producido la invasión a Ucrania por parte de Rusia la Televisión cubana haya exhibido el documental “Ucrania en llamas”, producido por el cineasta estadounidense Oliver Stone, filme que es la contrapartida del polémico documental “Invierno en llamas”. Esto generó una polémica en las redes sociales en el contexto cubano y la respuesta del periodista Mauricio Miranda Parrondo, porque los medios oficiales censuran el documental de Afineevsky y por otro lado exhiben el filme de Stone para desligitimarlo e influir en la opinión publica cubana intentando instaurar el discurso oficial ruso.

Invierno en llamas nos demuestra que el cine nunca será apolítico y siempre será una herramienta para transitar ese difícil camino de llegar a la verdad. 

Jorge Luis Lanza Caride
Jorge Luis Lanza Caride
Egresado de la licenciatura en Estudios Socioculturales de la Facultad de Humanidades de la Universidad de Cienfuegos. Ha impartido cursos de postgrado sobre cine cubano en universidades de Estados Unidos, México y Noruega.
 
 
 

 
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