Entrevistas
Análisis Latino
Jorge Olivera Castillo:
''No creo que Raúl esté en consonancia con un cambio de envergadura''
Jorge Olivera Castillo nació en la Ciudad de La Habana el 8 de septiembre de 1961. Se graduó de Técnico Medio en transmisión en el Politécnico Osvaldo Herrera. En el año 1981 fue reclutado por el Servicio Militar Obligatorio a cumplir misión internacionalista en Angola hasta 1983. En ese mismo año comenzó a trabajar en el Instituto Cubano de Radio y Televisión (ICRT) en diversos programas musicales, históricos y políticos.Por Gabriel C. Salvia
Jorge Olivera Castillo nació en la Ciudad de La Habana el 8 de septiembre de 1961. Se graduó de Técnico Medio en transmisión en el Politécnico Osvaldo Herrera. En el año 1981 fue reclutado por el Servicio Militar Obligatorio a cumplir misión internacionalista en Angola hasta 1983. En ese mismo año comenzó a trabajar en el Instituto Cubano de Radio y Televisión (ICRT) en diversos programas musicales, históricos y políticos. De 1989 a 1991 trabajó como editor del programa "Puntos de Vista", el único espacio de opinión y crítica que ha tenido la televisión cubana. Posteriormente integró el Equipo de Editores de los Servicios Informativos de la Televisión Cubana. A partir de 1993 se incorpora al incipiente Movimiento de Sindicalistas Independientes y en 1995, al crearse la Agencia "Havana Press", se incorpora al periodismo independiente. En febrero de 1997 es víctima junto a su familia de un acto de repudio en su domicilio. Fue arrestado decenas de veces por su activismo periodístico, en ocasiones por más de 24 horas. En cada una de ellas fue amenazado e instado a abandonar su labor. En una comparecencia televisiva en 1999, el Presidente de la República amenazó a 33 periodistas independientes y opositores pacíficos, mencionándoles por sus nombres y apellidos: Jorge Olivera Castillo fue uno de ellos. En ese momento se mencionó por vez primera la Ley 88 de Protección de la Independencia Nacional y la Economía de Cuba, renombrada luego por la oposición como "Ley Mordaza". En esa oportunidad se les amenazó con aplicarles condenas de hasta 20 años de privación de libertad amparados por dicha ley. Fue detenido y condenado durante la Primavera Negra de Cuba de marzo del 2003 y posteriormente liberado con licencia extra-penal. Actualmente sigue en el periodismo independiente y colabora con el sitio Cuba Responde.
Gabriel Salvia: ¿Podría comentarnos los cambios anunciados por Raúl Castro?
Jorge Olivera Castillo: Gracias por esta oportunidad. Las cosas en Cuba con la pretendida transición no han sido más que pequeñas aperturas, pero no se podría decir que estamos en camino a una transición. Lo llamaría como un reajuste de la vieja nomenclatura y no se da un cambio más allá de un reacomodo del llamado socialismo. Las cosas en Cuba muy poco han variado con respecto a la era fidelista; fueron cambios cosméticos. Los cubanos pueden comprar DVD, usar teléfonos celulares o sea medidas mínimas que no llevan a cambios de envergadura en el plano económico y político. Solamente nosotros hemos establecidos, en mi caso 15 años que estoy realizando una labor independiente en cuanto al periodismo y ventilando lo que no se ventila de manera oficial y no solo yo, sino cientos de compatriotas que han empuñado la pluma y el lápiz y han tratado de dar la otra parte que ocultan los medios de comunicación oficial
Gabriel Salvia: Algunos argumentan que Raúl quiere hacer cambios, pero encuentra muchas resistencias internas. ¿Qué piensa usted?
