Derechos Humanos y
Solidaridad Democrática Internacional

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Monitoreo de la gobernabilidad democrática

16-12-2003

Presentación de Néstor Scibona

Reunión del Ciclo de Análisis Político y Económico que se realizó el día martes 16 de diciembre 2003 en la sede de CADAL.

Como la economía está muy ligada a la política, la exposición de Carlos Gervasoni me simplificó algunos puntos que voy a tocar mucho más rápido. Para 2004 la economía pinta mucho menos complicada que la política. ¿Por qué? Porque hay margen para que la reactivación siga avanzando y esto evita mayores conflictos sociales y esto es un handicap para el gobierno. Ahora, hay que ver el año 2004 como un año de transición porque las dudas que van a empezar a surgir es cuál es la velocidad de crecimiento que va a tener la economía a partir del año 2005.

¿Por qué digo que la política influye mucho en la economía? Porque se terminaron las elecciones, se terminaron algunas puestas en escena política y yo creo que desde el punto de vista económico, de ahora en más las decisiones van a tomarse básicamente en dos aspectos, los dos mencionados por Carlos Gervasoni en alguna forma. Una, si el gobierno ahora que no tiene una necesidad electoral inmediata en los próximos dos años, va a girar hacia un mayor realismo en la economía y si abandona este doble discurso que es populista en materia política y difuso, cuando menos intervencionista, en materia económica.

El segundo aspecto al que yo le daría mucha importancia es lo que yo llamaría el control de la política cuando se traslada a la calle. Prácticamente enfrentamientos con organizaciones piqueteras, o también el mayor protagonismo sindical, que en la medida en que la economía vaya reactivándose es muy probable que empiecen a aparecer reclamos de los que en Argentina nos estamos olvidando pero después de la explosión de pobreza que hubo en los últimos años, y la recuperación de algunos sectores, es muy lógico prever la reaparición de conflictos.

Entonces, en lo formal diría que las condiciones de gobernabilidad del gobierno han mejorado fenomenalmente. El peronismo controla las dos cámaras legislativas, la mayoría de las gobernaciones provinciales, pero lo que hay que ver es cuál es el control de la gobernabilidad cuando surgen problemas callejeros y ahí yo creo que hay una discusión pendiente, un acuerdo pendiente hacia dentro del peronismo con el conflicto latente entre Kirchner y el peronismo bonaerense, y por otro lado, fijar una serie de reglas de juego que encaucen una serie de reglas sociales si bien uno está viendo el cambio de discurso hacia un mayor realismo, de todos los protagonistas. Recordemos, sin ir más lejos que Duhalde hace un año decía que si no fuera Presidente sería piquetero, Kirchner decía que la Constitución hay que leerla entera, que las protestas no se pueden condenar si uno no mira las causas de las protestas y ahí yo creo que lo que ha marcado el hueco es el cambio de la opinión pública. Como suele ocurrir, la opinión pública en la Argentina va por delante, o la sociedad va antes de los dirigentes. Lo que han percibido los dirigentes es que la percepción social hacia la protesta de los piqueteros, que yo los separaría muy claramente de las necesidades sociales de un conjunto muy grande de la población que necesita algún tipo de subsidio para vivir, pero separarlo del activismo político financiado con recursos públicos. Decía que el cambio que ahí se percibe está marcado por la misma sociedad. No sé si ustedes vieron, hace poco, una encuesta de Zuleta Puceiro. La percepción de la sociedad que está de acuerdo con los piqueteros bajó de 22 por ciento en enero a 3,9 por ciento en noviembre. Y quienes piensan que las protestas del activismo político más duro pasó del 42 al 87 por ciento, de enero a noviembre, menos de once meses. Yo creo que esto está explicando parte del cambio de actitud del oficialismo con respecto al tema.

