Artículos
Análisis Latino
El quebrantamiento de las instituciones en Bangladesh
El ingreso de Muhammad Yunus, también llamado «el banquero de los pobres», ganador del Premio Nobel y defensor de los derechos humanos, representa hoy el inicio de una nueva etapa para Bangladesh.Por Alexandra Puertas Castro
Quince años de control de la Liga Awami llegaron a su fin tras el escape de la primera ministra Sheik Hasina, también referida como “La Dama de Hierro”, hacia India. Resultado de uno de los movimientos civiles, liderado por estudiantes, más importantes de su historia. Bangladesh inicia un nuevo periodo de incertidumbre política, generando mayor interés de la comunidad internacional debido a la situación crítica de derechos, libertades, desarrollo y las posibles repercusiones en la región.
Bangladesh inició su historia como estado independiente en 1971 tras la Guerra de Liberación de Bangladesh, estableciendo un sistema de gobierno parlamentarista. Sin embargo, el conflicto entre los dos principales partidos políticos (La Liga Awami y el Partido Nacionalista de Bangladesh) y la alta capacidad de control que les brindó la constitución, crearon las bases de su democracia. Entre 1990 y 2006, ambos partidos tuvieron control periódico del gobierno. Sin embargo, en 2007, una crisis política ocasionada por ambos partidos generó que las lideresas de ambos fueran inhabilitadas. Entre 2007 y 2008 se instaló un gobierno militar en Bangladesh con el objetivo de reducir la intensa polarización política. Tras la decisión de retomar el gobierno democrático, Shaik Hasina y la Liga Awami ganaron las elecciones generales en 2008. El nuevo régimen de la lideresa se aproximó a la oposición de forma más agresiva, utilizando prácticas de gobiernos autoritarios pasados de Bangladesh. Progresivamente, la Liga Awami consolidó su poder absoluto sobre los principales órganos estatales, otorgándole la capacidad de silenciar toda oposición.
Conocer parte del contexto histórico de Bangladesh sirve para comprender los acontecimientos actuales. Las dinámicas que enfrenta la nación asiática son multidimensionales, considerando los factores económicos, políticos y de gobernanza. Al respecto, el Bertelsmann Transformation Index (BTI, por sus siglas en inglés) refleja las condiciones en Bangladesh hasta 2023 y, demuestra un decaimiento de sus instituciones democráticas, económicas y de gobernanza en los últimos años, por debajo del promedio de Asia y Oceanía.
El BTI analiza la transformación de la condición democrática, el desarrollo de la economía de mercado y la gobernanza, calificándolos en diferentes indicadores con un puntaje del 1 (peor) al 10 (mejor). El índice se ha registrado bianualmente desde el 2006 hasta el 2024 en 137 países. El BTI aborda todos los continentes, convirtiéndose en uno de los indicadores más integrales de transformación. La metodología mixta del BTI logra aproximarse a los principales indicadores de los países en condición de desarrollo.
TRANSFORMACIÓN POLÍTICA
La transformación política de la democracia en Bangladesh nunca llegó a la categoría de democracia en consolidación, la categoría más alta del BTI que indica una relevante transformación política encaminada a constituir una democracia sólida. Desde 2006, el índice refleja una constitución defectuosa de la democracia en el país. Los criterios del BTI como la participación política, la estabilidad de las instituciones democráticas y el Estado de derecho, presentan un decaimiento progresivo, coincidiendo con el fortalecimiento del régimen de Hasina.
El BTI del 2012 reflejó el mejor momento en la calidad democrática en Bangladesh con un puntaje de 6.3. No obstante, se posicionaba como democracia defectuosa. Durante este periodo, la participación libre y el voto universal iniciaron un proceso de institucionalización como derecho dentro de la población. Asimismo, el Gobierno Interino No-Partidista, NCG por sus siglas en inglés, se fortaleció como cuerpo neutral encargado de garantizar la organización de un proceso electoral libre y justo y, servir de puente entre gobiernos democráticos. Entre sus principales logros resaltan el proceso electoral del 2008 como uno de los más eficientes y legítimos bajo estándares internacionales. Como resultado, en 2010 Bangladesh recibió 8 puntos en el indicador de elecciones libres y justas y mantuvo ese puntaje hasta el informe del 2014. Sin embargo, en 2011, por medio de una reforma constitucional iniciada por la Liga Awami en el Parlamento Nacional, la Suprema Corte abolió al NGC. Su nuevo status ilegal prohibió su interferencia en las siguientes elecciones, en donde su ausencia destacó significativamente. A partir del 2014 hubo una gran asimetría de representación en las elecciones por parte de la oposición frente a la Liga Awami, como resultado de un boicot ante la politización del proceso electoral y sus órganos.
