Prensa
Lo que sugiere el 8N: cacerolazo para todos
Quizás sea mucho lo que hay para criticarle al gobierno de Cristina Kirchner, pero hasta ahora los opositores no han estado a la altura de las circunstancias como para ofrecer una alternativa. No lo hicieron en el 2007 y cuatro años más tarde no supieron aprovechar la excelente oportunidad que ofrecían las primarias abiertas, simultáneas y obligatorias. Así les fue y así les volverá a ir si no comprenden que, en el fondo, los cacerolazos también son para ellos.
Fuente: Diario Río Negro (General Roca, Pcia. de Río Negro, Argentina)
Gabriel C. Salvia (*)
Quizás sea mucho lo que hay para criticarle al gobierno de Cristina Kirchner, pero hasta ahora los opositores no han estado a la altura de las circunstancias como para ofrecer una alternativa.
No lo hicieron en el 2007 y cuatro años más tarde no supieron aprovechar la excelente oportunidad que ofrecían las primarias abiertas, simultáneas y obligatorias. Así les fue y así les volverá a ir si no comprenden que, en el fondo, los cacerolazos también son para ellos.
Quienes protestan reclaman límites frente a las arbitrariedades del gobierno nacional y piden cambios en determinadas políticas. No hay otra forma institucional de canalizar esos reclamos que no sea mediante el voto y, en menos de un año, se realizarán las elecciones legislativas.
Con la reforma de 1994, la Constitución nacional le asigna a los partidos el monopolio de la representación política y ya desde 1853 se estableció que "el pueblo no delibera ni gobierna sino a través de sus representantes".
Esta disposición solamente podrá cambiarse mediante una reforma constitucional y las alternativas no son las mejores si la idea es fortalecer la gobernabilidad e institucionalidad democrática de la Argentina.
Si la oposición y especialmente sus líderes no implementan una estrategia de apertura política de cara a las primarias del 2013, el kirchnerismo se los comerá crudos.
En las primarias, la oposición en su conjunto deberá atraer a más de la mitad de los votantes y la principal forma de hacerlo es ofreciendo una competencia animada. En ese ámbito de participación ciudadana, donde los partidos o frentes opositores ofrezcan distintas alternativas para la ciudadanía y el kirchnerismo de pensamiento único vaya con su lista, es muy probable que el oficialismo quede opacado.
Así, los candidatos de la oposición que resulten vencedores saldrán fortalecidos y en su conjunto podrán repetir o incluso mejorar la elección del 2009. Al respecto, vale la pena recordar que el año próximo serán los no oficialistas los que pondrán la mayor cantidad de bancas en juego y lo harán en un contexto de aspiraciones kirchneristas para reformar la Constitución nacional.
Entonces, en cualquiera de los grupos opositores, una competencia previa como la que ofrecen las primarias y una exitosa votación legislativa podrían permitir el surgimiento de liderazgos que renueven la oferta electoral para enfrentar al kirchnerismo con éxito en el 2015.
Obviamente, en unas primarias muy competitivas algunos opositores saldrán ganadores y otros, quizás la mayoría de ellos, perdedores. Lo que les debe quedar claro a los líderes y dirigentes de la oposición es que sin apertura política a la larga terminarán perdiendo todos.
Asimismo, no resulta tampoco creíble criticar al kirchnerismo por su pretensión de perpetuarse en el poder cuando desde la oposición se aferran a pequeños espacios, como en muchos casos, al eternizarse en sus bancas en el Congreso nacional o cuando son unos pocos los que se candidatean a todos los cargos mediante los acuerdos que cierran las oligárquicas "mesas chicas". Las protestas sociales frente al gobierno de Cristina Kirchner tienen necesariamente que ser canalizadas por una alternativa política que en las urnas mejor represente el descontento ciudadano.
Pero, sin una apertura a la participación y repitiendo candidaturas a todos los niveles electivos, el ruido de las cacerolas terminará repicando en todos por igual.
(*) Director general del Centro para la Apertura y el Desarrollo de América Latina (Cadal)
Diario Río Negro (General Roca, Argentina)
Diario Río Negro (General Roca, Pcia. de Río Negro, Argentina)
Gabriel C. Salvia (*)
Quizás sea mucho lo que hay para criticarle al gobierno de Cristina Kirchner, pero hasta ahora los opositores no han estado a la altura de las circunstancias como para ofrecer una alternativa.
No lo hicieron en el 2007 y cuatro años más tarde no supieron aprovechar la excelente oportunidad que ofrecían las primarias abiertas, simultáneas y obligatorias. Así les fue y así les volverá a ir si no comprenden que, en el fondo, los cacerolazos también son para ellos.
Quienes protestan reclaman límites frente a las arbitrariedades del gobierno nacional y piden cambios en determinadas políticas. No hay otra forma institucional de canalizar esos reclamos que no sea mediante el voto y, en menos de un año, se realizarán las elecciones legislativas.
Con la reforma de 1994, la Constitución nacional le asigna a los partidos el monopolio de la representación política y ya desde 1853 se estableció que "el pueblo no delibera ni gobierna sino a través de sus representantes".
Esta disposición solamente podrá cambiarse mediante una reforma constitucional y las alternativas no son las mejores si la idea es fortalecer la gobernabilidad e institucionalidad democrática de la Argentina.
Si la oposición y especialmente sus líderes no implementan una estrategia de apertura política de cara a las primarias del 2013, el kirchnerismo se los comerá crudos.
En las primarias, la oposición en su conjunto deberá atraer a más de la mitad de los votantes y la principal forma de hacerlo es ofreciendo una competencia animada. En ese ámbito de participación ciudadana, donde los partidos o frentes opositores ofrezcan distintas alternativas para la ciudadanía y el kirchnerismo de pensamiento único vaya con su lista, es muy probable que el oficialismo quede opacado.
Así, los candidatos de la oposición que resulten vencedores saldrán fortalecidos y en su conjunto podrán repetir o incluso mejorar la elección del 2009. Al respecto, vale la pena recordar que el año próximo serán los no oficialistas los que pondrán la mayor cantidad de bancas en juego y lo harán en un contexto de aspiraciones kirchneristas para reformar la Constitución nacional.
Entonces, en cualquiera de los grupos opositores, una competencia previa como la que ofrecen las primarias y una exitosa votación legislativa podrían permitir el surgimiento de liderazgos que renueven la oferta electoral para enfrentar al kirchnerismo con éxito en el 2015.
Obviamente, en unas primarias muy competitivas algunos opositores saldrán ganadores y otros, quizás la mayoría de ellos, perdedores. Lo que les debe quedar claro a los líderes y dirigentes de la oposición es que sin apertura política a la larga terminarán perdiendo todos.
Asimismo, no resulta tampoco creíble criticar al kirchnerismo por su pretensión de perpetuarse en el poder cuando desde la oposición se aferran a pequeños espacios, como en muchos casos, al eternizarse en sus bancas en el Congreso nacional o cuando son unos pocos los que se candidatean a todos los cargos mediante los acuerdos que cierran las oligárquicas "mesas chicas". Las protestas sociales frente al gobierno de Cristina Kirchner tienen necesariamente que ser canalizadas por una alternativa política que en las urnas mejor represente el descontento ciudadano.
Pero, sin una apertura a la participación y repitiendo candidaturas a todos los niveles electivos, el ruido de las cacerolas terminará repicando en todos por igual.
(*) Director general del Centro para la Apertura y el Desarrollo de América Latina (Cadal)
Diario Río Negro (General Roca, Argentina)