Prensa
El nuevo mapa político: los resultados de una larga transición. La renovación política fue sólo parcial
Fuente: La Nación (Argentina)
Escaso recambio de figuras en las provincias y en el Congreso; varios dirigentes polémicos lograron revalidar sus títulos.
La dirigencia que ejercía durante la crisis de 2001, con pocas excepciones, seguirá en el poder.
Hubo diez gobernadores reelegidos y otros cinco irán al Congreso.
El papel de Kirchner.
Dos años de grave crisis económica y social, la transición por momentos dramática y un proceso electoral por capítulos dejaron escasas huellas en el mapa del poder en las provincias y el Congreso de la Nación.
Lejos de los reclamos populares encarnados en el grito "que se vayan todos" y pese a la promesa de renovación política que el presidente Néstor Kirchner colocó entre las prioridades de su gestión, el calendario de votaciones termina con más premios que castigos para la dirigencia que se topó con el estallido de diciembre de 2001.
De los 23 gobernadores que terminaban su mandato este año, diez lograron la reelección y cinco ganaron bancas en el Congreso, tras asegurarse el éxito de sus delfines. Sólo en tres provincias el oficialismo perdió el mando, algo que podría repetirse hoy en Entre Ríos, la última escala electoral, de lo que se informa en la página 11.
Así, el 70 por ciento de los gobernadores del peor momento de la crisis revalidó un cargo a lo largo del proceso electoral (incluido Kirchner, que pasó de Santa Cruz a la Casa Rosada).
Apenas más perceptible resultó la renovación en el Senado, donde asumirán el 10 de diciembre 24 legisladores.
Tres de los que debían dejar el cuerpo lograron la reelección, uno pasó a la Cámara de Diputados y nueve intentaron (por lo menos cinco de ellos con éxito) llegar al gobierno de sus provincias.
Sí habrá un cúmulo de caras nuevas en Diputados. Sólo 19 de los legisladores que pusieron en juego su escaño lo renovaron, tres pasaron al Senado y dos serán gobernadores. Habrá por lo menos 12 que regresarán tras algunos años y el resto de los 130 que jurarán este año debutarán en el cargo, aunque -en su inmensa mayoría- responderán a los mismos líderes que pesan hoy en la cámara.
Otra muestra del fenómeno de revalidación política lo da el conurbano bonaerense (que concentra más de un cuarto de la población del país). De los 24 intendentes, 16 obtuvieron la reelección. El peronista de Lanús, Manuel Quindimil, marcó un récord y comenzará su séptimo mandato comunal.
"Lo primero que surge del análisis electoral es el continuismo triunfante. Mucha gente destaca que el "que se vayan todos" se fue al diablo -sostuvo el politicólogo Carlos Gervasoni-. En realidad, fue un fenómeno que nunca tuvo la fuerza que algunos supusieron que tenía. Era una expresión muy urbana que no refleja la situación de las provincias, donde también pesan los recursos clientelísticos."
Luis Alberto Quevedo, secretario académico de Flacso, consideró que el calendario electoral pone un cierre a los episodios de diciembre de 2001. "Este año la ciudadanía en las urnas votó en buena medida las dirigencias políticas tradicionales. Esto sirve para pensar que la sociedad en algún sentido se reconcilió con buena parte de la dirigencia. Muestra la dificultad que tienen las sociedades de encontrar nuevas opciones en la política", señaló.
El desafío de Kirchner
El fervor que mostró el presidente Kirchner respecto de la necesidad de mejorar la política se reflejó apenas en los resultados que deja la sucesión de elecciones.
Kirchner sólo se involucró con fuerza en dos de las campañas: la de la ciudad de Buenos Aires y la de Misiones. En ambos casos, su participación se interpretó más como una forma de derrotar a enemigos políticos que de promover al poder a nuevos dirigentes.
El gobernador de Misiones, Carlos Rovira, enfrentó con el apoyo de la Casa Rosada a su ex jefe político, el senador Ramón Puerta. El jefe del gobierno porteño, Aníbal Ibarra, consiguió una trabajosa victoria sobre el empresario Mauricio Macri. El apoyo de Kirchner les permitió a los dos la reelección.
También influyó el Presidente en Catamarca, donde colaboró con el Frente Cívico, de Oscar Castillo, para derrotar al sindicalista Luis Barrionuevo, otro de sus declarados enemigos.
En el resto de las provincias, Kirchner (salvo la obvia excepción de Santa Cruz) midió su juego. Ayudó al triunfo de Felipe Solá y de la estructura de Eduardo Duhalde en Buenos Aires y dio un respaldo útil a candidatos peronistas que ya eran favoritos, como Eduardo Fellner (Jujuy), Gildo Insfrán (Formosa) y el senador José Luis Gioja, que gobernará San Juan.