La condición de la transformación política sufrió un deterioro progresivo a partir del 2014. En ese sentido, los mayores cambios entre informes del BTI se vieron entre 2014 y 2016, donde el puntaje cae 0,6 puntos, y entre 2016 y 2018, donde cae 0,73. Las elecciones del 2014 y 2018, fueron caracterizadas por altos niveles de violencia y fuerte cuestionamiento por parte del Partido Nacionalista de Bangladesh y de la población civil.
En 2014, la oposición al proceso electoral resultó en cargos a la prensa, activistas y miembros del partido opositor, culminando en una caída significativa de las tasas de participación en procesos electorales. Asimismo, en el año 2018, los procesos electorales en Bangladesh perdieron legitimidad. La Liga Awami silenció toda oposición civil, y colocó a la lideresa del Partido Nacionalista, y principal oponente de Hasina, Khaleda Zia, en prisión por cargos de corrupción, hecho fuertemente cuestionado por la comunidad internacional. Como resultado, la transformación política se ve afectada por el debilitamiento de la participación política y libertad de expresión, cuyo indicador cae a 2.5 en el BTI 2024.
Desde 2018, el Estado de derecho mantiene una tendencia negativa y recibe un puntaje de 3.5 en el BTI 2024. Esto es el resultado de la débil persecución del abuso de poder y la ausencia de la separación de poderes, en donde resalta la falta de un poder judicial independiente. El control absoluto sobre los órganos de gobierno resulta en el quebrantamiento de los derechos civiles. El vínculo entre la sociedad y el sistema político se vio extremadamente debilitado, a medida en que organizaciones no gubernamentales de derechos humanos y laborales eran objeto de arrestos y persecución por parte del gobierno. Como resultado, el puntaje de Integración Social y Política cayó a 4.7 puntos en el BTI del 2024. De esta forma, Bangladesh obtuvo la categoría de autocracia moderada, con un puntaje de transformación política de 4 y criterios que reflejan importantes causas de descontento de la población civil y de las manifestaciones.
TRANSFORMACIÓN ECONÓMICA
La transformación económica aborda los niveles socio-económicos, la libertad del mercado y competitividad, así como el desarrollo de la economía y su estabilidad. El estado de transformación económica de Bangladesh demuestra el bajo nivel de desarrollo de su economía. Al igual que sus bases gubernamentales, las libertades económicas del país nunca han tenido oportunidad de desarrollarse. El poder que manejan las instituciones estatales ha limitado toda capacidad de la economía de fortalecerse y materializarse en resultados positivos para el desarrollo socio-económico de la población. De esta forma, Bangladesh obtiene la categoría de economía muy limitada con un puntaje de 4.86 en el BTI 2024.
Entre los informes del BTI de 2016 y del 2020, la transformación económica demostró una tendencia creciente, indicando los logros positivos del gobierno de Hasina en materia de política económica. Una serie de reformas económicas desde el 2009, dedicadas al impulso del comercio exterior, crecimiento de lazos comerciales y de la industria textil en el país, tuvo impactos positivos en el PBI, el empleo y el empoderamiento económico de las mujeres. Asimismo, se establecieron múltiples acuerdos de comercio bilaterales con importantes actores, dentro de los cuales destaca el rol de China e India. De esta forma, en el BTI 2020 el puntaje para la transformación económica creció hasta el 5.68, el más alto en la historia del BTI en Bangladesh. Durante este periodo, se hablaba de la presencia de un nuevo “milagro económico” en la región de Asia.
