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Presentación - Boitel Vive. Testimonio desde el actual presidio político cubano
Pedro Luis Boitel fue un pionero de la resistencia cívica en las prisiones de Castro. Condenado a diez años de prisión en 1961, lo mantuvieron preso después de haber extinguido su sanción. Después de permanecer cincuenta y tres días en una huelga de hambre, sin recibir asistencia médica y cruelmente abandonado y aislado en celdas de castigo, torturado por los guardias de la prisión “El Príncipe” en La Habana, Boitel murió el día 25 de mayo de 1972.
El caso que presenta este libro, con el testimonio de Jorge Luis García Pérez “Antúnez”, es la de un joven al cual la Justicia castrista lo condenó a prisión por adquirir “gran cantidad de papeles que utilizaría para incitar contra el orden social, la solidaridad internacional o el Estado Socialista mediante la propaganda escrita, la que distribuiría a lo largo de la ciudad de Placetas en Villa Clara”. Es que ese acto de difusión pacífica de ideas, expresando la disidencia política al gobierno cubano, es considerado por el régimen dictatorial de Fidel Castro como “actos en contra de los principios y la revolución que ponen en peligro la integridad interna”. Por ello “Antúnez” padece una extensa, cruel e injusta condena.
Sin embargo, llama la atención -tras más de cuatro décadas de represiónla escasa denuncia internacional que recibe el régimen cubano y resulta repugnante desde el punto de vista democrático, tanto la complacencia como la admiración que despierta esta dictadura. Siendo tan real que en la Cuba de Fidel Castro las personas como “Antúnez” pueden ser detenidas, enjuiciadas sin el debido proceso y enviadas a cumplir largas condenas de cárcel por intentar ejercer derechos humanos reconocidos internacionalmente -como la libertad de expresión, asociación y reunión- es increíble ver a políticos, intelectuales, diplomáticos y artistas, que se consideran “democráticos”, mostrar entre sus “trofeos” una foto junto al más longevo dictador de la actualidad.
Y llama la atención porque la violación a los derechos humanos por parte de la revolución castrista está registrada desde sus orígenes y se mantiene como una constante hasta la actualidad. ¿Cuánto hace que se escuchan las noticias sobre la “liberación de disidentes” en Cuba? ¿Y cómo puede ser visto como “políticamente incorrecto” reclamar apertura democrática en Cuba? Por eso es necesario publicar este libro, ofreciéndole así una voz a quien sufre una condena injusta y poniendo una nueva evidencia de la ausencia de libertad en la isla.
Es cierto que se han publicado varios libros sobre el presidio político cubano, como “Contra toda esperanza”, de Armando Valladares; “Rehenes de Castro”, de Ernesto Díaz Rodríguez; “Cómo llegó la noche”, de Húber Matos; y “Cuba: Mito y Realidad”, de Juan Clark y Angel de Fana, entre otros. A diferencia de las mencionadas obras, el autor de “Boitel Vive” se encuentra actualmente en prisión y la publicación de su testimonio muestra los motivos por los cuales se sigue encarcelando en Cuba y los métodos que continúa aplicando el castrismo en sus prisiones.
Jorge Luis García Pérez “Antúnez”, figura valiente y emblemática del actual presidio político cubano, fundador en las cárceles castristas del Presidio Político Pedro Luis Boitel, ofrece en una autobiografía su historia personal. Y, luego, brinda un testimonio de la vida en las actuales prisiones castristas, donde los presos políticos cubanos conservan el espíritu de lucha contra la injusticia y la entereza que caracterizó a Pedro Boitel. Por eso este libro lleva su nombre; porque el ejemplo de Boitel es la guía para quienes no se rinden ante la represión ni siquiera estando en la cárcel.
Pedro Luis Boitel Abraham fue un líder estudiantil cubano quien participó activamente en el esfuerzo de liberación contra la dictadura militar de Fulgencio Batista. Fue líder de la sección juvenil del Movimiento 26 de Julio, dirigido por Fidel Castro. De extracción humilde, Boitel estudiaba en la Universidad de La Habana al mismo tiempo que trabajaba como radiotécnico. La persecución que el régimen de Batista impuso contra él lo forzaron a exiliarse en Venezuela donde colaboró con Rómulo Betancourt en los esfuerzos por derrocar la dictadura militar de Marcos Pérez Jiménez, estableciendo en un momento determinado una estación de radio clandestina dentro del país. Después de regresar a Cuba cuando Batista había sido derrotado, volvió a sus estudios en la Universidad de La Habana donde sobresalió por su liderazgo, convicciones democráticas e independencia de pensamiento.