Alentó a presentarse a varios candidatos peronistas disidentes, pero mantuvo distancia cuando sus posibilidades se veían mermadas ante los tradicionales jefes del PJ.
Así pasó en La Pampa, donde ganó el senador Carlos Verna, y en Salta, donde Juan Carlos Romero se aseguró un tercer mandato tras su frustrado intento de ser el vicepresidente de Carlos Menem.
La renovación política no puede hacerse de golpe ni por decreto, argumentan los hombres del gabinete nacional para explicar la actitud del Presidente. Todo cambio profundo requiere tiempo y estrategia, dicen. Y destacan que el Gobierno logró colocar dirigentes de su confianza en varias listas legislativas del PJ.
A prueba de todo
Un ejemplo claro de la subsistencia de viejas estructuras es Santiago del Estero. Allí se concretaron las primeras elecciones del calendario electoral, a fines de 2002.
El gobernador interino Carlos Díaz ganó por el 60 por ciento de los votos, pero fue reemplazado un mes después. Lo decidió el octogenario caudillo Carlos Juárez, que promovió al poder a su esposa, Mercedes Aragonés de Juárez.
La lista de figuras polémicas que revalidaron sus títulos este año incluye decenas de nombres.
Entre los más notables se destacan los ex gobernadores Julio Miranda, Ramón Saadi y Carlos Ruckauf. Los dos primeros serán senadores y el último, diputado.
El general retirado Antonio Domingo Bussi ganó la intendencia de Tucumán, pero como fue detenido por violaciones a los derechos humanos se quedó sin asumir.
Adolfo Rodríguez Saá será consagrado hoy diputado nacional, tras su frustrado intento presidencial y su nunca aclarado pacto poselectoral con Menem.
Otra figura que compite hoy por un lugar en el Congreso es Raúl "Tato" Romero Feris, el ex gobernador de Corrientes que estuvo preso el año pasado.
Las elecciones permitieron también fortalecer a varios de los más poderosos líderes del PJ -Carlos Reutemann, José Manuel de la Sota y Rubén Marín- y de la UCR -Angel Rozas, Roberto Iglesias y Pablo Verani-.
Por Martín Rodríguez Yebra
De la Redacción de LA NACION
http://www.lanacion.com.ar/03/11/23/dp_548018.php
LA NACION | 23/11/2003 | Página 12 | Política
La Nación (Argentina)
Escaso recambio de figuras en las provincias y en el Congreso; varios dirigentes polémicos lograron revalidar sus títulos.
La dirigencia que ejercía durante la crisis de 2001, con pocas excepciones, seguirá en el poder.
Hubo diez gobernadores reelegidos y otros cinco irán al Congreso.
El papel de Kirchner.
Dos años de grave crisis económica y social, la transición por momentos dramática y un proceso electoral por capítulos dejaron escasas huellas en el mapa del poder en las provincias y el Congreso de la Nación.
Lejos de los reclamos populares encarnados en el grito "que se vayan todos" y pese a la promesa de renovación política que el presidente Néstor Kirchner colocó entre las prioridades de su gestión, el calendario de votaciones termina con más premios que castigos para la dirigencia que se topó con el estallido de diciembre de 2001.
De los 23 gobernadores que terminaban su mandato este año, diez lograron la reelección y cinco ganaron bancas en el Congreso, tras asegurarse el éxito de sus delfines. Sólo en tres provincias el oficialismo perdió el mando, algo que podría repetirse hoy en Entre Ríos, la última escala electoral, de lo que se informa en la página 11.
Así, el 70 por ciento de los gobernadores del peor momento de la crisis revalidó un cargo a lo largo del proceso electoral (incluido Kirchner, que pasó de Santa Cruz a la Casa Rosada).
Apenas más perceptible resultó la renovación en el Senado, donde asumirán el 10 de diciembre 24 legisladores.
Tres de los que debían dejar el cuerpo lograron la reelección, uno pasó a la Cámara de Diputados y nueve intentaron (por lo menos cinco de ellos con éxito) llegar al gobierno de sus provincias.
Sí habrá un cúmulo de caras nuevas en Diputados. Sólo 19 de los legisladores que pusieron en juego su escaño lo renovaron, tres pasaron al Senado y dos serán gobernadores. Habrá por lo menos 12 que regresarán tras algunos años y el resto de los 130 que jurarán este año debutarán en el cargo, aunque -en su inmensa mayoría- responderán a los mismos líderes que pesan hoy en la cámara.
Otra muestra del fenómeno de revalidación política lo da el conurbano bonaerense (que concentra más de un cuarto de la población del país). De los 24 intendentes, 16 obtuvieron la reelección. El peronista de Lanús, Manuel Quindimil, marcó un récord y comenzará su séptimo mandato comunal.