Jorge Olivera Castillo: Eso es una cuestión que tiene muchas posibilidades de que esté ocurriendo. Eso ha ocurrido en todos los gobiernos, sobre todo la experiencia más cercana de Europa del Este en el que hay un sector más conservador que se oponía a ampliar los cambios. Pero en el caso de Raúl hay vínculos afectivos y personales, pero además hay responsabilidad en el sostenimiento del régimen que cumplirá 50 años en el poder. Acercaría más mi opinión a una variante del modelo vietnamita pero adaptándolo a nuestras características de idiosincrasia, geográfica, geopolíticas o sea una serie de elementos que condicionan una pretendida apertura que llegue en especial en el terreno económico como fue el caso en China y en menor escala Vietnam. Pero más allá de eso no creo que Raúl esté en consonancia con un cambio de envergadura. Hay una historia muy ligada a estos 50 años y no hay voluntad para los cambios y menos aún en el plano político. Recordemos que este gobierno se sostiene por la eficiencia policial y el control de los medios de comunicación y en especial los medios represivos. Relajar esto seria muy peligroso y ningún gobierno va a poner los riesgos que entraña una apertura en el terreno político y social. Además, en un gobierno herméticamente cerrado cualquier apertura por mínima que sea puede generar una dinámica que dé atrás con el sostenimiento de esta elite del poder que cumplirá medio siglo. Vamos a esperar y estamos a la expectativa, sobre todo las esperanzas que tenemos todos los que de una manera pacifica aportamos nuestro granito y que nunca la perdemos y algún día lograremos lo que quieren todos los ciudadanos; o sea, libertades verdaderas en el terreno político, económico y social.
Gabriel Salvia: ¿Qué opina del tratamiento sobre la realidad cubana en el exterior y podría contarnos sobre la iniciativa de Cuba Responde?
Jorge Olivera Castillo: Sería hacer una valoración parcial desde acá dentro porque el acceso a Internet es limitado y por eso no puedo hacer un balance. Dado mis mínimos conocimientos de lo que es Cuba en América Latina, se soslaya la realidad y se mira de reojo la objetividad y se trata de distorsionar lo que ocurre en Cuba. Creo que la prensa necesita más motivación y sobre todo dar más canales de información. No digo que no se reproduzcan las noticias que emanan en los medios oficiales, pero que se dé el mismo nivel de información de gente que tiene un punto de vista crítico pero no distante de la objetividad. Las dos verdades serían de gran utilidad para que el público latinoamericano conozca a fondo y se sensibilice y salga de ese mito que ha tenido la realidad cubana que muchas veces no coincide con la realidad. Por lo menos, eso hago yo muy modestamente y siempre generando un proceso de reconciliación, ganando un espacio de que somos todos cubanos y aunque no coincidamos con lo que hace el régimen tenemos derechos de expresar nuestra realidad que quisiéramos ver reflejada en los medios de prensa sin sufrir la persecución y la cárcel por dar nuestro punto de vista y poder hacer uso del articulo 19 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos y que Cuba cumpla los pactos de derechos civiles, políticos, económicos y culturales que firmó. Eso solo pedimos, no es mucho. El gobierno sobredimensiona esta petición, pero no es mucho, es lo mínimo para alcanzar una sociedad moderna e influyente y que se puede insertar en la redes globales económicas y políticas y que no seamos la oveja negra de este mundo latinoamericano y que el cubano no tenga que estar en la cárcel como los mas de 200 presos políticos y de conciencia palideciendo en las cárceles cubanas.
Gabriel Salvia: Uno de los objetivos de la represión de marzo del 2003 fue el periodismo independiente. ¿Cómo se ha re-organizado el periodismo independiente desde entonces?
