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Análisis Latino
Los desafíos a la transformación en Jamaica
La evolución de Jamaica en el Bertelsmann Transformation Index entre los años 2006 y 2024 muestra un país que ha logrado consolidar su democracia, aunque persisten serios desafíos en los ámbitos político, económico y de gobernanza. A pesar de contar con una institucionalidad democrática relativamente estable y altos índices de participación ciudadana, los problemas referidos a la violencia, corrupción y desigualdad continúan socavando el progreso jamaiquino.Por Luis Angel Palomino
Tras su independencia en 1962, Jamaica ha sido un foco de interés tanto a nivel regional como internacional, no solo por su rica cultura y contribuciones a la música y el deporte, sino también por las profundas problemáticas políticas, económicas y sociales que enfrenta el Estado caribeño. A pesar de ser un Estado en crecimiento, gracias a la exportación de sus materias primas y sus abundantes recursos naturales, así como a un sector turístico en expansión, Jamaica ha enfrentado diversos desafíos en términos de seguridad, lo que ha llevado a un estancamiento en su desarrollo como nación. La combinación de estas circunstancias ha limitado su capacidad para avanzar de manera sostenible y ha generado preocupaciones en relación a su estabilidad.
Jamaica es una nación independiente que forma parte de la Mancomunidad de Naciones del Reino Unido, adoptando una forma de gobierno basada en la democracia parlamentaria dentro de un régimen de una monarquía constitucional parlamentaria. El jefe de Estado es el monarca británico, quien es representado en el país por un gobernador general. Este último tiene funciones netamente ceremoniales y carece de autoridad dentro del territorio. El primer ministro, designado por el gobernador general a partir de su posición como líder del partido del ganador en el proceso electoral, actúa como jefe de gobierno, liderando la administración del Estado.
No obstante, el sistema ha sido vulnerado en numerosas ocasiones dentro del territorio jamaiquino. Si bien Jamaica ha mantenido una estabilidad relativa en comparación con otros Estados caribeños, de igual manera enfrenta desafíos tanto en el ámbito socioeconómico como en la gobernabilidad. A lo largo de su historia, Jamaica ha lidiado con altos niveles de violencia, corrupción, narcotráfico y desigualdad social, factores que han socavado la confianza de la población en las instituciones gubernamentales y perpetuado el ciclo de vulnerabilidad estructural. Actualmente, a fecha de noviembre de 2024, el gobierno del primer ministro Andrew Holness se encuentra ante la compleja tarea de implementar reformas sustanciales que reduzcan el impacto de estas prácticas delictivas y restauren la confianza pública. Paralelamente, Patrick Allen, como Gobernador General, representa la figura del Reino Unido dentro de la nación, manteniendo el vínculo simbólico con la monarquía británica.
Para entender y analizar la evolución de Jamaica en términos de Transformación Política (TP), Transformación Económica (TE) y Gobernanza (G), es crucial considerar el contexto histórico y actual del país. El siguiente gráfico (Figura 1) muestra los cambios en estos ámbitos desde 2006 hasta 2024, basados en los datos del Bertelsmann Transformation Index (BTI). Este índice evalúa el cambio social en 137 países en desarrollo y en transición hacia la democracia y la economía de mercado, mediante una metodología que usa datos recolectados de manera propia, y proporciona un análisis exhaustivo de la gestión de los Estados en los procesos de transformación.
El BTI evalúa cómo los países en desarrollo y en transición avanzan hacia la democracia y una economía de mercado. Utiliza un marco metodológico estandarizado en el que expertos nacionales califican 17 criterios para 137 países, y estos resultados se revisan en procesos de calibración regional e interregional para garantizar su precisión y comparabilidad. El BTI produce dos índices centrales: el Status Index, que mide tanto la transformación política y económica, y el Governance Index, que evalúa la calidad de la gobernanza de los Estados. Estos índices se actualizan bienalmente para permitir un análisis de tendencias y estrategias de transformación, proporcionando así una visión integral de los procesos de cambio político y económico en estos países, y permitiendo una comprensión cuantitativa de la situación de los Estados.
Figura 1: Elaboración propia del puntaje de Jamaica en Transformación Política, Transformación Económica y Gobernanza (1-10) en base de los datos del BTI de 2006 a 2024.
