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Promoción de la Apertura Política en Cuba
Palabras de la Dra. Hilda Molina en la presentación del libro «Antes que amanezca y otros relatos», de Jorge Olivera Castillo
Vea la presentación de Hilda Molina en video
Para mí constituye un verdadero honor esta oportunidad que me han dado Dios y mis amigos de CADAL de presentar el libro "Antes que Amanezca y otros relatos", escrito en el reino de las tinieblas en que han convertido a mi Patria, por mi amigo Jorge Olivera, prestigioso miembro de la honorable, valiente, digna, calumniada y perseguida disidencia cubana.
Antes de iniciar mi exposición sobre el libro, permítanme unas breves palabras en relación con su autor.
De Jorge Olivera podemos señalar para comenzar, que hablamos de un hijo de ese cincuentenario proceso todavía imperante en Cuba y que algunos aún siguen llamando "Revolución". Jorge Olivera es sin dudas un hijo de la "Revolución" de Fidel Castro pues se trata de un hombre de cuarenta y nueve años, nacido en los albores mismos de tan nefasto proceso. Es posible afirmar también que Jorge Olivera, mestizo, humilde, de inteligencia brillante, muy valiente y de corazón inmenso y noble, es el arquetipo del hombre cubano.
Mi amigo Olivera, al igual que casi todos los cubanos de su generación, en algunas etapas de su vida creyó y hasta confió en las prédicas en las que había sido educado por un gobierno que, violando los más elementales derechos familiares, se arroga la potestad de formar a todos los ciudadanos del país según su ideología foránea e injertada en Cuba a fuerza de terror y de mentiras. El autor incluso participó en Angola en una de las llamadas misiones internacionalistas, que es la hipócrita denominación que Fidel Castro y su régimen han dado a la exportación de subversión a otros países, indigna función ésta que a lo largo de varias décadas cumplieron cual mercenarios de la extinta Unión Soviética. Jorge Olivera trabajó durante algunos años y hasta 1993 como editor de la gubernamental televisión cubana.
El autor del libro que hoy presento nació, creció y fue educado en una isla-cárcel. Nunca conoció ni la libertad social, ni la libertad política, ni la libertad económica. Pero como todos los miembros de la familia humana, traía la condición de hombre libre impresa en los genes y no pudo despojarse de esa condición. Jorge Olivera ama la libertad. Ama tanto esa condición irrenunciable que Dios nos concede a todos los seres humanos cuando nos crea libres; ama tanto la libertad, que en el año 1993 no dudó en integrarse a las filas de la disidencia interna cubana, conociendo que se exponía a las más variadas y crueles manifestaciones de represión física, a la prisión, a la muerte; y a esa arma letal en cuyo uso es experta la dictadura estalinista implantada en Cuba desde hace más de medio siglo: me refiero a los viles métodos de ejecución moral.
Además de sus múltiples, valiosas y pacíficas acciones disidentes, Olivera transformó su rebeldía y sus ansias de libertad en palabras. Y así, al unísono con el cubano disidente, emergió el poeta, el narrador y el periodista, dueño en la actualidad de una obra totalmente comprometida con la libertad de nuestra Cuba, obra ésta que llora y sangra por la agonía de la Patria.
Mi incorporación a la disidencia interna cubana fue casi contemporánea con la de Olivera. Coincidí con él y su esposa Nancy en numerosas reuniones, encuentros, conferencias y otros reprimidos eventos organizados en el ámbito disidente. Conversamos mucho, lo que me dio la posibilidad de palpar directamente su preclara inteligencia, su calidad humana y su genética pasión por la literatura. Y desde el inicio seguí con interés sus trabajos periodísticos, caracterizados por el rigor profesional, el carácter investigativo, la valentía, la cuidada redacción; y la calidad de su prosa siempre rica en metáforas.
Jorge Olivera fue condenado en el 2003 a dieciocho años de prisión por ejercer el periodismo independiente, por revelar al mundo, con absoluta honestidad, la dantesca realidad que vive mi país bajo el yugo estalinista impuesto por un grupo de individuos adictos al poder y que se han autoinvestidos de facultades supradivinas. Debido a serios problemas de salud, en el año 2004 fue "liberado" pero en el contexto de un engendro jurídico llamado Licencia Extrapenal. Aunque actualmente no infravive tras las rejas carcelarias, yo considero que Jorge Olivera no es un ex preso político. Jorge Olivera está preso en Cuba y a merced de las demenciales decisiones de ese grupo depredador de derechos, de libertades, de sueños y de esperanzas.