Jorge Olivera Castillo: Yo creía que cuando nos arrestaron en el 2003 el periodismo y parte de la oposición se había agotado, pero esto lleva una dinámica que está ligado a la dialéctica y se multiplica, ya que las nuevas generaciones toman conciencia y hace ver que no estamos en la vía correcta. Hay muchos países latinoamericanos con problemas peores que los nuestros, pero de acuerdo a lo que ha hecho el gobierno el alto índice de alfabetización y muchos otros aspectos no se corresponden al igual que el estado de los derechos que tiene Cuba. El periodismo independiente se ha reorganizado, personas que tiene la voluntad de aprender y difundir la verdad que queremos, una cuestión de honestidad con apenas mínimos recursos, algunas veces con apenas recursos económicos y profesionales, pero tienen la voluntad y lo hacen de una manera precisa, perseverante y profunda y nos estimula. Y esto no va acabar, es una dinámica que no va a decrecer sino que va a crecer. Dentro de una año o dos, si no hay democracia en Cuba, va a haber muchos periodistas independientes que van a escribir para difundir sus ideas y darlas a la comunidad internacional.
Gabriel Salvia: ¿Qué se sabe de algunos periodistas presos, como Ricardo González Alfonso y Omar Rodríguez Saludes?
Jorge Olivera Castillo: Con los dos estuve encarcelado. Con Ricardo nos vimos brevemente en una cárcel de La Habana poco antes de que me dieran la licencia extrapenal y con Omar también estuvimos un tiempo y pudimos conversar. Tu sabes que no es fácil estar 6 años en prisión. Todos tienen el mismo estándar de tratamiento hostil, la humedad, comida pésima, unión con criminales peligrosos. Precisamente yo hice un libro de donde cuento mi experiencia en la prisión desde el punto de vista de la ficción. Leyendo ese libro las personas se llevan una dimensión de lo que pasé y pasan los compañeros encarcelados. Mayormente estuve en la cárcel de Guantánamo -se conoce la otra prisión, donde está la base norteamericana- pero de la cubana mucho no se habla. Hay alrededor de 2000 prisioneros, en su mayoría presos comunes y estuve casi 9 meses en una celda solitaria, acompañado de insectos, la comida era para hacer la celda semitapiada y el agua que tomaba era de fango. Pero eso no ha servido para que me mantenga en silencio. Me creo todavía con el derecho como cubano de manifestarme de manera pacifica y quitarme el antifaz que llevan la mayoría de los cubanos, inducidos por el terror psicológico y policial que existe y ser llevado a la cárcel sin las mínimas condiciones judiciales como nos ha pasado a nosotros, que nos han condenado a tantos años por haber hecho lo que nos ha dictado nuestra conciencia
Gabriel Salvia: ¿Coordinan acciones, o trabajan en red o tiene algún tipo de intercambio entre los demócratas cubanos que luchan internamente por los derechos humanos en Cuba?
Jorge Olivera Castillo: Yo no estoy asociado a ninguna corriente política ni con las Damas de Blanco. Sólo me dedico a la actividad periodística y al género de opinión. Sobre todo análisis político, crónica y actividad literaria. Acabo de escribir el tercer libro, que probablemente salga este año y ya estoy trabajando en el cuarto libro. En fin, lo mío es más intelectual, sin dejar de tratar en mis temáticas cuestiones inherentes a la actividad del periodismo y las Damas de Blanco, porque es una realidad cubana que debe difundirse y que permanece afuera de la cultura oficial y me parece que es un aspecto histórico que debe ser difundido por mi y otras personas que diariamente lo hacen.
Gabriel Salvia: ¿Tiene acceso a alguna fuente de análisis, bibliografía, que le sirva como para ver lo que pasa en el exterior, como para pensar en un cambio en el futuro?
Jorge Olivera Castillo: Es una voluntad personal. Se puede y no estamos totalmente aislados del mundo. Existe, aunque de manera limitada, acceso a Internet gracias a amigos que nos lo han proporcionado. Aunque es un tiempo mínimo, nos ha servido para hacer un trabajo de envergadura en el plano periodístico-investigativo. A mi me gusta sobre todo el análisis político y esto no lo podría haber hecho sin la literatura que me han dado muchos amigos y sobre todo el acceso a Internet. Y gracias a eso he podido elevar mi conocimiento, mi nivel intelectual y sobre todo la voluntad de la persona de hacer un fin determinado.
