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30-07-2019

El reclamo por los Derechos de las Mujeres en Documentales

Tres documentales muestran que cualquier mujer es tan capaz como cualquier hombre de realizar lo que se proponga y que la igualdad es algo que se necesita ya. Si bien algunos dan esperanzas y tienen finales felices, otros todavía muestran que hay millones de mujeres muriendo día a día, sin justicia.
Por Dolores Barón

En un mundo donde hay cuestiones insólitas que todavía a esta altura las mujeres deben reclamar día a día, algunos documentalistas los reflejan en distintas situaciones donde se ven distintos casos de mujeres superando adversidades con una alevosa ausencia de derechos humanos, que deberían estar más firmes y consolidados.

El primer documental, “Una Chica en el Río: el Precio del Perdón”, ambientado en Pakistán y realizado por Sharmeen-Obaid Chinoy, un país bastante atrasado en la materia de derechos humanos femeninos, hace el seguimiento de una chica de 18 años, Saba Qaiser, que fue arrojada y golpeada por su tío y su padre por el simple hecho de casarse con quien ella quería y no con quien “debía”. Saba estaba arruinando la reputación de su familia por elegir algo tan personal como con quién quería pasar el resto de su vida. Pero lamentablemente, en su país no funciona así.

Lo que le ocurrió a Saba no fue algo fuera de lo común. De hecho, es tan usual que los llaman “crímenes de honor”. Incluso existía una laguna legal en Pakistán, en donde los que cometían asesinatos a mujeres eran absueltos con un simple perdón de los familiares (o las víctimas mismas en caso de sobrevivir al intento de asesinato). La Comisión de Derechos Humanos de Pakistán registró más de 1000 crímenes de honor en 2015. Pero aún después de “arreglar” esa laguna legal y darles una condena de 25 años a quienes cometieran esos delitos, los asesinatos siguen ocurriendo y no hay algo concreto que lo impida, porque son regiones en donde ya es algo naturalizado. El último que ocurrió (y que se supo) fue en marzo de este año.

La cinta ha recibido el premio Oscar a mejor cortometraje documental y ha visibilizado esta problemática, ayudando (por lo menos un poco) a que muchas mujeres puedan por lo menos pensar en lo que ellas verdaderamente quieren y en sus elecciones diarias y personales.

El siguiente documental transcurre en una realidad totalmente distinta a la que se ve en el anterior, pero contiene los mismos prejuicios: ser mujer. “Knock Down the House” es una cinta que muestra la campaña y el camino que tuvieron que recorrer cuatro mujeres que salen de la nada misma para ir contra las grandes y tradicionales figuras del Congreso estadounidense.

Se trata de Alexandria Ocasio-Cortez, Amy Villela, Cori Bush y Paula Jean Swearengin. Desde abajo y viendo como las consecuencias de un mandato reinado por los mismos de siempre y que no se han preocupado demasiado por mejorar la calidad de vida de las clases trabajadoras, tanto a nivel industrial o ambiental como económico, estas cuatro mujeres se hartaron de la injusticia. El documental no solo muestra como ellas han superado adversidades para poder llegar a dónde están hoy, sino que también muestra los obstáculos que les ponen por el simple hecho de ser mujeres. Hay un ejemplo muy claro cuando Cortez-Ocasio estaba juntando firmas para poder presentarse como candidata, de las cuales necesitaba mil doscientas cincuenta. Pero como iba en contra de Joe Crowley, histórico representante del séptimo y catorceavo distrito de Nueva York, a cada mínimo error o trazo ilegible, ya no contaban la firma. Por ende, tenían que juntar diez mil firmas.

En el documental, la candidata para el oeste de Virginia, Paula Jean Swearengin lo dice: “Nosotras tenemos que trabajar más duro solo por ser mujeres”. Si bien solo resultó ganadora Ocasio-Cortez, se podría decir que el resto de las candidatas seguidas en campaña electoral crearon un impacto. Además, da esperanzas para todas las mujeres de seguir adelante con sus convicciones y el cambio que quieren hacer en su país. La lucha por los derechos humanos comienza desde uno y estas cuatro mujeres demostraron que tranquilamente se puede lograr si uno realmente se lo propone y lucha por eso.

El tercer documental se sitúa en India y China. ¿Qué pueden tener en común estos dos países? (además de pertenecer al continente asiático): El valor que se les da a las mujeres. Tan bajo es su valor, que apenas nacen, en India las sofocan con una toalla húmeda para matarlas. En “Es una chica: las tres palabras más mortales del mundo” retratan a la perfección como las mujeres son vistas como una carga o canje más que una persona. En China e India se trata de “gendercide” (génerocidio) el matar a una persona por su género.

Por la parte de India, las mujeres tienen que entregarle todas sus riquezas a sus futuros maridos y eso resulta en generar pobreza en su familia. Además, si en una familia esperaban un varón y nace una mujer, por lo general, esa mujer será maltratada y abusada. Incluso, muchas mujeres embarazadas se practican abortos clandestinos una vez que (ilegalmente) averiguan el sexo del bebé. Esto es comúnmente llamado “feticidio femenino” o “infanticidio femenino”.  En el documental, el sociólogo Arnald Kumar lo resume perfectamente en una frase: “Les gustan las cuñadas, pero no las hijas”.

Por otro lado, China tiene una política que directamente fomenta el “gendercide”. Se trata de la política de un solo hijo y el romper esa regla (tener más de uno) puede resultar en un aborto forzado o esterilización de parte de las autoridades chinas. Los datos indican que ocurren aproximadamente 13 millones de abortos forzados por año y más de 500 mujeres embarazadas se suicidan para no tener que padecer ese dolor. Sin embargo, hay un reglamento que indica que si tu primer bebé fue mujer, se puede intentar solo una vez más engendrar un hombre. A ese nivel están las mujeres. Culturalmente, las mujeres en China no merecen el mismo respeto y valor que un hombre. 

Dolores Barón
Dolores Barón
Ex-Pasante de CADAL y estudiante de periodismo en la Universidad Del Salvador (USAL)
 
 
 

 
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