Por eso me siento muy honrada al presentar el libro de mi querido compatriota y amigo, el preso político cubano Jorge Olivera. Y deseo que mis humildes palabras de presentación constituyan mi más sentido homenaje de respeto y admiración a los presos políticos cubanos y a sus familiares, tanto a los de hoy como a los del pasado.
El libro cuya presentación nos ocupa: "Antes que Amanezca y otros relatos", recoge en ciento treinta y nueve páginas, un total de quince "cuentos". Como el propio autor expone, aunque se trata de relatos de ficción, son realmente un brevísimo resumen de las experiencias vividas, escuchadas o padecidas por él en casi cincuenta años de vida. Olivera intenta definirse a sí mismo y a su libro como "alguien que quiso ponerle letras a las palizas existenciales". Y precisa que debido a que su obra "es una semblanza o un enfoque sobre el cuerpo herido de Cuba, encontramos en ella espanto, horror y situaciones surrealistas", elementos que forman parte de la cotidianidad del pueblo cubano.
Al igual que sucede con mi libro recientemente publicado y titulado "Mi Verdad", los quince relatos que configuran el libro de Jorge Olivera reproducen de forma desgarradora y con hechos concretos, la horrible realidad que ha destrozado a la nación cubana y a sus nobles hijos. Mencionaré sólo algunos elementos de esta realidad recreados en el libro de Olivera:
* En sus relatos, el autor va mostrando con hechos, los descomunales niveles de humillación, degradación y despersonalización a los que los seres humanos que integramos la sociedad cautiva de Cuba, hemos sido sometidos por una horrenda e interminable dictadura de estirpe estalinista que nos secuestra el alma y la conciencia y nos pulveriza la autoestima.
* Los personajes de los relatos van muriendo poco a poco no sólo cada uno de los segundos que viven sumidos en el terror, en la angustia, en la indefensión, en la desesperanza, y en la represión de un estado policial que todo lo prohíbe y todo lo persigue, sino cuando son obligados a fingir, a mentir, y a demostrar amor hacia un sistema al que consciente o subconscientemente rechazan y temen.
* Las innecesarias y gigantescas carencias materiales crónicas del pueblo cubano se reflejan vívidamente en esta obra de Olivera. El hambre, la perpetua insatisfacción de necesidades materiales básicas, la falta de elementos imprescindibles para la higiene incluida el agua, los avatares multiformes en pos de la supervivencia diaria, la destrucción de las viviendas y las edificaciones en general, el estado desastroso de los escasos y modestos recursos con que contamos los cubanos. En fin, la triste historia de todo un pueblo homologado en la miseria, artificialmente convertido en indigente y que malvive con la mano perennemente extendida en espera de recibir la caridad de sus familiares y amigos residentes en el extranjero; o las dádivas humillantes de los turistas que disfrutan en Cuba de todo lo que se niega a los nacionales.
* Olivera relata en su libro el genocidio cometido por el oprobioso régimen cubano contra esa institución básica de la sociedad que es la familia, cuando entre otras terribles medidas, aleja de los hogares por tiempo indefinido a padres, hijos, hermanos, etcétera, obligándolos a participar en movilizaciones militares y en un sinfín de tareas ridículas, absurdas e inútiles. Pero este genocidio ha alcanzado niveles inusitados de crueldad, pues cual el autor expone en uno de sus "cuentos", el régimen de Fidel Castro ha incurrido incluso en el salvajismo de exigir a los padres que delaten a sus propios hijos y viceversa, a los hermanos que se delaten unos a otros, y en una interminable cadena de hechos de barbarie, todos en contra de las familias y en favor de un estado criminalmente fraticida.
