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Corea del Norte bajo la lupa
La década de Kim Jong Un: ¿cuál fue su peor decisión en estos años?
Más de ochenta expertos en Corea del Norte eligen las medidas más contraproducentes para la supervivencia del régimen tomadas por Kim en sus primeros diez años en el poder, desde el cierre total de las fronteras para evitar un bote de COVID y la marcha atrás en las reformas económicas hasta el fracaso de las negociaciones con Donald Trump.Por Chad O’Carroll
(NK News) Hace diez años, Kim Jong Un se convirtió en el líder absoluto de uno de los países más represivos y aislados del mundo después de que su padre, el líder de Corea del Norte, Kim Jong Il, muriera de un presunto ataque cardíaco.
Kim ha logrado asegurar en gran medida su control sobre el país, pero los problemas van en aumento. La respuesta aislacionista al COVID-19 ha interrumpido prácticamente en su totalidad el comercio con China, que es el sustento de la economía de Corea del Norte. El coqueteo inicial de Kim con los mercados privados parece haber terminado a medida que el Estado vuelve a introducir la vigilancia y los controles. Y su raíd diplomático de 2018-2019 no hizo nada para aliviar las sanciones internacionales contra su país.
Si bien las armas nucleares son un amortiguador contra la interferencia externa, puertas adentro estos problemas pueden ser un factor de riesgo en la próxima década.
Entonces, ¿cuál fue la peor decisión de Kim Jong Un hasta ahora, la que tendrá mmásayor impacto en los próximos diez años?
NK News consultó a cientos de expertos en Corea del Norte para conocer sus ideas. La encuesta, que incluyó varias preguntas sobre el liderazgo de Kim, recibió respuestas y explicaciones de 82 encuestados diferentes (47 registrados y 35 de forma anónima).
En orden inverso, esto es lo que los participantes creen que fueron las peores apuestas de Kim como líder de Corea del Norte:
#4 (con 9,8% de los votos)
Mantener el programa nuclear y de misiles de largo alcance a cualquier precio
Aunque tanto su abuelo, Kim Il Sung, como su padre, Kim Jong Il, tenían ambiciones nucleares (el último supervisó, de hecho, la primera y la segunda prueba nuclear de Corea del Norte), Kim Jong Un parece más comprometido que cualquiera de ellos en lograr una disuasión nuclear creíble.
El actual Kim es el único que ha ensayado con éxito un vehículo de lanzamiento de largo alcance para sus armas nucleares y ha supervisado serias mejoras cualitativas en el programa nuclear del país. Pero este progreso ha tenido un precio alto en forma de aplastantes sanciones internacionales de Estados Unidos, la ONU, la Unión Europea y varios otros países.
"Kim Jong Un calculó mal cuando testeó un misil balístico intercontinental e hizo un ensayo termonuclear en 2017", explica Artyom Lukin, de la Universidad Federal del Lejano Oriente. "Él esperaba que Washington, asombrado por las nuevas capacidades estratégicas de Corea del Norte, aceptara la paz, pero, en cambio, obtuvo la ronda de sanciones de 'máxima presión' del presidente Trump, que todavía está en vigor".
Peter Ward, de la Universidad de Viena y NK Pro, explica que Kim probablemente no predijo lo duras podían llegar a ser las sanciones internacionales contra Corea del Norte, pero su existencia ahora "limita severamente las opciones de Kim Jong Un en las relaciones económicas externas y su supervivencia en el largo plazo".
Las tácticas norcoreanas de negociación en los niveles técnicos en 2017 también pueden haber empeorado la dura respuesta internacional, explica otro especialista. "En lugar de restar importancia a los ensayos y prometer ponerles fin lo antes posible, escuchamos promesas de una prueba termonuclear en el Pacífico y una retórica ultra-jingoísta", dice Fyodor Tertitskiy, investigador de la Universidad Kookmin de Seúl. "¡No es de extrañar entonces que los hayan sancionado de esa forma!"
