Artículos
Defensa de la Libertad de Expresión Artística
Las privaciones a la libertad artística de las mujeres en el mundo
La mayoría de las razones por las cuales las mujeres y sus obras de arte son silenciadas es por la indecencia (un 64 por ciento) y por lo que dicta la religión (19 por ciento). India, Irán y Turquía suelen silenciarlas por ambas razones. El arte en el cual se realizan más actos de censura es en el visual, que es seguido por la música. América Latina, no es la excepción a la regla. La mujer en muchos casos es denigrada y obviada, ni hablar en la industria cultural. Pero el caso de Bolivia es el más estremecedor.Por Dolores Barón
Las mujeres siempre se vieron complicadas a la hora de entrar en el terreno de un hombre. Son menos que ellos o prácticamente invisibles. El problema radica también en, directamente, no dejarlas participar. O incluso peor. Atacarlas, acosarlas, amenazarlas, asesinarlas.
Freemuse una vez más lanzó un informe centrado en esta minoría que es discriminada por su género y documentó todo lo ocurrido en el mundo durante el 2018.
Titulado “Creativity Wronged: How women’s right to artistic freedom is denied and marginalised” (Creatividad reprimida: Cómo el derecho a la libertad artística de las mujeres es denegado y marginalizado), la organización danesa se avocó una vez más en hacer una extensa y exhaustiva investigación de todas las maneras en que las mujeres son privadas de su libertad de expresión artística. Sin embargo, Freemuse aclara que hay tres aspectos en los que no han podido profundizar y que retomarán en próximas investigaciones. Por un lado, todo lo que es el monitoreo de censura, restricciones y acoso vía redes sociales e Internet. Tampoco ahondaron demasiado en el acoso sexual que constantemente sufren no solo las artistas, sino las mujeres que van a eventos culturales en sí. Como los reclamos y denuncias en la mayoría de los casos son ignorados o puestos a un lado, sin tener una clara resolución justa. Por último, no han podido tratar tampoco la muy baja representación de mujeres en el ámbito artístico, ya sea en la grilla de un festival musical o en museos de arte.
No son solo unos cuantos países que impiden la libertad de expresión artística femenina. Son muchos. Demasiados. En Irán, las mujeres no pueden ofrecer solas un recital a los hombres y tampoco pueden producir sus propios álbumes. En Ghana, Burundi y Australia, las mujeres tienen prohibido tocar determinados instrumentos. En India, está prohibido representar "indecentemente" a las mujeres en el arte. Porque representar a los hombres "indecentemente" está bien.
La mayoría de las razones por las cuales las mujeres y sus obras de arte son silenciadas es por la indecencia (un 64 por ciento) y por lo que dicta la religión (19 por ciento). India, Irán y Turquía suelen silenciarlas por ambas razones. El arte en el cual se realizan más actos de censura es en el visual, que es seguido por la música. El 22 por ciento de las violaciones a la libertad artística son realizadas digitalmente y en su mayoría, son amenazas y censuras. No son solo censuradas por usuarios, sino por la web o red social misma.
La lucha por la igualdad de género es una que va lento y que cuesta mucho hasta llegar ahí. Recién en el año 2000 las organizaciones internacionales de derechos humanos comenzaron a hacer algo al respecto. Si bien hubo pequeñas victorias, Freemuse considera que aún queda mucho por hacer, ya que las mujeres siguen siendo calladas, sub-representadas, restringidas y expuestas a comentarios y actitudes sexistas y misóginas. La organización mundial que defiende la libertad de expresión artística no considerará la lucha terminada hasta que la protección a las mujeres sea satisfactoria y eficiente en todo el mundo.
Freemuse además explica que la discriminación hacia las mujeres no se trata sobre el sexo, sino el género. Es una discriminación más bien basada en los roles que la sociedad le atribuye a los géneros y no tanto por su sexo biológico. Es decir, que las mujeres sean excluidas y casi invisibles del ámbito artístico va más allá del simple hecho de haber nacido mujeres. Es lo que la mujer representa para la sociedad. Si una mujer muestra desnudos en una obra de arte o película, es un escándalo. Pero esculturas famosas como la El David en Florencia, son parte de la historia. Lo dijo Alankrita Shrivastava, cineasta india: “Siento que hay mucha discriminación porque no es que en las películas de India no muestran sexualidad, solo que la muestran de forma que sea placentera para los hombres”.
Un caso en especial de violación a la libertad artística es el de Bahia Shehab, artista callejera egipcia e historiadora islámica. No sale a hacer arte callejero desde el 2013 por miedo a que la persigan o ataquen. Pero en el tiempo que sí lo hizo de manera activa, pintaba con graffitis en las paredes un sostén azul. Ella explicó que representaba una situación dolorosa en la que una chica fue atrapada por los militares en una protesta en El Cairo y estos le levantaron la blusa y su ropa interior y la golpearon y pisotearon en el pecho, dejándola gravemente herida.