En 1960, Boitel aspiró a la presidencia de la Federación Estudiantil Universitaria (FEU) de la Universidad de La Habana y fue apoyado por el Movimiento 26 de Julio. A pesar que este fue el movimiento liderado por Castro durante la dictadura de Batista, Fidel Castro y el liderazgo revolucionario quitaron su respaldo a Boitel precisamente por su independencia de pensamiento y sus convicciones democráticas. El propio Castro intervino personalmente en las elecciones estudiantiles de la Universidad de La Habana para quitarle a Boitel la presidencia de la FEU. Este hecho y otras medidas represivas utilizadas por Castro en su contra llevaron a Boitel a comenzar a conspirar contra el totalitarismo recién establecido en Cuba.
Después de arrestado y encarcelado, Pedro Luis Boitel fue un pionero de la resistencia cívica en las prisiones de Castro. Condenado a diez años de prisión en 1961, lo mantuvieron preso después de haber extinguido su sanción. Después de permanecer cincuenta y tres días en una huelga de hambre, sin recibir asistencia médica y cruelmente abandonado y aislado en celdas de castigo, torturado por los guardias de la prisión “El Príncipe” en La Habana, Boitel murió el día 25 de mayo de 1972. Su cuerpo sin vida no fue ni siquiera visto por su madre Clara Abraham de Boitel. Sus restos descansan en una tumba sin nombre en el Cementerio Colón de la Ciudad de La Habana.
Tanto “Antúnez”, como el resto de los más de trescientos presos políticos que actualmente hay en Cuba, mantienen firme su digna lucha por la libertad en su país y rinden honor con su valiente ejemplo a la memoria de Pedro Luis Boitel.
La futura Cuba democrática seguramente recordará a Boitel como a uno de sus grandes héroes y tendrá en Jorge Luis García Pérez “Antúnez” un testimonio de vida en la lucha contra la opresión.
Gabriel Salvia
Director General CADAL
Hans Blomeier
Representante en Argentina Fundación Konrad Adenauer
CADAL | Libros
El caso que presenta este libro, con el testimonio de Jorge Luis García Pérez “Antúnez”, es la de un joven al cual la Justicia castrista lo condenó a prisión por adquirir “gran cantidad de papeles que utilizaría para incitar contra el orden social, la solidaridad internacional o el Estado Socialista mediante la propaganda escrita, la que distribuiría a lo largo de la ciudad de Placetas en Villa Clara”. Es que ese acto de difusión pacífica de ideas, expresando la disidencia política al gobierno cubano, es considerado por el régimen dictatorial de Fidel Castro como “actos en contra de los principios y la revolución que ponen en peligro la integridad interna”. Por ello “Antúnez” padece una extensa, cruel e injusta condena.
Sin embargo, llama la atención -tras más de cuatro décadas de represiónla escasa denuncia internacional que recibe el régimen cubano y resulta repugnante desde el punto de vista democrático, tanto la complacencia como la admiración que despierta esta dictadura. Siendo tan real que en la Cuba de Fidel Castro las personas como “Antúnez” pueden ser detenidas, enjuiciadas sin el debido proceso y enviadas a cumplir largas condenas de cárcel por intentar ejercer derechos humanos reconocidos internacionalmente -como la libertad de expresión, asociación y reunión- es increíble ver a políticos, intelectuales, diplomáticos y artistas, que se consideran “democráticos”, mostrar entre sus “trofeos” una foto junto al más longevo dictador de la actualidad.
Y llama la atención porque la violación a los derechos humanos por parte de la revolución castrista está registrada desde sus orígenes y se mantiene como una constante hasta la actualidad. ¿Cuánto hace que se escuchan las noticias sobre la “liberación de disidentes” en Cuba? ¿Y cómo puede ser visto como “políticamente incorrecto” reclamar apertura democrática en Cuba? Por eso es necesario publicar este libro, ofreciéndole así una voz a quien sufre una condena injusta y poniendo una nueva evidencia de la ausencia de libertad en la isla.