Voy rápido con algunos temas. No parece haber en el horizonte inmediato perspectivas de una guerra entre Kirchner y Duhalde, sí vamos a ver escaramuzas. Kirchner ha dividido el frente piquetero pero por otro lado el sistema es intrínsecamente perverso y creo que eso es lo que vamos a ver hacer en el año 2004, porque hasta ahora toda protesta se ha calmado con la asignación de fondos. Si uno mira el universo de los planes sociales en la Argentina, hay 2.200.000 beneficiarios que le cuestan al presupuesto, nada más y nada menos que 3.800 millones de pesos, esto es más que el presupuesto de Defensa y Seguridad juntos para tener una idea. De esos 3.800 millones de pesos o 2 millones 200 mil beneficiarios se calcula, y esto con datos oficiales, que 150 mil subsidios los manejan organizaciones piqueteras. Si uno lo multiplica por 150 pesos y por doce meses eso significa el manejo de 270 millones de pesos por año y esto explica el poder estas organizaciones y cómo lo que conviene es que se multipliquen desde el punto de vista piquetero.

Si el señor que hace lío recibe plata, yo que no recibo plata voy a tratar de hacer más lío que el señor, lo cual va a motivar que él haga lo propio y si no hay un punto de ruptura y cambio de acción en la modalidad esto es un problema que va a crecer geométricamente. Creo que en el gobierno ahora lo están entendiendo más allá de la decisión de no reprimir, que me parece muy bien. Parece mentira que en un problema de esta magnitud las opciones sean salir a ametrallar gente o no hacer nada. Hay un campo para la política que todavía no se ha aprovechado, al menos para fijar ciertas reglas de juego.  Es decir, bueno, "quieren cortar un puente, me habilitan un carril para que pase la gente". Si una avenida tiene cuatro carriles, la protesta ocupa uno. Eso, habiendo un acuerdo político, en el cual yo creo que hay que poner necesariamente los medios de difusión, eso sería factible de ser alcanzado y tendría apoyo de la opinión pública por ahora, dentro de unos meses no lo sabemos.

Vamos ya más derecho a la economía pero porque este es un hecho que va a ver que monitorear permanentemente en el año 2004, cuál es la actitud del gobierno frente a los grupos más radicalizados. Fíjense que hay manifestaciones de grupos que son sellos de goma. El Partido Obrero en las elecciones porteñas sacó 4.500 votos. Debe ser más o menos la misma cantidad de gente que uno ve en las manifestaciones del Partido Obrero en la calle, o sea están todos ahí, pero no es que sea un factor de poder más allá de la presión y esto está financiado con fondos públicos. Este es un tema que hay que monitorear. El otro, la situación del sector sindical donde se están viendo reacomodamientos, incluso, creo que en algún momento el apoyo que el gobierno le da a Moyano, no sólo frente a los gordos de la CGT sino también para tener una fuerza de choque campal si se le complica la cuestión piquetera y acá también hubo una división con D'Elía.

Ahora paso a hablar de la economía pero creo que estos temas van a estar absolutamente relacionados con la confianza en el tema económico y acá yo creo que está la segunda gran cuestión que hay que tener en cuenta. La inversión en la Argentina está yendo detrás de la reactivación en la economía, lo cual va a ser que una vez que se agote el efecto rebote después de la caída fuertísima de 200o, 2001, las posibilidades que la economía argentina tenga un crecimiento alto y permanente se complican, sobre todo mientras el gobierno siga usando el  primer discurso idealista de los primeros tramos de la gestión donde veía a las empresas privadas como los grandes enemigos del país. Esto está cambiando.