Gabriel Salvia: ¿Cómo percibe el estado de la población respecto de la situación general en Cuba?
Jorge Olivera Castillo: Las personas están como todo pueblo que lo han despolitizado, que lo han acostumbrado a la apatía. Es un pueblo que quiere medidas económicas, cómo elevar su nivel de vida y salir de los suburbios, tener salarios para cubrir las necesidades mínimas, viajar, etc. En un segundo plano está la política, porque la mayoría dice que la política no les gusta, pero está presente en todos lados. Indirectamente anhelan un cambio y muchas personas están desesperadas, toman una balsa o tratan de irse de cualquier manera hacia Europa o Estados Unidos y es una manifestación que en el fondo tiene el sustrato político, porque no pueden vivir en un sistema que no da herramientas necesarias para forjarse un nivel de vida que no lo ven y están descreídas de que este gobierno pueda ampliar las posibilidades de crecer en todo sentido. Entonces, muchas personas, sobre todos los jóvenes, buscan evadirse a través de la droga, el alcohol, el sexo y la forma de irse del país. Desde el punto de vista general, una minoría quiere cambios o sea la persona más cultivada, los universitarios que quieren quedarse en su tierra y desde ella alcanzarlo y no tener que irse del país a forjar una nueva vida. Pero el pueblo que se va no tiene un fin solo económico sino también político.
Gabriel C. SalviaDirector GeneralActivista de derechos humanos enfocado en la solidaridad democrática internacional. En 2024 recibió el Premio Gratias Agit del Ministerio de Relaciones Exteriores de la República Checa. Es autor de los libros "Memoria, derechos humanos y solidaridad democrática internacional" (2024) y "Bailando por un espejismo: apuntes sobre política, economía y diplomacia en los gobiernos de Cristina Fernández de Kirchner" (2017). Además, compiló varios libros, entre ellos "75 años de la Declaración Universal de Derechos Humanos: Miradas desde Cuba" (2023), "Los derechos humanos en las relaciones internacionales y la política exterior" (2021), "Desafíos para el fortalecimiento democrático en la Argentina" (2015), "Un balance político a 30 años del retorno a la democracia en Argentina" (2013) y "Diplomacia y Derechos Humanos en Cuba" (2011), Sus columnas de opinión han sido publicadas en varios medios en español. Actualmente publica en Clarín, Perfil, Infobae y La Nación, de Argentina. Ha participado en eventos internacionales en América Latina, África, Asia, Europa, los Balcanes y en Estados Unidos. Desde 1992 se desempeña como director en Organizaciones de la Sociedad Civil y es miembro fundador de CADAL. Como periodista, trabajó entre 1992 y 1997 en gráfica, radio y TV especializado en temas parlamentarios, políticos y económicos, y posteriormente contribuyó con entrevistas en La Nación y Perfil.