Es cierto que se han publicado varios libros sobre el presidio político cubano, como “Contra toda esperanza”, de Armando Valladares; “Rehenes de Castro”, de Ernesto Díaz Rodríguez; “Cómo llegó la noche”, de Húber Matos; y “Cuba: Mito y Realidad”, de Juan Clark y Angel de Fana, entre otros. A diferencia de las mencionadas obras, el autor de “Boitel Vive” se encuentra actualmente en prisión y la publicación de su testimonio muestra los motivos por los cuales se sigue encarcelando en Cuba y los métodos que continúa aplicando el castrismo en sus prisiones.
Jorge Luis García Pérez “Antúnez”, figura valiente y emblemática del actual presidio político cubano, fundador en las cárceles castristas del Presidio Político Pedro Luis Boitel, ofrece en una autobiografía su historia personal. Y, luego, brinda un testimonio de la vida en las actuales prisiones castristas, donde los presos políticos cubanos conservan el espíritu de lucha contra la injusticia y la entereza que caracterizó a Pedro Boitel. Por eso este libro lleva su nombre; porque el ejemplo de Boitel es la guía para quienes no se rinden ante la represión ni siquiera estando en la cárcel.
Pedro Luis Boitel Abraham fue un líder estudiantil cubano quien participó activamente en el esfuerzo de liberación contra la dictadura militar de Fulgencio Batista. Fue líder de la sección juvenil del Movimiento 26 de Julio, dirigido por Fidel Castro. De extracción humilde, Boitel estudiaba en la Universidad de La Habana al mismo tiempo que trabajaba como radiotécnico. La persecución que el régimen de Batista impuso contra él lo forzaron a exiliarse en Venezuela donde colaboró con Rómulo Betancourt en los esfuerzos por derrocar la dictadura militar de Marcos Pérez Jiménez, estableciendo en un momento determinado una estación de radio clandestina dentro del país. Después de regresar a Cuba cuando Batista había sido derrotado, volvió a sus estudios en la Universidad de La Habana donde sobresalió por su liderazgo, convicciones democráticas e independencia de pensamiento.
En 1960, Boitel aspiró a la presidencia de la Federación Estudiantil Universitaria (FEU) de la Universidad de La Habana y fue apoyado por el Movimiento 26 de Julio. A pesar que este fue el movimiento liderado por Castro durante la dictadura de Batista, Fidel Castro y el liderazgo revolucionario quitaron su respaldo a Boitel precisamente por su independencia de pensamiento y sus convicciones democráticas. El propio Castro intervino personalmente en las elecciones estudiantiles de la Universidad de La Habana para quitarle a Boitel la presidencia de la FEU. Este hecho y otras medidas represivas utilizadas por Castro en su contra llevaron a Boitel a comenzar a conspirar contra el totalitarismo recién establecido en Cuba.
Después de arrestado y encarcelado, Pedro Luis Boitel fue un pionero de la resistencia cívica en las prisiones de Castro. Condenado a diez años de prisión en 1961, lo mantuvieron preso después de haber extinguido su sanción. Después de permanecer cincuenta y tres días en una huelga de hambre, sin recibir asistencia médica y cruelmente abandonado y aislado en celdas de castigo, torturado por los guardias de la prisión “El Príncipe” en La Habana, Boitel murió el día 25 de mayo de 1972. Su cuerpo sin vida no fue ni siquiera visto por su madre Clara Abraham de Boitel. Sus restos descansan en una tumba sin nombre en el Cementerio Colón de la Ciudad de La Habana.
Tanto “Antúnez”, como el resto de los más de trescientos presos políticos que actualmente hay en Cuba, mantienen firme su digna lucha por la libertad en su país y rinden honor con su valiente ejemplo a la memoria de Pedro Luis Boitel.
La futura Cuba democrática seguramente recordará a Boitel como a uno de sus grandes héroes y tendrá en Jorge Luis García Pérez “Antúnez” un testimonio de vida en la lucha contra la opresión.
Gabriel Salvia
Director General CADAL
Hans Blomeier
Representante en Argentina Fundación Konrad Adenauer