Lo que también hay que empezar a ver es la diferencia entre el discurso del gobierno hacia la economía y lo que se ve en la economía. Claramente este no es el gobierno intervencionista y dirigista del año 73. Recuérdense que en el año 73, cuando Perón vuelve al país la política económica fue congelar los precios, aumentar los salarios y emitir moneda sin control lo cual provocó el estallido que fue la primera etapa que destapó Goméz Morales y después Celestino Rodrígo. Estamos lejos de esa economía. Este es un gobierno que no sólo tiene equilibrio fiscal sino que también tiene superávit fiscal y ha sido tolerado por la sociedad que en el 2001 rechazaba el déficit cero y ahora la sociedad implícitamente apoya el superávit tres. O sea que conceptualmente hay una mejora y lo que se ha reservado, creo que la forma en que lo ha hecho hasta ahora con bastante razón, es el manejo de los pisos salariales, sin lo cual la recuperación de la economía sería mucho más lenta. El gran problema es una razón estructural, que el 40 por ciento de los salarios de la Argentina, o más del 40 por ciento, están en negro, con lo cual la posibilidad de intervenir del gobierno es mucho más baja. Creo que ahí la política es decir, damos señales, indicamos la elevación de un piso salarial y hacemos la vista gorda con todo lo demás.

No es lo ideal pero al menos marca un camino de que no va a haber un intervencionismo al extremo en la Argentina. Esto está permitiendo que como el gobierno y el ministerio de Economía han actuado, básicamente, sobre la demanda, que el nivel de actividad siga recuperándose pero en forma más generalizada. Nosotros si veíamos la economía en el año pasado decíamos: bueno, "la reactivación la están motorizando las exportaciones del campo y todo lo que son industrias que sustituyen importaciones", cosa que era absolutamente cierta. A partir de fin del 2002 y principios de este año, lo que se ve es que la gente está perdiendo el pánico y alguna plata está saliendo de los colchones y las cajas de seguridad y eso se está viendo en algunos sectores que dependen de la demanda interna, claramente construcción, algo de turismo interno, también se está viendo en comercio y servicios, en estos últimos tiempos.

¿Cuáles son los sectores más rezagados de todas formas? Aquellos que tienen que ver con los bienes de consumo durables donde hay dos razones: la gente saca un poquito del colchón, no toda, y por otro lado en los 90 hubo un re-equipamiento bastante fuerte, no sólo a nivel empresario sino también a nivel de las familias, quien no cambió el auto cambió la heladera, el televisor, no hay una necesidad de renovación que este postergada. La reactivación que se está viendo en estos sectores de consumo está más asociada a una tímida recuperación del crédito donde claramente se ve que se están cubriendo algunas necesidades postergadas de consumo, básicamente créditos personales y prendarios es lo que explica la mayor parte del escasísimo crecimiento del crédito hoy en la Argentina.

Por otro lado esta política de elevar los pisos salariales más algunas recomposiciones de sueldos en sectores a los que les está yendo mejor, y más horas trabajadas porque hay sectores industriales que están trabajando prácticamente al tope de la capacidad instalada, ha hecho que aumente la masa salarial y esto esté provocando una reactivación del consumo interno.

Coincido con Carlos Gervasoni en que la política fiscal de este gobierno ha sido muy prudente. No hay antecedentes de un superávit primario del 3 por ciento, esto es, antes del pago de la deuda. En las últimas décadas en la Argentina y esto daría la impresión de que Kirchner lo hace por necesidad pero también por convicción porque sus antecedentes como administrador en la provincia de Santa Cruz son similares. Si de algo tenía fama Kirchner en la provincia de Santa Cruz es que fue un buen administrador. En todo caso los cuestionamientos vienen más por el lado de la política y su tendencia al autoritarismo.

Ahora, lo que está claro también es que para Kirchner, el superávit del tres por ciento es piso y techo a la vez. La plata que le sobra se va a dedicar a gastarla, no a tener más colchón para negociar con el Fondo Monetario cuando haya que definir las metas fiscales para el 2005. Porque recordemos que el acuerdo con el Fondo define la meta fiscal para el año próximo y después se verá y esta es una de las grandes luces amarillas que hoy están encendidas. Con un superávit primario del tres por ciento y aún cuando no se complete la renegociación de la deuda que está en default los recursos de la Argentina no alcanzan para cubrir las obligaciones de la deuda nueva que empiezan a vencer a partir del 2005, y este es uno de los grandes interrogantes.