* El autor nos presenta ejemplos de la agonía, la desesperación y las tragedias padecidas por los miles y miles (ya millones) de cubanos que han optado por huir de la hermosa tierra donde nacieron, hollada desde hace más de diez lustros por una dictadura implacable que pisotea su dignidad, conculca sus derechos y libertades y termina por asfixiarlos. Y los cubanos han huido, huyen, siguen huyendo…se escapan de esa dictadura, no obstante el peligro real de morir en el intento de llegar a otro destino donde tratarán de iniciar una nueva existencia no pocas veces incierta pero sí libre del yugo opresor.
* Jorge Olivera nos recuerda en sus relatos que vivimos en una Cuba donde el cubano es un ciudadano de última categoría. Nos recuerda una lacerante verdad: que en nuestra hermosa isla el gobierno de Fidel Castro discrimina a los nacionales y privilegia a los extranjeros, no sólo a esos extranjeros casi siempre aventureros de baja estofa que en complicidad con la dictadura comunista explotan a los trabajadores cubanos convertidos en esclavos del siglo XXI, sino que también privilegia a pederastas, proxenetas, traficantes e integrantes de la más variada gama de pervertidos.
* Adentrándonos en los relatos que conforman este libro, podemos identificarnos con la angustia existencial que durante décadas han padecido los homosexuales en Cuba bajo una dictadura radicalmente homofóbica que los ha discriminado, perseguido, ridiculizado, chantajeado, agredido y encarcelado en campamentos de trabajo forzado.
* El autor nos narra descarnadamente la descomposición social de mi país, de ese mismo país en el que Fidel Castro nos prometió que gracias al sacrificio de todos, lograríamos la más sana de las sociedades y formaríamos al llamado "hombre nuevo". Olivera nos ilustra excelentemente sobre el galopante crecimiento del narcotráfico y de la drogadicción en Cuba. Y nos describe el ambiente sórdido de la prostitución que en sus más disímiles variantes contamina hasta el último rincón de nuestra Patria, de esa Patria convertida por la dictadura estalinista en un paraíso del turismo sexual y muy especialmente de los pedófilos procedentes de diversas partes del orbe.
* El autor nos permite palpar cual si la viviéramos, otra variante de descomposición social: la corrupción, esa plaga que corroe las entrañas mismas de Cuba, desde las más altas esferas del gobierno hasta los más humildes ciudadanos. Nos muestra en detalles las prácticas corruptas de los dirigentes de los Comités de Defensa de la Revolución de cada cuadra, la organización gubernamental formada por fisgones y delatores que viven a expensas de extorsionar a sus vecinos. Y nos describe los ampliamente difundidos negocios del mercado negro, incluidas las ventas de artículos procedentes del saqueo de las tumbas y de los cadáveres.
* En síntesis y para finalizar puedo decir que con su libro, mi amigo Jorge Olivera ha logrado tres de los objetivos también alcanzados por mi libro, "Mi Verdad":
-En primer lugar, utilizando personajes de carne y hueso en los que los cubanos nos vemos reflejados, devela no sólo el cincuentenario suplicio del pueblo de Cuba, y la devastación ética, moral, espiritual y material provocada en nuestra Patria por el gobierno de Fidel Castro, sino también, la enfermedad que consume a cada uno de los cubanos y a la sociedad en general como consecuencia de haber vivido más de medio siglo privados de libertad, de la libertad que Dios concede a cada uno de sus hijos cuando nos crea libres.
-En segundo lugar, lanza un grito de alerta sobre la maldad de los regímenes semejantes al implantado en Cuba, y sobre el daño incalculable que estos regímenes son capaces de provocar en cualquier país donde se impongan.
-En tercer lugar, desmiente desde Cuba y de forma categórica y autorizada a los voceros internacionales que no sólo repiten el libreto basado en falsedades elaborado por el régimen cubano, sino que además ponen sus conciencias, sus verbos y sus plumas en función de los perversos intereses de ese régimen; y tratan de presentar como la más perfecta de las revoluciones, a una tenebrosa dictadura estalinista, una de las dictaduras más prolongadas y despiadadas que han asolado a nuestro continente.
