Tanto lo expresado por Cafiero, que “La prioridad de la COPPPAL ya no será principalmente la recuperación de las libertades democráticas”, como la presencia en este encuentro de representantes de países gobernados por dictaduras, como Cuba, China, Rusia, Vietnam y Kazajistán, demuestran que este foro de partidos está renunciando a sus principios fundacionales.

Por Gabriel C. Salvia

La Conferencia Permanente de Partidos Políticos de América Latina y el Caribe (COPPPAL), fundada el 12 de octubre de 1979 en la ciudad de Oaxaca, México, celebró recientemente en Buenos Aires el Primer Encuentro Bi-regional entre Partidos políticos de América Latina y el Caribe y la organización de partidos políticos de Asia, la ICAPI. El encuentro reunió así, a un variopinto grupo de partidos políticos latinoamericanos, desde aquellos sectores minoritarios de la Concertación chilena y el Frente Amplio uruguayo, pasando por el partido oficialista del chavismo en Venezuela; y sumando a agrupaciones partidarias de Asia, varias de ellas gobernando sus países mediante regímenes dictatoriales.

Durante este bizarro encuentro, también participaron la presidenta Cristina Fernández de Kirchner y el Canciller Jorge Taiana. Este último se refirió a la crisis política en la región a partir del golpe de Estado perpetrado en Honduras, al que definió con razón como un “avasallamiento de la democracia”. Sin embargo, Taiana no hizo ninguna referencia al avasallamiento de la democracia en Cuba, China, Rusia, Vietnam, Kazajistán, y, por qué no, en Venezuela, cuyos representantes estuvieron presentes en este evento. De la misma manera, la presidenta demostró una vez más que el valiente gesto que tuvo en la Casa Rosada con el dictador de Guinea Ecuatorial, criticándole la situación de los derechos humanos en su país, fue una excepción y no precisamente la regla en su política internacional, pues podría haber reclamado lo mismo a varios de los mencionados participantes en este encuentro de la COPPPAL.

Eso sí, Taiana y Cristina se mostraron agradecidos porque la COPPPAL incluyó en su Declaración final el respaldo a la soberanía argentina en las Islas Malvinas. Tan agradecidos como cuando el ex Canciller de los aventureros y asesinos militares, Nicanor Costa Méndez, se abrazaba con Fidel Castro debido al apoyo del dictador cubano a la misma “causa soberana”. Es que para la COPPPAL y los “nacional-populistas”, la soberanía territorial está por encima del respeto a los derechos humanos de sus habitantes.

En efecto, de acuerdo a lo que informa en su sitio de Internet, durante la época de las dictaduras militares la COPPPAL se ocupó de proteger la vida, los derechos humanos y la libertad de prominentes luchadores y dirigentes de América latina y el Caribe, pero según destacó en la apertura de este evento su actual titular, el veterano político argentino Antonio Cafiero, “cuando el 30 de Mayo de 2005, durante la XXV Reunión Plenaria de la COPPPAL en Buenos Aires, se otorgó la Presidencia de la Conferencia al Partido Justicialista de la República Argentina, asumimos la decisión de iniciar una nueva etapa acorde a los nuevos tiempos. La prioridad de la COPPPAL ya no será principalmente la recuperación de las libertades democráticas”.

Tanto lo expresado por Cafiero, como la presencia en este encuentro de representantes de países gobernados por dictaduras, como Cuba, China, Rusia, Vietnam y Kazajistán, demuestran que la COPPPAL ha renunciado a sus principios fundacionales, contrariando lo que expresa en su propio estatuto.

Por ejemplo, en el artículo 4 de su Estatuto, la COPPPAL “asume el compromiso de la lucha por la democracia que garantice la participación de las mayorías y las minorías en las funciones decisorias del Estado, en un marco de seguridades jurídicas que garantice las libertades públicas del individuo, el derecho pleno a la participación política y el respeto a la diversidad ideológica”. Y en su artículo 6, agrega: “La COPPPAL, reitera su actitud de luchar en contra de la violación de los derechos humanos, comprometiéndose a actuar de manera permanente y concreta para que los estados desarrollen, a partir de las realidades de cada país, políticas más eficaces para promover el respeto de estos derechos”.

Luego de leer esos artículos cabe preguntarse: ¿qué hace el Partido Comunista de Cuba en la COPPPAL? ¿Cómo puede integrarla un régimen de partido único que viola en forma tan obvia lo que la COPPPAL expresa en su estatuto? Y en definitiva, ante la presencia de varias dictaduras en este encuentro Bi-regional: ¿cuál es el verdadero compromiso democrático de los “partidos políticos nacionales y populares” que la COPPPAL dice agrupar?

Gabriel C. Salvia es Presidente del Centro para la Apertura y el Desarrollo de América Latina (CADAL).

 

Gabriel C. Salvia

Director General

Activista de derechos humanos enfocado en la solidaridad democrática internacional. En 2024 recibió el Premio Gratias Agit del Ministerio de Relaciones Exteriores de la República Checa. Es autor de los libros "Memoria, derechos humanos y solidaridad democrática internacional" (2024) y "Bailando por un espejismo: apuntes sobre política, economía y diplomacia en los gobiernos de Cristina Fernández de Kirchner" (2017). Además, compiló varios libros, entre ellos "75 años de la Declaración Universal de Derechos Humanos: Miradas desde Cuba" (2023), "Los derechos humanos en las relaciones internacionales y la política exterior" (2021), "Desafíos para el fortalecimiento democrático en la Argentina" (2015), "Un balance político a 30 años del retorno a la democracia en Argentina" (2013) y "Diplomacia y Derechos Humanos en Cuba" (2011), Sus columnas de opinión han sido publicadas en varios medios en español. Actualmente publica en Clarín, Perfil, Infobae y La Nación, de Argentina. Ha participado en eventos internacionales en América Latina, África, Asia, Europa, los Balcanes y en Estados Unidos. Desde 1992 se desempeña como director en Organizaciones de la Sociedad Civil y es miembro fundador de CADAL. Como periodista, trabajó entre 1992 y 1997 en gráfica, radio y TV especializado en temas parlamentarios, políticos y económicos, y posteriormente contribuyó con entrevistas en La Nación y Perfil.