De acuerdo al gráfico, se observa una tendencia estable en los tres niveles evaluados en Jamaica, aunque estas puntuaciones se encuentran en un leve descenso, según el BTI. A lo largo del período evaluado, se evidencia que Jamaica posee una democracia en consolidación; un estado de transformación económica limitado; y una buena gobernanza, con el peligro de calificarse como débil. Aunque el nivel de transformación política sigue siendo alto en comparación con otros Estados del Caribe, la transformación económica y la calidad de la gobernanza se mantienen relativamente bajas. Así, comprender la variación en estas dimensiones es esencial para analizar el estado actual de la nación jamaiquina en términos de estabilidad democrática, económica y de gobernanza.
Transformación Política
La trayectoria política de Jamaica en las últimas dos décadas ha mostrado una estabilidad relativa, estableciéndose como una de las democracias más consolidadas de la región caribeña. El BTI ha reflejado consistentemente puntuaciones altas en el ámbito de la transformación política, basándose principalmente en los altos puntajes en la estatalidad, la participación política, y la estabilidad de las instituciones democráticas. Sin embargo, estos niveles se han reducido progresivamente de acuerdo a los indicadores de esta dimensión, lo que ha presentado desafíos recurrentes para el país. A continuación, se analiza cómo Jamaica ha navegado por estos aspectos desde 2003 hasta 2024, según el BTI.
A principios de este período de tiempo, Jamaica ya presentaba una puntuación alta en la Transformación Política, lo que indicaba una democracia en consolidación. En el BTI 2006, durante el gobierno de Percival James Patterson, Jamaica poseía una puntuación de 8,7, la cual estaba forjada a partir de altos niveles en estatalidad, participación política, y estabilidad de las instituciones democráticas, representando así el punto más alto a nivel democrático dentro de Jamaica en el período analizado por el BTI. Poco tiempo después, este puntaje tuvo un ligero retroceso durante el mandado de Portia Simpson-Miller, pasando a 8,55 en el BTI 2008. Tras la llegada Bruce Golding como Primer Ministro, el retroceso en este puntaje se pronunció, alcanzando un puntaje de 8,25 tanto en el BTI 2010 como en 2012. El período de Golding estuvo marcado por desafíos constantes que atentaban contra la estabilidad democrática, incluidos altos niveles de violencia y criminalidad, particularmente relacionados con el narcotráfico y homicidios.
No obstante, el gobierno de Bruce Golding tuvo como principal episodio crítico de su mandato su implicación en el escándalo relacionado con la extradición del narcotraficante Christopher "Dudus" Coke a Estados Unidos. Inicialmente, el gobierno se negó a extraditar a Coke, lo que provocó una ola de críticas tanto a nivel nacional como internacional. Esta negativa culminó en un violento conflicto en Kingston en 2010, cuando las autoridades intentaron arrestarlo, lo que resultó en decenas de muertes y la declaración de un estado de emergencia. Así, el Partido Laborista de Jamaica (JLP) enfrentó críticas internas y un creciente descontento popular que debilitó su respaldo. Ante la situación, Golding anunció su dimisión. A pesar de estos desafíos, la puntuación de Jamaica no se vio gravemente afectada, permaneciendo invariable entre 2010 y 2012.
La estabilidad institucional de Jamaica se ha mantenido notablemente alta en los últimos años, con una puntuación de 8,3 en Transformación Política durante el segundo mandato de Portia Simpson-Miller y una ligera variación de 8,3 a 8,2 en el BTI de 2018 a 2022 bajo el gobierno de Andrew Holness. Esto refleja el éxito del país en consolidar sus instituciones democráticas y su estatus de democracia en consolidación. Sin embargo, a pesar de esta fortaleza en los aspectos políticos, la estatalidad ha mostrado signos de deterioro, evidenciado en indicadores relacionados con la eficacia gubernamental y el estado de derecho.