Entonces yo decía que el 2004 va a ser un año de transición, en el 2004 no vamos a ver problemas que estallen pero sí vamos a ver el camino de ida hacia algunos problemas que sí pueden surgir a partir del 2005. Claramente la apuesta del gobierno es seguir ganando tiempo y que el crecimiento de la economía vaya generando más recursos para decidir qué hacer.

Con la política monetaria, en cambio hay algunas dudas mayores. El gobierno está claramente tratando de sostener el dólar pero esto lo hace comprar cada vez más cantidad de divisas y volcar más pesos a la economía. Cada vez yo encuentro menos economistas que expliquen cómo esta expansión monetaria no se está trasladando a los precios. Ahí hay una luz amarilla porque en esto en Argentina tenemos suficiente experiencia de que en algún momento todos los que venden dólares los pueden empezar a pedírselos al Banco Central y ahí también se complica la cuestión precios en una economía que está pinchada con alfileres y que está tratando de recuperar niveles mínimos de consumo. No nos olvidemos de eso. Uno también puede decir que la magnitud de lo que representan los subsidios sociales como decíamos antes, pero convengamos que con 150 pesos ninguna familia puede vivir dignamente hoy en la Argentina.

Creo que al menos en el ministerio de Economía se están pensando algunas medidas de más largo plazo que le den sostén a esta recuperación que, insisto, hay que mirarla como un rebote. En la reunión anterior, decíamos que el punto de referencia y la dimensión como se vea a la economía es muy importante. Claramente lo que hay es el doble del año pasado que parece un muy buen resultado, generalmente es la mitad de lo que era el período 98-2001 que ya estaba con recesión en la Argentina, eso no hay que perderlo de vista.

De todas formas para sostener esta recuperación yo creo que el año que viene va en serio la rebaja fuerte o eliminación del impuesto al cheque con algunas precauciones para no alterar el déficit, va a estar atada a una mayor carga sobre los cigarrillos y también algo que no está computado que el probable aumento de las tarifas va a traer también más ingresos tributarios, con esto se está cubriendo. En cambio yo creo que va a haber retenciones para rato, porque forman parte de este modelo, de un tipo de cambio lo más alto posible, tarifas lo más bajo posible, de los servicios públicos me refiero, y retenciones para obtener recursos que permitan atender subsidios sociales, así funciona la lógica de este sistema.

El ajuste de tarifas va a ser gradual y selectivo, va a empezar por los consumos industriales básicamente y lo que está hoy en discusión en el gobierno es si no paga ningún consumidor residencial o dentro de los consumidores residenciales va a haber alguna diferencia, con un ajuste muy poco para los de más alto consumo y de nada de ajuste para los consumos más bajos.

En materia monetaria yo creo que el Banco Central va ir aplicando una política de prueba y error. Va a comprar todos los dólares que pueda para que no se caiga el tipo de cambio, porque estructuralmente a esta economía le sobran dólares, tiene un superávit comercial muy alto y una parte de demanda que está frenada por el default y que si ven que la expansión monetaria se va a ir a precios eso se va a ir regulando. Yo no veo extremos ahí, creo que van a ir haciendo sintonía fina.

Lo que hay que tener en cuenta es que mientras el crédito no repunte fuertemente los riesgos son menores porque no hay un efecto multiplicador como ha ocurrido en el pasado que cuando uno emite mucha moneda y eso se transforma en crédito, bueno, se hace exponencialmente explosivo.

De todas formas lo que hay que prever es que en la economía va a haber un poco más de inflación que en este año que fue realmente muy baja, y sorprendió a la mayoría de los analistas. Yo creo que es todavía prematuro saber si llega al diez por ciento que está previsto en el presupuesto. El gobierno va a seguir haciendo equilibrio entre el tipo de cambio real lo más alto posible y seguir equilibrando los salarios, pero hay que tener en cuenta, y el propio gobierno lo admite, en la presentación que hizo en la reunión de Dubai es que el sendero del tipo de cambio real pinta hacia abajo y no para arriba, estoy hablando del tipo de cambio real, no nominal.

