Diálogo Latino Cubano
Promoción de la Apertura Política en Cuba
La Fuerza Y
La retención y los malos tratos con Yoani Sánchez, ocurrió –cruel paradoja- cuando ella caminaba junto a unos amigos para participar de una marcha contra la violencia. Esto pone en evidencia la debilidad del régimen de los hermanos Castro y la fuerza simbólica que va adquiriendo dentro de la isla un movimiento que exige mayores libertades, entre los cuales se inscribe Yoani. Se trata de la fuerza Y.Por Andrés Cañizález
El 7 de noviembre estuvo retenida y fue golpeada en La Habana la bloguera
Yoani Sánchez. Su blog “Generación Y” cuenta las visitas por millones, desde
distintos lugares del planeta, y ha sido ampliamente reconocido, pero aún así no
es la primera vez que su autora sufre en carne propia la represión.
Sánchez se ha visto impedida de salir de Cuba en dos oportunidades en el
último año, pese a que en ambas ocasiones se trataba de ir a recoger simbólicos
premios como el Ortega y Gasset (España), uno de los más emblemáticos de
Iberoamérica, y el galardón María Moors Cabot (Universidad de Columbia, Estados
Unidos).
La retención y los malos tratos con Sánchez, por tres presuntos policías,
pues nunca se identificaron como tales, ocurrió –cruel paradoja- cuando ella
caminaba junto a unos amigos para participar de una marcha contra la violencia.
“Ironías de la vida, fue una tarde cargada de golpes, gritos y malas palabras la
que debió transcurrir como una jornada de paz y concordia", escribió Sánchez en
su blog, y eso se convirtió en una noticia que rápidamente le dio la vuelta al
mundo y desencadenó centenares de reacciones de repudio.
Sánchez, según reporta El País de España desde la isla, no era organizadora
de esta manifestación y pretendía asistir para “reportar”. La bloguera confirmó
que es la primera vez que le sucede algo así y que a su juicio este hecho no se
debe a que ella ha "traspasado una línea", sino que en su opinión está
relacionado "a la desesperación del régimen por el movimiento de expresiones
civiles de protesta, que cada vez es mayor". "Es una manifestación de impotencia
e intolerancia", aseguró.
Un hecho como este pone en evidencia por un lado la debilidad del régimen de
los hermanos Castro que debe apelar sistemáticamente a la represión, mientras
que por otra parte –y no es un asunto menor- pone en el tapete la fuerza
simbólica que va adquiriendo dentro de la isla un movimiento que exige mayores
libertades, entre los cuales se inscribe Yoani. Se trata de la fuerza Y.
Para que nos ubiquemos en contexto. Yoani es acosada e impedida de salir del
país. ¿En qué consiste su actividad para que le preocupe tanto al gobierno?
Básicamente escribe un blog, una bitácora personal, con sus percepciones (que
podrían ser las de su generación, gente joven no identificada con el régimen)
sobre la vida cotidiana en Cuba. ¿Cuál era la manifestación que el gobierno
impidió cubrir a Yoani? La inusual protesta en Cuba contra la violencia congregó
a unas 60 personas. Según El País, “los manifestantes han dado vueltas por
algunos minutos, no realizaron discursos y se fueron sin incidentes”.
Cuando se ven estas dimensiones, en términos numéricos son mínimas, pero
adquieren relevancia en su dimensión política. Estamos presenciando, gracias al
poder de Internet, cómo poco a poco se va acabando con la pretendida unanimidad
del régimen cubano, y cómo a pesar de la represión directa y velada, unos
jóvenes cubanos salen públicamente a exponer sus puntos de vista a contrapelo de
la versión oficial.
Estamos ante lo que ya escribíamos en marzo pasado: el muro se ha corrido. La
expresión no es nuestra, es de la propia Yoani.
A fines de octubre, Yoani junto a otros blogueros críticos protagonizaron
otro hecho que habla de la catadura represiva del gobierno cubano. La revista
Temas, que se presenta presuntamente como un espacio para el debate plural,
organizó una discusión sobre el uso de Internet, pero justamente se les impidió
la entrada a los contestatarios. Con disfraz y peluca Yoani logró ingresar al
salón y pudo denunciar la censura gubernamental, producto de una intolerancia a
la crítica pública.
