Prensa
En Brasil, Bolivia y Uruguay, la izquierda lucha por mantenerse en el poder
En Uruguay, Lacalle Pou, de 41 años, se presenta con un estilo más fresco y renovador frente al veterano Vázquez, de 74, que “se ha desconectado de la opinión pública” al suponer que “es el mismo electorado que hace 10 años”, subraya Ricardo López Göttig, analista del Centro para la Apertura y el Desarrollo de América Latina.
Fuente: El Nuevo Herald (Estados Unidos)
KATELL ABIVEN / AFP
MONTEVIDEO -- Más de 150 millones de sudamericanos participarán en octubre en comicios en los que la izquierda buscará mantenerse en el poder en tres países de la región: en Bolivia la reelección es casi segura, pero en Brasil y en Uruguay el escrutinio se pronostica reñido.
En cada uno de estos países, las mismas formaciones políticas se han mantenido en el poder durante largos períodos. El Movimiento al Socialismo (MAS) en Bolivia gobierna desde el 2006, el Frente Amplio en Uruguay desde el 2005 y el Partido de los Trabajadores (PT) en Brasil desde el 2003.
Dilma Rousseff, heredera del carismático expresidente Luiz Inacio Lula da Silva (2003-2010), buscará un segundo mandato en Brasil el 5 de octubre. Por su parte, Evo Morales, primer jefe de Estado indígena de Bolivia y acérrimo crítico de Washington, buscará el tercero el 12 de octubre.
José Mujica, el exguerrillero de estilo austero que gobierna en Uruguay, país donde no se permite la reelección consecutiva, apoya como candidato a la presidencia al exmandatario de la coalición de izquierda Tabaré Vázquez (2005-2010), para los comicios previstos el 26 de octubre.
“Si me hubiera preguntado por las elecciones hace un año, hubiera dicho que, en las tres, la continuidad estaba asegurada”, explica Carlos Malamud, especialista en América Latina del Instituto Real Elcano de Madrid.
“Sin embargo, en los últimos meses, tanto en Uruguay como en Brasil el escenario se ha modificado y bastante”, con la presencia de dos imprevistos candidatos opositores -el uruguayo Luis Lacalle Pou y la brasileña Marina Silva-, que hacen inevitable una segunda vuelta electoral, en la cual podrían incluso llegar al poder.
Contra todo pronóstico, Lacalle Pou ganó en junio en Uruguay las primarias del Partido Nacional (centro-derecha) y desde entonces su popularidad no ha parado de crecer. Una encuesta publicada el miércoles le atribuye un 28% de intención de voto (y 11% al otro partido de derecha, su aliado tradicional) contra un 40% para Vázquez.
En Brasil, Silva se convirtió en candidata tras la dramática muerte en un accidente de avión en agosto del socialista Eduardo Campos, a quien acompañaba en la fórmula como candidata a la vicepresidenta. El instituto Datafolha le daba el miércoles un 47% de intención de voto en la segunda vuelta contra un 43% para Rousseff.
“En estas elecciones, Silva es a Brasil lo que Lacalle Pou a Uruguay”, opina Adolfo Garcé, investigador de Ciencias Sociales de la Universidad de Montevideo.
“Los dos crecen en buena medida en la opinión publica, apoyándose en cierto clima de decepción, de desgaste, de mal humor de la opinión publica ante una serie de gobiernos de izquierda”, considera.
Brasil, en recesión desde hace poco, es terreno de fuertes protestas sociales y Silva, una ecologista negra de 56 años “consigue encarar un rostro de ese cambio”, de “esa oposición sin partido que salió a las calles en junio del 2013” frente a Rousseff, de 66 años, estima André Cesar, analista de la consultora Prospectiva.
“Hay un aroma a fin de ciclo que, si no es ahora, va a ocurrir en el 2018 seguramente”.
En Uruguay, Lacalle Pou, de 41 años, se presenta con un estilo más fresco y renovador frente al veterano Vázquez, de 74, que “se ha desconectado de la opinión pública” al suponer que “es el mismo electorado que hace 10 años atrás”, subraya Ricardo López Gottig, analista del Centro para la Apertura y el Desarrollo de América Latina.
“Por ejemplo, Tabaré Vazquez no usa las redes sociales” y “no quiere debatir” con sus competidores, agrega.
Esta negativa a debatir es un punto en común de Vázquez con Morales, de 54 años. Sin embargo, él obtendría un 56% de los votos según las encuestas, y se encuentra muy por delante de su rival de centro derecha, Samuel Doria Medina (17%).
“El presidente Morales nunca debatió para las elecciones y le fue muy bien”, con un 54% de los votos en 2006 y 64% en 2010, explica Marcelo Silva, profesor de la Universidad de La Paz, al preguntarse por qué entonces debatiría ahora.
Gracias a una calma que debería llevar el crecimiento económico a un 5% este año y una oposición casi inexistente, se prevé que Morales sea la excepción a pesar del cansancio de la opinión pública.
En general “comienzan a soplar vientos en la región, conjuntamente con el fin del ciclo económico tan favorable que tuvo sobre todo América del Sur, que buscan una renovación del liderazgo”, afirma Daniel Zovatto, director para América Latina del Instituto Internacional para la Democracia y la Asistencia Electoral.