#3 (con 11% de los votos)
Interrumpir de raíz el comercio con el mundo exterior para proteger a Corea del Norte del COVID-19
Corea del Norte fue uno de los primeros países en sellar sus fronteras luego del primer brote de la pandemia de COVID-19 a principios de 2020. Casi todos los viajes internacionales se han interrumpido desde entonces y pocos bienes pueden entrar o salir del país. Los controles fronterizos son tan severos que pocos desertores –si alguno– ha podido escapar del país, y Pyongyang ha emitido una orden de "disparar a matar" en un radio de una milla de sus fronteras.
Estas políticas se han reforzado a medida que la pandemia se extiende y surgen nuevas variantes de COVID. Pyongyang parece ser algo consciente de las consecuencias de estas acciones. Ya en marzo del año pasado, los medios estatales admitieron que la respuesta del país a la pandemia suponía el riesgo de generar una "enorme pérdida económica", y en mayo de 2021 el diario oficial Rodong Sinmun advirtió que "es inevitable que la situación pandémica se prolongue durante un largo período de tiempo".
Dado que no hay indicios de que las áreas de desinfección en la frontera que han sido construidas recientemente vayan a activarse para el comercio entrante pronto –y dadas las preocupaciones en Pyongyang sobre la variante Omicron–, parece que el costo para la economía norcoreana seguirá aumentando.
Algunos expertos creen que las políticas de Corea del Norte en este área son las peores que ha tomado Kim Jong Un.
Stephan Blancke, politólogo especializado en el crimen organizado de Corea del Norte, dice que estas restricciones fronterizas podrían volverse conflictivas. "Las consecuencias económicas de este aislamiento total pueden generar inestabilidad política interna", explica. "Por ejemplo, la escasez de semillas y de fertilizantes importados de China ya ha tenido un impacto masivo en las cosechas: el resultado puede ser un severo problema de suministro para la población".
Thomas Fisler, un ex trabajador humanitario que vivió en Corea del Norte durante cuatro años, coincide en que “antes, el liderazgo sabía que satisfacer las demandas de los habitantes de Pyongyang, manteniendo sus niveles de vida relativamente altos, era la base del control político”. Pero la persistente "escasez de bienes importados", que alguna vez se usaron para que la élite de Pyongyang tuviera un "nivel de vida relativamente más alto", podría traducirse ahora en problemas políticos para Kim Jong Un. "Esto puede expresarse en un aumento de las críticas al liderazgo".
Otro experto cree que la interrupción del comercio "ha llevado al país de regreso a los días de la hambruna de los años noventa".
#2 (con 12,2% de los votos)
La marcha atrás en las reformas económicas y la centralización del control estatal sobre la economía después del Octavo Congreso en 2021
Un acontecimiento clave del Octavo Congreso del Partido de los Trabajadores de Corea del Norte en enero de 2021 fue el surgimiento de una retórica que apuntaba hacia la centralización del control gubernamental sobre la economía y las empresas estatales.
En medio de una serie de contramarchas en las reformas implementadas en la primera parte del gobierno de Kim, el impulso por volver a centralizar el poder económico de las empresas en manos del gobierno ha creado preocupación entre algunos expertos acerca de las perspectivas económicas de Corea del Norte.
Las políticas que algunos analistas creían que llevarían a reformas pro mercado al estilo chino fueron abandonadas, lo que significa que las metas económicas del plan quinquenal del Octavo Congreso del Partido tienen incluso menos probabilidades de realizarse, explicaron algunos expertos a NK News. Además, han creado el problema de haberle permitido a la élite conocer algo mejor solo para quitárselo de forma abrupta.
En consecuencia, Bruce Bennett, investigador en asuntos de defensa de RAND Corporation, describe este alejamiento del camino de las reformas y el regreso al de la centralización como la "peor decisión" de Kim porque dejó pasar "demasiado" tiempo antes de hacerlo. "Kim permitió que sus élites se expusieran demasiado al mundo exterior y probaran el capitalismo antes de imponer estas medidas drásticas", explica Bennett. "Está tomando un riesgo alto al generar una inestabilidad latente en las élites".