La reestructuración de la deuda también va para largo. No hay seguridades de que se pueda llegar a un final, ni diría feliz, en el 2004. Esto hay que dejar de verlo como una pulseada donde uno gana y otro pierde, sino como un proceso de alta dinámica, donde va a haber canjes, se va a cambiar este tipo de títulos por otro, negociar con una parte de los acreedores. No descartaría que en algún caso de algún gobierno como Italia pueda haber algún aporte de fondos públicos para resolver la situación de los jubilados italianos y que el estado italiano se quede con los papeles de la deuda argentina, en alguna proporción, tampoco lo vamos a ver como una receta general. Lo que quiero decir es que vamos a ver un montón de mecanismos y yo no lo asimilaría a un ring donde uno gana y el otro pierde, sino a un montón de jugadas, una partida simultánea de ajedrez, donde va a haber algunos avances, otros retrocesos, amenazas de embargos, de juicios, etc., pero creo que este va a ser un proceso que se va a ir moviendo permanentemente.

Si el Fondo Monetario presiona para un mayor superávit a partir del año 2005 porque es un tema que está abierto, yo creo que la carta que tiene guardada el equipo económico es meter mano, ya algunas señales ha dado, en el sistema previsional. Ahí hay una fuente de recursos que yo creo que sería tremendamente erróneo y esto ha ocurrido muchas veces en la Argentina, que por resolver un problema fiscal de corto plazo, comprometemos el largo plazo de muchas generaciones de argentinos pero esto hay que tenerlo en cuenta.

Para este año se va a cerrar con un crecimiento económico del 7,5 por ciento mínimo, para el año que viene ya están apareciendo pronósticos que elevan incluso el 5 por ciento sobre el cual había consenso. En algunos diarios apareció hoy un estudio de la Fundación Mediterránea que ya habla del 6 por ciento pero lo que hay que tener en cuenta, por eso digo que hay que ver a la economía en perspectiva, es que con este 7,5 por ciento y un 5 por ciento del año que viene, a fin del 2004 vamos a tener un PBI equivalente al del año 2001, cuando se venía todo abajo. Y ahí se termina esto que los economistas llaman output gap, siempre hay una palabra de moda, esta es la de este año, que es la diferencia entre el potencial que puede crecer la economía y el punto donde está ahora. A partir del 2005, el crecimiento de la economía ya no va a recibir el uso de la capacidad instalada que se está ocupando después de la gran caída. El crecimiento va a depender de lo que se invierta. Puesto en otros términos, si yo tengo una fábrica y producía el 50 por ciento y por distintas razones, ya sea porque sustituyo importaciones o porque tengo más demanda por el aumento de salarios, llegué al cien por ciento de la capacidad para seguir creciendo tengo que decidir si incorporo nuevas máquinas a esa planta o si construyo una nueva planta porque si no mi crecimiento va a ser cero. Esto lo vamos a ver a partir de la segunda mitad del 2004 y claramente en el 2005 y hoy las señales políticas no ayudan para un crecimiento mayor al 3, 3,5 por año a partir del 2005, porque si uno mira el comportamiento de la inversión privada en la Argentina, si bien se a recuperado muchísimo este año, es con respecto al subsuelo del año 2002. Hoy la inversión con respecto al PBI está en el 13 o 14 por ciento anual, mientras que cuando la economía tuvo crecimiento del 6, 7 por ciento estaba en el 18, 20. Y la inversión pública que el gobierno dice impulsar por ahora es irrelevante, con suerte se va a llegar el año que viene a un punto del PBI, o sea que el grueso del motor de la economía está en la inversión privada y claramente para que ese motor se mueva el discurso del gobierno va a tener que ser mucho más amigable con aquellos que quieren invertir, y tampoco va a resultar efectivo esto de seleccionar, bien a medida de los 80, a quién le doy beneficios para invierta y a quién no, porque sino no se crea una corriente que ayude al crecimiento.