Tras años de crecimiento, “parte de la nueva clase media podría regresar a la pobreza” o “pedir más calidad de vida, mas servicios públicos” a quien esté en el poder.
Fuente: El Nuevo Herald (Miami, Estados Unidos), 12 de septiembre de 2014
El Nuevo Herald (Estados Unidos)
KATELL ABIVEN / AFP
MONTEVIDEO -- Más de 150 millones de sudamericanos participarán en octubre en comicios en los que la izquierda buscará mantenerse en el poder en tres países de la región: en Bolivia la reelección es casi segura, pero en Brasil y en Uruguay el escrutinio se pronostica reñido.
En cada uno de estos países, las mismas formaciones políticas se han mantenido en el poder durante largos períodos. El Movimiento al Socialismo (MAS) en Bolivia gobierna desde el 2006, el Frente Amplio en Uruguay desde el 2005 y el Partido de los Trabajadores (PT) en Brasil desde el 2003.
Dilma Rousseff, heredera del carismático expresidente Luiz Inacio Lula da Silva (2003-2010), buscará un segundo mandato en Brasil el 5 de octubre. Por su parte, Evo Morales, primer jefe de Estado indígena de Bolivia y acérrimo crítico de Washington, buscará el tercero el 12 de octubre.
José Mujica, el exguerrillero de estilo austero que gobierna en Uruguay, país donde no se permite la reelección consecutiva, apoya como candidato a la presidencia al exmandatario de la coalición de izquierda Tabaré Vázquez (2005-2010), para los comicios previstos el 26 de octubre.
“Si me hubiera preguntado por las elecciones hace un año, hubiera dicho que, en las tres, la continuidad estaba asegurada”, explica Carlos Malamud, especialista en América Latina del Instituto Real Elcano de Madrid.
“Sin embargo, en los últimos meses, tanto en Uruguay como en Brasil el escenario se ha modificado y bastante”, con la presencia de dos imprevistos candidatos opositores -el uruguayo Luis Lacalle Pou y la brasileña Marina Silva-, que hacen inevitable una segunda vuelta electoral, en la cual podrían incluso llegar al poder.
Contra todo pronóstico, Lacalle Pou ganó en junio en Uruguay las primarias del Partido Nacional (centro-derecha) y desde entonces su popularidad no ha parado de crecer. Una encuesta publicada el miércoles le atribuye un 28% de intención de voto (y 11% al otro partido de derecha, su aliado tradicional) contra un 40% para Vázquez.
En Brasil, Silva se convirtió en candidata tras la dramática muerte en un accidente de avión en agosto del socialista Eduardo Campos, a quien acompañaba en la fórmula como candidata a la vicepresidenta. El instituto Datafolha le daba el miércoles un 47% de intención de voto en la segunda vuelta contra un 43% para Rousseff.
“En estas elecciones, Silva es a Brasil lo que Lacalle Pou a Uruguay”, opina Adolfo Garcé, investigador de Ciencias Sociales de la Universidad de Montevideo.
“Los dos crecen en buena medida en la opinión publica, apoyándose en cierto clima de decepción, de desgaste, de mal humor de la opinión publica ante una serie de gobiernos de izquierda”, considera.
Brasil, en recesión desde hace poco, es terreno de fuertes protestas sociales y Silva, una ecologista negra de 56 años “consigue encarar un rostro de ese cambio”, de “esa oposición sin partido que salió a las calles en junio del 2013” frente a Rousseff, de 66 años, estima André Cesar, analista de la consultora Prospectiva.
“Hay un aroma a fin de ciclo que, si no es ahora, va a ocurrir en el 2018 seguramente”.
En Uruguay, Lacalle Pou, de 41 años, se presenta con un estilo más fresco y renovador frente al veterano Vázquez, de 74, que “se ha desconectado de la opinión pública” al suponer que “es el mismo electorado que hace 10 años atrás”, subraya Ricardo López Gottig, analista del Centro para la Apertura y el Desarrollo de América Latina.
“Por ejemplo, Tabaré Vazquez no usa las redes sociales” y “no quiere debatir” con sus competidores, agrega.
Esta negativa a debatir es un punto en común de Vázquez con Morales, de 54 años. Sin embargo, él obtendría un 56% de los votos según las encuestas, y se encuentra muy por delante de su rival de centro derecha, Samuel Doria Medina (17%).
“El presidente Morales nunca debatió para las elecciones y le fue muy bien”, con un 54% de los votos en 2006 y 64% en 2010, explica Marcelo Silva, profesor de la Universidad de La Paz, al preguntarse por qué entonces debatiría ahora.
Gracias a una calma que debería llevar el crecimiento económico a un 5% este año y una oposición casi inexistente, se prevé que Morales sea la excepción a pesar del cansancio de la opinión pública.
En general “comienzan a soplar vientos en la región, conjuntamente con el fin del ciclo económico tan favorable que tuvo sobre todo América del Sur, que buscan una renovación del liderazgo”, afirma Daniel Zovatto, director para América Latina del Instituto Internacional para la Democracia y la Asistencia Electoral.
Tras años de crecimiento, “parte de la nueva clase media podría regresar a la pobreza” o “pedir más calidad de vida, mas servicios públicos” a quien esté en el poder.
Fuente: El Nuevo Herald (Miami, Estados Unidos), 12 de septiembre de 2014