El COVID-19 repercutió en gran medida en la economía, deteniendo el motor económico del cual el país se volvió dependiente, la industria textil, resultado de la política uni-sectorial de Hasina. La dependencia en una sola industria y la realidad de los trabajadores, condujo al régimen a una crisis que no pudo manejar. La industria textil en Bangladesh ha sido objeto de múltiples informes alrededor de la condición de los Derechos Humanos y Laborales. La historia de muertes ocasionadas por malas condiciones laborales en Bangladesh, consiste en uno de los principales desafíos de la región en materia de derechos humanos. Después de la caída de la economía por el COVID-19, las condiciones del sector textil se volvieron más complicadas, ocasionando protestas dentro de un contexto de persecución a aquellos que demandaban mejores condiciones y un pare a la inmunidad corporativa. A pesar del crecimiento de la economía, la transformación económica nunca superó la clasificación de economía limitada, implicando que el crecimiento económico no generó mejoras sostenibles en la economía de la población.
Sin embargo, con el fortalecimiento de lazos comerciales con el exterior, la libertad y capacidad económica de la población nunca han tenido la oportunidad de desarrollarse. Las desigualdades sociales en la economía son en simultáneo, producto del control de grupos de poder y alto control por parte del estado. La corrupción sistemática en órganos financieros fue complementada por la falta de capacidad y voluntad política en la ejecución de políticas monetarias, fiscales y en materia de desempleo. La inclinación de las políticas económicas en conducir a la mejora de la economía de la población, han sido sumamente limitadas y queda demostrado en los puntajes de barreras socioeconómicas, propiedad privada, igualdad de oportunidades, red de seguridad social y organización del mercado. Estos indicadores del BTI mantienen puntajes entre 3 y 4, y abordan en gran medida la realidad económica para la población, la cual va más allá de las categorías macro-económicas estrictamente cuantitativas.
Las políticas económicas establecidas por el régimen de Hasina se enfocaron exclusivamente en el flujo de divisas en el país a través de una gigante industria manufacturera, y el establecimiento de relaciones comerciales. El desempeño económico de Bangladesh y la incapacidad del estado de abordar la situación mediante políticas públicas, creó el contexto crítico para el desarrollo socio-económico de la población.
GOBERNANZA
El BTI aborda la Gobernanza a partir de la capacidad de gobierno en la calidad de la gestión política en los procesos de transformación. Los déficits que el gobierno ha tenido para conducir a procesos de transformación mediante consensos, generaron al estado débil de gobernanza que adquiere Bangladesh en el BTI 2024, con un puntaje de 3.66. Frente al crecimiento de la oposición y el debilitamiento de la legitimidad, el régimen de Hasina no logró crear consensos que pudieran contrarrestar el descontento social y la oposición contra su dirección, los cuales se van fortaleciendo desde las elecciones del 2014.
El criterio de creación de consenso cae progresivamente a partir del BTI 2014, y obtiene un puntaje de 3.6 en el BTI 2024. Esto resalta la incapacidad del gobierno de gestionar los conflictos, excluir a actores antidemocráticos, reconciliar a la población e incluirla en la creación de políticas. La amplia división entre las acciones del gobierno y las necesidades e intereses de la población hicieron inevitable la incapacidad de construir una visión conjunta para Bangladesh que verdaderamente constituya una democracia. Asimismo, los criterios de capacidad de dirección y de eficiencia de recursos, ambos con puntaje de 3, demuestran la debilidad del planteamiento e implementación de políticas públicas. El bajo puntaje de estos criterios es un reflejo de que son cuestiones políticas las que determinan el uso de recursos públicos, no el desarrollo del país y la población. Asimismo, el debilitamiento de la economía y la ausencia de transparencia y rendición de cuentas en decisiones de financiamiento del gobierno, demuestran la incapacidad de uso de recursos para implementar objetivos prioritarios para el desarrollo del país.
En materia de cooperación internacional, se fortalecieron los vínculos regionales y globales, siendo el único criterio que mantuvo un puntaje superior a 4. Bangladesh tiene una importante voz como parte de la región del Sudeste Asiático, en donde ha usado sus vínculos para reforzar el comercio exterior y sostener el régimen. La cooperación regional se ve ligeramente obstruida con el contexto de crisis en las fronteras, ocasionadas por la salida del país de personas por las crisis internas, como es el caso de Bangladesh. La situación de crisis en Bangladesh es determinante para su rol en la región y su capacidad de desenvolverse como sus aliados lo esperan. La caída de puntaje entre 2022 y 2024, está altamente vinculada a la crisis política del país, y la incapacidad del gobierno de ocultar la realidad detrás del alto desempeño económico.