En 2024, Jamaica sigue siendo una democracia en consolidación, aunque con una ligera tendencia decreciente en su Transformación Política, lo cual se refleja en su puntaje de 8,05 en el último reporte del BTI. Esta disminución, aunque leve, refleja las dificultades persistentes del país para abordar problemas estructurales como la violencia, la desigualdad y la corrupción, que continúan deteriorando el sistema político jamaiquino. A pesar de estas problemáticas, la solidez de las instituciones políticas de Jamaica, así como el alto índice de participación política, siguen siendo pilares que han permitido al Estado evitar crisis de mayor profundidad que atenten contra su estado de democracia. Esto destaca el papel crucial de las instituciones democráticas en la estabilidad general de la nación y su capacidad para resistir las presiones internas y externas.
Transformación Económica
La trayectoria económica de Jamaica, reflejada en los puntajes del Estado de Economía en el BTI entre 2006 y 2024, evidencia un patrón de transformación económica limitada, con retrocesos que han otorgado al Estado un estancamiento relativo. Desde el BTI 2006, cuando Jamaica registró un puntaje de 6,46, la economía del país ha enfrentado desafíos estructurales persistentes, como altos niveles de deuda pública en relación a su PBI, baja inversión en infraestructura y una dependencia significativa de sectores como el turismo y las remesas externas. No obstante, en el BTI 2008, el puntaje económico de Jamaica aumentó ligeramente a 6,75, reflejando algunos avances en la estabilidad macroeconómica de Jamaica, basados principalmente en la reducción del déficit fiscal.
Sin embargo, este progreso fue limitado debido a la vulnerabilidad de la economía jamaiquina a factores externos, como la crisis financiera global de 2008, que afectó al crecimiento de sectores clave como el turismo y las exportaciones. Esta situación se reflejó en el puntaje obtenido en 2010, el cual bajó a 6,64, reflejando los efectos a largo plazo de la crisis financiera global. La recuperación económica de Jamaica fue lenta, por lo que en el BTI 2012 el puntaje cayó a 6,29, evidenciando la debilidad estructural de la economía. Aunque el gobierno continuó aplicando medidas estructurales de austeridad, la falta de inversión en sectores clave y los desafíos de competitividad global impidieron que el Estado jamaiquino lograra una recuperación económica sostenida.
Para 2014, el puntaje descendió a 5,89, un indicio claro de las dificultades económicas persistentes. Aunque el sector turístico mostró signos de recuperación, los altos niveles de deuda seguían afectando la capacidad del gobierno para invertir en un crecimiento sostenible para el Estado. El BTI 2016 registró un ligero aumento en el puntaje, alcanzando 6,11, lo que indica signos de estabilización en varios indicadores macroeconómicos. Esto se reflejó en el crecimiento del puntaje en el BTI 2018, el cual fue 6,32, siendo esto impulsado por la expansión del sector turístico y los esfuerzos continuos para mejorar la estabilidad fiscal durante el gobierno de Holness. Sin embargo, la dependencia de un número limitado de sectores como el turístico y el exportador, sumado a las débiles instituciones económicas, evita la continuidad del progreso en la transformación económica de Jamaica. Así, en 2020, el puntaje ofrecido por el BTI se mantuvo invariable en relación al 6,32 del BTI 2018.
Esta debilidad en la transformación económica se profundizó durante la pandemia de COVID-19, período en el cual Jamaica descendió a un puntaje de 6,18. La pandemia afectó gravemente la economía jamaiquina, especialmente el sector turístico. Así, junto a la interrupción en las cadenas de valor globales, se experimentó una ralentización económica en el país. A pesar de los esfuerzos del gobierno para mitigar las consecuencias de la pandemia mediante estímulos económicos y programas de apoyo, los efectos a largo plazo fueron significativos.
Para 2024, la economía jamaiquina aún no ha logrado una recuperación completa, y el puntaje de Jamaica disminuyó ligeramente a 6,14. La lenta reactivación del sector turístico, combinada con las dificultades para atraer inversión extranjera en un entorno internacional complicado, sigue limitando el proceso de transformación económica del Estado jamaicano. De esta manera, la economía continúa siendo vulnerable a perturbaciones externas y enfrenta retos internos que obstaculizan un crecimiento sostenido, lo cual se refleja en los puntajes asignados por el BTI.