En marzo recogíamos este testimonio de Yoani, en una entrevista con el
suplemento Siete Dìas de El Nacional, en Caracas. Ante la pregunta sobre si
Cuba, su país, estaba igual que hace 20 años en materia de libertades, la
bloguera respondió: “No lo creo. A mi me gusta utilizar la metáfora del muro. El
muro se ha corrido, ya no está en el lugar de antes. No ha cambiado de lugar por
la voluntad de quienes nos gobiernan, ellos no han corrido el muro para darnos
espacio. Lo hemos empujado nosotros. Lo veo por ejemplo en lo que hace la banda
de rock punk Porno para Ricardo, u otros blogueros que ponen su nombre y
apellido y su carnet de identidad y eso era impensable hace 20 años. ¿Qué quiere
decir eso? Que todos los que se han sacrificado antes han logrado abrir espacios
para nosotros”.
Este cambio con implicaciones políticas y simbólicas está relacionado
estrechamente con la irrupción de las nuevas tecnologías de comunicación, y en
especial con el rol de Internet. Hace escasos años la posibilidad de que una
cubana escribiera sobre cómo son sus días en la isla, habría tenido un impacto
menor y muchas más dificultades para darse a conocer. Hoy lo que Yoani escribe
puede ser leído en el mundo entero (8 millones de visitas al mes), aunque
paradójicamente el acceso a Internet sigue bastante restringido dentro de Cuba y
controlado por el Estado.
Efectivamente el muro se ha corrido, y tal vez por esa razón la última
frontera de la censura está justamente en el campo de las nuevas tecnologías, en
el que se libra una batalla por las libertades; es un campo en el cual gobiernos
como el de Cuba (restringiendo el número de usuarios) o el de China
(restringiendo el contenido de las páginas de Internet) han perdido el control
absoluto de otrora.
Andrés CañizálezConsejero AcadémicoVenezolano. Periodista y doctor en Ciencia Política. Investigador Titular de la Universidad Católica Andrés Bello (UCAB, Venezuela) entre 2003 y 2020. Fundador y director de Medianálisis, organización dedicada a la promoción del periodismo independiente, y de Cotejo.Info, el primer medio de fact-checking de Venezuela. Escribe regularmente en los portales de noticias y análisis El Estímulo y Diario de Cuba. Viene haciendo seguimiento del tema migratorio con las iniciativas Radio Migrante, que muestra historias de resiliencia de migrantes venezolanos en diferentes lugares del mundo, y Monitor Migración, una ventana con datos y noticias sobre el éxodo venezolano. Está vinculado a CADAL, desde el año 2007, como consejero académico.
El 7 de noviembre estuvo retenida y fue golpeada en La Habana la bloguera Yoani Sánchez. Su blog “Generación Y” cuenta las visitas por millones, desde distintos lugares del planeta, y ha sido ampliamente reconocido, pero aún así no es la primera vez que su autora sufre en carne propia la represión.
Sánchez se ha visto impedida de salir de Cuba en dos oportunidades en el último año, pese a que en ambas ocasiones se trataba de ir a recoger simbólicos premios como el Ortega y Gasset (España), uno de los más emblemáticos de Iberoamérica, y el galardón María Moors Cabot (Universidad de Columbia, Estados Unidos).
La retención y los malos tratos con Sánchez, por tres presuntos policías, pues nunca se identificaron como tales, ocurrió –cruel paradoja- cuando ella caminaba junto a unos amigos para participar de una marcha contra la violencia. “Ironías de la vida, fue una tarde cargada de golpes, gritos y malas palabras la que debió transcurrir como una jornada de paz y concordia", escribió Sánchez en su blog, y eso se convirtió en una noticia que rápidamente le dio la vuelta al mundo y desencadenó centenares de reacciones de repudio.