Jorge Olivera Castillo nació en la Ciudad de La Habana el 8 de septiembre de 1961. Se graduó de Técnico Medio en transmisión en el Politécnico Osvaldo Herrera. En el año 1981 fue reclutado por el Servicio Militar Obligatorio a cumplir misión internacionalista en Angola hasta 1983. En ese mismo año comenzó a trabajar en el Instituto Cubano de Radio y Televisión (ICRT) en diversos programas musicales, históricos y políticos. De 1989 a 1991 trabajó como editor del programa "Puntos de Vista", el único espacio de opinión y crítica que ha tenido la televisión cubana. Posteriormente integró el Equipo de Editores de los Servicios Informativos de la Televisión Cubana. A partir de 1993 se incorpora al incipiente Movimiento de Sindicalistas Independientes y en 1995, al crearse la Agencia "Havana Press", se incorpora al periodismo independiente. En febrero de 1997 es víctima junto a su familia de un acto de repudio en su domicilio. Fue arrestado decenas de veces por su activismo periodístico, en ocasiones por más de 24 horas. En cada una de ellas fue amenazado e instado a abandonar su labor. En una comparecencia televisiva en 1999, el Presidente de la República amenazó a 33 periodistas independientes y opositores pacíficos, mencionándoles por sus nombres y apellidos: Jorge Olivera Castillo fue uno de ellos. En ese momento se mencionó por vez primera la Ley 88 de Protección de la Independencia Nacional y la Economía de Cuba, renombrada luego por la oposición como "Ley Mordaza". En esa oportunidad se les amenazó con aplicarles condenas de hasta 20 años de privación de libertad amparados por dicha ley. Fue detenido y condenado durante la Primavera Negra de Cuba de marzo del 2003 y posteriormente liberado con licencia extra-penal. Actualmente sigue en el periodismo independiente y colabora con el sitio Cuba Responde.
Gabriel Salvia: ¿Podría comentarnos los cambios anunciados por Raúl Castro?
Jorge Olivera Castillo: Gracias por esta oportunidad. Las cosas en Cuba con la pretendida transición no han sido más que pequeñas aperturas, pero no se podría decir que estamos en camino a una transición. Lo llamaría como un reajuste de la vieja nomenclatura y no se da un cambio más allá de un reacomodo del llamado socialismo. Las cosas en Cuba muy poco han variado con respecto a la era fidelista; fueron cambios cosméticos. Los cubanos pueden comprar DVD, usar teléfonos celulares o sea medidas mínimas que no llevan a cambios de envergadura en el plano económico y político. Solamente nosotros hemos establecidos, en mi caso 15 años que estoy realizando una labor independiente en cuanto al periodismo y ventilando lo que no se ventila de manera oficial y no solo yo, sino cientos de compatriotas que han empuñado la pluma y el lápiz y han tratado de dar la otra parte que ocultan los medios de comunicación oficial
Gabriel Salvia: Algunos argumentan que Raúl quiere hacer cambios, pero encuentra muchas resistencias internas. ¿Qué piensa usted?
Jorge Olivera Castillo: Eso es una cuestión que tiene muchas posibilidades de que esté ocurriendo. Eso ha ocurrido en todos los gobiernos, sobre todo la experiencia más cercana de Europa del Este en el que hay un sector más conservador que se oponía a ampliar los cambios. Pero en el caso de Raúl hay vínculos afectivos y personales, pero además hay responsabilidad en el sostenimiento del régimen que cumplirá 50 años en el poder. Acercaría más mi opinión a una variante del modelo vietnamita pero adaptándolo a nuestras características de idiosincrasia, geográfica, geopolíticas o sea una serie de elementos que condicionan una pretendida apertura que llegue en especial en el terreno económico como fue el caso en China y en menor escala Vietnam. Pero más allá de eso no creo que Raúl esté en consonancia con un cambio de envergadura. Hay una historia muy ligada a estos 50 años y no hay voluntad para los cambios y menos aún en el plano político. Recordemos que este gobierno se sostiene por la eficiencia policial y el control de los medios de comunicación y en especial los medios represivos. Relajar esto seria muy peligroso y ningún gobierno va a poner los riesgos que entraña una apertura en el terreno político y social. Además, en un gobierno herméticamente cerrado cualquier apertura por mínima que sea puede generar una dinámica que dé atrás con el sostenimiento de esta elite del poder que cumplirá medio siglo. Vamos a esperar y estamos a la expectativa, sobre todo las esperanzas que tenemos todos los que de una manera pacifica aportamos nuestro granito y que nunca la perdemos y algún día lograremos lo que quieren todos los ciudadanos; o sea, libertades verdaderas en el terreno político, económico y social.