Por ahora la economía tiene viento a favor desde el flanco externo y esto es algo muy importante. El aumento de los precios de la soja y del petróleo este año fueron una gran ayuda para la economía argentina, no sólo desde el flanco externo, ingreso de divisas, sino también en ingresos fiscales, con 20 por ciento de retención este año la soja aportó mil millones de dólares más de recaudación impositiva y esto le da aire, cierto confort al gobierno para manejar un poquito de política redistributiva. Digo un poquito porque no estamos rifando el superávit.

En los empresarios también se ven algunos signos de mayor tranquilidad porque se dan cuenta de que hay un doble discurso en el gobierno, entre los dichos y los hechos, repito, esto no es el peronismo del año 73. Por otro lado, lentamente le están encontrando la vuelta al gobierno. Muchas se dieron cuenta de que antes se volvían locos para que los reciba algún funcionario y ahora se dieron cuenta de que si uno anuncia una inversión se le abre de par en par las puertas de la Casa Rosada. Entonces ahí, algunos han optado por pasarle el plumero a algunos planes de inversión que ya tenían entonces y lo anuncian plurianuales. Entonces dicen "voy a invertir 700 millones en los próximos 5 años". A partir de ahí uno no sabe si invierte tres millones el año que viene y el resto la gente se puede olvidar, o es un plan consistente. En algunos casos hay inversiones asociadas a algunos beneficios fiscales, en algunos casos el gobierno le está pidiendo a las empresas: "bueno, anuncien algo que yo me pongo el casco, voy a cortar la cinta..." Se está endulzando la relación entre el gobierno y los grupos económicos.

Por otro lado se está poniendo énfasis a algo que en la Argentina, lo comentó rápidamente Carlos Gervasoni, y yo voy a hacer lo mismo, algo que en la Argentina se le había perdido de vista, que es cómo formar cadenas de valor, ver cómo están los problemas en determinados sectores y potenciarlos especialmente en materia de comercio exterior. Argentina tiene unas enormes inconsistencias desde el punto de vista fiscal, se habla de tener un tipo de cambio alto para promover las exportaciones pero al mismo tiempo se ponen retenciones y los que tienen que recibir reintegros por los impuestos que exportaron y tienen que recuperar, de pronto tardan meses o años para recuperarlos. No hay una política exterior que apunte al comercio exterior. Recién se están haciendo algunos puentes con respecto a cómo entrar en el mercado chino, cómo buscar algún tipo de alianzas, cómo trabajar en conjunto con el MERCOSUR, todo eso está por hacerse en Argentina.

Yo creo que para el gobierno el ALCA sigue siendo un objetivo pero a una velocidad muy reducida, se buscó ahí, tratar de cubrir las formas, diciendo "bueno, en vez de hacer una liberalización del comercio, vamos a avanzar en los sectores en los que podamos". Esto me hace acordar más al ALADI, se acuerdan que esto duró décadas la discusión, más que a alguna acción importante al menos en el corto plazo.

El año que viene, Carlos Rodríguez Braun seguramente nos va a comentar esto, la economía mundial pinta mucho mejor que la de este año. Ocurre algo muy similar a la Argentina, no sabemos qué va a pasar después del 2005, pero el año que viene pinta como un buen año y hay que tener en cuenta también que Brasil está saliendo de la recesión y esta es una de las mejores noticias para la economía argentina.

Néstor Scibona es Periodista, columnista del diario "La Nación", conductor del programa "Mañana es Tarde" en Radio "El Mundo", Editor de la revista del Instituto del Desarrollo Empresarial Argentino (IDEA) y fue Director Periodístico del diario "El Cronista Comercial", de la revista "Panorama" y prosecretario de redacción del diario "Clarín".

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