Otro caso es el taboo por hablar de temas sexuales refiriéndose al cuerpo femenino. La caricaturista Atena Farghadani fue encarcelada por un dibujo que representaba a los miembros del Parlamento iraní abriendo debate sobre los derechos reproductivos de las mujeres, que en su país escasean. Fue finalmente liberada, hasta que ella subió un video a YouTube contando cómo la maltrataron en la cárcel y las condiciones insalubres en las que mantenían a los demás presos. Fue nuevamente arrestada por esto y se sometió a una huelga de hambre en la cárcel. Durante este segundo período encarcelada, tuvo un paro cardíaco y más adelante la Corte Revolucionaria la sentenció a doce años y nueve meses de prisión por “confabularse contra la Seguridad Nacional”, “difundir propaganda contra el sistema”, “insultar miembros del Parlamento mediante pinturas” e “insultar a sus interrogadores”.
América Latina, no es la excepción a la regla. La mujer en muchos casos es denigrada y obviada, ni hablar en la industria cultural. Pero el caso de Bolivia es el más estremecedor, dado que tiene más del 70 por ciento de su población siendo católica romana y teniendo mucho que ver con lo que es la violación a la libertad de expresión artística. Muchas de las artistas bolivianas son limitadas por las normas socioculturales y, en algunos casos, son perseguidas y atacadas por las autoridades. Rilda Paco, artista visual, pintó a la virgen vestida en ropa interior roja. Por algo tan simple como pintar, fue amenazada de muerte múltiples veces.
Partiendo del caso de Bolivia, en donde muchas de las artistas son mal vistas por ir en contra de lo que dictamina la religión, en muchos países musulmanes existe lo que sería la policía religiosa. Se trata de cuerpos institucionalizados que refuerzan la moralidad islámica y que, en muchas ocasiones, resultan ser opresores e interfiriendo en la vida privada de las personas, sin mencionar que persiguen o detienen a las personas arbitrariamente en muchos casos. Nahid Afrin, una cantante india de 16 años, fue casi impedida de recibir un premio de música por 46 clérigos musulmanes porque “cantar, así como bailar y los shows de magia, es una actividad no relacionada con Sharia (la ley islámica)”.
Cómo bien indica Freemuse, todavía queda mucho por hacer en lo que parece una eterna lucha por la igualdad de género. Pero empezando por algo tan simple como dejar tocar a una mujer en donde haya hombres presentes no puede ser algo tan difícil. Hay que empezar a tomar más acción y, sobretodo, visibilizar lo que está pasando. La libertad de expresión artística para las mujeres es un gran comienzo para cambiar.
Las mujeres siempre se vieron complicadas a la hora de entrar en el terreno de un hombre. Son menos que ellos o prácticamente invisibles. El problema radica también en, directamente, no dejarlas participar. O incluso peor. Atacarlas, acosarlas, amenazarlas, asesinarlas.
Freemuse una vez más lanzó un informe centrado en esta minoría que es discriminada por su género y documentó todo lo ocurrido en el mundo durante el 2018.
Titulado “Creativity Wronged: How women’s right to artistic freedom is denied and marginalised” (Creatividad reprimida: Cómo el derecho a la libertad artística de las mujeres es denegado y marginalizado), la organización danesa se avocó una vez más en hacer una extensa y exhaustiva investigación de todas las maneras en que las mujeres son privadas de su libertad de expresión artística. Sin embargo, Freemuse aclara que hay tres aspectos en los que no han podido profundizar y que retomarán en próximas investigaciones. Por un lado, todo lo que es el monitoreo de censura, restricciones y acoso vía redes sociales e Internet. Tampoco ahondaron demasiado en el acoso sexual que constantemente sufren no solo las artistas, sino las mujeres que van a eventos culturales en sí. Como los reclamos y denuncias en la mayoría de los casos son ignorados o puestos a un lado, sin tener una clara resolución justa. Por último, no han podido tratar tampoco la muy baja representación de mujeres en el ámbito artístico, ya sea en la grilla de un festival musical o en museos de arte.
No son solo unos cuantos países que impiden la libertad de expresión artística femenina. Son muchos. Demasiados. En Irán, las mujeres no pueden ofrecer solas un recital a los hombres y tampoco pueden producir sus propios álbumes. En Ghana, Burundi y Australia, las mujeres tienen prohibido tocar determinados instrumentos. En India, está prohibido representar "indecentemente" a las mujeres en el arte. Porque representar a los hombres "indecentemente" está bien.