Gabriel Salvia: ¿Qué opina del tratamiento sobre la realidad cubana en el exterior y podría contarnos sobre la iniciativa de Cuba Responde?
Jorge Olivera Castillo: Sería hacer una valoración parcial desde acá dentro porque el acceso a Internet es limitado y por eso no puedo hacer un balance. Dado mis mínimos conocimientos de lo que es Cuba en América Latina, se soslaya la realidad y se mira de reojo la objetividad y se trata de distorsionar lo que ocurre en Cuba. Creo que la prensa necesita más motivación y sobre todo dar más canales de información. No digo que no se reproduzcan las noticias que emanan en los medios oficiales, pero que se dé el mismo nivel de información de gente que tiene un punto de vista crítico pero no distante de la objetividad. Las dos verdades serían de gran utilidad para que el público latinoamericano conozca a fondo y se sensibilice y salga de ese mito que ha tenido la realidad cubana que muchas veces no coincide con la realidad. Por lo menos, eso hago yo muy modestamente y siempre generando un proceso de reconciliación, ganando un espacio de que somos todos cubanos y aunque no coincidamos con lo que hace el régimen tenemos derechos de expresar nuestra realidad que quisiéramos ver reflejada en los medios de prensa sin sufrir la persecución y la cárcel por dar nuestro punto de vista y poder hacer uso del articulo 19 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos y que Cuba cumpla los pactos de derechos civiles, políticos, económicos y culturales que firmó. Eso solo pedimos, no es mucho. El gobierno sobredimensiona esta petición, pero no es mucho, es lo mínimo para alcanzar una sociedad moderna e influyente y que se puede insertar en la redes globales económicas y políticas y que no seamos la oveja negra de este mundo latinoamericano y que el cubano no tenga que estar en la cárcel como los mas de 200 presos políticos y de conciencia palideciendo en las cárceles cubanas.
Gabriel Salvia: Uno de los objetivos de la represión de marzo del 2003 fue el periodismo independiente. ¿Cómo se ha re-organizado el periodismo independiente desde entonces?
Jorge Olivera Castillo: Yo creía que cuando nos arrestaron en el 2003 el periodismo y parte de la oposición se había agotado, pero esto lleva una dinámica que está ligado a la dialéctica y se multiplica, ya que las nuevas generaciones toman conciencia y hace ver que no estamos en la vía correcta. Hay muchos países latinoamericanos con problemas peores que los nuestros, pero de acuerdo a lo que ha hecho el gobierno el alto índice de alfabetización y muchos otros aspectos no se corresponden al igual que el estado de los derechos que tiene Cuba. El periodismo independiente se ha reorganizado, personas que tiene la voluntad de aprender y difundir la verdad que queremos, una cuestión de honestidad con apenas mínimos recursos, algunas veces con apenas recursos económicos y profesionales, pero tienen la voluntad y lo hacen de una manera precisa, perseverante y profunda y nos estimula. Y esto no va acabar, es una dinámica que no va a decrecer sino que va a crecer. Dentro de una año o dos, si no hay democracia en Cuba, va a haber muchos periodistas independientes que van a escribir para difundir sus ideas y darlas a la comunidad internacional.
Gabriel Salvia: ¿Qué se sabe de algunos periodistas presos, como Ricardo González Alfonso y Omar Rodríguez Saludes?