Conclusión: Un nuevo ciclo de transformación en Bangladesh
El BTI ha sido un reflejo del decaimiento de la democracia y la economía de Bangladesh, y explica el contexto en el cual se desarrolló el movimiento estudiantil que derrocó un régimen de 15 años. Los resultados del BTI reflejan todos los elementos del desarrollo del país que se encontraban conectados al crecimiento del gobierno autoritario de Sheik Hasina. Los últimos años y las decisiones de políticas que se llevaron a cabo, sirvieron de desencadenante para conducir al país de “milagro económico” al derrocamiento del gobierno. Las implicancias del gobierno de Hasina y las correlaciones entre indicadores demuestran la caída de los tres en simultáneo, y el resultado de procesos de transformación débiles a lo largo del gobierno. La politización de las instituciones democráticas y económicas, limitaron la posibilidad de transformación y de gobernanza, causando condiciones críticas para la población.
El ingreso de Muhammad Yunus, también llamado “el banquero de los pobres”, ganador del Premio Nobel y defensor de los derechos humanos, representa hoy el inicio de una nueva etapa para Bangladesh. Previamente investigado y condenado a prisión por el gobierno de Hasina, logró obtener el apoyo popular y de la comunidad internacional. Su principal enfoque en el cargo es implementar una reforma en las instituciones, restaurar la economía y recuperar el orden público.
Sin embargo, la inestabilidad política y la situación económica, crean un escenario sumamente complicado. Depende de la capacidad del nuevo gobierno de obtener la legitimidad perdida y priorizar el desarrollo de la población.
El amplio interés de la población joven en una transformación democrática, lo que los convirtió en el actor más relevante de las protestas contra el gobierno de Hasina, los vuelve clave dentro del proceso de restauración de las instituciones democráticas, económicas y la capacidad del estado de gobernar el país.
Alexandra Puertas CastroPasante InternacionalAlexandra Cristina Puertas Castro es estudiante de Relaciones Internacionales en la Universidad Peruana de Ciencias Aplicadas y pasante internacional de CADAL.
Quince años de control de la Liga Awami llegaron a su fin tras el escape de la primera ministra Sheik Hasina, también referida como “La Dama de Hierro”, hacia India. Resultado de uno de los movimientos civiles, liderado por estudiantes, más importantes de su historia. Bangladesh inicia un nuevo periodo de incertidumbre política, generando mayor interés de la comunidad internacional debido a la situación crítica de derechos, libertades, desarrollo y las posibles repercusiones en la región.
Bangladesh inició su historia como estado independiente en 1971 tras la Guerra de Liberación de Bangladesh, estableciendo un sistema de gobierno parlamentarista. Sin embargo, el conflicto entre los dos principales partidos políticos (La Liga Awami y el Partido Nacionalista de Bangladesh) y la alta capacidad de control que les brindó la constitución, crearon las bases de su democracia. Entre 1990 y 2006, ambos partidos tuvieron control periódico del gobierno. Sin embargo, en 2007, una crisis política ocasionada por ambos partidos generó que las lideresas de ambos fueran inhabilitadas. Entre 2007 y 2008 se instaló un gobierno militar en Bangladesh con el objetivo de reducir la intensa polarización política. Tras la decisión de retomar el gobierno democrático, Shaik Hasina y la Liga Awami ganaron las elecciones generales en 2008. El nuevo régimen de la lideresa se aproximó a la oposición de forma más agresiva, utilizando prácticas de gobiernos autoritarios pasados de Bangladesh. Progresivamente, la Liga Awami consolidó su poder absoluto sobre los principales órganos estatales, otorgándole la capacidad de silenciar toda oposición.