"Lo primero que surge del análisis electoral es el continuismo triunfante. Mucha gente destaca que el "que se vayan todos" se fue al diablo -sostuvo el politicólogo Carlos Gervasoni-. En realidad, fue un fenómeno que nunca tuvo la fuerza que algunos supusieron que tenía. Era una expresión muy urbana que no refleja la situación de las provincias, donde también pesan los recursos clientelísticos."
Luis Alberto Quevedo, secretario académico de Flacso, consideró que el calendario electoral pone un cierre a los episodios de diciembre de 2001. "Este año la ciudadanía en las urnas votó en buena medida las dirigencias políticas tradicionales. Esto sirve para pensar que la sociedad en algún sentido se reconcilió con buena parte de la dirigencia. Muestra la dificultad que tienen las sociedades de encontrar nuevas opciones en la política", señaló.
El desafío de Kirchner
El fervor que mostró el presidente Kirchner respecto de la necesidad de mejorar la política se reflejó apenas en los resultados que deja la sucesión de elecciones.
Kirchner sólo se involucró con fuerza en dos de las campañas: la de la ciudad de Buenos Aires y la de Misiones. En ambos casos, su participación se interpretó más como una forma de derrotar a enemigos políticos que de promover al poder a nuevos dirigentes.
El gobernador de Misiones, Carlos Rovira, enfrentó con el apoyo de la Casa Rosada a su ex jefe político, el senador Ramón Puerta. El jefe del gobierno porteño, Aníbal Ibarra, consiguió una trabajosa victoria sobre el empresario Mauricio Macri. El apoyo de Kirchner les permitió a los dos la reelección.
También influyó el Presidente en Catamarca, donde colaboró con el Frente Cívico, de Oscar Castillo, para derrotar al sindicalista Luis Barrionuevo, otro de sus declarados enemigos.
En el resto de las provincias, Kirchner (salvo la obvia excepción de Santa Cruz) midió su juego. Ayudó al triunfo de Felipe Solá y de la estructura de Eduardo Duhalde en Buenos Aires y dio un respaldo útil a candidatos peronistas que ya eran favoritos, como Eduardo Fellner (Jujuy), Gildo Insfrán (Formosa) y el senador José Luis Gioja, que gobernará San Juan.
Alentó a presentarse a varios candidatos peronistas disidentes, pero mantuvo distancia cuando sus posibilidades se veían mermadas ante los tradicionales jefes del PJ.
Así pasó en La Pampa, donde ganó el senador Carlos Verna, y en Salta, donde Juan Carlos Romero se aseguró un tercer mandato tras su frustrado intento de ser el vicepresidente de Carlos Menem.
La renovación política no puede hacerse de golpe ni por decreto, argumentan los hombres del gabinete nacional para explicar la actitud del Presidente. Todo cambio profundo requiere tiempo y estrategia, dicen. Y destacan que el Gobierno logró colocar dirigentes de su confianza en varias listas legislativas del PJ.
A prueba de todo
Un ejemplo claro de la subsistencia de viejas estructuras es Santiago del Estero. Allí se concretaron las primeras elecciones del calendario electoral, a fines de 2002.
El gobernador interino Carlos Díaz ganó por el 60 por ciento de los votos, pero fue reemplazado un mes después. Lo decidió el octogenario caudillo Carlos Juárez, que promovió al poder a su esposa, Mercedes Aragonés de Juárez.
La lista de figuras polémicas que revalidaron sus títulos este año incluye decenas de nombres.
Entre los más notables se destacan los ex gobernadores Julio Miranda, Ramón Saadi y Carlos Ruckauf. Los dos primeros serán senadores y el último, diputado.
El general retirado Antonio Domingo Bussi ganó la intendencia de Tucumán, pero como fue detenido por violaciones a los derechos humanos se quedó sin asumir.
Adolfo Rodríguez Saá será consagrado hoy diputado nacional, tras su frustrado intento presidencial y su nunca aclarado pacto poselectoral con Menem.
Otra figura que compite hoy por un lugar en el Congreso es Raúl "Tato" Romero Feris, el ex gobernador de Corrientes que estuvo preso el año pasado.
Las elecciones permitieron también fortalecer a varios de los más poderosos líderes del PJ -Carlos Reutemann, José Manuel de la Sota y Rubén Marín- y de la UCR -Angel Rozas, Roberto Iglesias y Pablo Verani-.
Por Martín Rodríguez Yebra
De la Redacción de LA NACION
http://www.lanacion.com.ar/03/11/23/dp_548018.php
LA NACION | 23/11/2003 | Página 12 | Política