Jorge Olivera Castillo: Con los dos estuve encarcelado. Con Ricardo nos vimos brevemente en una cárcel de La Habana poco antes de que me dieran la licencia extrapenal y con Omar también estuvimos un tiempo y pudimos conversar. Tu sabes que no es fácil estar 6 años en prisión. Todos tienen el mismo estándar de tratamiento hostil, la humedad, comida pésima, unión con criminales peligrosos. Precisamente yo hice un libro de donde cuento mi experiencia en la prisión desde el punto de vista de la ficción. Leyendo ese libro las personas se llevan una dimensión de lo que pasé y pasan los compañeros encarcelados. Mayormente estuve en la cárcel de Guantánamo -se conoce la otra prisión, donde está la base norteamericana- pero de la cubana mucho no se habla. Hay alrededor de 2000 prisioneros, en su mayoría presos comunes y estuve casi 9 meses en una celda solitaria, acompañado de insectos, la comida era para hacer la celda semitapiada y el agua que tomaba era de fango. Pero eso no ha servido para que me mantenga en silencio. Me creo todavía con el derecho como cubano de manifestarme de manera pacifica y quitarme el antifaz que llevan la mayoría de los cubanos, inducidos por el terror psicológico y policial que existe y ser llevado a la cárcel sin las mínimas condiciones judiciales como nos ha pasado a nosotros, que nos han condenado a tantos años por haber hecho lo que nos ha dictado nuestra conciencia
Gabriel Salvia: ¿Coordinan acciones, o trabajan en red o tiene algún tipo de intercambio entre los demócratas cubanos que luchan internamente por los derechos humanos en Cuba?
Jorge Olivera Castillo: Yo no estoy asociado a ninguna corriente política ni con las Damas de Blanco. Sólo me dedico a la actividad periodística y al género de opinión. Sobre todo análisis político, crónica y actividad literaria. Acabo de escribir el tercer libro, que probablemente salga este año y ya estoy trabajando en el cuarto libro. En fin, lo mío es más intelectual, sin dejar de tratar en mis temáticas cuestiones inherentes a la actividad del periodismo y las Damas de Blanco, porque es una realidad cubana que debe difundirse y que permanece afuera de la cultura oficial y me parece que es un aspecto histórico que debe ser difundido por mi y otras personas que diariamente lo hacen.
Gabriel Salvia: ¿Tiene acceso a alguna fuente de análisis, bibliografía, que le sirva como para ver lo que pasa en el exterior, como para pensar en un cambio en el futuro?
Jorge Olivera Castillo: Es una voluntad personal. Se puede y no estamos totalmente aislados del mundo. Existe, aunque de manera limitada, acceso a Internet gracias a amigos que nos lo han proporcionado. Aunque es un tiempo mínimo, nos ha servido para hacer un trabajo de envergadura en el plano periodístico-investigativo. A mi me gusta sobre todo el análisis político y esto no lo podría haber hecho sin la literatura que me han dado muchos amigos y sobre todo el acceso a Internet. Y gracias a eso he podido elevar mi conocimiento, mi nivel intelectual y sobre todo la voluntad de la persona de hacer un fin determinado.
Gabriel Salvia: ¿Cómo percibe el estado de la población respecto de la situación general en Cuba?
Jorge Olivera Castillo: Las personas están como todo pueblo que lo han despolitizado, que lo han acostumbrado a la apatía. Es un pueblo que quiere medidas económicas, cómo elevar su nivel de vida y salir de los suburbios, tener salarios para cubrir las necesidades mínimas, viajar, etc. En un segundo plano está la política, porque la mayoría dice que la política no les gusta, pero está presente en todos lados. Indirectamente anhelan un cambio y muchas personas están desesperadas, toman una balsa o tratan de irse de cualquier manera hacia Europa o Estados Unidos y es una manifestación que en el fondo tiene el sustrato político, porque no pueden vivir en un sistema que no da herramientas necesarias para forjarse un nivel de vida que no lo ven y están descreídas de que este gobierno pueda ampliar las posibilidades de crecer en todo sentido. Entonces, muchas personas, sobre todos los jóvenes, buscan evadirse a través de la droga, el alcohol, el sexo y la forma de irse del país. Desde el punto de vista general, una minoría quiere cambios o sea la persona más cultivada, los universitarios que quieren quedarse en su tierra y desde ella alcanzarlo y no tener que irse del país a forjar una nueva vida. Pero el pueblo que se va no tiene un fin solo económico sino también político.