Conocer parte del contexto histórico de Bangladesh sirve para comprender los acontecimientos actuales. Las dinámicas que enfrenta la nación asiática son multidimensionales, considerando los factores económicos, políticos y de gobernanza. Al respecto, el Bertelsmann Transformation Index (BTI, por sus siglas en inglés) refleja las condiciones en Bangladesh hasta 2023 y, demuestra un decaimiento de sus instituciones democráticas, económicas y de gobernanza en los últimos años, por debajo del promedio de Asia y Oceanía.
El BTI analiza la transformación de la condición democrática, el desarrollo de la economía de mercado y la gobernanza, calificándolos en diferentes indicadores con un puntaje del 1 (peor) al 10 (mejor). El índice se ha registrado bianualmente desde el 2006 hasta el 2024 en 137 países. El BTI aborda todos los continentes, convirtiéndose en uno de los indicadores más integrales de transformación. La metodología mixta del BTI logra aproximarse a los principales indicadores de los países en condición de desarrollo.
TRANSFORMACIÓN POLÍTICA
La transformación política de la democracia en Bangladesh nunca llegó a la categoría de democracia en consolidación, la categoría más alta del BTI que indica una relevante transformación política encaminada a constituir una democracia sólida. Desde 2006, el índice refleja una constitución defectuosa de la democracia en el país. Los criterios del BTI como la participación política, la estabilidad de las instituciones democráticas y el Estado de derecho, presentan un decaimiento progresivo, coincidiendo con el fortalecimiento del régimen de Hasina.
El BTI del 2012 reflejó el mejor momento en la calidad democrática en Bangladesh con un puntaje de 6.3. No obstante, se posicionaba como democracia defectuosa. Durante este periodo, la participación libre y el voto universal iniciaron un proceso de institucionalización como derecho dentro de la población. Asimismo, el Gobierno Interino No-Partidista, NCG por sus siglas en inglés, se fortaleció como cuerpo neutral encargado de garantizar la organización de un proceso electoral libre y justo y, servir de puente entre gobiernos democráticos. Entre sus principales logros resaltan el proceso electoral del 2008 como uno de los más eficientes y legítimos bajo estándares internacionales. Como resultado, en 2010 Bangladesh recibió 8 puntos en el indicador de elecciones libres y justas y mantuvo ese puntaje hasta el informe del 2014. Sin embargo, en 2011, por medio de una reforma constitucional iniciada por la Liga Awami en el Parlamento Nacional, la Suprema Corte abolió al NGC. Su nuevo status ilegal prohibió su interferencia en las siguientes elecciones, en donde su ausencia destacó significativamente. A partir del 2014 hubo una gran asimetría de representación en las elecciones por parte de la oposición frente a la Liga Awami, como resultado de un boicot ante la politización del proceso electoral y sus órganos.
La condición de la transformación política sufrió un deterioro progresivo a partir del 2014. En ese sentido, los mayores cambios entre informes del BTI se vieron entre 2014 y 2016, donde el puntaje cae 0,6 puntos, y entre 2016 y 2018, donde cae 0,73. Las elecciones del 2014 y 2018, fueron caracterizadas por altos niveles de violencia y fuerte cuestionamiento por parte del Partido Nacionalista de Bangladesh y de la población civil.
En 2014, la oposición al proceso electoral resultó en cargos a la prensa, activistas y miembros del partido opositor, culminando en una caída significativa de las tasas de participación en procesos electorales. Asimismo, en el año 2018, los procesos electorales en Bangladesh perdieron legitimidad. La Liga Awami silenció toda oposición civil, y colocó a la lideresa del Partido Nacionalista, y principal oponente de Hasina, Khaleda Zia, en prisión por cargos de corrupción, hecho fuertemente cuestionado por la comunidad internacional. Como resultado, la transformación política se ve afectada por el debilitamiento de la participación política y libertad de expresión, cuyo indicador cae a 2.5 en el BTI 2024.
Desde 2018, el Estado de derecho mantiene una tendencia negativa y recibe un puntaje de 3.5 en el BTI 2024. Esto es el resultado de la débil persecución del abuso de poder y la ausencia de la separación de poderes, en donde resalta la falta de un poder judicial independiente. El control absoluto sobre los órganos de gobierno resulta en el quebrantamiento de los derechos civiles. El vínculo entre la sociedad y el sistema político se vio extremadamente debilitado, a medida en que organizaciones no gubernamentales de derechos humanos y laborales eran objeto de arrestos y persecución por parte del gobierno. Como resultado, el puntaje de Integración Social y Política cayó a 4.7 puntos en el BTI del 2024. De esta forma, Bangladesh obtuvo la categoría de autocracia moderada, con un puntaje de transformación política de 4 y criterios que reflejan importantes causas de descontento de la población civil y de las manifestaciones.