Hilda MolinaDoctora en Medicina, graduada con el Primer Expediente de su Curso en la Universidad de la Habana. Es especialista en Neurocirugía, graduada con Excelentísimo Expediente, en el Instituto Nacional de Neurología y Neurocirugía. Se especializa además en Restauración Neurológica. Investigadora Titular de la Academia de Ciencias de Cuba. Cumplió Misión Médica como Neurocirujana en Argelia (1980- 83). En el Instituto Nacional de Neurología y Neurocirugía ocupó los cargos de Jefa del Servicio de Neurocirugía Vascular y Sub-Directora Docente.
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Para mí constituye un verdadero honor esta oportunidad que me han dado Dios y mis amigos de CADAL de presentar el libro "Antes que Amanezca y otros relatos", escrito en el reino de las tinieblas en que han convertido a mi Patria, por mi amigo Jorge Olivera, prestigioso miembro de la honorable, valiente, digna, calumniada y perseguida disidencia cubana.
Antes de iniciar mi exposición sobre el libro, permítanme unas breves palabras en relación con su autor.
De Jorge Olivera podemos señalar para comenzar, que hablamos de un hijo de ese cincuentenario proceso todavía imperante en Cuba y que algunos aún siguen llamando "Revolución". Jorge Olivera es sin dudas un hijo de la "Revolución" de Fidel Castro pues se trata de un hombre de cuarenta y nueve años, nacido en los albores mismos de tan nefasto proceso. Es posible afirmar también que Jorge Olivera, mestizo, humilde, de inteligencia brillante, muy valiente y de corazón inmenso y noble, es el arquetipo del hombre cubano.
Mi amigo Olivera, al igual que casi todos los cubanos de su generación, en algunas etapas de su vida creyó y hasta confió en las prédicas en las que había sido educado por un gobierno que, violando los más elementales derechos familiares, se arroga la potestad de formar a todos los ciudadanos del país según su ideología foránea e injertada en Cuba a fuerza de terror y de mentiras. El autor incluso participó en Angola en una de las llamadas misiones internacionalistas, que es la hipócrita denominación que Fidel Castro y su régimen han dado a la exportación de subversión a otros países, indigna función ésta que a lo largo de varias décadas cumplieron cual mercenarios de la extinta Unión Soviética. Jorge Olivera trabajó durante algunos años y hasta 1993 como editor de la gubernamental televisión cubana.
El autor del libro que hoy presento nació, creció y fue educado en una isla-cárcel. Nunca conoció ni la libertad social, ni la libertad política, ni la libertad económica. Pero como todos los miembros de la familia humana, traía la condición de hombre libre impresa en los genes y no pudo despojarse de esa condición. Jorge Olivera ama la libertad. Ama tanto esa condición irrenunciable que Dios nos concede a todos los seres humanos cuando nos crea libres; ama tanto la libertad, que en el año 1993 no dudó en integrarse a las filas de la disidencia interna cubana, conociendo que se exponía a las más variadas y crueles manifestaciones de represión física, a la prisión, a la muerte; y a esa arma letal en cuyo uso es experta la dictadura estalinista implantada en Cuba desde hace más de medio siglo: me refiero a los viles métodos de ejecución moral.
Además de sus múltiples, valiosas y pacíficas acciones disidentes, Olivera transformó su rebeldía y sus ansias de libertad en palabras. Y así, al unísono con el cubano disidente, emergió el poeta, el narrador y el periodista, dueño en la actualidad de una obra totalmente comprometida con la libertad de nuestra Cuba, obra ésta que llora y sangra por la agonía de la Patria.
Mi incorporación a la disidencia interna cubana fue casi contemporánea con la de Olivera. Coincidí con él y su esposa Nancy en numerosas reuniones, encuentros, conferencias y otros reprimidos eventos organizados en el ámbito disidente. Conversamos mucho, lo que me dio la posibilidad de palpar directamente su preclara inteligencia, su calidad humana y su genética pasión por la literatura. Y desde el inicio seguí con interés sus trabajos periodísticos, caracterizados por el rigor profesional, el carácter investigativo, la valentía, la cuidada redacción; y la calidad de su prosa siempre rica en metáforas.