Gobernanza
El índice de gobernanza del BTI para Jamaica entre 2006 y 2024 muestra una buena trayectoria con relativa estabilidad, aunque marcada por desafíos en la implementación de políticas y gobernabilidad efectiva. En 2006, Jamaica registró un puntaje de 6,01, reflejando un estado de gobernanza moderadamente bueno, pero con problemas estructurales, como la corrupción y la violencia criminal, que continuaron afectando la calidad de la gobernanza. Aun así, este puntaje inicial es el más alto alcanzado por Jamaica dentro del BTI en cuanto a la gobernanza.
En el BTI 2008, el puntaje de gobernanza se redujo a 5,71, evidenciando una ligera erosión en la capacidad del gobierno para implementar políticas públicas de manera eficiente, lo cual se reflejó en los niveles de cohesión de la sociedad civil e inseguridad persistente, especialmente relacionada con el crimen organizado y la violencia. Durante la administración de Golding, Jamaica continuó enfrentando profundos obstáculos estructurales que dificultaban la implementación efectiva de sus políticas públicas. Esto se vio agravado por la controversia en torno al caso de extradición de Christopher "Dudus" Coke, lo que llevó a un deterioro del índice de gobernanza, que alcanzó un valor de 5,65 en 2010. Aunque al final del período de Golding se registró una leve mejora en el puntaje de gobernanza, alcanzando 5,69 en el BTI 2012, este cambio no representó un avance significativo en las condiciones de gobernanza, evidenciando la persistente erosión en la gobernanza jamaiquina.
En los BTI 2014 y 2016, durante el período de Simpson-Miller, el puntaje de gobernanza se mantuvo relativamente estable en 5,65 y 5,99, respectivamente. Durante su mandato, Jamaica continuó lidiando con una gobernabilidad marcada por tensiones entre el gobierno y la sociedad civil debido a la violencia criminal y la falta de acceso equitativo a los servicios. Sin embargo, se destacaron algunos esfuerzos por parte del gobierno para mejorar la transparencia y luchar contra la corrupción, lo que permitió una pequeña mejora en el índice de gobernanza en el BTI 2016.
Para 2018, con el regreso de Holness, el puntaje de gobernanza descendió levemente a 5,86, reflejando las dificultades estructurales y crónicas del gobierno para implementar políticas efectivas en áreas clave como la seguridad. Esta situación se fue deteriorando, pues, entre 2020 y 2022, Jamaica mantuvo un puntaje en la gobernanza del BTI de 5,86 y 5,79, respectivamente. La pandemia del COVID-19 puso a prueba las capacidades del gobierno para gestionar la crisis sanitaria. Aunque la respuesta fue mayormente efectiva, la pandemia exacerbó los problemas estructurales del país. No obstante, el gobierno consiguió preservar la estabilidad institucional a pesar de los significativos desafíos generados por la pandemia.
Finalmente, en 2024, el BTI registró una ligera mejora con un puntaje de 5,82 en la gobernanza. Esta estabilización refleja los esfuerzos continuos por parte del gobierno para fortalecer el Estado de derecho y mejorar la seguridad pública, aunque los desafíos estructurales en materia de corrupción, desigualdad y crimen organizado siguen siendo un obstáculo importante para una gobernanza más eficiente y equitativa de Jamaica. A pesar de las dificultades, Jamaica sigue siendo un país con instituciones democráticas relativamente robustas en comparación con otros en la región caribeña.
Conclusión
En síntesis, la evolución de Jamaica entre los años 2006 y 2024 muestra un país que ha logrado consolidar su democracia, aunque persisten serios desafíos en los ámbitos político, económico y de gobernanza. A pesar de contar con una institucionalidad democrática relativamente estable y altos índices de participación ciudadana, los problemas referidos a la violencia, corrupción y desigualdad continúan socavando el progreso jamaiquino. Los indicadores del BTI evidencian avances limitados, especialmente en el plano económico, donde la dependencia de sectores como el turismo y las exportaciones ha obstaculizado un crecimiento sostenido. Además, la gobernanza se muestra con una trayectoria relativamente estable, marcada por desafíos estructurales persistentes en la implementación de políticas efectivas, pero con ciertos avances en la estabilidad institucional. Así, a pesar de presentar una serie de problemáticas importantes, se concibe que Jamaica es uno de los Estados más estables de la región del Caribe. Esta comprensión integral de los tres niveles permitirá abordar de manera más precisa los desafíos de Jamaica y formular estrategias políticas más efectivas para su desarrollo futuro.