Sánchez, según reporta El País de España desde la isla, no era organizadora de esta manifestación y pretendía asistir para “reportar”. La bloguera confirmó que es la primera vez que le sucede algo así y que a su juicio este hecho no se debe a que ella ha "traspasado una línea", sino que en su opinión está relacionado "a la desesperación del régimen por el movimiento de expresiones civiles de protesta, que cada vez es mayor". "Es una manifestación de impotencia e intolerancia", aseguró.
Un hecho como este pone en evidencia por un lado la debilidad del régimen de los hermanos Castro que debe apelar sistemáticamente a la represión, mientras que por otra parte –y no es un asunto menor- pone en el tapete la fuerza simbólica que va adquiriendo dentro de la isla un movimiento que exige mayores libertades, entre los cuales se inscribe Yoani. Se trata de la fuerza Y.
Para que nos ubiquemos en contexto. Yoani es acosada e impedida de salir del país. ¿En qué consiste su actividad para que le preocupe tanto al gobierno? Básicamente escribe un blog, una bitácora personal, con sus percepciones (que podrían ser las de su generación, gente joven no identificada con el régimen) sobre la vida cotidiana en Cuba. ¿Cuál era la manifestación que el gobierno impidió cubrir a Yoani? La inusual protesta en Cuba contra la violencia congregó a unas 60 personas. Según El País, “los manifestantes han dado vueltas por algunos minutos, no realizaron discursos y se fueron sin incidentes”.
Cuando se ven estas dimensiones, en términos numéricos son mínimas, pero adquieren relevancia en su dimensión política. Estamos presenciando, gracias al poder de Internet, cómo poco a poco se va acabando con la pretendida unanimidad del régimen cubano, y cómo a pesar de la represión directa y velada, unos jóvenes cubanos salen públicamente a exponer sus puntos de vista a contrapelo de la versión oficial.
Estamos ante lo que ya escribíamos en marzo pasado: el muro se ha corrido. La expresión no es nuestra, es de la propia Yoani.
A fines de octubre, Yoani junto a otros blogueros críticos protagonizaron otro hecho que habla de la catadura represiva del gobierno cubano. La revista Temas, que se presenta presuntamente como un espacio para el debate plural, organizó una discusión sobre el uso de Internet, pero justamente se les impidió la entrada a los contestatarios. Con disfraz y peluca Yoani logró ingresar al salón y pudo denunciar la censura gubernamental, producto de una intolerancia a la crítica pública.
En marzo recogíamos este testimonio de Yoani, en una entrevista con el suplemento Siete Dìas de El Nacional, en Caracas. Ante la pregunta sobre si Cuba, su país, estaba igual que hace 20 años en materia de libertades, la bloguera respondió: “No lo creo. A mi me gusta utilizar la metáfora del muro. El muro se ha corrido, ya no está en el lugar de antes. No ha cambiado de lugar por la voluntad de quienes nos gobiernan, ellos no han corrido el muro para darnos espacio. Lo hemos empujado nosotros. Lo veo por ejemplo en lo que hace la banda de rock punk Porno para Ricardo, u otros blogueros que ponen su nombre y apellido y su carnet de identidad y eso era impensable hace 20 años. ¿Qué quiere decir eso? Que todos los que se han sacrificado antes han logrado abrir espacios para nosotros”.
Este cambio con implicaciones políticas y simbólicas está relacionado estrechamente con la irrupción de las nuevas tecnologías de comunicación, y en especial con el rol de Internet. Hace escasos años la posibilidad de que una cubana escribiera sobre cómo son sus días en la isla, habría tenido un impacto menor y muchas más dificultades para darse a conocer. Hoy lo que Yoani escribe puede ser leído en el mundo entero (8 millones de visitas al mes), aunque paradójicamente el acceso a Internet sigue bastante restringido dentro de Cuba y controlado por el Estado.
Efectivamente el muro se ha corrido, y tal vez por esa razón la última frontera de la censura está justamente en el campo de las nuevas tecnologías, en el que se libra una batalla por las libertades; es un campo en el cual gobiernos como el de Cuba (restringiendo el número de usuarios) o el de China (restringiendo el contenido de las páginas de Internet) han perdido el control absoluto de otrora.