Jorge Olivera fue condenado en el 2003 a dieciocho años de prisión por ejercer el periodismo independiente, por revelar al mundo, con absoluta honestidad, la dantesca realidad que vive mi país bajo el yugo estalinista impuesto por un grupo de individuos adictos al poder y que se han autoinvestidos de facultades supradivinas. Debido a serios problemas de salud, en el año 2004 fue "liberado" pero en el contexto de un engendro jurídico llamado Licencia Extrapenal. Aunque actualmente no infravive tras las rejas carcelarias, yo considero que Jorge Olivera no es un ex preso político. Jorge Olivera está preso en Cuba y a merced de las demenciales decisiones de ese grupo depredador de derechos, de libertades, de sueños y de esperanzas.
Por eso me siento muy honrada al presentar el libro de mi querido compatriota y amigo, el preso político cubano Jorge Olivera. Y deseo que mis humildes palabras de presentación constituyan mi más sentido homenaje de respeto y admiración a los presos políticos cubanos y a sus familiares, tanto a los de hoy como a los del pasado.
El libro cuya presentación nos ocupa: "Antes que Amanezca y otros relatos", recoge en ciento treinta y nueve páginas, un total de quince "cuentos". Como el propio autor expone, aunque se trata de relatos de ficción, son realmente un brevísimo resumen de las experiencias vividas, escuchadas o padecidas por él en casi cincuenta años de vida. Olivera intenta definirse a sí mismo y a su libro como "alguien que quiso ponerle letras a las palizas existenciales". Y precisa que debido a que su obra "es una semblanza o un enfoque sobre el cuerpo herido de Cuba, encontramos en ella espanto, horror y situaciones surrealistas", elementos que forman parte de la cotidianidad del pueblo cubano.
Al igual que sucede con mi libro recientemente publicado y titulado "Mi Verdad", los quince relatos que configuran el libro de Jorge Olivera reproducen de forma desgarradora y con hechos concretos, la horrible realidad que ha destrozado a la nación cubana y a sus nobles hijos. Mencionaré sólo algunos elementos de esta realidad recreados en el libro de Olivera:
* En sus relatos, el autor va mostrando con hechos, los descomunales niveles de humillación, degradación y despersonalización a los que los seres humanos que integramos la sociedad cautiva de Cuba, hemos sido sometidos por una horrenda e interminable dictadura de estirpe estalinista que nos secuestra el alma y la conciencia y nos pulveriza la autoestima.
* Los personajes de los relatos van muriendo poco a poco no sólo cada uno de los segundos que viven sumidos en el terror, en la angustia, en la indefensión, en la desesperanza, y en la represión de un estado policial que todo lo prohíbe y todo lo persigue, sino cuando son obligados a fingir, a mentir, y a demostrar amor hacia un sistema al que consciente o subconscientemente rechazan y temen.
* Las innecesarias y gigantescas carencias materiales crónicas del pueblo cubano se reflejan vívidamente en esta obra de Olivera. El hambre, la perpetua insatisfacción de necesidades materiales básicas, la falta de elementos imprescindibles para la higiene incluida el agua, los avatares multiformes en pos de la supervivencia diaria, la destrucción de las viviendas y las edificaciones en general, el estado desastroso de los escasos y modestos recursos con que contamos los cubanos. En fin, la triste historia de todo un pueblo homologado en la miseria, artificialmente convertido en indigente y que malvive con la mano perennemente extendida en espera de recibir la caridad de sus familiares y amigos residentes en el extranjero; o las dádivas humillantes de los turistas que disfrutan en Cuba de todo lo que se niega a los nacionales.
* Olivera relata en su libro el genocidio cometido por el oprobioso régimen cubano contra esa institución básica de la sociedad que es la familia, cuando entre otras terribles medidas, aleja de los hogares por tiempo indefinido a padres, hijos, hermanos, etcétera, obligándolos a participar en movilizaciones militares y en un sinfín de tareas ridículas, absurdas e inútiles. Pero este genocidio ha alcanzado niveles inusitados de crueldad, pues cual el autor expone en uno de sus "cuentos", el régimen de Fidel Castro ha incurrido incluso en el salvajismo de exigir a los padres que delaten a sus propios hijos y viceversa, a los hermanos que se delaten unos a otros, y en una interminable cadena de hechos de barbarie, todos en contra de las familias y en favor de un estado criminalmente fraticida.