Luis Angel PalominoPasante InternacionalEstudiante de Relaciones Internacionales de la Pontificia Universidad Católica del Perú y voluntario de CADAL.
Tras su independencia en 1962, Jamaica ha sido un foco de interés tanto a nivel regional como internacional, no solo por su rica cultura y contribuciones a la música y el deporte, sino también por las profundas problemáticas políticas, económicas y sociales que enfrenta el Estado caribeño. A pesar de ser un Estado en crecimiento, gracias a la exportación de sus materias primas y sus abundantes recursos naturales, así como a un sector turístico en expansión, Jamaica ha enfrentado diversos desafíos en términos de seguridad, lo que ha llevado a un estancamiento en su desarrollo como nación. La combinación de estas circunstancias ha limitado su capacidad para avanzar de manera sostenible y ha generado preocupaciones en relación a su estabilidad.
Jamaica es una nación independiente que forma parte de la Mancomunidad de Naciones del Reino Unido, adoptando una forma de gobierno basada en la democracia parlamentaria dentro de un régimen de una monarquía constitucional parlamentaria. El jefe de Estado es el monarca británico, quien es representado en el país por un gobernador general. Este último tiene funciones netamente ceremoniales y carece de autoridad dentro del territorio. El primer ministro, designado por el gobernador general a partir de su posición como líder del partido del ganador en el proceso electoral, actúa como jefe de gobierno, liderando la administración del Estado.
No obstante, el sistema ha sido vulnerado en numerosas ocasiones dentro del territorio jamaiquino. Si bien Jamaica ha mantenido una estabilidad relativa en comparación con otros Estados caribeños, de igual manera enfrenta desafíos tanto en el ámbito socioeconómico como en la gobernabilidad. A lo largo de su historia, Jamaica ha lidiado con altos niveles de violencia, corrupción, narcotráfico y desigualdad social, factores que han socavado la confianza de la población en las instituciones gubernamentales y perpetuado el ciclo de vulnerabilidad estructural. Actualmente, a fecha de noviembre de 2024, el gobierno del primer ministro Andrew Holness se encuentra ante la compleja tarea de implementar reformas sustanciales que reduzcan el impacto de estas prácticas delictivas y restauren la confianza pública. Paralelamente, Patrick Allen, como Gobernador General, representa la figura del Reino Unido dentro de la nación, manteniendo el vínculo simbólico con la monarquía británica.
Para entender y analizar la evolución de Jamaica en términos de Transformación Política (TP), Transformación Económica (TE) y Gobernanza (G), es crucial considerar el contexto histórico y actual del país. El siguiente gráfico (Figura 1) muestra los cambios en estos ámbitos desde 2006 hasta 2024, basados en los datos del Bertelsmann Transformation Index (BTI). Este índice evalúa el cambio social en 137 países en desarrollo y en transición hacia la democracia y la economía de mercado, mediante una metodología que usa datos recolectados de manera propia, y proporciona un análisis exhaustivo de la gestión de los Estados en los procesos de transformación.
El BTI evalúa cómo los países en desarrollo y en transición avanzan hacia la democracia y una economía de mercado. Utiliza un marco metodológico estandarizado en el que expertos nacionales califican 17 criterios para 137 países, y estos resultados se revisan en procesos de calibración regional e interregional para garantizar su precisión y comparabilidad. El BTI produce dos índices centrales: el Status Index, que mide tanto la transformación política y económica, y el Governance Index, que evalúa la calidad de la gobernanza de los Estados. Estos índices se actualizan bienalmente para permitir un análisis de tendencias y estrategias de transformación, proporcionando así una visión integral de los procesos de cambio político y económico en estos países, y permitiendo una comprensión cuantitativa de la situación de los Estados.
Figura 1: Elaboración propia del puntaje de Jamaica en Transformación Política, Transformación Económica y Gobernanza (1-10) en base de los datos del BTI de 2006 a 2024.
