Prensa
FUNDAMENTALISTAS CUBANOS INCREPARON A INTELECTUALES
Fuente: Infobae (Argentina)
"Lo grave es que somos uno de los pocos países que sigue apoyando a Castro",
señaló Marcos Aguinis a un año de los fusilamientos de opositores al dictador.
Me siento honrado de ser escrachado por oponerme a los totalitarismos, tanto de derecha como de izquierda", abrió el fuego el pensador Marcos Aguinis.
Los ánimos empezaban a caldearse en la jornada organizada por el Centro para la Apertura y el Desarrollo de América Latina (CADAL) a un año del recrudecimiento de la persecución sobre opositores desatada por el régimen de Fidel Castro en Cuba.
En la puerta del hotel Argenta Tower, militantes del Movimiento Argentino de Solidaridad con Cuba repetían estribillos a favor del dictador y contrarios a los Estados Unidos. Ya habían atacado a Roberto Alemann, quien tiene sus oficinas muy cerca de donde se realizaba el seminario.
Aguinis señaló que en la isla "no hay socialismo sino una utopía stalinista, que como todos los totalitarismos hace de la delación una virtud y promueve juicios como un montaje teatral para la gilada".
"Lo grave es que somos uno de los pocos países que lo siguen apoyando", agregó. Luego llamó la atención sobre el fenómeno de Hugo Chávez "que quiere cubanizar Venezuela".
Minutos antes, el ensayista Juan José Sebrelli había centrado su mensaje en "las contradicciones de los castristas argentinos" por la defensa de los derechos humanos en la Argentina y su negación en Cuba.
En este sentido recalcó el apoyo dado por Castro a la dictadura argentina expresada en foros internacionales y la invitación que, en aquellos años, el líder cubano hiciera a Jorge Videla para participar de la Conferencia de Países no Alineados.
"Ustedes que se dicen contrarios a Videla, porque se prestan a criticar a Cuba en una jornada promovida con capitales norteamericanos", cuestionó una militante de izquierda.
Aguinis intentó contestarle que "sólo se están cuestionando las violaciones a los derechos humanos en Cuba, más allá de la tendencia ideológica del gobierno".
Pero fue en vano: fundamentalistas pro y anti Castro se habían trenzado en una acalorada discusión muy alejada del intercambio de ideas, que marcó el abrupto final de la jornada.
Aunque seguramente no esperaba el desenlace escandaloso, el investigador Fernando Ruiz, autor de un informe sobre las restricciones a la prensa en Cuba, había señalado una de las claves de lo que se avecinaba.
Al abrir el panel, Ruiz recordó que las encuestas señalan que el 80 por ciento de los argentinos no quiere que el gobierno condene las violaciones a los derechos humanos en Cuba.
Gabriel Buttazzoni
gbuttazzoni@infobae.com
Infobae (Argentina)Diario líder en información de Buenos Aires.
Pude ver su versión en Internet
en: Infobae.com
"Lo grave es que somos uno de los pocos países que sigue apoyando a Castro",
señaló Marcos Aguinis a un año de los fusilamientos de opositores al dictador.
Me siento honrado de ser escrachado por oponerme a los totalitarismos, tanto de derecha como de izquierda", abrió el fuego el pensador Marcos Aguinis.
Los ánimos empezaban a caldearse en la jornada organizada por el Centro para la Apertura y el Desarrollo de América Latina (CADAL) a un año del recrudecimiento de la persecución sobre opositores desatada por el régimen de Fidel Castro en Cuba.
En la puerta del hotel Argenta Tower, militantes del Movimiento Argentino de Solidaridad con Cuba repetían estribillos a favor del dictador y contrarios a los Estados Unidos. Ya habían atacado a Roberto Alemann, quien tiene sus oficinas muy cerca de donde se realizaba el seminario.
Aguinis señaló que en la isla "no hay socialismo sino una utopía stalinista, que como todos los totalitarismos hace de la delación una virtud y promueve juicios como un montaje teatral para la gilada".
"Lo grave es que somos uno de los pocos países que lo siguen apoyando", agregó. Luego llamó la atención sobre el fenómeno de Hugo Chávez "que quiere cubanizar Venezuela".
Minutos antes, el ensayista Juan José Sebrelli había centrado su mensaje en "las contradicciones de los castristas argentinos" por la defensa de los derechos humanos en la Argentina y su negación en Cuba.
En este sentido recalcó el apoyo dado por Castro a la dictadura argentina expresada en foros internacionales y la invitación que, en aquellos años, el líder cubano hiciera a Jorge Videla para participar de la Conferencia de Países no Alineados.
"Ustedes que se dicen contrarios a Videla, porque se prestan a criticar a Cuba en una jornada promovida con capitales norteamericanos", cuestionó una militante de izquierda.
Aguinis intentó contestarle que "sólo se están cuestionando las violaciones a los derechos humanos en Cuba, más allá de la tendencia ideológica del gobierno".
Pero fue en vano: fundamentalistas pro y anti Castro se habían trenzado en una acalorada discusión muy alejada del intercambio de ideas, que marcó el abrupto final de la jornada.
Aunque seguramente no esperaba el desenlace escandaloso, el investigador Fernando Ruiz, autor de un informe sobre las restricciones a la prensa en Cuba, había señalado una de las claves de lo que se avecinaba.
Al abrir el panel, Ruiz recordó que las encuestas señalan que el 80 por ciento de los argentinos no quiere que el gobierno condene las violaciones a los derechos humanos en Cuba.
Gabriel Buttazzoni
gbuttazzoni@infobae.com
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