* El autor nos presenta ejemplos de la agonía, la desesperación y las tragedias padecidas por los miles y miles (ya millones) de cubanos que han optado por huir de la hermosa tierra donde nacieron, hollada desde hace más de diez lustros por una dictadura implacable que pisotea su dignidad, conculca sus derechos y libertades y termina por asfixiarlos. Y los cubanos han huido, huyen, siguen huyendo…se escapan de esa dictadura, no obstante el peligro real de morir en el intento de llegar a otro destino donde tratarán de iniciar una nueva existencia no pocas veces incierta pero sí libre del yugo opresor.
* Jorge Olivera nos recuerda en sus relatos que vivimos en una Cuba donde el cubano es un ciudadano de última categoría. Nos recuerda una lacerante verdad: que en nuestra hermosa isla el gobierno de Fidel Castro discrimina a los nacionales y privilegia a los extranjeros, no sólo a esos extranjeros casi siempre aventureros de baja estofa que en complicidad con la dictadura comunista explotan a los trabajadores cubanos convertidos en esclavos del siglo XXI, sino que también privilegia a pederastas, proxenetas, traficantes e integrantes de la más variada gama de pervertidos.
* Adentrándonos en los relatos que conforman este libro, podemos identificarnos con la angustia existencial que durante décadas han padecido los homosexuales en Cuba bajo una dictadura radicalmente homofóbica que los ha discriminado, perseguido, ridiculizado, chantajeado, agredido y encarcelado en campamentos de trabajo forzado.
* El autor nos narra descarnadamente la descomposición social de mi país, de ese mismo país en el que Fidel Castro nos prometió que gracias al sacrificio de todos, lograríamos la más sana de las sociedades y formaríamos al llamado "hombre nuevo". Olivera nos ilustra excelentemente sobre el galopante crecimiento del narcotráfico y de la drogadicción en Cuba. Y nos describe el ambiente sórdido de la prostitución que en sus más disímiles variantes contamina hasta el último rincón de nuestra Patria, de esa Patria convertida por la dictadura estalinista en un paraíso del turismo sexual y muy especialmente de los pedófilos procedentes de diversas partes del orbe.
* El autor nos permite palpar cual si la viviéramos, otra variante de descomposición social: la corrupción, esa plaga que corroe las entrañas mismas de Cuba, desde las más altas esferas del gobierno hasta los más humildes ciudadanos. Nos muestra en detalles las prácticas corruptas de los dirigentes de los Comités de Defensa de la Revolución de cada cuadra, la organización gubernamental formada por fisgones y delatores que viven a expensas de extorsionar a sus vecinos. Y nos describe los ampliamente difundidos negocios del mercado negro, incluidas las ventas de artículos procedentes del saqueo de las tumbas y de los cadáveres.
* En síntesis y para finalizar puedo decir que con su libro, mi amigo Jorge Olivera ha logrado tres de los objetivos también alcanzados por mi libro, "Mi Verdad":
-En primer lugar, utilizando personajes de carne y hueso en los que los cubanos nos vemos reflejados, devela no sólo el cincuentenario suplicio del pueblo de Cuba, y la devastación ética, moral, espiritual y material provocada en nuestra Patria por el gobierno de Fidel Castro, sino también, la enfermedad que consume a cada uno de los cubanos y a la sociedad en general como consecuencia de haber vivido más de medio siglo privados de libertad, de la libertad que Dios concede a cada uno de sus hijos cuando nos crea libres.
-En segundo lugar, lanza un grito de alerta sobre la maldad de los regímenes semejantes al implantado en Cuba, y sobre el daño incalculable que estos regímenes son capaces de provocar en cualquier país donde se impongan.
-En tercer lugar, desmiente desde Cuba y de forma categórica y autorizada a los voceros internacionales que no sólo repiten el libreto basado en falsedades elaborado por el régimen cubano, sino que además ponen sus conciencias, sus verbos y sus plumas en función de los perversos intereses de ese régimen; y tratan de presentar como la más perfecta de las revoluciones, a una tenebrosa dictadura estalinista, una de las dictaduras más prolongadas y despiadadas que han asolado a nuestro continente.