Chew Ping Hoo, profesor titular de la Universidad Nacional de Malasia, cree que alejarse de las reformas tendrá efectos contraproducentes para los objetivos iniciales de Kim como líder. "Volver a las viejas costumbres es, en cierta forma, detener abruptamente el desarrollo económico de Corea del Norte, uno de los principales objetivos políticos que Kim trató de lograr bajo su gobierno".
Otros creen que la decisión de reafirmar el control estatal de la economía no beneficia a Kim en el largo plazo.
“Lo que impide que Corea del Norte se dé cuenta de su enorme potencial económico es el sistema socialista estatal; reformarlo es la única solución sostenible para casi todos los problemas que enfrenta Kim”, explica Ruediger Frank, de la Universidad de Viena. "Como ha demostrado China, una reforma de este tipo se puede lograr sin un cambio de régimen. Aplazar esta decisión le costará tiempo y aumenta los costos de la falta de reformas".
#1 (con 30,5% de los votos)
No tener un plan B para las negociaciones con Trump en la cumbre de Hanói en febrero de 2019
Justo antes de la cumbre de Hanói en febrero de 2019, los observadores y expertos en Corea del Norte coincidían en sus expectativas de que un acuerdo entre Estados Unidos y Corea del Norte era inminente.
Aunque en NK News entendíamos antes de la cumbre que había obstáculos importantes en relación con el tema central de la desnuclearización, muchos esperaban que el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y Kim Jong Un podían llegar a un acuerdo aceptable entre ellos acerca de las sanciones y la desnuclearización.
Pero eso no ocurrió. La segunda cumbre entre Estados Unidos y Corea del Norte terminó de forma abrupta sin ninguna declaración formal ni un acuerdo entre las dos partes.
La razón fundamental de la ruptura de las negociaciones, según se supo más tarde, fue que Kim Jong Un exigió un alivio masivo de las sanciones antes de dar acceso y desmantelar algunos sitios clave de producción de combustible nuclear en Yongbyon. Como el equipo negociador norcoreano no tenía un plan B para ofrecer a Estados Unidos, que consideró la propuesta de Kim Jong Un como innegociable, las conversaciones se rompieron y Trump se retiró de la reunión.
Una pluralidad de expertos aseguran que la inflexibilidad de Kim en las conversaciones, que llevó a Trump a darlas por terminadas, fue la peor decisión que ha tomado como líder de Corea del Norte.
"Que los norcoreanos no tuvieran un plan de respaldo es inconcebible, y muestra una evaluación completamente inexacta de las condiciones para las negociaciones con Estados Unidos", dijo Benjamin Silberstein, de la Universidad Hebrea de Jerusalén.
"(Kim) mostró a Estados Unidos que Corea del Norte no había pensado en el estadío final de las negociaciones sobre la desnuclearización", agrega Bong Youngshik, del Instituto de Estudios de Corea del Norte de la Universidad de Yonsei.
La falta de un acuerdo fue aún más sorprendente porque "Trump claramente quería llegar a uno", explica Benjamin Young, historiador sobre Corea del Norte en la Virginia Commonwealth University. "Está claro que (Kim) carecía del análisis y la información de sus camaradas norcoreanos necesarios para encontrar un punto intermedio".
Todo eso significa que fue una “gran oportunidad perdida” para Kim, según Jonathan Corrado, de Korea Society.
En general, la vergüenza vivida en Hanói probablemente contribuyó a otros problemas que sufre el liderazgo de Kim.
"Al no tener un plan B, fue un golpe político a su legitimidad del que le llevó más de un año recuperarse", dijo Kenneth Gause, referente sobre Corea del Norte en CNA Corporation. "El régimen aún no tiene un camino a seguir articulado con claridad, y Kim Jong Un ha tenido que depender de medidas tradicionales para mantener su control durante la pandemia de COVID".