De acuerdo al gráfico, se observa una tendencia estable en los tres niveles evaluados en Jamaica, aunque estas puntuaciones se encuentran en un leve descenso, según el BTI. A lo largo del período evaluado, se evidencia que Jamaica posee una democracia en consolidación; un estado de transformación económica limitado; y una buena gobernanza, con el peligro de calificarse como débil. Aunque el nivel de transformación política sigue siendo alto en comparación con otros Estados del Caribe, la transformación económica y la calidad de la gobernanza se mantienen relativamente bajas. Así, comprender la variación en estas dimensiones es esencial para analizar el estado actual de la nación jamaiquina en términos de estabilidad democrática, económica y de gobernanza.
Transformación Política
La trayectoria política de Jamaica en las últimas dos décadas ha mostrado una estabilidad relativa, estableciéndose como una de las democracias más consolidadas de la región caribeña. El BTI ha reflejado consistentemente puntuaciones altas en el ámbito de la transformación política, basándose principalmente en los altos puntajes en la estatalidad, la participación política, y la estabilidad de las instituciones democráticas. Sin embargo, estos niveles se han reducido progresivamente de acuerdo a los indicadores de esta dimensión, lo que ha presentado desafíos recurrentes para el país. A continuación, se analiza cómo Jamaica ha navegado por estos aspectos desde 2003 hasta 2024, según el BTI.
A principios de este período de tiempo, Jamaica ya presentaba una puntuación alta en la Transformación Política, lo que indicaba una democracia en consolidación. En el BTI 2006, durante el gobierno de Percival James Patterson, Jamaica poseía una puntuación de 8,7, la cual estaba forjada a partir de altos niveles en estatalidad, participación política, y estabilidad de las instituciones democráticas, representando así el punto más alto a nivel democrático dentro de Jamaica en el período analizado por el BTI. Poco tiempo después, este puntaje tuvo un ligero retroceso durante el mandado de Portia Simpson-Miller, pasando a 8,55 en el BTI 2008. Tras la llegada Bruce Golding como Primer Ministro, el retroceso en este puntaje se pronunció, alcanzando un puntaje de 8,25 tanto en el BTI 2010 como en 2012. El período de Golding estuvo marcado por desafíos constantes que atentaban contra la estabilidad democrática, incluidos altos niveles de violencia y criminalidad, particularmente relacionados con el narcotráfico y homicidios.
No obstante, el gobierno de Bruce Golding tuvo como principal episodio crítico de su mandato su implicación en el escándalo relacionado con la extradición del narcotraficante Christopher "Dudus" Coke a Estados Unidos. Inicialmente, el gobierno se negó a extraditar a Coke, lo que provocó una ola de críticas tanto a nivel nacional como internacional. Esta negativa culminó en un violento conflicto en Kingston en 2010, cuando las autoridades intentaron arrestarlo, lo que resultó en decenas de muertes y la declaración de un estado de emergencia. Así, el Partido Laborista de Jamaica (JLP) enfrentó críticas internas y un creciente descontento popular que debilitó su respaldo. Ante la situación, Golding anunció su dimisión. A pesar de estos desafíos, la puntuación de Jamaica no se vio gravemente afectada, permaneciendo invariable entre 2010 y 2012.
La estabilidad institucional de Jamaica se ha mantenido notablemente alta en los últimos años, con una puntuación de 8,3 en Transformación Política durante el segundo mandato de Portia Simpson-Miller y una ligera variación de 8,3 a 8,2 en el BTI de 2018 a 2022 bajo el gobierno de Andrew Holness. Esto refleja el éxito del país en consolidar sus instituciones democráticas y su estatus de democracia en consolidación. Sin embargo, a pesar de esta fortaleza en los aspectos políticos, la estatalidad ha mostrado signos de deterioro, evidenciado en indicadores relacionados con la eficacia gubernamental y el estado de derecho.
En 2024, Jamaica sigue siendo una democracia en consolidación, aunque con una ligera tendencia decreciente en su Transformación Política, lo cual se refleja en su puntaje de 8,05 en el último reporte del BTI. Esta disminución, aunque leve, refleja las dificultades persistentes del país para abordar problemas estructurales como la violencia, la desigualdad y la corrupción, que continúan deteriorando el sistema político jamaiquino. A pesar de estas problemáticas, la solidez de las instituciones políticas de Jamaica, así como el alto índice de participación política, siguen siendo pilares que han permitido al Estado evitar crisis de mayor profundidad que atenten contra su estado de democracia. Esto destaca el papel crucial de las instituciones democráticas en la estabilidad general de la nación y su capacidad para resistir las presiones internas y externas.
