Prensa
Un cuadro ucedeísta de los '90
Fuente: La Nueva Provincia (Bahía Blanca, Argentina)
Gabriel C. Salvia*
Sergio Massa, ex titular de la Administración Nacional de la Seguridad Social (Anses) y hasta el jueves intendente del municipio de Tigre, reemplaza a Alberto Fernández como jefe de Gabinete.
A principios de los '90, ¿quién imaginaría que este entusiasta militante de la rama juvenil más ortodoxa de la Ucedé, proveniente del municipio de San Martín (conurbano bonaerense), terminaría ocupando quince años después uno de los cargos más importantes de un gobierno ubicado en las antípodas del liberalismo?
La situación no debe sorprender, principalmente porque cuando maduran, las personas, generalmente, cambian las ideas de su juventud y, aunque es más habitual que los izquierdistas revolucionarios se conviertan en moderados socialdemócratas o hasta en liberales, el caso de Massa puede ser el de alguien decepcionado con las reformas noventistas y que luego se haya convertido al peronismo defensor del "nacionalismo económico".
Massa, sin embargo, no es el único ex joven liberal en el kirchnerismo. Otros actuales funcionarios también se iniciaron políticamente de una manera muy distinta a Carlos Kunkel, Guillermo Moreno o a los transversales de su misma generación que pasaron por el Partido Intransigente (PI), de Oscar Alende.
Entre los liberales "K", para llamarlos de una manera simpática, hay, por lo menos, un intendente del conurbano bonaerense, un diputado de la provincia de Buenos Aires y dos destacados funcionarios, uno en la órbita de la Cancillería y otro que pasó de la Aduana a la Oficina Nacional de Control de la Calidad Agroalimentaria (ONCCA). Todos militaron en la rama juvenil del partido fundado por Alvaro Alsogaray.
El otro motivo que pudo haber llevado a Massa a pasarse al "campo popular", es el más común de todos: saber ubicarse "donde calienta el sol", una regla de oro del político oportunista.
En ese sentido, Massa puede representar el típico perfil del político ambicioso que se adapta al clima de opinión predominante para continuar con su ascenso en la vida pública, emulando a muchos peronistas ex menemistas que hoy abrazan la causa kirchnerista. ¿Nombres? El propio Alberto Fernández; el mismísimo gobernador bonaerense, Daniel Scioli; y una lista complementaria bastante poblada.
Más allá de los motivos que incidieron en su formación política, como punto a favor de Massa es importante destacar que en la Anses demostró ser una persona moderada, buen comunicador y relacionista público, antecedentes necesarios para ayudar hoy a levantar la imagen del gobierno nacional.
Esto último debería incluir el mejorar la relación con el vicepresidente Julio Cobos, con el Poder Legislativo, las provincias, los medios, los peronistas díscolos y la oposición.
Quién sabe, pero quizás Massa aún conserve alguna raíz liberal, como el respeto por el pluralismo, la tolerancia política y las instituciones republicanas, principios que --más allá de las medidas económicas-- cualquier gobierno que se precie de democrático debería garantizar.
(*) Presidente del Centro para la Apertura y el Desarrollo de América Latina (CADAL).
Fuente: La Nueva Provincia
La Nueva Provincia (Bahía Blanca, Argentina)
Gabriel C. Salvia*
Sergio Massa, ex titular de la Administración Nacional de la Seguridad Social (Anses) y hasta el jueves intendente del municipio de Tigre, reemplaza a Alberto Fernández como jefe de Gabinete.
A principios de los '90, ¿quién imaginaría que este entusiasta militante de la rama juvenil más ortodoxa de la Ucedé, proveniente del municipio de San Martín (conurbano bonaerense), terminaría ocupando quince años después uno de los cargos más importantes de un gobierno ubicado en las antípodas del liberalismo?
La situación no debe sorprender, principalmente porque cuando maduran, las personas, generalmente, cambian las ideas de su juventud y, aunque es más habitual que los izquierdistas revolucionarios se conviertan en moderados socialdemócratas o hasta en liberales, el caso de Massa puede ser el de alguien decepcionado con las reformas noventistas y que luego se haya convertido al peronismo defensor del "nacionalismo económico".
Massa, sin embargo, no es el único ex joven liberal en el kirchnerismo. Otros actuales funcionarios también se iniciaron políticamente de una manera muy distinta a Carlos Kunkel, Guillermo Moreno o a los transversales de su misma generación que pasaron por el Partido Intransigente (PI), de Oscar Alende.
Entre los liberales "K", para llamarlos de una manera simpática, hay, por lo menos, un intendente del conurbano bonaerense, un diputado de la provincia de Buenos Aires y dos destacados funcionarios, uno en la órbita de la Cancillería y otro que pasó de la Aduana a la Oficina Nacional de Control de la Calidad Agroalimentaria (ONCCA). Todos militaron en la rama juvenil del partido fundado por Alvaro Alsogaray.
El otro motivo que pudo haber llevado a Massa a pasarse al "campo popular", es el más común de todos: saber ubicarse "donde calienta el sol", una regla de oro del político oportunista.
En ese sentido, Massa puede representar el típico perfil del político ambicioso que se adapta al clima de opinión predominante para continuar con su ascenso en la vida pública, emulando a muchos peronistas ex menemistas que hoy abrazan la causa kirchnerista. ¿Nombres? El propio Alberto Fernández; el mismísimo gobernador bonaerense, Daniel Scioli; y una lista complementaria bastante poblada.
Más allá de los motivos que incidieron en su formación política, como punto a favor de Massa es importante destacar que en la Anses demostró ser una persona moderada, buen comunicador y relacionista público, antecedentes necesarios para ayudar hoy a levantar la imagen del gobierno nacional.
Esto último debería incluir el mejorar la relación con el vicepresidente Julio Cobos, con el Poder Legislativo, las provincias, los medios, los peronistas díscolos y la oposición.
Quién sabe, pero quizás Massa aún conserve alguna raíz liberal, como el respeto por el pluralismo, la tolerancia política y las instituciones republicanas, principios que --más allá de las medidas económicas-- cualquier gobierno que se precie de democrático debería garantizar.
(*) Presidente del Centro para la Apertura y el Desarrollo de América Latina (CADAL).
Fuente: La Nueva Provincia