Traducción: Agustín Menéndez
Edición: Florencia Grieco
Las opiniones expresadas en este artículo son de exclusiva responsabilidad de sus autores y no representan necesariamente la opinión de CADAL.
Chad O’CarrollChad O'Carroll es director de NK News y escribe sobre asuntos de Corea del Norte desde 2010.
(NK News) Hace diez años, Kim Jong Un se convirtió en el líder absoluto de uno de los países más represivos y aislados del mundo después de que su padre, el líder de Corea del Norte, Kim Jong Il, muriera de un presunto ataque cardíaco.
Kim ha logrado asegurar en gran medida su control sobre el país, pero los problemas van en aumento. La respuesta aislacionista al COVID-19 ha interrumpido prácticamente en su totalidad el comercio con China, que es el sustento de la economía de Corea del Norte. El coqueteo inicial de Kim con los mercados privados parece haber terminado a medida que el Estado vuelve a introducir la vigilancia y los controles. Y su raíd diplomático de 2018-2019 no hizo nada para aliviar las sanciones internacionales contra su país.
Si bien las armas nucleares son un amortiguador contra la interferencia externa, puertas adentro estos problemas pueden ser un factor de riesgo en la próxima década.
Entonces, ¿cuál fue la peor decisión de Kim Jong Un hasta ahora, la que tendrá mmásayor impacto en los próximos diez años?
NK News consultó a cientos de expertos en Corea del Norte para conocer sus ideas. La encuesta, que incluyó varias preguntas sobre el liderazgo de Kim, recibió respuestas y explicaciones de 82 encuestados diferentes (47 registrados y 35 de forma anónima).
En orden inverso, esto es lo que los participantes creen que fueron las peores apuestas de Kim como líder de Corea del Norte:
#4 (con 9,8% de los votos)
Mantener el programa nuclear y de misiles de largo alcance a cualquier precio
Aunque tanto su abuelo, Kim Il Sung, como su padre, Kim Jong Il, tenían ambiciones nucleares (el último supervisó, de hecho, la primera y la segunda prueba nuclear de Corea del Norte), Kim Jong Un parece más comprometido que cualquiera de ellos en lograr una disuasión nuclear creíble.
El actual Kim es el único que ha ensayado con éxito un vehículo de lanzamiento de largo alcance para sus armas nucleares y ha supervisado serias mejoras cualitativas en el programa nuclear del país. Pero este progreso ha tenido un precio alto en forma de aplastantes sanciones internacionales de Estados Unidos, la ONU, la Unión Europea y varios otros países.
"Kim Jong Un calculó mal cuando testeó un misil balístico intercontinental e hizo un ensayo termonuclear en 2017", explica Artyom Lukin, de la Universidad Federal del Lejano Oriente. "Él esperaba que Washington, asombrado por las nuevas capacidades estratégicas de Corea del Norte, aceptara la paz, pero, en cambio, obtuvo la ronda de sanciones de 'máxima presión' del presidente Trump, que todavía está en vigor".
Peter Ward, de la Universidad de Viena y NK Pro, explica que Kim probablemente no predijo lo duras podían llegar a ser las sanciones internacionales contra Corea del Norte, pero su existencia ahora "limita severamente las opciones de Kim Jong Un en las relaciones económicas externas y su supervivencia en el largo plazo".
Las tácticas norcoreanas de negociación en los niveles técnicos en 2017 también pueden haber empeorado la dura respuesta internacional, explica otro especialista. "En lugar de restar importancia a los ensayos y prometer ponerles fin lo antes posible, escuchamos promesas de una prueba termonuclear en el Pacífico y una retórica ultra-jingoísta", dice Fyodor Tertitskiy, investigador de la Universidad Kookmin de Seúl. "¡No es de extrañar entonces que los hayan sancionado de esa forma!"
