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20-07-2022Diálogos sobre la amistad y el exilio
Reseña del documental A media voz, de Heidi Hassan y Patricia Pérez FernándezPor Belén Ruiz Jelenic
Dos voces, dos miradas y una amistad atravesada por el exilio construyen un diálogo íntimo y sensible. A media voz es un documental autobiográfico dirigido por Heidi Hassan y Patricia Pérez Fernández, dos amigas de la infancia y cineastas cubanas que se enfrentaron a los retos de la emigración y buscaron rehacer su vida lejos de Cuba.
Las directoras nos sumergen en un viaje poético y visual sobre sus vidas a través de videocartas. Desarrollan una narrativa que les permite conservar sus propias voces y, a su vez, construir juntas un nuevo discurso. Además, proponen un montaje pincelado con efectos, texturas y sonidos que predominan sobre la continuidad temporal de las imágenes.
El documental presenta material de archivo de su infancia en cintas de VHS y fotografías; escenas del backstage de sus primeras películas como estudiantes; y el registro propio de sus últimos años y de su actualidad. El largometraje de 78 minutos fue ganador a Mejor Documental en el Festival de La Habana y en el Festival de Cine Documental de Amsterdam (IDFA).
La película narra la historia de Heidi y Patricia, dos mujeres de 40 años, que crecieron juntas en Cuba, estudiaron en la misma escuela de cine (Escuela Internacional de Cine de San Antonio de los Baños) y luego se distanciaron. Como cineastas llevaron a cabo varios cortometrajes en equipo hasta que una de ellas decidió irse del país.
En una de las primeras cartas Heidi dice: “Busco una imagen que te hable de mí, busco el tono, busco otro tono, pero este es el que sale. Tú sabes que me lleva tiempo encontrar la forma, fabricar las imágenes. Quiero reconstruir las situaciones que te permitan imaginarme. No sé cómo hemos conseguido vivir separadas los últimos 15 años”.
El quiebre ocurrió cuando la Embajada de Holanda invitó a una de ellas a Ámsterdam para representar al nuevo cine cubano. Patricia tomó ese viaje como una oportunidad para dejar Cuba, aún sabiendo que no podría volver por los próximos cinco años y que luego, solamente, podría visitar su país durante 20 días como turista. “Después de tu partida la ciudad se fue vaciando como un cuerpo que se desangra gota a gota”, expresa con dolor, Heidi.
Patricia decidió viajar a Madrid y construir su nueva vida allí. Pero no le resultó fácil porque en España era ilegal y sólo conseguía trabajos transitorios, mal pagos y en negro. Para legalizar su situación necesitaba un contrato de trabajo y para tener un contrato de trabajo tenía que estar legal. Se sentía al margen de todo, invisible. Hasta que el gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero emprendió un proceso de regularización de migrantes y pudo emprender un pequeño negocio. Compró una furgoneta y montó un puesto de bebidas cubanas en mercados ambulantes.
Heidi también decidió irse de su país. La legalidad no fue un problema para ella porque se fue con su pareja, quien logró conseguir la documentación necesaria. Se instalaron en Suiza y comenzaron una nueva vida en Europa. Pero confiesa que le cuesta mucho imaginar que sus hijos nazcan lejos de esa enorme constelación en la que crecieron juntas, lejos de sus amigos, su familia y su cultura.
Los años de separación y la distancia no acallaron la voz de su amistad, y a través de sus videocartas lograron compartir sus más profundos pensamientos y emociones; la nostalgia por el país de su infancia y los caminos nuevos que eligieron. Un documental que muestra dos historias que se entremezclan y se impulsan mutuamente. A media voz es una carta de amor al cine como herramienta de intercambio y expresión.
Para ver la película haga click aquí
Belén Ruiz JelenicPeriodista, productora y curadora audiovisual. Escribe artículos sobre cine y género para diferentes medios de comunicación y tiene experiencia profesional como productora periodística y reportera para medios audiovisuales como el Canal de la Ciudad y La Nación+. Además, Co-dirige. y programa la plataforma de películas solax.tv y organiza el Festival de Cine Bendita tú, dirigido por mujeres, trans y no binaries.
Dos voces, dos miradas y una amistad atravesada por el exilio construyen un diálogo íntimo y sensible. A media voz es un documental autobiográfico dirigido por Heidi Hassan y Patricia Pérez Fernández, dos amigas de la infancia y cineastas cubanas que se enfrentaron a los retos de la emigración y buscaron rehacer su vida lejos de Cuba.
Las directoras nos sumergen en un viaje poético y visual sobre sus vidas a través de videocartas. Desarrollan una narrativa que les permite conservar sus propias voces y, a su vez, construir juntas un nuevo discurso. Además, proponen un montaje pincelado con efectos, texturas y sonidos que predominan sobre la continuidad temporal de las imágenes.
El documental presenta material de archivo de su infancia en cintas de VHS y fotografías; escenas del backstage de sus primeras películas como estudiantes; y el registro propio de sus últimos años y de su actualidad. El largometraje de 78 minutos fue ganador a Mejor Documental en el Festival de La Habana y en el Festival de Cine Documental de Amsterdam (IDFA).
La película narra la historia de Heidi y Patricia, dos mujeres de 40 años, que crecieron juntas en Cuba, estudiaron en la misma escuela de cine (Escuela Internacional de Cine de San Antonio de los Baños) y luego se distanciaron. Como cineastas llevaron a cabo varios cortometrajes en equipo hasta que una de ellas decidió irse del país.
En una de las primeras cartas Heidi dice: “Busco una imagen que te hable de mí, busco el tono, busco otro tono, pero este es el que sale. Tú sabes que me lleva tiempo encontrar la forma, fabricar las imágenes. Quiero reconstruir las situaciones que te permitan imaginarme. No sé cómo hemos conseguido vivir separadas los últimos 15 años”.
El quiebre ocurrió cuando la Embajada de Holanda invitó a una de ellas a Ámsterdam para representar al nuevo cine cubano. Patricia tomó ese viaje como una oportunidad para dejar Cuba, aún sabiendo que no podría volver por los próximos cinco años y que luego, solamente, podría visitar su país durante 20 días como turista. “Después de tu partida la ciudad se fue vaciando como un cuerpo que se desangra gota a gota”, expresa con dolor, Heidi.
Patricia decidió viajar a Madrid y construir su nueva vida allí. Pero no le resultó fácil porque en España era ilegal y sólo conseguía trabajos transitorios, mal pagos y en negro. Para legalizar su situación necesitaba un contrato de trabajo y para tener un contrato de trabajo tenía que estar legal. Se sentía al margen de todo, invisible. Hasta que el gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero emprendió un proceso de regularización de migrantes y pudo emprender un pequeño negocio. Compró una furgoneta y montó un puesto de bebidas cubanas en mercados ambulantes.
Heidi también decidió irse de su país. La legalidad no fue un problema para ella porque se fue con su pareja, quien logró conseguir la documentación necesaria. Se instalaron en Suiza y comenzaron una nueva vida en Europa. Pero confiesa que le cuesta mucho imaginar que sus hijos nazcan lejos de esa enorme constelación en la que crecieron juntas, lejos de sus amigos, su familia y su cultura.
Los años de separación y la distancia no acallaron la voz de su amistad, y a través de sus videocartas lograron compartir sus más profundos pensamientos y emociones; la nostalgia por el país de su infancia y los caminos nuevos que eligieron. Un documental que muestra dos historias que se entremezclan y se impulsan mutuamente. A media voz es una carta de amor al cine como herramienta de intercambio y expresión.