La mayoría de las razones por las cuales las mujeres y sus obras de arte son silenciadas es por la indecencia (un 64 por ciento) y por lo que dicta la religión (19 por ciento). India, Irán y Turquía suelen silenciarlas por ambas razones. El arte en el cual se realizan más actos de censura es en el visual, que es seguido por la música. El 22 por ciento de las violaciones a la libertad artística son realizadas digitalmente y en su mayoría, son amenazas y censuras. No son solo censuradas por usuarios, sino por la web o red social misma.
La lucha por la igualdad de género es una que va lento y que cuesta mucho hasta llegar ahí. Recién en el año 2000 las organizaciones internacionales de derechos humanos comenzaron a hacer algo al respecto. Si bien hubo pequeñas victorias, Freemuse considera que aún queda mucho por hacer, ya que las mujeres siguen siendo calladas, sub-representadas, restringidas y expuestas a comentarios y actitudes sexistas y misóginas. La organización mundial que defiende la libertad de expresión artística no considerará la lucha terminada hasta que la protección a las mujeres sea satisfactoria y eficiente en todo el mundo.
Freemuse además explica que la discriminación hacia las mujeres no se trata sobre el sexo, sino el género. Es una discriminación más bien basada en los roles que la sociedad le atribuye a los géneros y no tanto por su sexo biológico. Es decir, que las mujeres sean excluidas y casi invisibles del ámbito artístico va más allá del simple hecho de haber nacido mujeres. Es lo que la mujer representa para la sociedad. Si una mujer muestra desnudos en una obra de arte o película, es un escándalo. Pero esculturas famosas como la El David en Florencia, son parte de la historia. Lo dijo Alankrita Shrivastava, cineasta india: “Siento que hay mucha discriminación porque no es que en las películas de India no muestran sexualidad, solo que la muestran de forma que sea placentera para los hombres”.
Un caso en especial de violación a la libertad artística es el de Bahia Shehab, artista callejera egipcia e historiadora islámica. No sale a hacer arte callejero desde el 2013 por miedo a que la persigan o ataquen. Pero en el tiempo que sí lo hizo de manera activa, pintaba con graffitis en las paredes un sostén azul. Ella explicó que representaba una situación dolorosa en la que una chica fue atrapada por los militares en una protesta en El Cairo y estos le levantaron la blusa y su ropa interior y la golpearon y pisotearon en el pecho, dejándola gravemente herida.
Otro caso es el taboo por hablar de temas sexuales refiriéndose al cuerpo femenino. La caricaturista Atena Farghadani fue encarcelada por un dibujo que representaba a los miembros del Parlamento iraní abriendo debate sobre los derechos reproductivos de las mujeres, que en su país escasean. Fue finalmente liberada, hasta que ella subió un video a YouTube contando cómo la maltrataron en la cárcel y las condiciones insalubres en las que mantenían a los demás presos. Fue nuevamente arrestada por esto y se sometió a una huelga de hambre en la cárcel. Durante este segundo período encarcelada, tuvo un paro cardíaco y más adelante la Corte Revolucionaria la sentenció a doce años y nueve meses de prisión por “confabularse contra la Seguridad Nacional”, “difundir propaganda contra el sistema”, “insultar miembros del Parlamento mediante pinturas” e “insultar a sus interrogadores”.
América Latina, no es la excepción a la regla. La mujer en muchos casos es denigrada y obviada, ni hablar en la industria cultural. Pero el caso de Bolivia es el más estremecedor, dado que tiene más del 70 por ciento de su población siendo católica romana y teniendo mucho que ver con lo que es la violación a la libertad de expresión artística. Muchas de las artistas bolivianas son limitadas por las normas socioculturales y, en algunos casos, son perseguidas y atacadas por las autoridades. Rilda Paco, artista visual, pintó a la virgen vestida en ropa interior roja. Por algo tan simple como pintar, fue amenazada de muerte múltiples veces.
Partiendo del caso de Bolivia, en donde muchas de las artistas son mal vistas por ir en contra de lo que dictamina la religión, en muchos países musulmanes existe lo que sería la policía religiosa. Se trata de cuerpos institucionalizados que refuerzan la moralidad islámica y que, en muchas ocasiones, resultan ser opresores e interfiriendo en la vida privada de las personas, sin mencionar que persiguen o detienen a las personas arbitrariamente en muchos casos. Nahid Afrin, una cantante india de 16 años, fue casi impedida de recibir un premio de música por 46 clérigos musulmanes porque “cantar, así como bailar y los shows de magia, es una actividad no relacionada con Sharia (la ley islámica)”.
Cómo bien indica Freemuse, todavía queda mucho por hacer en lo que parece una eterna lucha por la igualdad de género. Pero empezando por algo tan simple como dejar tocar a una mujer en donde haya hombres presentes no puede ser algo tan difícil. Hay que empezar a tomar más acción y, sobretodo, visibilizar lo que está pasando. La libertad de expresión artística para las mujeres es un gran comienzo para cambiar.