#3 (con 11% de los votos)
Interrumpir de raíz el comercio con el mundo exterior para proteger a Corea del Norte del COVID-19
Corea del Norte fue uno de los primeros países en sellar sus fronteras luego del primer brote de la pandemia de COVID-19 a principios de 2020. Casi todos los viajes internacionales se han interrumpido desde entonces y pocos bienes pueden entrar o salir del país. Los controles fronterizos son tan severos que pocos desertores –si alguno– ha podido escapar del país, y Pyongyang ha emitido una orden de "disparar a matar" en un radio de una milla de sus fronteras.
Estas políticas se han reforzado a medida que la pandemia se extiende y surgen nuevas variantes de COVID. Pyongyang parece ser algo consciente de las consecuencias de estas acciones. Ya en marzo del año pasado, los medios estatales admitieron que la respuesta del país a la pandemia suponía el riesgo de generar una "enorme pérdida económica", y en mayo de 2021 el diario oficial Rodong Sinmun advirtió que "es inevitable que la situación pandémica se prolongue durante un largo período de tiempo".
Dado que no hay indicios de que las áreas de desinfección en la frontera que han sido construidas recientemente vayan a activarse para el comercio entrante pronto –y dadas las preocupaciones en Pyongyang sobre la variante Omicron–, parece que el costo para la economía norcoreana seguirá aumentando.
Algunos expertos creen que las políticas de Corea del Norte en este área son las peores que ha tomado Kim Jong Un.
Stephan Blancke, politólogo especializado en el crimen organizado de Corea del Norte, dice que estas restricciones fronterizas podrían volverse conflictivas. "Las consecuencias económicas de este aislamiento total pueden generar inestabilidad política interna", explica. "Por ejemplo, la escasez de semillas y de fertilizantes importados de China ya ha tenido un impacto masivo en las cosechas: el resultado puede ser un severo problema de suministro para la población".
Thomas Fisler, un ex trabajador humanitario que vivió en Corea del Norte durante cuatro años, coincide en que “antes, el liderazgo sabía que satisfacer las demandas de los habitantes de Pyongyang, manteniendo sus niveles de vida relativamente altos, era la base del control político”. Pero la persistente "escasez de bienes importados", que alguna vez se usaron para que la élite de Pyongyang tuviera un "nivel de vida relativamente más alto", podría traducirse ahora en problemas políticos para Kim Jong Un. "Esto puede expresarse en un aumento de las críticas al liderazgo".
Otro experto cree que la interrupción del comercio "ha llevado al país de regreso a los días de la hambruna de los años noventa".
#2 (con 12,2% de los votos)
La marcha atrás en las reformas económicas y la centralización del control estatal sobre la economía después del Octavo Congreso en 2021
Un acontecimiento clave del Octavo Congreso del Partido de los Trabajadores de Corea del Norte en enero de 2021 fue el surgimiento de una retórica que apuntaba hacia la centralización del control gubernamental sobre la economía y las empresas estatales.
En medio de una serie de contramarchas en las reformas implementadas en la primera parte del gobierno de Kim, el impulso por volver a centralizar el poder económico de las empresas en manos del gobierno ha creado preocupación entre algunos expertos acerca de las perspectivas económicas de Corea del Norte.
Las políticas que algunos analistas creían que llevarían a reformas pro mercado al estilo chino fueron abandonadas, lo que significa que las metas económicas del plan quinquenal del Octavo Congreso del Partido tienen incluso menos probabilidades de realizarse, explicaron algunos expertos a NK News. Además, han creado el problema de haberle permitido a la élite conocer algo mejor solo para quitárselo de forma abrupta.
En consecuencia, Bruce Bennett, investigador en asuntos de defensa de RAND Corporation, describe este alejamiento del camino de las reformas y el regreso al de la centralización como la "peor decisión" de Kim porque dejó pasar "demasiado" tiempo antes de hacerlo. "Kim permitió que sus élites se expusieran demasiado al mundo exterior y probaran el capitalismo antes de imponer estas medidas drásticas", explica Bennett. "Está tomando un riesgo alto al generar una inestabilidad latente en las élites".