TRANSFORMACIÓN ECONÓMICA
La transformación económica aborda los niveles socio-económicos, la libertad del mercado y competitividad, así como el desarrollo de la economía y su estabilidad. El estado de transformación económica de Bangladesh demuestra el bajo nivel de desarrollo de su economía. Al igual que sus bases gubernamentales, las libertades económicas del país nunca han tenido oportunidad de desarrollarse. El poder que manejan las instituciones estatales ha limitado toda capacidad de la economía de fortalecerse y materializarse en resultados positivos para el desarrollo socio-económico de la población. De esta forma, Bangladesh obtiene la categoría de economía muy limitada con un puntaje de 4.86 en el BTI 2024.
Entre los informes del BTI de 2016 y del 2020, la transformación económica demostró una tendencia creciente, indicando los logros positivos del gobierno de Hasina en materia de política económica. Una serie de reformas económicas desde el 2009, dedicadas al impulso del comercio exterior, crecimiento de lazos comerciales y de la industria textil en el país, tuvo impactos positivos en el PBI, el empleo y el empoderamiento económico de las mujeres. Asimismo, se establecieron múltiples acuerdos de comercio bilaterales con importantes actores, dentro de los cuales destaca el rol de China e India. De esta forma, en el BTI 2020 el puntaje para la transformación económica creció hasta el 5.68, el más alto en la historia del BTI en Bangladesh. Durante este periodo, se hablaba de la presencia de un nuevo “milagro económico” en la región de Asia.
El COVID-19 repercutió en gran medida en la economía, deteniendo el motor económico del cual el país se volvió dependiente, la industria textil, resultado de la política uni-sectorial de Hasina. La dependencia en una sola industria y la realidad de los trabajadores, condujo al régimen a una crisis que no pudo manejar. La industria textil en Bangladesh ha sido objeto de múltiples informes alrededor de la condición de los Derechos Humanos y Laborales. La historia de muertes ocasionadas por malas condiciones laborales en Bangladesh, consiste en uno de los principales desafíos de la región en materia de derechos humanos. Después de la caída de la economía por el COVID-19, las condiciones del sector textil se volvieron más complicadas, ocasionando protestas dentro de un contexto de persecución a aquellos que demandaban mejores condiciones y un pare a la inmunidad corporativa. A pesar del crecimiento de la economía, la transformación económica nunca superó la clasificación de economía limitada, implicando que el crecimiento económico no generó mejoras sostenibles en la economía de la población.
Sin embargo, con el fortalecimiento de lazos comerciales con el exterior, la libertad y capacidad económica de la población nunca han tenido la oportunidad de desarrollarse. Las desigualdades sociales en la economía son en simultáneo, producto del control de grupos de poder y alto control por parte del estado. La corrupción sistemática en órganos financieros fue complementada por la falta de capacidad y voluntad política en la ejecución de políticas monetarias, fiscales y en materia de desempleo. La inclinación de las políticas económicas en conducir a la mejora de la economía de la población, han sido sumamente limitadas y queda demostrado en los puntajes de barreras socioeconómicas, propiedad privada, igualdad de oportunidades, red de seguridad social y organización del mercado. Estos indicadores del BTI mantienen puntajes entre 3 y 4, y abordan en gran medida la realidad económica para la población, la cual va más allá de las categorías macro-económicas estrictamente cuantitativas.
Las políticas económicas establecidas por el régimen de Hasina se enfocaron exclusivamente en el flujo de divisas en el país a través de una gigante industria manufacturera, y el establecimiento de relaciones comerciales. El desempeño económico de Bangladesh y la incapacidad del estado de abordar la situación mediante políticas públicas, creó el contexto crítico para el desarrollo socio-económico de la población.