Transformación Económica
La trayectoria económica de Jamaica, reflejada en los puntajes del Estado de Economía en el BTI entre 2006 y 2024, evidencia un patrón de transformación económica limitada, con retrocesos que han otorgado al Estado un estancamiento relativo. Desde el BTI 2006, cuando Jamaica registró un puntaje de 6,46, la economía del país ha enfrentado desafíos estructurales persistentes, como altos niveles de deuda pública en relación a su PBI, baja inversión en infraestructura y una dependencia significativa de sectores como el turismo y las remesas externas. No obstante, en el BTI 2008, el puntaje económico de Jamaica aumentó ligeramente a 6,75, reflejando algunos avances en la estabilidad macroeconómica de Jamaica, basados principalmente en la reducción del déficit fiscal.
Sin embargo, este progreso fue limitado debido a la vulnerabilidad de la economía jamaiquina a factores externos, como la crisis financiera global de 2008, que afectó al crecimiento de sectores clave como el turismo y las exportaciones. Esta situación se reflejó en el puntaje obtenido en 2010, el cual bajó a 6,64, reflejando los efectos a largo plazo de la crisis financiera global. La recuperación económica de Jamaica fue lenta, por lo que en el BTI 2012 el puntaje cayó a 6,29, evidenciando la debilidad estructural de la economía. Aunque el gobierno continuó aplicando medidas estructurales de austeridad, la falta de inversión en sectores clave y los desafíos de competitividad global impidieron que el Estado jamaiquino lograra una recuperación económica sostenida.
Para 2014, el puntaje descendió a 5,89, un indicio claro de las dificultades económicas persistentes. Aunque el sector turístico mostró signos de recuperación, los altos niveles de deuda seguían afectando la capacidad del gobierno para invertir en un crecimiento sostenible para el Estado. El BTI 2016 registró un ligero aumento en el puntaje, alcanzando 6,11, lo que indica signos de estabilización en varios indicadores macroeconómicos. Esto se reflejó en el crecimiento del puntaje en el BTI 2018, el cual fue 6,32, siendo esto impulsado por la expansión del sector turístico y los esfuerzos continuos para mejorar la estabilidad fiscal durante el gobierno de Holness. Sin embargo, la dependencia de un número limitado de sectores como el turístico y el exportador, sumado a las débiles instituciones económicas, evita la continuidad del progreso en la transformación económica de Jamaica. Así, en 2020, el puntaje ofrecido por el BTI se mantuvo invariable en relación al 6,32 del BTI 2018.
Esta debilidad en la transformación económica se profundizó durante la pandemia de COVID-19, período en el cual Jamaica descendió a un puntaje de 6,18. La pandemia afectó gravemente la economía jamaiquina, especialmente el sector turístico. Así, junto a la interrupción en las cadenas de valor globales, se experimentó una ralentización económica en el país. A pesar de los esfuerzos del gobierno para mitigar las consecuencias de la pandemia mediante estímulos económicos y programas de apoyo, los efectos a largo plazo fueron significativos.
Para 2024, la economía jamaiquina aún no ha logrado una recuperación completa, y el puntaje de Jamaica disminuyó ligeramente a 6,14. La lenta reactivación del sector turístico, combinada con las dificultades para atraer inversión extranjera en un entorno internacional complicado, sigue limitando el proceso de transformación económica del Estado jamaicano. De esta manera, la economía continúa siendo vulnerable a perturbaciones externas y enfrenta retos internos que obstaculizan un crecimiento sostenido, lo cual se refleja en los puntajes asignados por el BTI.
Gobernanza
El índice de gobernanza del BTI para Jamaica entre 2006 y 2024 muestra una buena trayectoria con relativa estabilidad, aunque marcada por desafíos en la implementación de políticas y gobernabilidad efectiva. En 2006, Jamaica registró un puntaje de 6,01, reflejando un estado de gobernanza moderadamente bueno, pero con problemas estructurales, como la corrupción y la violencia criminal, que continuaron afectando la calidad de la gobernanza. Aun así, este puntaje inicial es el más alto alcanzado por Jamaica dentro del BTI en cuanto a la gobernanza.