Chew Ping Hoo, profesor titular de la Universidad Nacional de Malasia, cree que alejarse de las reformas tendrá efectos contraproducentes para los objetivos iniciales de Kim como líder. "Volver a las viejas costumbres es, en cierta forma, detener abruptamente el desarrollo económico de Corea del Norte, uno de los principales objetivos políticos que Kim trató de lograr bajo su gobierno".
Otros creen que la decisión de reafirmar el control estatal de la economía no beneficia a Kim en el largo plazo.
“Lo que impide que Corea del Norte se dé cuenta de su enorme potencial económico es el sistema socialista estatal; reformarlo es la única solución sostenible para casi todos los problemas que enfrenta Kim”, explica Ruediger Frank, de la Universidad de Viena. "Como ha demostrado China, una reforma de este tipo se puede lograr sin un cambio de régimen. Aplazar esta decisión le costará tiempo y aumenta los costos de la falta de reformas".
#1 (con 30,5% de los votos)
No tener un plan B para las negociaciones con Trump en la cumbre de Hanói en febrero de 2019
Justo antes de la cumbre de Hanói en febrero de 2019, los observadores y expertos en Corea del Norte coincidían en sus expectativas de que un acuerdo entre Estados Unidos y Corea del Norte era inminente.
Aunque en NK News entendíamos antes de la cumbre que había obstáculos importantes en relación con el tema central de la desnuclearización, muchos esperaban que el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y Kim Jong Un podían llegar a un acuerdo aceptable entre ellos acerca de las sanciones y la desnuclearización.
Pero eso no ocurrió. La segunda cumbre entre Estados Unidos y Corea del Norte terminó de forma abrupta sin ninguna declaración formal ni un acuerdo entre las dos partes.
La razón fundamental de la ruptura de las negociaciones, según se supo más tarde, fue que Kim Jong Un exigió un alivio masivo de las sanciones antes de dar acceso y desmantelar algunos sitios clave de producción de combustible nuclear en Yongbyon. Como el equipo negociador norcoreano no tenía un plan B para ofrecer a Estados Unidos, que consideró la propuesta de Kim Jong Un como innegociable, las conversaciones se rompieron y Trump se retiró de la reunión.
Una pluralidad de expertos aseguran que la inflexibilidad de Kim en las conversaciones, que llevó a Trump a darlas por terminadas, fue la peor decisión que ha tomado como líder de Corea del Norte.
"Que los norcoreanos no tuvieran un plan de respaldo es inconcebible, y muestra una evaluación completamente inexacta de las condiciones para las negociaciones con Estados Unidos", dijo Benjamin Silberstein, de la Universidad Hebrea de Jerusalén.
"(Kim) mostró a Estados Unidos que Corea del Norte no había pensado en el estadío final de las negociaciones sobre la desnuclearización", agrega Bong Youngshik, del Instituto de Estudios de Corea del Norte de la Universidad de Yonsei.
La falta de un acuerdo fue aún más sorprendente porque "Trump claramente quería llegar a uno", explica Benjamin Young, historiador sobre Corea del Norte en la Virginia Commonwealth University. "Está claro que (Kim) carecía del análisis y la información de sus camaradas norcoreanos necesarios para encontrar un punto intermedio".
Todo eso significa que fue una “gran oportunidad perdida” para Kim, según Jonathan Corrado, de Korea Society.
En general, la vergüenza vivida en Hanói probablemente contribuyó a otros problemas que sufre el liderazgo de Kim.
"Al no tener un plan B, fue un golpe político a su legitimidad del que le llevó más de un año recuperarse", dijo Kenneth Gause, referente sobre Corea del Norte en CNA Corporation. "El régimen aún no tiene un camino a seguir articulado con claridad, y Kim Jong Un ha tenido que depender de medidas tradicionales para mantener su control durante la pandemia de COVID".
Traducción: Agustín Menéndez
Edición: Florencia Grieco
Las opiniones expresadas en este artículo son de exclusiva responsabilidad de sus autores y no representan necesariamente la opinión de CADAL.