GOBERNANZA
El BTI aborda la Gobernanza a partir de la capacidad de gobierno en la calidad de la gestión política en los procesos de transformación. Los déficits que el gobierno ha tenido para conducir a procesos de transformación mediante consensos, generaron al estado débil de gobernanza que adquiere Bangladesh en el BTI 2024, con un puntaje de 3.66. Frente al crecimiento de la oposición y el debilitamiento de la legitimidad, el régimen de Hasina no logró crear consensos que pudieran contrarrestar el descontento social y la oposición contra su dirección, los cuales se van fortaleciendo desde las elecciones del 2014.
El criterio de creación de consenso cae progresivamente a partir del BTI 2014, y obtiene un puntaje de 3.6 en el BTI 2024. Esto resalta la incapacidad del gobierno de gestionar los conflictos, excluir a actores antidemocráticos, reconciliar a la población e incluirla en la creación de políticas. La amplia división entre las acciones del gobierno y las necesidades e intereses de la población hicieron inevitable la incapacidad de construir una visión conjunta para Bangladesh que verdaderamente constituya una democracia. Asimismo, los criterios de capacidad de dirección y de eficiencia de recursos, ambos con puntaje de 3, demuestran la debilidad del planteamiento e implementación de políticas públicas. El bajo puntaje de estos criterios es un reflejo de que son cuestiones políticas las que determinan el uso de recursos públicos, no el desarrollo del país y la población. Asimismo, el debilitamiento de la economía y la ausencia de transparencia y rendición de cuentas en decisiones de financiamiento del gobierno, demuestran la incapacidad de uso de recursos para implementar objetivos prioritarios para el desarrollo del país.
En materia de cooperación internacional, se fortalecieron los vínculos regionales y globales, siendo el único criterio que mantuvo un puntaje superior a 4. Bangladesh tiene una importante voz como parte de la región del Sudeste Asiático, en donde ha usado sus vínculos para reforzar el comercio exterior y sostener el régimen. La cooperación regional se ve ligeramente obstruida con el contexto de crisis en las fronteras, ocasionadas por la salida del país de personas por las crisis internas, como es el caso de Bangladesh. La situación de crisis en Bangladesh es determinante para su rol en la región y su capacidad de desenvolverse como sus aliados lo esperan. La caída de puntaje entre 2022 y 2024, está altamente vinculada a la crisis política del país, y la incapacidad del gobierno de ocultar la realidad detrás del alto desempeño económico.
Conclusión: Un nuevo ciclo de transformación en Bangladesh
El BTI ha sido un reflejo del decaimiento de la democracia y la economía de Bangladesh, y explica el contexto en el cual se desarrolló el movimiento estudiantil que derrocó un régimen de 15 años. Los resultados del BTI reflejan todos los elementos del desarrollo del país que se encontraban conectados al crecimiento del gobierno autoritario de Sheik Hasina. Los últimos años y las decisiones de políticas que se llevaron a cabo, sirvieron de desencadenante para conducir al país de “milagro económico” al derrocamiento del gobierno. Las implicancias del gobierno de Hasina y las correlaciones entre indicadores demuestran la caída de los tres en simultáneo, y el resultado de procesos de transformación débiles a lo largo del gobierno. La politización de las instituciones democráticas y económicas, limitaron la posibilidad de transformación y de gobernanza, causando condiciones críticas para la población.
El ingreso de Muhammad Yunus, también llamado “el banquero de los pobres”, ganador del Premio Nobel y defensor de los derechos humanos, representa hoy el inicio de una nueva etapa para Bangladesh. Previamente investigado y condenado a prisión por el gobierno de Hasina, logró obtener el apoyo popular y de la comunidad internacional. Su principal enfoque en el cargo es implementar una reforma en las instituciones, restaurar la economía y recuperar el orden público.
Sin embargo, la inestabilidad política y la situación económica, crean un escenario sumamente complicado. Depende de la capacidad del nuevo gobierno de obtener la legitimidad perdida y priorizar el desarrollo de la población.
El amplio interés de la población joven en una transformación democrática, lo que los convirtió en el actor más relevante de las protestas contra el gobierno de Hasina, los vuelve clave dentro del proceso de restauración de las instituciones democráticas, económicas y la capacidad del estado de gobernar el país.