En el BTI 2008, el puntaje de gobernanza se redujo a 5,71, evidenciando una ligera erosión en la capacidad del gobierno para implementar políticas públicas de manera eficiente, lo cual se reflejó en los niveles de cohesión de la sociedad civil e inseguridad persistente, especialmente relacionada con el crimen organizado y la violencia. Durante la administración de Golding, Jamaica continuó enfrentando profundos obstáculos estructurales que dificultaban la implementación efectiva de sus políticas públicas. Esto se vio agravado por la controversia en torno al caso de extradición de Christopher "Dudus" Coke, lo que llevó a un deterioro del índice de gobernanza, que alcanzó un valor de 5,65 en 2010. Aunque al final del período de Golding se registró una leve mejora en el puntaje de gobernanza, alcanzando 5,69 en el BTI 2012, este cambio no representó un avance significativo en las condiciones de gobernanza, evidenciando la persistente erosión en la gobernanza jamaiquina.
En los BTI 2014 y 2016, durante el período de Simpson-Miller, el puntaje de gobernanza se mantuvo relativamente estable en 5,65 y 5,99, respectivamente. Durante su mandato, Jamaica continuó lidiando con una gobernabilidad marcada por tensiones entre el gobierno y la sociedad civil debido a la violencia criminal y la falta de acceso equitativo a los servicios. Sin embargo, se destacaron algunos esfuerzos por parte del gobierno para mejorar la transparencia y luchar contra la corrupción, lo que permitió una pequeña mejora en el índice de gobernanza en el BTI 2016.
Para 2018, con el regreso de Holness, el puntaje de gobernanza descendió levemente a 5,86, reflejando las dificultades estructurales y crónicas del gobierno para implementar políticas efectivas en áreas clave como la seguridad. Esta situación se fue deteriorando, pues, entre 2020 y 2022, Jamaica mantuvo un puntaje en la gobernanza del BTI de 5,86 y 5,79, respectivamente. La pandemia del COVID-19 puso a prueba las capacidades del gobierno para gestionar la crisis sanitaria. Aunque la respuesta fue mayormente efectiva, la pandemia exacerbó los problemas estructurales del país. No obstante, el gobierno consiguió preservar la estabilidad institucional a pesar de los significativos desafíos generados por la pandemia.
Finalmente, en 2024, el BTI registró una ligera mejora con un puntaje de 5,82 en la gobernanza. Esta estabilización refleja los esfuerzos continuos por parte del gobierno para fortalecer el Estado de derecho y mejorar la seguridad pública, aunque los desafíos estructurales en materia de corrupción, desigualdad y crimen organizado siguen siendo un obstáculo importante para una gobernanza más eficiente y equitativa de Jamaica. A pesar de las dificultades, Jamaica sigue siendo un país con instituciones democráticas relativamente robustas en comparación con otros en la región caribeña.
Conclusión
En síntesis, la evolución de Jamaica entre los años 2006 y 2024 muestra un país que ha logrado consolidar su democracia, aunque persisten serios desafíos en los ámbitos político, económico y de gobernanza. A pesar de contar con una institucionalidad democrática relativamente estable y altos índices de participación ciudadana, los problemas referidos a la violencia, corrupción y desigualdad continúan socavando el progreso jamaiquino. Los indicadores del BTI evidencian avances limitados, especialmente en el plano económico, donde la dependencia de sectores como el turismo y las exportaciones ha obstaculizado un crecimiento sostenido. Además, la gobernanza se muestra con una trayectoria relativamente estable, marcada por desafíos estructurales persistentes en la implementación de políticas efectivas, pero con ciertos avances en la estabilidad institucional. Así, a pesar de presentar una serie de problemáticas importantes, se concibe que Jamaica es uno de los Estados más estables de la región del Caribe. Esta comprensión integral de los tres niveles permitirá abordar de manera más precisa los desafíos de Jamaica y formular estrategias políticas más efectivas para su desarrollo futuro.