Prensa
Las definiciones políticas serán el eje excluyente
Fuente: La Nueva Provincia (Bahía Blanca, Argentina)
Las definiciones políticas serán el eje excluyente
Gabriel Salvia/DyN (*)
Con una agenda apuntada hacia temas energéticos, sanitarios y educativos, Cristina Fernández de Kirchner viajará a Cuba.
Oficialmente es lo que se sostiene desde la órbita oficial, pero, sin embargo, se conjetura que el tema central pasa por regresar con Hilda Molina y que la reconocida profesional de la salud pueda reunirse con su familia radicada en Buenos Aires.
El reclamo argentino por la médica impedida de salir de su país --que encabezó Néstor Kirchner en 2006 con una carta-pedido entregada al propio Fidel Castro en Córdoba-- perdió fuerza desde la designación como embajadora de Juliana Marino, una ex diputada nacional y legisladora porteña públicamente adicta al régimen cubano.
La funcionaria ni siquiera visitó una vez a Molina. También es notorio que el ministro de Relaciones Exteriores, Jorge Taiana, siempre evitó referirse a la cuestión de los derechos humanos en la isla.
Por eso mismo, o porque no hay seguridad de cumplir con el objetivo, sólo trasciende hasta ahora que el viaje de Cristina a La Habana estaría restringido a los asuntos mencionados, vinculados a lo comercial.
Si esto es así, la gira sería cuestionable desde dos aspectos:
1.- Hacer negocios con Cuba, por su grado de insolvencia, aparece muy riesgoso.
2.- Para un gobierno que, como el kirchnerista, levanta la bandera de los derechos humanos, no es posible abstenerse de mencionar su situación en ese territorio.
Si el viaje tiene como epicentro el aspecto comercial, se observa un típico ejercicio de voluntarismo o de considerable ingenuidad al pretender darle contenido económico, aun con muchos empresarios anotados para acompañar a la presidenta, pero en un escenario financiero decididamente falto de divisas.
Ni siquiera el Banco Nación promueve exportaciones a la isla porque no salda una abultadísima y añeja deuda. ¿Los argentinos podemos financiar ventas a una Cuba que no paga, que no tiene recursos y que padece de una iliquidez crónica?
Hasta en los últimos días del año pasado, los caribeños no autorizaban, o demoraban bastante, los giros y transferencias de utilidades al exterior, una suerte de virtual "corralito". ¿Lo saben los empresarios que acompañarán a Cristina?
Descartado que las crónicas periodísticas reflejen cierto éxito comercial en un país donde la situación económica, la inseguridad jurídica y el clima de negocios no resultan muy favorables a las inversiones, el viaje a la isla de los hermanos Castro tiene un sentido claramente político.
Así las cosas, si se reafirma la hipótesis de ir para conseguir el traslado de Molina, debería complementarse con un reclamo por la apertura democrática y por la liberación de los más de doscientos presos políticos.
Conclusión: el viaje ofrece un excluyente contenido político, donde lo económico resulta muy secundario y más con las condiciones desfavorables que ofrece el régimen de cincuenta años que, ahora, conduce Raúl Castro.
(*) Titular del Centro para la Apertura y el Desarrollo de América Latina (CADAL).
Fuente: Diario La Nueva Provincia, Bahía Blanca (Argentina), martes 7 de enero de 2008.
http://www.lanueva.com/edicion_impresa/nota/7/01/2009/917013.html
La Nueva Provincia (Bahía Blanca, Argentina)
Las definiciones políticas serán el eje excluyente
Gabriel Salvia/DyN (*)
Con una agenda apuntada hacia temas energéticos, sanitarios y educativos, Cristina Fernández de Kirchner viajará a Cuba.
Oficialmente es lo que se sostiene desde la órbita oficial, pero, sin embargo, se conjetura que el tema central pasa por regresar con Hilda Molina y que la reconocida profesional de la salud pueda reunirse con su familia radicada en Buenos Aires.
El reclamo argentino por la médica impedida de salir de su país --que encabezó Néstor Kirchner en 2006 con una carta-pedido entregada al propio Fidel Castro en Córdoba-- perdió fuerza desde la designación como embajadora de Juliana Marino, una ex diputada nacional y legisladora porteña públicamente adicta al régimen cubano.
La funcionaria ni siquiera visitó una vez a Molina. También es notorio que el ministro de Relaciones Exteriores, Jorge Taiana, siempre evitó referirse a la cuestión de los derechos humanos en la isla.
Por eso mismo, o porque no hay seguridad de cumplir con el objetivo, sólo trasciende hasta ahora que el viaje de Cristina a La Habana estaría restringido a los asuntos mencionados, vinculados a lo comercial.
Si esto es así, la gira sería cuestionable desde dos aspectos:
1.- Hacer negocios con Cuba, por su grado de insolvencia, aparece muy riesgoso.
2.- Para un gobierno que, como el kirchnerista, levanta la bandera de los derechos humanos, no es posible abstenerse de mencionar su situación en ese territorio.
Si el viaje tiene como epicentro el aspecto comercial, se observa un típico ejercicio de voluntarismo o de considerable ingenuidad al pretender darle contenido económico, aun con muchos empresarios anotados para acompañar a la presidenta, pero en un escenario financiero decididamente falto de divisas.
Ni siquiera el Banco Nación promueve exportaciones a la isla porque no salda una abultadísima y añeja deuda. ¿Los argentinos podemos financiar ventas a una Cuba que no paga, que no tiene recursos y que padece de una iliquidez crónica?
Hasta en los últimos días del año pasado, los caribeños no autorizaban, o demoraban bastante, los giros y transferencias de utilidades al exterior, una suerte de virtual "corralito". ¿Lo saben los empresarios que acompañarán a Cristina?
Descartado que las crónicas periodísticas reflejen cierto éxito comercial en un país donde la situación económica, la inseguridad jurídica y el clima de negocios no resultan muy favorables a las inversiones, el viaje a la isla de los hermanos Castro tiene un sentido claramente político.
Así las cosas, si se reafirma la hipótesis de ir para conseguir el traslado de Molina, debería complementarse con un reclamo por la apertura democrática y por la liberación de los más de doscientos presos políticos.
Conclusión: el viaje ofrece un excluyente contenido político, donde lo económico resulta muy secundario y más con las condiciones desfavorables que ofrece el régimen de cincuenta años que, ahora, conduce Raúl Castro.
(*) Titular del Centro para la Apertura y el Desarrollo de América Latina (CADAL).
Fuente: Diario La Nueva Provincia, Bahía Blanca (Argentina), martes 7 de enero de 2008.
http://www.lanueva.com/edicion_impresa/nota/7/01/2009/917013.html